Me viste antes de que yo te viera. No eras alguien que llamara la atención entre la multitud ruidosa de una ciudad en la hora pico. Pero esa era la idea,¿No? Ese montón de gente, solo era parte de tu plan.  Nunca podré olvidar aquel día, Julio 9 del 2017, ese día te noté entre la gente, tenías una mirada como si quisieras algo de mi, como si lo hubieras querido desde hace mucho tiempo.

Me mirabas fijamente, con una intensidad abrumadora, no recuerdo que alguien me haya mirado así jamás, tal vez es lo que llamó mi atención: tus ojos. Tus hermosos ojos color oro, que estoy casi seguro que brillaban. Cuando te devolví la mirada no pudiste sostenerla conmigo, te volteaste nervioso a tu libro que tenías sobre la mesa. Fue tierno. Parecía como si sintieras vergüenza de estar mirando a un chico cualquiera sentado frente a ti en una cafetería que está en las calles más concurridas de Piedmont. Pero yo no era un chico cualquiera, ¿Verdad?

Fuiste convincente, me lo creí. En serio, si las circunstancias hubieran sido diferentes, probablemente te hubiera dicho que serías un gran actor. Por alguna extraña razón, creía que la gente con el color de tus ojos eran inocentes, puras, mágicas.

Estaba ahí como todos los Domingos, pero ese día iba a ser diferente, había tenido el examen de ingreso a la universidad así que estaba tenso y distraído. Seguro esperabas a qué no estuviera alerta en mi ambiente, así que verte tan interesado me hizo olvidar ese momento de incertidumbre.

Te me hacías extrañamente familiar, aunque claro, te veía todos los domingos aquí. Pero tenía la sensación de haberte conocido antes. Sentí que ya había visto esos ojos antes.

—La cuenta, por favor. –alcé la mano para llamar la atención del mesero. Discretamente te miré y observé una pequeña sonrisa en tus labios. Ojalá hubiera sabido en ese momento lo que esa sonrisa significaba.

El chico llegó con mi cuenta y se atravesó en tu campo de visión y creo que eso no te gustó. Había olvidado la cartera esa día, estaba seguro que la había llevado.

— U-Un segundo es que... No encuentro mi cartera.

El mesero me miraba impaciente, y de no ser porque sentía que seguías observando me habría puesto a llorar. Fue entonces cuando apareciste de repente detrás de él.

—Yo lo pagaré —sacudí mi cabeza nervioso, tu voz no era como lo esperaba, si, era grave y profunda pero sonaba de alguna forma, amable.

—No tienes por qué, en serio...

—Insisto, no traes como pagar, deja que lo haga por ti —diste una tarjeta y el mesero se la llevó de vuelta para poder cobrar. Ahí fue cuando actuaste de repente. Te sentaste en mi mesa—. Soy Bill, Bill Cipher.

—Soy Dipper Pines — aunque ya sabías mi nombre te mostraste sorprendido —. Gracias por eso, salvaste mi vida.

—Yo no diría eso, solo era un café.

—Debí de haber dejado mi cartera en casa. Aún así, gracias por eso.

Recuerdo haber visto tus ojos, de cerca eran mucho más intensos y no podía si quiera mirarlos mucho. Eras hermoso, bastante, te veías intimidante y grande.

—Tuviste tu examen, ¿No? A la universidad.

Debió de ser que me parecías bastante atractivo que no noté que sabías que salí de mi examen. Solo pudiste haberlo sabido de haberme seguido, pero eso lo hacías desde hace mucho.

—Si, si...Universidad de Piedmont. 

—O sea, algo local —asentí—. Es bueno, supongo, aunque pareces del tipo que podría postularse a Harvard o Stanford 

—Esas... —reí—. Son mucho para mí, yo soy un estudiante promedio y creo que soy apto para Piedmont

—Se ve que eres alguien inteligente y capaz de entrar a cualquier universidad.

Estuvimos hablando unos minutos, los minutos más largos de mi vida y no me arrepiento de eso. Pero si de lo que pasó después.

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bUeno aquí les traigo una historia que ya tenía planeada pero bueno uwu apenas la subo ahre. Hice algunos cambios so... Eso uwu