❝Break Up With Your Girlfriend❞
[Donde JiSung es el
Crush de MinHo pero
este es novio de su
mejor amiga]
Soltó un largo gemido mientras sentía la lengua de ese hombre rodear con lentitud su sensible erección. Sus pupilas se dilataron del placer y su espalda se arqueó ante cada acto del esbelto azabache.
Cada pequeña acción hacía que su cuerpo se estremeciera bajo la boca del mayor, mismo que se hallaba chupando su glande con fervor buscando hacerlo llegar.
—A-Ah~ sigue s-sigue... —gimió mientras cerraba sus manos en la sábana, arrugando ésta entre sus dedos a medida su miembro entraba y salía de la cálida cavidad de sus labios. —Mgh~
El azabache sonrió al verlo antes de cerrar sus ojos y concentrarse en su trabajo de hacerlo llegar al mismo cielo.
Sus manos acariciando sus testículos y pellizcándolos levemente sin dejar de chupar su erecta longitud que empezaba a gotear pre-semen que se encargó de tragar.
—Mierda, ¿por qué lo h-haces tan bien?... —jadeó haciendo su cabeza para atrás al sentir el reconocido cosquilleo en su estómago que anunciaba que iba a correrse. —Me v-vendré... ah~
—Adelante, amor. —susurró esa ronca voz que el castaño tanto amaba escuchar
Y entonces, no lo pudo evitar más, corriéndose dentro de su boca. Esparciendo esa esencia espesa y blanquecina que el azabache se encargó de saborear con deleite hasta no dejar ni una pizca.
—E-Eso... ah... fue i-increíble. —dijo agitado mientras un sonriente azabache se acercaba hasta quedar frente suyo y aún encima de sí.
—Y esto solo es el comienzo, cariño. —susurró acercándose a su rostro y rozando sus labios con delicadeza.
Sin embargo, una vez estuvieron por besarse ese irritante sonido a la lejanía lo hizo gruñir.
*Pi pi, pi pi*
Sus ojos se abrieron con pesar dejando ver el blanco techo de su habitación.
Había soñado todo.
—Ah... otra vez soñé con Han. —soltó un largo suspiro mientras pasaba sus manos por su rostro, sintiendo la dolorosa erección mañanera en su pantalón
Tampoco era la primera que soñaba con el encantador, Han JiSung.
Desde el primer día que sus ojos se cruzaron en esa cafetería supo lo que era desear a alguien con intensidad.
Y es que el hombre no ayudaba, era simplemente perfecto, mandíbula marcada, brazos firmes y bien trabajados, torso ancho que dejaba en visto su arduo trabajo en el gimnasio, manos venosas y tatuadas que tanto deseaba que lo tocaran completamente, muslos fuertes que pedían a gritos que se sentará sobre ellos y su rostro bien cuidado sin ninguna imperfección junto a esa sonrisa que hacía derretir a cualquiera.
Sí, hasta a él.
Oh. También a su preciada y adorada mejor amiga, alias la novia del ser perfecto.
Peor suerte no podía tener.
Podía sonar egoísta, pero desde hace mucho que lleva deseando que ellos terminen su bonita relación.
Odia ver como quién dice ser su mejor amiga lo besa frente a sus ojos, odia cuando le manda sonrisas que JiSung corresponde y la odia por tener el derecho de tocarlo en la parte que desea cuando se le antoja.
Cosa que él desearía poder hacer, y aunque estaba mal no había podido evitar fantasear con ese hombre. En todos sus dos años en esa universidad juraba nunca haber visto a Han JiSung, y de ser que lo hubiera visto antes, entonces ya hubiera hecho lo posible por tenerlo para él antes que su mejor amiga.
Pero su mejor amiga encontró a tal deidad primero y se enamoraron.
Y es que su mejor amiga era igual de preciosa, su cuerpo delgado pero bien cuidado, su carita suave con mejillas abultadas y perfectamente sonrojada, ojos azules que mostraban el cielo mismo al brillar y esa hermosa sonrisa que no le dedicaba a cualquiera.
Envidia era muy poco para describir cómo se sentía en esos momentos.
Claro que trató de fijarse en alguien más para olvidar a JiSung, pero cada uno de los hombres que pasó por su cama no logró satisfacerlo como deseaba. Y no es que haya probado a el azabache, pero sus sueños le daban tantas imágenes explícitas que podía correrse con tan solo imaginarlas.
Pero una relación que ha durado más de un año y medio no se podía romper después de mucho, ¿verdad?
—Qué frustrante. —soltó un suspiro antes de levantarse de la cama sintiendo a su erección desaparecer al recordar que Han tenía novia.
Eso sí lo molestaba más que excitarlo.
Era un sábado en la tarde y por más que quisiera seguir durmiendo, su sueño húmedo y la desquiciante alarma no se lo permitían.
A pasos flojos se dirigió hasta la cocina mientras frotaba sus ojos con un par de puños viéndose sumamente adorable a ojo de cualquiera.
Soltó un pequeño bostezo tratando de acostumbrar sus ojos a la luz de la cocina que estaba prendida anunciando que había alguien dentro, pero claro que él no notó al azabache que lo miraba con una sonrisa enternecido por sus suaves acciones.
—Hola.
El castaño se sobresaltó antes de voltear mirando a aquel hombre que era el mismo que le había hecho una felación en su sueño.
¿Estoy dormido aún?
—¿J-JiSung?
—Buenos días, o debería decir buenas tardes en realidad. —rió suavemente tomando del café frente a él.
—No sabía que vendrías hoy. —dijo aún avergonzado, sus castaños rizos estaban hechos un desastre, la lagaña en sus ojos aún permanecía y su ancho pijama estaba arrugado cayendo uno de los brazos por su hombro exponiéndolo un poco.
Fue esa razón por la que intentó arreglarse lo más posible y de manera disimulada. Aunque claro que JiSung parecía muy divertido con la actitud del menor al tratar de arreglarse.
—Tuve un conflicto con mi compañero de habitación, así que pensaba pasar la noche aquí.
—Oh... ¿Te quedarás? —preguntó una vez terminó de arreglarse algo decente.
—Bueno... —dió un sorbo a su café. —Chae va a ir a una cena familiar hoy, así que me permitió quedarme en su habitación por hoy. —sonrió mientras observaba a un inquieto castaño dirigirse a la nevera.
—¿Saldrá? No me avisó. —hizo un puchero
—Fue algo imprevisto, la llamaron minutos después de que llegué.
—Entiendo, y... ¿tú no deberías ir? Digo, eres el novio de ChaeWon, casi de la familia. —dijo con pesar y odio, aún le costaba creer que Jeon era su novio
—No, es un asunto familiar, no me quiero entrometer.
—Pero que caballero. —JiSung rió por su comentario en tanto MinHo abría la nevera en busca de algo que no encontró. —¿Y mi helado de vainilla? —se quejó por lo bajo revisando nuevamente creyendo no haber visto bien.
—¿Pasa algo?
—No está mi helado.
—Ah, ¿hablas del helado de vainilla que me comí en la mañana? —MinHo lo miró con total indignación.
—Era MI helado de vainilla, ladrón de dulces. —JiSung se permitió carcajear, pero claro que el castaño estaba más que disgustado. —Planeaba comérmelo hoy y tú- ¡agh!... voy a acusarte con Chae.
—Perdón, cuando le pregunté me dijo que podía comerlo, no sabía que era tuyo. —comentó viendo el puchero y el ceño fruncido que llevaba el menor mientras tomaba un plato, una cuchara, una caja de cereal y un envase de yogurt sentándose al otro extremo de la mesa. —No fue intencional.
—No fue intencional, mis huevos. —bufó mientras ponía las cosas en la mesa más que molesto, bien ya habían arruinado su mañana
—Oye~ te lo juro, no lo hice a propósito, tenía hambre.
—No me hables, estoy molesto. —dijo una vez hecho el yogurt y el cereal dentro del plato comenzando a llenar sus mejillas de éste al ver como JiSung se disponía a hablar.
—¿No vas a hablar conmigo? —MinHo lo ignoró. —Vamos~ te lo recompensare en cuanto pueda.
El castaño bufó metiendo otra cucharada a su boca mientras el azabache soltaba un suspiro levantándose de su lugar.
—No, ni lo pienses, quédate ahí, ladrón. —dijo molesto, sin embargo, el azabache no hizo caso mientras se acercaba a MinHo. —Han ya te dije que no-
Se calló en cuanto el azabache pasó su pulgar por su mejilla con delicadeza, quitando la mancha de yogurt que había quedado al estar tan concentrado en su molestia.
—Solo iba a limpiar esto, pequeño gruñón y desastroso. —comentó con burla antes de alzar su mirada a aquellas orbes verdosas que lo desconectaron del mundo.
Esa acción claramente no había sido correcta, considerando que tenía novia y ellos eran solo amigos.
No obstante, debido a la pequeña acción se habían quedado ensimismados en la mirada del otro que no notaron en cuánto se acercaron lentamente al punto de rozar sus narices en leves toques que hizo sonrojar a MinHo.
Debo seguir durmiendo, sí...
Sus respiraciones se cruzaron cada vez que se acercaban más a tal punto que JiSung estuvo cerca de besarlo, eso de no ser que la puerta principal se abrió haciendo que vuelvan a la realidad. Separándose rápidamente y totalmente nerviosos.
—¡Ya llegué! —gritó mientras caminaba a la cocina con las compras en mano. —Hubo mucha cola, perdón por... ¡oh! Min, ya te despertaste. —sonrió al ver a su adorable mejor amigo, no siendo consciente de la tensión en el aire.
—Ah... s-sí, eh... ya no pude seguir d-durmiendo. —rascó su nuca mientras desviaba su mirada para no dejar en evidencia sus sonrojadas mejillas.
—¿JiSunggie te molestó? —preguntó debido a que MinHo amaba dormir de más los fines de semana.
—¿Y-Yo? No tendría p-porqué hacerlo.
—Bien... —asintió despacio con una sonrisa no muy convencida al lograr percibir el temblor de sus voces. —Algo pasa aquí, ¿por qué tanta tensión? —preguntó con cierta burla por la situación mientras dejaba las bolsas sobre la mesa.
—Nada, n-nada... —dijo el castaño mientras se levantaba con el plato en mano. —Terminé, e-estaré en mi habitación. —entrevero las palabras sin mirar a ninguno, aunque se vio en la obligación de ver a JiSung en cuánto pasó por su lado para dejar el plato en el lavadero, siendo después que se retiró de la cocina casi corriendo en rumbo a su habitación.
Una vez encerrado no pudo evitar esbozar esa sonrisa de emoción colocando una mano sobre sus labios con total fascinación. Jamás se imaginó pasar por algo como eso en la vida real, siempre había soñado con ser besado por JiSung, besos tan obscenos mientras penetraba su recto con brusquedad y acariciaba su cuerpo tan lento como si lo torturara.
Ahora, al sentir su respiración cruzando la suya y sus ojos mirándose con ese brillo, se sentía como en un sueño. Lástima que su sueño se cayó en cuánto llegó su adorada y apreciada mejor amiga.
—Y pensar que pude tener sus labios sobre los míos... —mordió su labio inferior con una sonrisa de solo imaginarlo.
Sin embargo, el sonido de su teléfono lo interrumpió de su extensa imaginación.
Acercándose a su mesita de noche tomó el celular fijándose en el nombre antes de contestar, llevando el teléfono a su oído.
—Bokkie~ ¿a qué debo tu llamada? —preguntó con una sonrisa mientras caminaba hacia su armario con el teléfono apoyado entre su hombro y mejilla.
—Hola dulzura~ ¡te llamaba porque tengo unas muy buenas noticias!
—Uh, te escucho. —sonrió sacando una polera de lana blanca y holgada que luego lanzó a la cama ahora yendo en busca de un pantalón.
—Resulta que los padres de Yuna no estarán hoy, ¡así que hará una fiesta y nos invitó! ¿Te apuntas? —MinHo casi rió por su pregunta
—Claro que sí, ¿has visto lo inmensa de su casa? Dios, esa mujer nada en dinero y sus fiestas son las mejores. Obvio debo ir. Además... tengo visita. —bufó
No es que no le encantara ver a JiSung en el departamento, amaba tenerlo allí. Era muy fácil entablar conversación con él y nunca aburrirse. Y no hablemos de los diversos conjuntos que muestran mucho, ¿cómo hacer para no babear?
Sin embargo, es ChaeWon la razón por la que se pone de mal humor. No es que no adore a su mejor amiga, pero si está besando y siendo tan mimosa con JiSung, 24/7, eso si le arde demasiado.
Y claro que no quiere quedarse en ese espacio a presenciar como sus labios juegan tan descaradamente con aquellos abultados que él tanto desea probar.
—Oh, ¿Han está en casa? —soltó una risa
—Tuvo un pequeño problema y se quedará aquí hoy.
—Mira, lo tienes para ti todo un día, ¿no quieres aprovechar la oportunidad?
—Lo haría si ChaeWon no estuviera, pero estará aquí y sabes que odio que se besen demostrando lo muucho que se aman.
—Posesivo en intensidad tuviste que salir.
—Ese hombre tiene la culpa por haberme convertido en ésto, desde que apareció frente a mi no dejo de pensar en él. —tiró el pantalón oscuro sobre su cama dispuesto a ponerse eso para salir—Enserio que intento pensar en lo que es correcto, pero luego se me acerca de esa forma apunto de besarme y-
—Espera... ¿Dijiste que iba a besarte?
—Bueno, estaba desayunando y él se acercó a limpiar mi mejilla al notar que me manche y... casi nos besamos. —soltó un suspiro recordando ese pequeño momento que jamás olvidaría.
—Dios, sonaste como un digno enamorado. Si tanto lo quieres solo ve y bésalo, se nota que a él también le interesas~
—Tampoco es que sea tan sencillo, hay algo que lo reprime... su novia. —gruñó
—Calma fiera, muy pronto será tuyo. Y si no resulta, tienes hileras de hombres que gustan de ti, puedes intentar con alguno.
—Ya lo intenté. —puso el altavoz dejando el teléfono en la cama—Pero nada funciona, no me gusta.
—Estás más que perdido, cariño. Debemos encontrar a alguien a la altura de Han.
—¿Pero a quién?
—Tú déjaselo a tu hada padrino, yo te consigo al galán en un abrir y cerrar de ojos.
—Por eso te amo. —sonrió comenzando a acomodar la ropa que usaría, no siendo consciente de la presencia que se acercaba a su habitación.
—¿Seguro que estás bien, amor? Estás pálido y muy tenso. —hizo un puchero acercando su mano a la mejilla del nervioso azabache
—Estoy bien, Chae. Solo... creo que empezó a darme fiebre por el clima, ya s-sabes. —mintió pasando saliva mientras la castaña de mechas blancas acercaba su mano hasta su frente
—Tienes una temperatura normal, cariño. No creo que sea fiebre. —alejó su mano viéndolo con preocupación
Pero es que ni JiSung sabía en que había estado pensando al acercarse a MinHo de esa forma.
Cuando lo vio entrar a la cocina de esa forma, le resultó la cosa más adorable que había visto, sus pequeños puños frotando sus bonitos ojos, su rizos castaños hechos todo un nido en su cabeza, sus labios abultados y aquel pijama grande lo hacían ver, por más que lo negará, muy hermoso...
MinHo de por sí es un hombre con encanto propio, sus delicadas facciones lograrían enganchar a cualquiera... y más su sonrisa simétrica.
Claro que a el azabache no le gustaba, él era un hombre hetero y tenía una hermosa novia que lo amaba con todo su corazón tanto como él lo hacía... ¿pero entonces porque cuando sus ojos se cruzaron con los de MinHo tuvo el impulso de besarlo?
Eso estaba mal, él tenía novia y eso contaba como infidelidad de solo pensarlo, hasta debió haber atormentado al pobre chico con sus acciones indebidas.
Lo que no sabía es que éste estaba más que feliz...
Debía disculparse.
No fue correcto, y no deseaba que su bonita amistad se rompiera por ese pequeño incidente que le cobró una vida.
Su cabeza estaba hecha un lío, necesitaba arreglar las cosas.
—¿Qué tal si vemos películas? Aún hay algunas horas antes de que me vaya y realmente se ve que necesitas relajarte, Sung. —acarició su mejilla con cariño que hizo sentir más tranquilo al apodado—Le preguntaré a Min si quieres unírsenos, ¿si?—dijo dispuesta a levantarse del sillón.
—¡Yo lo hago! —exclamó, exaltando a la contraria—D-Digo... yo puedo hacerlo y tú puedes ir buscando una buena p-película por mientras.
—Está bien. —sonrió extrañada por su grito, sin embargo, lo dejó pasar como una fase del nerviosismo que traía de la nada
—Ya vuelvo. —dejó un beso en la mejilla de ChaeWon, aquella que sonrió por ello antes de verlo retirarse de la sala en rumbo al pasillo de al lado
Una vez allí, JiSung soltó un largo suspiro, desechando cada una de las agobiantes emociones que lo abundaban por el miedo y el odio a sí mismo por haber actuado de tal forma frente a su novia.
Prácticamente le estaba mintiendo a la mujer que consideraba el amor de su vida, y lo peor es que su mejor amigo junto a esos brillantes ojos eran la razón de ello.
No quería ni imaginarse lo que pasaría si se enterara, aunque sabía que algún día debía saber de la atrocidad que casi cometía a sus espaldas. La infidelidad.
A pasos pesados se acercó a la habitación de MinHo dispuesto a tocar, pero entonces noto que la misma estaba abierta y de ella salían voces.
Y no es que fuera chismoso, pero no pudo evitar escuchar.
—¿Qué tal Hwang HyunJin? —preguntó una voz que no reconocía
—Es lindo, pero creo que era novio de JeongIn. —respondió MinHo mientras desabotonaba su camisa sin notar que JiSung lo observaba por la abertura de la puerta, el mismo que no notaba que se estaba por cambiar al estar de espaldas a él
—¿Kim SeungMin?
—No me gustan los sumisos, ya lo dije, quiero alguien que me domine. —sonrió mientras deslizaba la camisa por sus brazos hasta dejarla caer, exponiendo su acanelado y delgado torso junto a esa estrecha cintura que logró cautivar a JiSung, aquel que desvió su mirada al instante
Ya iba dos faltas en un día.
Si esto fuera un partido de fútbol probablemente ya lo estarían sacando de la cancha a patadas.
Dio media vuelta dispuesto a irse antes de que siguiera haciendo cosas que no debía, pero una parte de la conversación lo hizo detenerse por instinto.
—¿Y Christopher Banhg? El chico es frío, pero le encanta dominar. Además... está soltero~ —canturreo el desconocido y al parecer hubo unos segundos de silencio
—Uhm, no estaría mal, los chicos fríos y posesivos son mi debilidad. —rió y de cierta forma un sabor amargo le apareció en la boca al oír eso
No entendía porque escuchar eso lo ponía de esa forma, pero tampoco quería descubrirlo.
—¡Entonces este es el indicado! Hoy si olvidas a ese tipo que te tiene como idiota.
¿Al tipo que lo tiene como idiota?
Bien, ahora estaba haciéndose muchas ideas en la cabeza y estaba por explotar.
Primero, al parecer MinHo era un chico gay y de estado dócil.
Así que eso podía tranquilizarlo al saber que no lo dejó traumado de por vida, pero si quedaba sorprendido al saber que no era el chico hetero que se imaginó debido a su fama entre las chicas de la universidad.
Segundo, le gustaba alguien que deseaba olvidar... ¿pero a quién?...
—Espero que funcione... ya me cansé de no conseguirlo.
—¡Arriba esperanzas! Tu hada padrino nunca te ha defraudado.
—Pff. —rió a carcajadas—Bien, lo que digas Bokkie, te veo en unas horas~
—En el lugar de siempre, bebé.
—Ahí me tendrás, ¡adiós! —la llamada finalizó y un azabache más que confundido intentó calmar el desorden de emociones que estaba teniendo mientras caminaba a la sala con una pregunta sin responder
Estaba perdido.
Las horas pasaron volando, mismas donde MinHo se pasaba para la cocina con sigilo para tomar uno de sus refrescos de naranja y luego desaparecer en su habitación no queriendo ver como la pareja perfecta se mostraba afecto, y es que después del casi beso con JiSung, éste sólo evitó su mirada como si nada pasará.
Eso si era tortura.
Si hubiera sabido que eso terminaría de ese modo, entonces lo hubiera besado al menos para saciar sus ganas de tenerlo en otro aspecto donde la ropa está de sobra.
Pero todo le había resultado mal; esperaba que su suerte cambiara esa noche.
Terminando de arreglarse el cabello se sonrió frente al espejo más que listo, eran exactamente las 6:30 p.m., estaba a minutos de empezar la fiesta y prefería llegar antes para observar a sus nuevas víctimas.
Deseando poder intentar olvidar a JiSung y su arduo deseo de tenerlo en carne y hueso sobre sí.
Más que satisfecho con lo que veía, tomó su celular guardándolo en su bolsillo antes de salir de la habitación usando una polera de lana blanca y holgada que lo hacía ver más pequeño, unos pantalones negros y ajustados que resaltaban a la perfección sus rellenitos muslos y su cintura pequeña, y para finalizar unos botines negros y brillantes que iban en conjunto con todo. Y no olvidemos sus bonitos cabellos castaños ondulados que dejaba ver su precioso y delicado rostro.
Esta noche sí que mataría a muchos.
—Pero que hermoso se ve mi mejor amigo. —sonrió la castaña mirando a MinHo en cuanto se levantó para ir por más palomitas—¿Saldrás?
—Sí, me invitaron a una fiesta, probablemente llegue tarde. —sonrió agradecido con el halago a pesar de que esperaba recibir eso de alguien más, de ése que no lo quería observar
—Oh, espero que la pases muy bien, Min. —añadió más que feliz de ver a su amigo liberarse un poco de tanto estudio que lo frustró—Y por cierto, hoy tendré una cena familiar, pero me quedaré allá hasta mañana. ¿No hay problema con que JiSung se quede, verdad?—preguntó con un puchero deseando y el castaño aceptará
—No lo hay, puede quedarse. De todas formas cuando llegue él puede que ya esté dormido. —comentó mirando al tenso azabache—Bueno, será mejor que me vaya, YongBok me espera. —sonrió caminando hasta la puerta
—Claro, ¡diviértete! —dijo con entusiasmo antes de ingresar a la cocina con el bowl en manos
—MinHo.
El nombrado se detuvo en cuanto su nombre resonó con esa gruesa voz del hombre que lo tenía loco, bien, tal vez sería buen momento para correr.
—¿Si? —preguntó una vez volteó a verlo a los ojos
—Cuídate. —dijo con esos brillantes ojitos de Bambi que hacían derretir a MinHo.
—Claro, adiós JiSung. —le sonrió antes de salir del apartamento cerrando la puerta donde se apoyó segundos después con su corazón acelerado.
Tenía tantas ganas de volver y besarlo antes de irse, pero no podía, algo en él le gritaba que lo que hacía era incorrecto y es que la faceta de mejor amigo martillaba en su ser.
Antes de que JiSung llegará, ChaeWon y él habían sido los mejores amigos del mundo, confiándose de todo por más vergonzoso que les resultará.
Fue así como surgió la promesa de que, si se enamoraban de alguien, el otro aceptaría la relación y se apoyarían.
Y él estaba rompiendo eso, no quería que ChaeWon estuviera con JiSung.
Él deseaba ser el que tocará a ese alto azabache, él deseaba que lo hiciera suyo de todas las formas posibles, él deseaba besar sus carnosos labios hasta que quedarán hinchados de tanto ser maltratados.
Él anhelaba algo que no podía tener, pero que su mejor amiga sí.
Soltó un largo suspiro por décima vez mientras observaba el techo con interés pareciendo tan interesante en esa gran sala a las 2 de la madrugada.
Por más que intentó dormir, algo en él le pedía quedarse despierto un poco más y entonces ya no tuve más remedio que obedecer.
Hace tres horas se había quedado solo en un departamento que no era suyo, y desde ese entonces no había encontrado algo que pudiera hacer más que ver la televisión, cosa que ya lo estaba cansando.
Su mente divagando en tantas cosas no lo dejaba concentrarse y solo le metía en la cabeza esa pequeña figura que hace poco estuvo frente suyo luciendo demasiado precioso para ir a una fiesta, y tenía ganas de patearse por eso.
Debía sacar a MinHo de su cabeza, eso estaba mal y demasiado.
Él estaba más que seguro que Chae era la mujer de sus sueños y con quién deseaba pasar el resto de su vida, pero entonces porque de repente sus ojos se habían desviando a ese bonito castaño desde la primera vez que lo vio.
Cuando lo vio esa tarde mostrándose tan delicado no había evitado fijarse en sus lindas y bien definidas facciones, era bonito y no lo iba a negar. Pero simplemente ignoró ese sentimiento que le surgió de solo ver su sonrisa al presentarse, e ignoró la manera en que sus manos encajaban a la perfección.
Nunca se había fijado en un chico, sus gustos se definían en solo mujeres.
Y entonces... ¿por qué ahora había deseado probar a MinHo?
Sus manos tiraron fuertemente de sus cabellos con frustración, no quería pensarlo pero era imposible. Justo ahora se encontraba en una crisis de solo pensar en que el castaño podría estar en manos de cualquier hombre en esa fiesta.
Cosa que ni siquiera debería fastidiarlo.
—Debería ir o... no, JiSung, no es de tu incumbencia. MinHo es un chico grande, sabe lo que hace... —trató de recalcarse mientras deslizaba sus manos por su rostro, se sentía preocupado—Pero usando esa ropa podría pasar lo que sea... joder, quiero matarme.
Miró hacia la puerta con los nervios a flote, deseaba levantarse y salir en busca de MinHo por más loco que sonará.
No sabía donde era la fiesta ni mucho menos quiénes eran los amigos de el castaño, ¿a dónde iría si salía?
Estaba loco de frustración.
Pero entonces cuando se había levantado ya cansado, la puerta se abrió. Dejando ver así a un borracho castaño junto a un chico de cabellos oscuros que lo llevaba por la cintura, bien, estaba a punto de desatarse algo peor.
—Pero mida quien es. —rió con la lengua trenzada por lo tanto que había tomado—Creí que de irías.
—Te dije que iba a quedarme hoy. —respondió cruzado de brazos con el ceño fruncido al ver a ese sonriente chico mirando a MinHo con tanto deseo—¿Quién es él?
—Ow~ él es Christopher Band. —casi canturreo mirando al nombrado
—Banhg, en realidad. —sonrió acercándose y rozando su nariz con la del sonriente castaño
—¿Verdad que es lindo? —preguntó mirando a JiSung entonces, ese que se contuvo su gruñido
—Claro... ahora, ¿podrías irte? Gracias por traerlo. —dijo decidido a sacarlo aunque fuera a golpes
—Oh vamos, la fiesta apenas empieza. Además, él me invitó a jugar. —dijo refiriéndose a MinHo.
—Es evidente que está borracho, solo retírate. —dijo tomando la mano de MinHo para acercarlo a él, consiguiendo que Christopher dejará de tocar al castaño.
—Amigo, deberías aprender a compartir, si quieres jugar con nosotros puedes unirte. Entre más, mejor. —sonrió con superioridad y esa retadora mirada sobre JiSung.
—Vete a la mierda, idiota. —gruñó molesto siendo observado por el curioso castaño que repasaba sus tensas facciones con determinación
—Está bien, tranquilo. No tienes porque ponerte de esa forma. —rió antes de observar a un mareado MinHo—Si me necesitas solo llámame, bonito.
—Lo haré, adiós~ —le sonrió mientras lo veía dar media vuelta empezando a irse con una sonrisa para después cerrar la puerta
Fue entonces en cuánto JiSung soltó un largo y pesado suspiro caminando hasta la cocina siendo seguido por un curioso MinHo. Ese que lo vio rebuscar entre los cajones hasta sacar de uno de ellos un set de pastillas para su borrachera.
—¿Qué es edo? —preguntó haciendo pequeños sus ojos tratando de ver lo que sostenía, pero todo se veía demasiado borroso
—Pastillas para la migraña, mañana tendrás dolores intensos si no tomas esto. —dejó la píldora en la mesa junto a un vaso de agua—Cuando te tomes esto y tienes hambre hay comida en la nevera, solo caliéntala. Yo iré a dormir, buenas noches. —dijo con seriedad en su voz mientras se retiraba de la cocina
—JiSung... —dijo entre balbuceos por la borrachera
—¿Pasa algo? —preguntó volteando a verlo. El castaño se levantó de su lugar ignorando lo mareado que se encontraba, estaba seguro que luego no podría hacer algo que tanto deseaba.
—¿Eso no debería preguntarlo yo? —lo miró a los ojos una vez estuvo en frente suyo, notando la frialdad en el mirar del azabache
—No sé a qué te refieres. —negó suavemente, perdido en los brillantes que estaban sus verdosos ojos
—¿Estás celoso, JiSunggie? —el apodado sintió su cuerpo estremecer al escucharlo decir ese apodo de una forma tan dulce
—¿Qué?... no tendría porqué estarlo.
Sin embargo, el menor se acercó un poco más a él, no dejando absolutamente nada de espacio entre ambos.
—Yo sé que tú me deseas tanto como yo a ti, JiSung, no me mientas... —negó deslizando sus manos por el abdomen de el mayor, mismo que estaba ligeramente asombrado por sus palabras
—MinHo, yo tengo novia.
—¿Y eso qué importa? —preguntó acercando su mano al rostro del azabache acariciando su labio inferior con uno de sus dedos
—No puedo hacerle esto... —susurró por más que lo dejará actuar libremente
—Entonces rompe con tu novia. —susurró para finalizar antes de acercarse rozando sus labios en una efímera caricia
—No podría...
—¿No?... —preguntó mirándolo a los ojos buscando una aprobación para poder probar de sus labios
—Yo la a-amo...
—¿Estás seguro de eso?
Hubo un silencio por unos cuantos segundos antes de que JiSung soltara un suspiro rendido.
—No...
Dicho ello sus labios se unieron en un pasional beso cargado de deseo y lujuria contenida por meses, meses donde se engañaron al mirarse a los ojos esos días donde salían juntos gracias a ChaeWon.
Días donde la pasaban de maravilla intentando tomar eso solo como una amistad entre ambos, pero siempre estuvieron equivocados.
Una vez sus labios habían estado juntos sintieron todos esos sentimientos que guardaron con un candado en el fondo de sus corazones: el deseo, la simpatía, el cariño, el amor...
Las manos del más alto se acomodaron sobre su estrecha cintura acercándolo a sí, sintiendo la calidez de las manos del castaño al ser acariciadas sus mejillas. Tan suaves y tan perfectas que eran capaces de amoldar sus mejillas entre ellas.
Sus labios moviéndose al mismo ritmo del contrario rozando inconscientemente sus lenguas en pequeños roces que se volvían cada vez menos tímidos, uno consumido por el alcohol y el otro tan cuerdo que temía de lo que su instinto lo guiaba.
Era inevitable no caer en la tentación.
En un leve impulso consiguió sentar al menor sobre la mesa sin dejar de besarse siendo sus chasquidos los que resonaban en el silencio del departamento. Acercándose cada vez más para evitar dejar espacio entre ambos cuerpos calientes que solo querían estar cerca y no pensar en nada más que eso por una noche.
MinHo soltó un pequeño suspiro al sentir las frías manos de JiSung acariciar su cintura por debajo de la polera, adorando lo bien que se sentía tenerlas encima, tantos meses añorando eso y al fin podía sentir la lujuria de Han. Sus manos jugaron con su cabello deseando no romper ese beso, no quería que su sueño acabará en cuanto JiSung se diera cuenta de lo que estaba haciendo.
Soltó un jadeo entre sus labios al sentir su propia erección chocar contra la tela del bóxer, estaba demasiado sensible con simples toques sobre su cintura.
Pero en cuanto las frías manos subieron por su abdomen se sintió jodidamente perdido, esos dedos jugaron con sus pezones haciéndolo erizar. Obligándose a sí mismo a separarse del beso para largar un gemido, mordiendo seguidamente su labio inferior y cerrando sus ojos ante lo bien que se sentía. Siendo cada una de sus expresiones observadas por el azabache, aquel que sintió su propia erección hacer reacción de solo ver lo bonito que se encontraba MinHo tan sonrojado y jadeante, era más que precioso.
Soltando un corto gruñido, alzó la polera para proceder a quitarla y deleitarse con el torso expuesto del castaño, relamiendo su labio inferior ante lo que estaba por hacer. Pero sin pensarlo más solo se acercó hasta uno de sus pezones acariciándolo con su lengua y consiguiendo oír otro jadeo salir de esos hinchados labios.
El alcohol lo tenía tan cegado que era sensible ante cualquier caricia.
Su lengua rodeó con lentitud su pezón siendo partícipe de cada una de las expresiones que ponía MinHo y la manera en que su cuerpo reaccionaba por él, y eso de cierta forma lo hizo sonreír mientras volvía a cerrar sus ojos chupando el rosado pezón.
—Uhm~... c-continúa. —gimió aferrando sus manos a los hombros contrarios mientras lo veía chupar su pezón y morderlo ciertas veces, cosa que estaba acabando con él
Empezando a cuestionarse si eso solo era un sueño o era real.
Su pezón libre fue atendido por una de las manos de JiSung con delicadeza como si evitará dañarlo y eso le estaba fascinando.
Y su erección lo hizo chillar al buscar atención también por esa lengua que tantas veces le había hecho felaciones en sus sueños.
La intrusa lengua dejó su pezón para deslizarse por su abdomen como si quisiera saborear cada parte de su ser, dejando pequeños chupetones en su suave pancita hasta alrededor de sus pezones para terminar en su cuello aspirando el embriagante aroma de su loción.
—Dime que me detenga ahora o no podré parar, MinHo... —susurró dejando un beso en el cuello del nombrado
—No t-te detengas... no lo hagas. —rogó en un susurro antes de jadear fuerte cuando sintió la erección de JiSung rozar la suya haciendo que haga su cabeza para atrás ante la excitante fricción—S-Sigue, Hannie~... mgh.
El apodado gruñó por lo bien que se escuchaba al salir de sus labios y entonces no lo pudo evitar, lo cargó en sus brazos uniendo sus labios mientras caminaba hasta la habitación del castaño.
Una vez dentro cerró la puerta con su pie recostándolo sobre la cama hasta tenerlo debajo suyo y totalmente a su merced.
Sus ojos repasaron las bonitas facciones de MinHo, sus pómulos sonrojados, sus labios rojos y los brillantes de sus ojos que resaltan entre la oscuridad de la habitación siendo su única luz la que se colaba por la ventana.
Se acercó rozando sus labios antes de volver a besarlo, tomando su mentón con una de sus manos mientras los brazos del castaño se enredaban en su cuello como sus piernas en su cintura deseando tenerlo cerca a su cuerpo.
Al minuto sus erecciones chocaban entre sí ocasionando que los dueños gimieran entre el húmedo beso donde sus lenguas jugaban en una batalla sin final. MinHo descendió su mano por los abdominales aún cubierto de JiSung deseando quitar la delgada tela que cubría su firme torso marcado, y en cuanto el azabache supo lo que buscaba no pudo evitar sonreír en medio del beso antes de separarse bajo la queja de un mareado castaño que solo quería besarlo.
Pero sus quejas quedaron de lado una vez la camiseta de JiSung se alzó hasta ser quitada completamente dejando expuesto su abdomen trabajado, sus anchos hombros y esos cuantos tatuajes que por primera vez MinHo podía contemplar.
Sin pensar de más pasó su índice por sobre unas de las letras –que cubrían la blanquecina piel del mayor atento a sus acciones– con delicadeza notando que eran "LK" lo que resaltaba ahí.
Y entonces lo recordó...
—¿Qué piensas hacer en cuanto termines la universidad? —le había preguntado el azabache mientras rondaban por el campus de la universidad en busca de ChaeWon
—¿Yo? Bueno, voy a convertirme en un gran cantante y mi nombre será Lee Know. —sonrió con sinceridad y JiSung imitó su gesto
—Eres todo un soñador.
Sus ojos se abrieron un poco más antes de mirar a JiSung con total adoración.
—¿Lo recuerdas aún?... —preguntó en un susurro viendo a JiSung ladear un poco la cabeza al no entender, pero al ver que se refería a uno de sus tatuajes no puedo evitar tensarse al olvidar que lo tenía
—Digamos que... puede q-que recuerde cada palabra. —susurró junto a una pequeña risa nerviosa por confesar algo así, sin embargo, el castaño se sonrojó más que solo por la borrachera
—Tú... agh. —JiSung sonrió ante su adorable quejido antes de acercarse y juntar sus labios sintiendo como las intrusas manos de MinHo se desplazaban por sus abdominales con afán de recordar cada parte de su ser como si fuera la primera y última vez que lo tendría así
Las palabras sobraron al momento de retirar las prendas restantes, quedando completamente desnudos mientras se besaban, rozaban y acariciaban llenando la habitación de gemidos y el fuerte olor a sudor que los envolvió por la intensidad que compartían.
Los dos primeros dígitos acariciaban sus paredes con lentitud mientras soltaba infinidad de insultos por lo tanto que le encantaba eso, ¿cómo es posible que eso le gustará tanto? Tantos chicos han pasado por su cama y ninguno lo hizo sentir tan deseoso de más como JiSung, quién lo cuidaba a pesar de todo, pero siendo rudo al encontrar sus labios.
Justo de su tipo.
Sus bonitos labios soltaron un fuerte jadeo cuando se corrió sobre su abdomen al no aguantar más, sus caricias, sus besos, sus toques, sus roces, dios. Han JiSung lo tenía a sus pies...
No obstante, cuando sintió la glande rozar contra su entrada se sintió fallecer ahí mismo, ahora sabía lo que era una tortura en cuánto la suave punta se deslizó de arriba hacia abajo sobre su abertura.
Pero pudo dejar de quejarse cuando la punta se adentro de a poco haciéndolo gemir fuertemente que juraba y sus vecinos podrían saber que estaba pasando en ese apartamento. JiSung soltó un gruñido ante la estrechez que lo rodeó, sin embargo, hizo lo posible por adentrarse lo más que pudo viendo a MinHo estremecerse al tenerlo dentro completamente, sus manos se aferraban a las sábanas y mordía sus labios soltando pequeñas lágrimas de sus bonitos ojos como lloriqueos de sus labios.
—¿Duele? —besó su mejilla con cariño evitando moverse mucho para que se acostumbrara
—Eres m-más grande de lo q-que se veía, uff~ —gimió al sentir que sus paredes se apretaban más—A-Ah, ¿por qué s-sigue creciendo? —preguntó entre balbuceos y JiSung desvió su mirada
—Es t-tu culpa. —se excusó, pues ver a MinHo de esa forma, tan sonrojado y gimiendo debajo suyo era algo nuevo para él
Nunca se había imaginado que tendría a el castaño bajo suyo mientras tenían sexo.
Pasando unos segundos entre besos y caricias, el menor logró calmar sus lloriqueos reemplazando eso por vivo placer en cuanto Han se movió en busca de acomodarse y eso ocasionó que gimiera de placer.
Al escuchar eso JiSung comenzó a moverse con dificultad, entrando y saliendo con delicadeza. Soltando pequeños suspiros ante lo bien que se sentía invadir sus paredes y por lo bien que se oían los gemidos de MinHo sobre su oído.
Las uñas de el castaño rasguñaron su espalda por cada que entraba y salía de su interior aumentando cada vez más la intensidad, resonando el chicloso sonido de su miembro ingresando y la forma en que sus caderas chocaban contra sus sonrosados glúteos por cada embestida.
Sus besos fueron desesperados al igual que sus caricias mientras chocaban entre sí lo suficientemente idos como para pensar en lo prohibido que era eso.
La madera de la cama rechinaba ante cada vez que impactaba contra la pared, sin embargo, nada los detuvo del deseo que se traían.
Llegando al perfecto clímax que hizo correr por segunda vez a un jadeante MinHo y siendo minutos después JiSung, quién dejó esparcir su esencia en su interior haciéndolo sentir aún más lleno.
Sus respiraciones agitadas abundaron la habitación una vez el azabache procedió a salir de su interior con delicadeza, pero logrando sacarle un suspiro ante el vacío que le dejó.
Sus miradas se volvieron a encontrar por unos segundos en los que sus rostros se acercaron hasta compartir un último beso más suave y dulce mientras su cuerpo amoratado era abrazado por los fuertes brazos de Han sintiendo la calidez recorrer su cuerpo.
Debía admitir que había sido la mejor noche de su vida.
La mañana arrasó contra su rostro haciéndolo chillar por la resaca, no tenía ganas ni de levantarse aún. Se sentía tan cansado, su cabeza daba vueltas y sus piernas que solo deseaba dormir un poco más.
Sin embargo, en cuanto estiró su brazo a un lado suyo y sintió el vacío en ese espacio, fue suficiente para hacerlo levantarse abruptamente.
Sus ojos se abrieron rápidamente buscando en todos lados con desesperación, pero no encontró nada. Y temía que todo lo que pasó la noche anterior solo haya sido un sueño.
Rápidamente caminó hasta el baño mirándose en el espejo y notando los pequeños moretones en su piel que no estaban cubiertas por su pijama, junto a una que otra mordida que lo hizo abrir sus ojos como platos.
Entonces no lo había soñado...
Pero si no fue así, ¿dónde estaba JiSung?
Se lavó el rostro rápidamente y se arregló el pijama para no dejar en evidencia su maltratada piel. Una vez estuvo listo, salió de la habitación buscando con su mirada al azabache e ignorando el dolor en su cien, pero en su lugar encontró a una angustiada castaña que estaba sentada en el sillón siendo sus ojos evidencia de que había llorado o estaba a punto de hacerlo.
—¿Chae? —preguntó mientras se acercaba a la chica, misma que al verlo comenzó a llorar acercándose a él casi corriendo para así abrazarlo. Eso lo desconcertó aún más—¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? —insistió.
—JiSung... e-él, me p-pidió tiempo.
MinHo abrió sus ojos en grande por la sorpresa.
—¿Tiempo?
—Sí, c-cuando llegué él estaba sentado en el sillón y m-me dijo que debíamos hablar. —dijo entre lloriqueos ocultando su rostro en el hombro del contrario—Entonces m-me dijo que no se sentía bien, que quería u-un tiempo para pensar las cosas... —lloriqueo aún más—¿Hice a-algo mal? No entendiendo, ayer estábamos b-bien.
Y por más MinHo le dejó caricias en su cabello para calmarla, no pudo evitar sonreír con superioridad.
Después de todo, había obtenido lo que tanto quería desde un principio.
Han JiSung ahora era todo suyo.
fin.
Todos los créditos a shydxt
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Besitos 💋
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