—Si nos ponemos a pensar, todo esto del vampirismo es una estafa piramidal —Kihyun pinchó una aceituna y se la llevó a la boca—.
O sea, te engendro como mi  vampiro esclavo, para que me dediques tu servicio eternamente, pero a la vez, puedes crear tu propia franquicia de vampiros para que puedas hacerlos tus esclavos y así usarlos eternamente.

—¿Tendrán algún tipo de sindicato? Ejemplo, me harté de mi creador, no me da un puto día libre... —Minhyuk llenó su copa de vino.

Estaban los tres sentados en un bar del centro, como todos los lunes.

—¿Estás escribiendo algo sobre vampiros?
—preguntó HyungWon a Kihyun.

—No, todo el vampirismo se reduce a beber toneladas de vino y a fetichismo gay. Es como nuestra vida pero con más colmillos y menos patetismo.

—Ah, touché —HyungWon levantó la copa.

—Pues yo sería un vampiro fatal —MinHyuk movió la cabeza a un lado— eso de andar mordisqueando gente al azar. Además soy claustrofóbico así que eso de los sarcófagos es un No, No para mí...

—Y tendrías que despedirte de la playa para siempre.

—¿Los vampiros de raza negra, sufrirán también con el sol o la melanina los cubre?
—preguntó Kihyun acodándose en la mesa

—Tampoco es como que fueran a morir de cáncer de piel, pero por las dudas no quiero saberlo. Aunque por otro lado, los colmillos se me verían de fábula —acotó MinHyuk jugando con una papa en su plato.

—Hey, Wonnie —Kihyun señaló con la cabeza hacia la entrada— ¿ese no es tu boy scout?

—¿Mi boy scout? —Wonnie se giró con disimulo.

—El niño que te erige la carpa en los pantalones.

Min rio y miró hacia la entrada. Hoseok estaba parado mirando el menú impreso en la puerta. Vestía una camisa blanca suelta y unos pantalones ajustados color negro.

—Oi, oi, oi... —dijo Min— ese boy scout puede venir a apagar mi hoguera cuando quiera.

—¿Tu no te habías hecho hetero? —le preguntó Wonnie volviendo la vista al frente.

—Falsa alarma, volví. Ahora, hablemos del chico libros. ¿Lo invitamos a la mesa? Se ve perdido.

—No creo que sea una buena idea, Min —dijo dudando HyungWon que no quería que su alumno se llevara una mala impresión de él o de sus amistades.

—No digas tonterías —Kihyun levantó una mano y llamó—. ¡Hoseok!

Hoseok se giró y miró hacia la mesa sorprendido. Kihyun le hizo un gesto para que se acercara.

—¿Tú no eres el chico de la biblioteca?
—soltó. HyungWon se giró y le hizo una inclinación de cabeza.

—Hola, Shin —saludó.

Hoseok abrió los ojos de la sorpresa y sonrió encantadoramente.

—Hola, profesor Chae... —dijo con cierta timidez.

—Ven, siéntate, no seas tímido —Kihyun se levantó y le acercó una silla—. Soy Kihyun, él es Min —Min le sonrió y levantó la copa— y a Wonnie ya lo conoces. ¿Estás solo?

—Eh... si. Bueno, no tenía ganas de cocinar y tenía hambre.

—Claro, claro —HyungWon le señaló la silla y Hoseok se sentó, agradeciendo nuevamente.

—Wonnie nos contó que eres su nuevo alumno —acotó Min apoyando un codo en la mesa y sirviéndole vino en una copa limpia—. Que no te engañe con esta bonita cara de yo no mato una mosca —Hoseok miró a Hyungwon. Este negó con la cabeza y sonrió con timidez —es un sátiro de las letras.

Hoseok rio y HyungWon pensó que se veía adorable. Los ojitos desapareciendo de su cara con la sonrisa.

—Le dije que iba a necesitar un tutor, pero mucho no me creyó —dijo mirando a su profesor con reproche.

Kihyun golpeó la mano de Wonnie. —Tú puedes ser su tutor, después de todo antes era tu trabajo.

—¿Usted daba tutorías? —le preguntó Hoseok tomando un sorbo de vino.

—Bueno, si. Pero solo de los clásicos griegos.

—Una tutoría es una tutoría, Wonnie —dijo Kihyun con una sonrisa que HyungWon conocía muy bien y que no auguraba nada bueno—. Y no puedes desamparar a un alumno que necesita ayuda.

—Bien, puedo ayudarte con eso si realmente lo necesitas —HyungWon fulminó a su amigo con la mirada.

—Solo cuando usted pueda y tenga tiempo. Podría venir a la biblioteca, generalmente estoy solo.

—¡Qué conveniente! —exclamó Min riendo
—. Así nadie los molestará mientras estudian.

HyungWon se las iba a hacer pagar.

—Eso sería estupendo, profesor. Le dejaré mi número si me presta su teléfono.

MinHyuk se apresuró a agarrar el celular de HyungWon y se lo pasó a Hoseok.

—Así que Hoseok, ¿qué edad tienes? Te ves muy joven... —preguntó Kihyun llamando al mozo.

—Veintidós —respondió devolviéndole el celular a Wonnie—. Cumpliré veintitrés en Marzo.

—Ah, bien. Ya tienes edad legal para cometer casi todos los delitos —acotó MinHyuk que se ganó un puntapié de HyungWon por debajo de la mesa.

—Eso creo —respondió Hoseok riendo—. ¿Ustedes son profesores también?

La moza llegó y Hoseok ordenó un bistec con papas.

—Algo así —respondió Kihyun que se levantó para ir a la barra y ordenar otra botella de vino tinto—. Soy escritor.

—¡Oh, eso es sensacional! Yo también quiero ser escritor. ¿Y usted? —le preguntó a Minhyuk.

—Primero, deja de tratarme de usted que no soy mucho más viejo que tú —Minhyuk le sonrió y le guiñó un ojo—. Soy arqueólogo.

—Wow, nunca conocí a un arqueólogo. Debe gustarte mucho la historia.

—¡Qué va! En realidad se hizo arqueólogo con la esperanza de desenterrar joyas antiguas antes de que algún idiota las mande a un museo —dijo HyungWon y todos de echaron a reír.

—Eso y porque era fan de Indiana Jones  cuando era niño y creí que sería cool desenterrar momias... —Min suspiró—. Nada de eso es real, resultó ser una tremenda estafa. Ni momias ni arqueólogos lindos como Brendan Fraser. Vaya profesión elegí —Hoseok rio encantado. Encontraba a los tres hombres la mar de divertidos.

—Dime, Hoseok, ¿hace mucho vives aquí?

—No, llegué hace un mes, más o menos —dijo pensando—. Vine a estudiar.

—Me dijiste que no tenías a nadie aquí —HyungWon se cruzó de piernas. Hoseok centró toda su atención en su profesor y asintió —.  ¿Vives solo?

—Así es, vivía con mi abuela, pero aquí no conozco a nadie.

—Bueno, ahora nos conoces a nosotros —dijo Kihyun—. Vivimos cruzando la calle así que eres bienvenido cuando quieras a pasarte por allí.

—¿Viven todos juntos? —Hoseok estaba impresionado.

—Podría decirse que sí. Minhyuk vive a unas calles de aquí y HyungWon esta más en casa que en la suya.

—¿Ustedes... son... pareja?

Kihyun lanzó una carcajada y HyungWon casi se ahoga con el vino.

—¡Vaya imaginación tienes! Serás un buen escritor —dijo Kihyun limpiándose las lágrimas de risa—. Soy demasiado para Chae, no podría manejar semejante maquinaria.

Hoseok se sintió aliviado. Le gustaba HyungWon. Le había gustado desde la primera vez que lo vio cruzar las puertas de la biblioteca. HyungWon tenía todo lo que le gustaba en un hombre. Era elegante, culto y atractivo. Aunque creyó morir cuando se enteró de que iba a ser su profesor, luego pensó que era una buena oportunidad para poder acercarse al hombre de manera más informal. Siempre se había considerado una persona emocionalmente distante. Solo creía que se había enamorado una vez, a sus diecisiete años, aunque a medida que fue creciendo se fue dando cuenta de que lo que sentía por esa persona era producto de la revolución hormonal y la edad y nada tenía que ver con el amor. Aunque de vez en cuando se encontraba pensando en ese chico que lo había hecho derramar tantas lágrimas amargas. Una vez que decidió dar por superado ese amor de adolescencia, pensó que nadie era lo suficientemente merecedor de su afecto y se dedicó a probar las mieles del amor sin compromiso. Y había sido exitoso en ese terreno pero también se sentía solitario ya que no se podía ver a futuro con nadie y todas las relaciones lo aburrían al punto de terminarlas antes de comenzar. Por supuesto que la atracción que sentía por el sexy profesor de literatura era solo eso, atracción. Cualquier persona que tuviera ojos y algo de sentido común podía ver que el tipo alto era atractivo como el infierno, pero allí nadie lo conocía, quizás un cambió de aire era lo que estaba buscando. Y ahora que el profesor se había ofrecido a ser su tutor, no podía esperar a ver lo que el destino le deparaba en esta nueva conquista. Pero estaba dispuesto a averiguarlo.