Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte única.

Jungkook:

Llegaste a mi vida y le diste luz.

Al principio todo iba de maravilla, a tu lado me sentí vivo, me sentí amado y protegido.

Siempre sabías que decir, no importaba que fuera, yo sonreía como un tonto, era de ese tipo de sonrisas que transmiten verdadera alegría y logran que la gente a tu alrededor se de cuenta de lo iluminada que está tu alma, porque tu ser entero irradia luz.

Cuando te conocí literalmente caí por ti, tu belleza etérea, tu personalidad ni se diga, eras todo lo que podría desear, gracioso, inteligente y atrevido, pero también tus sentimientos eran maravillosos.

Siempre sabías que decir para hacerme sentir bien, y a pesar de todo eso te deje ir.

Me sentía mal conmigo mismo.

Sentía que defraudaba a mis padres por amar y estar enamorado de alguien de mi mismo sexo. Y aquél pensamiento vivía atormentándome.

Porque sí, ellos estaban decepcionados de que me gustaran los chicos, así que yo me sentía mal por estar enamorado de ti.

Tú lo tomaste como excusas. Lo comprendo, de un día para otro terminé contigo, pero la realidad es que no podía con la culpa, mi propia mente vivía atormentándome, vivía preguntándome sobre lo que pasaría si mis padres se enteraban de lo nuestro, créeme, ya me había pasado y no quería que volviera a suceder, así que entré en pánico, y eventualmente hice lo que me pareció correcto:

— Vamos a terminar. —Te dije, luchando por no delatar lo miserable que me sentía, luchando contra aquellos recuerdos de papá y mamá diciéndome que no podían aceptarme, con sus rostros llenos de decepción. Estaba luchando por no dejar salir las lágrimas, aquellas que sentía aproximarse cada vez más.— Sé que mereces a alguien mejor.

Alguien que no huyera de sus problemas, ni tuviera miedo de mostrarle al mundo a quien realmente ama.

Terminé contigo porque creía que era lo mejor para los dos, pero sólo pensaba en mí mismo. Y cariño, ¿era lo mejor para mí? Por supuesto que no lo era, porque los días que transcurrieron desde entonces continué pensando en ti cada día. Odiándome por haber dado fin a mi felicidad.
Nuestra felicidad.

Seguí pendiente de ti en las redes sociales.

Seguí llorando por ti en las madrugadas, a pesar de que fui yo quién terminó la relación.

Porque fuiste mi luz.

Y no quería perderte.

Así que tuve que pedirte que quedáramos como amigos.

Comencé a salir con otros chicos, incluso con chicas, todo únicamente para tratar de olvidarte. Pero no funcionaba.

Sabía lo que sentía por ti, y no podía simplemente engañarme a mí mismo.

Te amaba, aún lo hago.

Así que meses después tuve el valor de decirlo.

Y fui el chico más feliz del mundo cuando me miraste a los ojos, me sostuviste las mejillas y me dijiste:

—Jamás pude dejar de pensar en ti, jamás pude enamorarme de alguien más.

Y ese fue nuestro nuevo comienzo, nuestro nuevo intento. ¿Qué importaba ya lo que mis padres pensaran? Nadie iba a contárselos de todas maneras, y tampoco estaba preparado para intentar hablarlo con ellos nuevamente, así que mantuvimos nuestra relación en secreto.

Ésta vez me sentía más seguro.

Me sentía apoyado, protegido y amado.
Me sentía afortunado por tenerte.

Y de nuevo, todo marchaba bien, pero lo arruiné. Lo arruinamos.

Eras la luz de mi vida, y te dejé ir.

Cada día a tu lado me traía sonrisas.

Es una lástima que haya sido tan tonto por haber dejado ir aquello que teníamos.

Quiero que sepas que tampoco escribo esto solo para lamentarme o intentar conmoverte, es decir los últimos días que estuvimos juntos fueron demasiado duros, comenzaste a faltarme, demasiado. No había día que no lo hicieras, todo el tiempo estaba preocupado, extrañándote, esperando por ti, esperando a que aparecieras, y era increíble como aún después de que me faltabas incluso por semanas —quizá días solamente—; una hora de esa semana hablando contigo me hacía la persona más feliz sobre la faz de la Tierra.

Sin embargo sé que crees que todo terminó por mi culpa y yo sabía que tenías mucho orgullo, que no admitirías tus errores.

Pero cariño, dime, ¿recuerdas lo que me habías dicho?

Me habías dicho que todo volvería a ser como antes. Lo prometiste, me estrechaste entre tus reconfortantes brazos, y me dijiste al oído que te habías dado el tiempo de pensarlo, que sí me amabas aún. Yo realmente lo creí, y créeme, sí sabía que me amabas, el amor que me transmitías se sentía como el amor más puro y mágico que había sentido en mi vida, me hacía sentirme completo, pero la burbuja en la que vivía se reventó cuando volviste a desaparecer, esa fue la gota que derramó el vaso.

La que me colmó la paciencia.

La que me destruyó por completo y me hizo estallar contra ti, la que me hizo odiarte. Nunca había creído probable la posibilidad de poder amar y odiar a alguien al mismo tiempo, pero contigo lo hice.

Te amé y te odié al mismo tiempo, por comenzarte a alejar de mi sin explicación.

No estabas cumpliendo tu promesa, estábamos retrocediendo en lugar de avanzar, y yo tenía miedo de perderte, tanto que terminé refugiándome en alguien más y tratando de hacerme creer a mi mismo que merecías todo lo que te dije la última vez que te hablé, todas las palabras hirientes, los gritos, los reproches, absolutamente todo, creí que los merecías porque realmente me hiciste daño, porque estaba aferrado a la calidez de tu tacto, al sabor de tus besos, estaba aferrado a ti, y por nada del mundo quería perderte, la simple idea me destruía por completo.

Eso sólo significa que realmente te amé, quizá aún te amo, no lo sé, mi corazón aún late desbocado cada vez que pienso en ti, me atormenta cada día saber qué deje ir a alguien tan maravilloso como tú, porque sé que pude haber sido más paciente, pude haberte ayudado a mejorar, sabía que estabas mal y solo quería hacerte saber que tu ausencia me hacía mal a mi, quizá incluso parecía que siempre intentaba hacerme la víctima, quizá fui tóxico, pero realmente te amé.

Realmente te amo.

Sólo quiero que sepas, lo sé, fui un completo idiota contigo, no supe comprenderte, pero no me dabas la atención que merecía y eso me descontroló por completo, me destruyó.

¿Que puedo decir? Soy demasiado complicado, y soy demasiado impulsivo, tanto que cuando me enojo digo cosas de las que luego me arrepiento.

No merezco tu perdón, no merezco que mal gastes tu tiempo en mí, pero aún así sólo quiero hacerte saber que te necesito, aún cuando no quiero admitirlo, me hiciste tan bien, y lo arruiné ¿soy el estúpido más grande del mundo por eso? quizá así sea.

Te amo aunque me haga daño, aún cuando ya no me quieras en tu vida, aún cuando te dije que ya no lo hacía, me di cuenta que era mentira... Y ahora, ahora mi error no  deja de atormentarme.

Pero duele aún más saber que crees que lo nuestro fue una pérdida de tiempo, lo siento quizá si fui muy inmaduro, pero estaba asustado, dolido y demasiado roto. Así que hice lo que creí mejor para mi bienestar emocional.

Grave error.

Bebé, aún te necesito, necesito tu luz en mi vida.

Te amo, aunque creas que soy de lo peor, yo también creo que lo soy, por haberte dejado ir tan fácil, por haberme interesado más en mí que en ambos.

Debí saber qué no simplemente podría superarte...

Sólo quiero que seas muy feliz, aún si ya no puedo volver a formar parte de tu vida, seré feliz sabiendo que tú lo eres.

Simplemente gracias; gracias por tanto, y perdón por tan poco.

Tu sonrisa, tus labios, los pequeños lunares en tu rostro. Son pequeñas estrellas en la galaxia que es tu piel y el universo que es tu cuerpo.

Estrellas que perdí para siempre.

Pensé que hacía lo correcto para estar emocionalmente bien, traté de convencerme de que estaba en lo correcto al haber enterrado mis sentimientos bajo llave en el fondo de mi corazón, pero no contaba con que seguiría necesitándote en mi vida, ¿cómo es que fui tan tonto por creer que no te necesitaría más? Era obvio que te seguiría necesitando, pero no quería aceptarlo, porque no quería perder mi dignidad.

Sin embargo, heme aquí, escribiendo esto mientras las lágrimas no cesan de correr por mis mejillas, nublándome la visión por segundos, para finalmente aterrizar en las hojas de papel en las que tan fervientemente dejo salir todo lo que siento, haciendo que la tinta se corra.

Bebé, te amé tanto, con mi alma entera.

Te amo, y aún a meses de haber terminado no puedo dejar de amarte, lo siento, esa es la verdad, pero me cegué y solo pensé en mi mismo, me refugié en los brazos de alguien más y traté de convencerme de que podría simplemente olvidarte.

Sé que no merezco tu perdón. Sé que crees que soy un inmaduro y que lo nuestro fue una pérdida de tiempo, y no puedo enojarme aunque me duela, porque a fin de cuentas era yo quien estaba herido, dolido y tan roto, estabas volviendo a distanciarte, es eso, a pesar de que habíamos prometido que lo superaríamos tú te distanciaste nuevamente, te volviste a alejar de mí sin explicación, sin excusas. Y me odio por decirlo, pero te odiaba y te amaba al mismo tiempo por eso. Y también me odio por haberte dejado, por no haber dejado que ambos lo solucionáramos, ahora todo el tiempo se siente como que no podré perdonarme por esto nunca más.

Perdón, simplemente perdón por haber caído tan bajo.

Perdón por haberme interesado más en tratar de hacerte sentir mal, por reprocharte tus defectos, supongo que el amor nos vuelve vulnerables, débiles y un blanco fácil de herir. Nos convierte en personas totalmente diferentes, porque cuando el amor florece, nunca volvemos a ser los mismos, mucho menos cuando se marchita. Nos vuelve débiles, aún cuando queramos ser fuertes, pero por tratar de ser fuertes y resistir a sus heridas de batalla, terminamos hiriendo a alguien más. Es un ciclo que no hace más que repetirse.

Desearía poder decir que el amor es el peor sentimiento por el dolor que nos causa, pero para qué decirlo, si sé bien que soy un masoquista, y que aún cuando nos hiciéramos daño mutuamente, yo amaba sentir el dolor, porque era una prueba de que el amor existía.

Y créeme, en mi el amor por ti jamás se extinguirá, no importa que pase, por siempre te atesoraré, cariño. En mi corazón.

Sé que cuando todo acabó sólo te reproché, te mostré la versión de mí mismo que nadie más conocía, la versión impulsiva, celosa, y controladora, aún cuando debí darte más amor que reproches. Más felicidad que problemas. Porque sí, todos los seres humanos cometemos errores y yo siempre quería que admitieras los tuyos, pero no me daba cuenta de la horrible persona que estaba siendo contigo. No me di cuenta de que estaba haciendo que quisieras alejarte de mi.

Por eso abro mi corazón y lo expongo ante ti, dejo salir todo aquello que tenía por decir, te muestro a la pequeña parte de mí que es frágil, vulnerable y sobre todo honesta.

Perdón, por todo el daño que llegué a causarte, por no haber querido comprenderte, por haberme cegado ante tus debilidades, por haber hecho oídos sordos ante la parte de ti que pedía a gritos ser comprendida, debí de apoyarte y no lo hice, preferí responsabilizarte de todo lo malo que estábamos pasando como pareja y lo arruiné.

Perdí a un amigo, perdí probablemente al amor de mi vida, perdí a una persona maravillosa y todo por haber pensado más en mí que en ambos. Quizá sea muy tarde para una disculpa, aunque como dije, no pido tu perdón, simplemente quiero que sepas cuán arrepentido estoy por haberme permitido dejarte ir, por haber sido tan egoísta. Y lo hago también en un intento de que no te quedes con esa estúpida versión de mí. Quizá esto sea cobarde y egoísta, querer siempre volver a tus brazos y tener esperanza de que me recibas con éstos abiertos, pero sé que es estúpido, he cometido el mismo error dos veces y no, realmente no espero tu perdón porque soy consciente el daño que te causé, todo por pensar más en mí mismo. Pero realmente reflexioné y créeme cuando lo digo, en realidad fui muy feliz contigo y te agradezco por el breve —y hermoso— tiempo que pasamos juntos.

Y nuevamente, no espero tu perdón, pero aún no sé si yo podré perdonarme.

Sin embargo, si tenía que perderte para amarme y perdonarme, créeme que lo intentaré.

Y aunque sea nuestro último adiós, me iré feliz sabiendo que a pesar de todo dimos todo lo que pudimos dar.

Así que aunque me arrepiento de muchas cosas no me arrepiento de haberte dejado ir, porque, ambos salimos lastimados. Y ambos tenemos que sanar, pero sé que no lo haremos si continuamos juntos, por eso ahora puedo dejarte ir.

Y de todo corazón, espero que aún cuando estemos separados podamos ser felices.

🥀

shameless-devil ; 2020

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro