Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap. 2

Las cosas al rededor se empezaron a hacer cada vez más lentas, por un momento creí que me había enamorado de ti. Que sentía eso que los demás decían de que él tiempo con la persona correcta se detiene.

Seguías hablando, podía ver tus labios moverse y de un momento a otro dejé de escuchar los sonidos de fondo para solo percibir un: "¿Te sientes bien?" de tu parte. Asentí. Aunque no, no me sentía bien. Todo daba vueltas. Apoyé mis brazos más fuerte en la mesa y tomaste uno de ellos. Me levantaste y tomaste mi pequeña mochila y la colgaste de tu hombro.

No me sentía asustado, me sentía muy relajado, no sé si es por lo que me diste o porque me sentía seguro en tus brazos.
Debiste de ser muy rápido y cuidadoso para que nadie sospechara algo en esa cafetería, debiste de haber sido muy ágil como para que yo no notara lo que habías hecho en mi.

Salimos del lugar y dejé de sentir mis brazos. Y conforme avanzabamos decías "Todo estará bien." No entendía a lo que te referías en ese momento. Quería contestarte pero cuando quería hablar no podía, y aunque hubiese querido gritar no hubiera salido nada de mi.

Realmente no recuerdo mucho del trayecto más que las sensaciones raras en mi cuerpo. Estoy seguro que no fué una droga, estuviste frente a mi todo el tiempo y jamás te moviste. ¿Cómo lo hiciste entonces?

Me sentía cansado y mis ojos estaban por cerrarse pero mi instinto me decía que no los cerrara, que estuviera alerta a dónde iba.
Nos detuvimos en lo que en mi memoria era un callejón, chasqueaste los dedos, miré hacía abajo y mi ropa era diferente, la tuya igual era diferente, aún no sé cómo lo hiciste... Volviste a guiarme fuera para seguir caminando en la calle, te miré un poco, eras un tanto más alto que yo, tus ojos estaban fijos al frente esquivando a una que otra persona que pasaba por ahí. Cada vez sentía más sueño pero no quería dormir, quería saber a dónde íbamos. Recuerdo tu mano ponerse en mi rostro y luego de eso nada.

* * *

El aroma a canela fue lo primero que noté al despertar, era demasiado fuerte y picaba en mi nariz. Mis ojos aún se sentían pesados como si hubiera dormido por horas, mi cuerpo seguía débil. Con trabajo pude incorporarme, mi cabeza dió vueltas y no enfocaba las cosas. Toqué, como pude, mis brazos, mis piernas y todo estaba en su lugar al igual que mi ropa, estaba vestido. Eso me trajo un alivio momentáneo.

Recuerdo que una vez que empezaban a pasar las sensaciones de torpeza, mis ojos pudieron ver qué estaba en una habitación grande, con paredes color oro opaco y cortinas rojas enormes que cubrían las ventanas. Yo estaba en una cama grande, como para 10 personas y las sábanas eran cómodas y todas eran negras. Me tomó un rato darme cuenta que ese no era mi cuarto y que no sabía dónde estaba. Fué ahí cuando todo mi cuerpo despertó y todos mis sentidos de alerta se activaron.

Me levanté de la cama lo más rápido que pude y mis piernas aún no despertaban del todo, eran lentas y temblaban. Ví una puerta y giré la manija para poder abrirla y salir, a fuera había un pasillo enorme que parecía eterno y a mi lado izquierdo una escalera, como pude la bajé y sentí que caería en cualquier momento. Había más pasillos al terminar y enfrente, a unos metros, estaba una puerta enorme que era evidentemente la salida. Corrí hasta allá y pude abrirla, detrás había un enorme paisaje blanco. Era un bosque lleno de nieve. En ese momento ni siquiera me preguntaba cómo era posible que hubiese nieve si era Julio...los doctores siguen diciendo que lo imaginé.

Corrí fuera y mis pies descalzos sintieron la nieve. Me costaba avanzar, sentía que la nieve quemaba en mis plantas y dedos. Mis piernas temblaron y caí de cara en la nieve; empecé a gatear. Para mí fue una odisea pero al mirar atrás solo había avanzado un metro.

—¿Pero que mierda?

Seguí gateando velozmente. Volví a voltear y no había avanzado de nuevo. Comencé a desesperarme y a gritar mientras seguía intentando avanzar para luego estallar en llanto.

Mis manos y pies dolían, estaban rojos del frío. Estaba asustado, no tenía idea de nada y no sabía dónde estaba. Quería ir a casa.

—¡Dipper! —gritó una voz familiar, tu voz—. ¿Que demonios haces afuera? —Te pusiste frente a mi, y solo alcanzaba a mirar tus botas. Estaba cansado y me sentía listo para desmayarme.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro