Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prólogo

El nuevo negocio.

El día 14 de diciembre estaba transcurriendo de manera normal. Pocos días ante la navidad, la mayoría de los animales hacían sus vidas aburridas. Despertarse, comer, trabajar, llegar a casa y dormir. Todo el día, todos los días.

Pero de todos ellos. Un pequeño local estaba siendo decorado, colocando algunas pegatinas de árboles de navidad, esferas navideñas, algunas coronas y muérdago.

—Solo unos pocos más y habré terminado.

La voz ronca del alce se escuchaba cansada, colgar los adornos de navidad fue agotador. Y al terminar, el toqueteo sin parar de la puerta principal este se bajó del taburete en el que estaban subido, y de manera tranquila fue a abrir la puerta. Dejando entrar a un compañero en particular.

Aquel era un pingüino, de piel azul con tono amarillento en el pecho, vistiendo de manera elegante. Y con tranquilidad caminaba por la cafetería.

— ¿Por qué colocaste ya los adornos?.

— Por que no quiero agobiarme en comprar nuevos adornos. — Contesto el alcé.

— Con simples luces queda bonito.

— Simple. — camino el alcé hasta quedar del otro lado del mostrador. — ¿Quieres lo de siempre?.

— Por supuesto. — Contesto el pingüino.

— Aquí tienes. Un late con leche de almendras y vainilla.

— Falto....

— Un pastelito de limón. — Interrumpió el alcé. — Me pagarás oh lo pongo igual en tu cuenta.

— Lo pagaría Tyrone. Pero aún no tienes para pagar con tarjeta.

Tyrone es seguro, relajado y tolerante. Es el mejor amigo de Pablo el pingüino que comía tranquilo la tarta, y sus diferentes personalidades los convierten en complementos perfectos el uno para el otro. Aunque Pablo es un pensador rápido, a Tyrone le gusta tomarse su tiempo, es la razón por la cual aún soportaba a su amigo . Tyrone puede ponerse nervioso o asustado en ocasiones, pero no se siente inseguro por sus miedos. Más cuando el que está enfrente teme hasta de su sombra.

Aún que  es un pingüino frenético que está más herido que sus amigos. Piensa, habla, actúa y reacciona rápidamente. Puede que no sea el más ágil o elegante, pero es entusiasta y decidido. Aún con sus ataques de pánico.

— Si me pagarás cada vez que vienes a desayunar aquí. Tendría para construirme un barco.

—Eso me ofende un poco la verdad. — bebiendo de su café.

— Está bien.

Dijo nada más con una sonrisa en su rostro. Dejando a su mejor amigo comiendo tranquilo, mientras atendía las mesas en las cuales ya habían animales reunidos. Pocos nada más por las horas tempranas, solo habían nada más que empresarios, oh algún maestro que pasaba nada más por lo que habían reservado un día anterior.

Pablo por su lado terminaba su desayuno. Pero la vibración en su bolsillo izquierdo hizo que revisara que era. De el solo sacó un celular, notificaciones de cosas que había leído, publicidad y dos mensajes nada más. Uno por parte de dos contactos, Pablo leía con detenimiento y una sonrisa comenzó a formarse. Tyrone había terminado su ronda, había atendido a todos, así tendría unos segundos para despedirse de su amigo.

— Oye. Tus padres no te enseñaron que no se usa el celular mientras comes.

— Tengo noticias. — dijo emocionado el pingüino.

— Sorprendeme. — Dijo mientras anotaba cosas en un cuaderno.

— Bueno. Dos chicas que conocemos estarán de visita en el pueblo.

— Enserio. — Presto más atención en su amigo.

— Si. Acaban de escribirme, Tasha está de viaje, pero coincidirá con Uniqua en el avión. Me piden que las pase a recoger al aeropuerto.

— Pablo. — quitándole los platos a Pablo. — Tu no sabes conducir.

— No. Pero tengo amigo alto, guapo y músculo que tiene una minivan.

— Suena alegre tu amigo. Por qué no me lo presentas.

— ¡Tyrone por favor!. — juntando sus palmas. — No me hagas suplicarte.

— Sabes que trabajo de lunes a domingo. No tengo tiempo, con quién dejaría la tienda.

— Oye. Todas las tiendas cuando tienen compromisos cierran temprano.

— Si bueno. Qué se le va a hacer. — decía mientras limpiaba la barra con un paño.

— Le diré a Tasha que eres un grosero. — fingiendo dolor.

— ¿Oye no tienes trabajó?.

— Soy el dueño. No me interesa hoy no me siento bien, posiblemente no trabaje mañana.

— Por que no contrataste a alguien que fuera por ellas.

— No que horror. Dejarías que un desconocido fuera por tus amigas.

— Igual de paranoico.— dijo rodando los ojos. — Sabes cuándo exactamente estarán las chicas aquí.

— déjame les pregunto está bien. — Sin perder más tiempo comenzó a escribiles.

Tyrone solo sonrisa de manera divertida. Pero el sonar de la campana de la caja hizo caminar hasta ella.

— Bienvenido a la cafetería que puedo ofrecerles.

Dijo el alcé. Levantando su mirada y observando a un perro de pelaje blanco, aún que una de sus orejas era de color negro, al igual que uno de sus ojos.

— Me puedes dar dos combos número 2. — Dijo el perro.

— Está bien. — decía mientras anotaba.

— Una cosa. ¿Puedo cambiar un el jugo manzana?.

— Claro. ¿Qué sabor quiere?.

— No lo sé. — dijo el perro. — Oye, que sabor quieres tomar en vez de manzana.

Hablo el perro. Dejando ver a la vista una figura resentir conocida por el alcé, orejas largas y pelaje púrpura. A pero su nariz y cejas son de un tono más oscuro de púrpura. Lleva una camisa azul claro con una raya amarilla en el medio. Lleva pantalones azules remangados.

— Lo que sea estará bien. — Contesto el canguro. — Escucha te dejo pidiendo la comida, iré a ver cómo está quedando el lugar.

— Está bien. Solo ten cuidado.

— muy bien.

Y sin más, aquel canguro se había marchado de la tienda, Tyrone estaba completamente atónito, hacía ya muchos años que no hablaba con su viejo amigo Austin. Inclusive llegó a olvidar como era su rostro. Pero la voz de aquel perro se hizo presente rápido en los oídos del alce, quien al escuchar el sabor que había pedido. Anotaba en la libreta.

— Muy bien. Serían 12 dólares.

— Está bien.

El alcé no paraba de pensar en el canguro. Y cuando entrego la comida, dos emparedados, de jamón de pavo y bebida frutales. Rápidamente a su mente recordó cuando de niños el los había invitado a comer a su casa. Cuando observó como ese perro se había marchado rápido cruzó el mostrador y con su mano tomo a Pablo del hombro.

— ¡Espera mi traje!. — se quejó el pingüino.

— No hay tiempo ven.

Ambos chicos salieron, Pablo estaba confundido. Mientras que Tyrone intentaba buscar a ese perro con la mirada, tardó un poco. Pero observó como enfrente de la calle, alejado a unas cuadras de había metido en un viejo local abandona.

— Podrías decirme a quien se supone que estamos viendo.

— No importa. Una pregunta Pablo, hace cuanto no hablas con Austin.

— Austin. Vaya, tenía eones que no recordaba. Pero creo que tengo 19 años sin hablarle.

— Creo que yo igual. — dijo aún sin dejar de mirar hacia ese local.

— Bueno. — Incómodo. — ¿Quieres llamarle?.

— Puede que si. — Contesto. — Pero será  a la salida. Quieres venir conmigo.

— Por mi te diría que fuéramos a hora. Pero conociéndote, no dejarías de trabajar aún si te pudieran un cuchillo en el cuello.

— ¡Oye!. — Dijo molesto por la broma.

— Es la verdad querido. — Mirando su reloj. — Bueno, tengo que irme, te veré dentro de unas horas. Guárdame...

— Un trozo de pié.

— Te lo agradezco.

Y sin más, este miro por última vez el local, dándose cuenta que también entraban más animales, algunos cargando tablas de madera, bolsas de cemento, al igual que pintura.

— Supongo que también estarás ocupado.

Dijo el alcé. Entrando nuevamente en su cafetería: Taza medio llena.


Esta es la portada de la nueva historia que estoy creando con un nuevo amigo. Así que espero les haya al menos interesado este inicio. Hay que aclarar que los personajes tienen al rededor. Entre los 26 y 28 años de edad.

Ahora simplemente, esperen a que se siga actualizando. Esta historia será corta. Así que espero la apoyen al igual que las otras. [ Solo falta que saque ships de Peppa pig ]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro