04.
[HyungWon]
—Me gustaría ser una oruga.
—Explícate —Kihyun se apoyó contra el marco de la puerta.
—Comer, dormir y despertar siendo hermoso.
—¿Cuánto dormiste anoche?
—No dormí, ¿por qué?
—Solo pregunto. ¿Qué pasó con eso de ser comida para hongos?
—Aburrido. Ser oruga parece más entretenido.
—Son casi las siete y media, deberías ir vistiéndote —arrastró los pies hacia la cocina, dejándome solo sobre su cama—. Y ven a desayunar, hoy me lucí.
—¿Por qué le dijeron a Hoseok que podía darle tutorías? Me vería francamente desesperado con una erección mientras intento explicarle Hamlet... —me levanté y empecé a vestirme.
—Oh, querido, es Shakespeare, ¿quién no tiene una erección leyendo a Shakespeare?
—No me tengo mucha confianza —me senté a la mesa de la cocina. Kihyun puso un plato con algo que suponía era un omelette—. El mocoso es sexy, ¿o vas negármelo? —me llevé un poco de esa extraña cosa que Kihyun se empeñaba en llamar desayuno a la boca.
—¿Te gusta? —preguntó señalando el plato con la cabeza y vaciando su taza de café.
—Honestamente, no.
—¡Hey, puse mi alma y corazón al prepararla!
—Con razón está frío y luce como algo muerto.
La carcajada de Kihyun llenó la habitación.
La puerta se abrió y Minhyuk entró apurado.
—No voy a mentir —dijo mirándose al espejo— la industria del maquillaje es diabólica. Ver tu lápiz labial favorito desaparecer tras algunos besos es positivamente trágico. Me duele el corazón.
—Pues usa a prueba de agua —dijo Kihyun empezando a vestirse—. Hice el desayuno, ve a comer.
MinHyuk levantó una ceja y se paró a mi lado, mirando mi plato.
—¿Estaba aburrido? —preguntó llevándose el tenedor a la boca. Hizo una mueca asqueada—. ¡Dios santo!, deberían meterte preso por tentativa de homicidio. ¿Qué se supone que estamos comiendo?
—Junté todo lo que había en la heladera y lo rocié con huevo.
—¿Estás tratando de hacerme bulímico? Porque si es así, lo lograste, voy al baño
—MinHyuk se perdió por el pasillo.
—En fin, así que hoy es tu primera clase particular con el boy scout.
Lancé un gruñido y terminé de arreglarme la camisa. Me cepillé los dientes y me puse un poco de perfume. Agarré mi bolso y las llaves.
—Bien, me voy. Deséame suerte.
—Toi, Toi, Toi* —Kihyun agitó la mano y salí a la calle. La biblioteca quedaba solo a unas cuadras así que intenté relajarme antes de encarar la primera clase con el lindo bibliotecario que me tenía como alma en pena.
Una vez en la puerta, tomé aire y entré.
[Hoseok]
¡Primera clase con HyungWon fuera de la universidad! Esa mañana me desperté con un entusiasmo poco normal en mí. Teniendo en cuenta que por lo general es un trabajo aburrido, no suelo tener muchas energías para ir a trabajar. Pero HyungWon era un aliciente más que interesante para empezar el día. Me probé varias prendas, quería darle una buena impresión. Al final decidí que una camisa y un jean eran más que suficiente. El tema era que HyungWon siempre vestía como si hubiera salido de una novela de Dickens. Siempre con sus pantalones de sastre, sus camisas algo holgadas, sus tiradores, sus sacos largos y sus botines acordonados. Me encantaba todo ese aura de poeta romántico que tenía.
(Para que se den una idea, HyungWon se viste así. )
Entré a la biblioteca, encendí la cafetera y acomodé algunas cosas que tenía pendientes. Hasta que sentí la campanita de la puerta. Mi corazón se aceleró y por reflejo, peiné mi pelo con los dedos. Salí de entre los pasillos y asomé la cabeza. HyungWon estaba parado, acomodándose el saco de tweed.
—Buen día, profesor Chae —saludé saliendo a su encuentro. Me saludó con un efusivo apretón de manos. Estaban frías.
—¿Cómo estás, Hoseok? ¿Listo para nuestra primera clase? —su sonrisa hizo que la mía se extendiera por toda mi cara.
—Como un boy scout —dije levantando tres dedos en saludo scout—. ¡Siempre listo!
Me miró frunciendo la boca, obviamente aguantando la risa.
—Me gusta su entusiasmo, señor scout —dejó su bolso de cuero sobre una silla y se quitó el saco. Se veía fabuloso en su camisa suelta y sus pantalones verde oliva. Sacó del bolso un estuche y se puso unos anteojos de marco dorado que le daban a su cara un aire devastadoramente sexy. Hizo ese gesto que hacía siempre de peinarse el pelo hacia atrás y me quedé sin aliento. Bien, si quería aprender algo en la clase iba a ser mejor que dejara de fantasear con el profesor. Sacudí la cabeza, me aclaré la garganta y serví café para los dos. Luego me senté a su lado.
—Entonces comencemos, dime, Hoseok, ¿cuál es tu escritor favorito?
—¿Clásico o actual?
—Es sólo para que vayamos conociéndonos un poco mejor —dijo sonriendo.
—A ver... emmm, clásicos me gustan Byron, Shelley...
—Ah, maravilloso. Son de mis favoritos también. ¿Lees mucho?
—Digamos que no me queda otra opción. Paso muchas horas solo y mi única compañía son los libros. Pero lo disfruto. A veces los libros se me hacen muy cortos.
—Piensa que no lees un libro para terminarlo, lees el libro para devorarte la emoción y las emociones que evoca. Para aprender y digerir y enamorarse y tener el corazón roto... —Las palabras salían de sus labios con un fervor que por un momento reconocí como propio. Ese hombre sería capaz de poner mi mundo patas para arriba. Verlo hablar con tanta pasión hizo que algo se agitara en mi interior.
Asentí y tomé un sorbo de mi café para disimular la turbación que sentía.
—Es como cuando escuchas una canción. La escuchas para bailar y cantar, para llorar y sonreír y llenarte con las armonías... —no podía siquiera pestañear. Su cara estaba ligeramente ruborizada y al hablar gesticulaba con las manos para dar énfasis a sus palabras. Estaba completamente hechizado. Me miró y bajó las manos para apoyarlas en la mesa—. Lo siento —dijo sonriendo. Se acomodó los lentes—. Me dejé llevar.
No sabía qué decir. Sólo quería echarle los brazos al cuello y desordenarle la vida a besos.
—Me gusta el entusiasmo que pone al hablar, se nota que ama lo que hace.
—¿Qué somos sin pasión? Intento buscarla en todo lo que hago —se encogió de hombros y sacó una libreta—. Ahora quiero que me hagas una lista de tus libros favoritos y por qué los elegiste.
—Está bien.
Lo vi levantarse y caminar hasta su sección favorita. Me llevé una mano al corazón. Estaba fuera de control.
Notas:
*Toi, Toi, Toi es una expresión que se usa en el teatro para desear buena suerte.
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