07. Si algo puede salir mal, saldrá mal
Mis pies comenzaron a avanzar por la bodega, mientras mis ojos se dedicaban a observar meticulosamente cada rincón de esta. No se veía una bodega abandonada como imaginé, de hecho lucía bastante limpia y ordenada.
Llegué hasta un escritorio que se encontraba al fondo y sin dudar un segundo comencé a abrir cajones, parecía una completa loca. En ellos había una gran cantidad de papeles, no tenía tiempo para observar a detalle ninguno, pero no hizo falta.
Me detuve cuando la vi.
Había una carta debajo de muchas otras, que fácilmente pudo pasar desapercibida ante mis ojos, pero había algo diferente en ella, algo que me hizo verla.
Mis dedos rozaron algunas hojas por encima, apartando una que otra, quité la mayoría hasta que pude ver mi objetivo por completo.
Un escalofrío atravesó mi cuerpo, me tensé un poco antes de tomar el sobre entre mis manos. Lo acerqué más a mí, como si al tenerlo más cerca las palabras en él fueran diferentes, pero eran las mismas:
Era una carta con mi nombre como destinatario.
Repasé visualmente la tinta, las letras eran muy hermosas y el brillo sobre ellas era hipnotizante.
Pero claro, mi vida no es perfecta y la gente tiende a entrometerse en mis asuntos cuando menos debe.
—¿Katherine? —preguntó Jaden, parado en la entrada de la bodega.
¡Carajo! Los Winsclerk parecen moscas, te deshaces de uno y aparece otro.
Cerré rápidamente el cajón y hablé.
—Estaba buscando a Reyth —hablé mientras mis dedos deslizaron la carta hacia mí y con mi cadera empujé el cajón.
Me miró con incredulidad.
—Ah claro, en el cuarto de costura —masculló con sarcasmo.
Me limité a asentir mientras caminaba de regreso a la puerta.
—Es una casa muy grande ¿Sabes?, uno se pierde muy fácilmente, deberían poner un letrero en cada cuarto y pasillo —hablé con obviedad.
—Sí, claro, pondré un letrero en cada cuarto que diga Katherine, no metas tus narices aquí —dijo con un tono de molestia.
—Si eso te parece correcto, adelante —me encogí de hombros y salí del supuesto cuarto de costura.
Escuché los pasos de Jaden atrás de mí. Di varios pasos sobre el pasto y me detuve en la orilla de la alberca.
Pésima decisión.
—Oye, de verdad no comprendo, ¿qué ocurre contigo? ¿Por qué te metes a cada cuarto sospechoso que ves? Deberías agradecer que no te he sacado de mi casa —comenzó a molestarse más.
—¿Sospechoso? —deslicé mi mirada hacia él y enarqué una ceja.
¿Quién le dice a su propia casa sospechosa?
—Yo nunca dije que me parecieran sospechosos —advertí con una sonrisa en el rostro. Jaden sabía algo.
Abrió un poco los ojos sin voltear a verme.
—No, no, solo supuse que eso eran para ti —desvió la mirada restándole importancia.
Me reí mentalmente.
—Por supuest...
Y entonces pasó.
Porque recuerda, por muy mal que esté tu día, siempre se puede poner peor, mucho, mucho peor.
No pude terminar la oración porque algo me golpeó de costado y mi cuerpo entero se tambaleó, cayendo hacia la enorme piscina.
Ni siquiera me dio tiempo reaccionar a lo que acababa de ocurrir, me vi envuelta en agua helada.
Cada musculo y nervio de mi débil cuerpo se paralizó debido a la horrible temperatura del agua.
Yo no sabía nadar. No intenté manotear o patalear, solo me quedé inmóvil. El agua me dejó inmóvil.
En mis últimos segundos de conciencia pude ver a Jaden a través del agua azulada, pero había otra a su lado. Parecían reclamarse algo.
Traté de respirar y pronto mis pulmones se llenaron de agua. Sentí mi cuerpo colapsar y mi pecho arder.
Todo se volvió oscuridad muy lentamente.
Perdí el conocimiento.
◃•◈•▸
Sentí un hormigueo en mis extremidades y una oleada de calor sobre mi cabeza.
Abrí los ojos de pronto y tomé una fuerte bocanada de aire.
Lo primero que vi al tener conciencia de nuevo fue el cuerpo empapado de Jaden a mi lado y dos figuras irreconocibles paradas cerca de mí.
No puede ser.
Inhalé profundamente una y otra vez, intentando normalizar mi respiración. Tosí varias veces antes de lograrlo.
Aún podía sentir la horrible sensación de ardor en la garganta.
Joder, eso fue lo más cerca de la muerte que había estado en toda mi vida.
Parpadeé repetidas ocasiones, el agua me había empañado la vista, mis ojos aun ardían. Entrecerré los ojos hasta que por fin pude enfocar mi entorno.
Reyth y otro chico estaban de pie junto a mí.
Malditos.
Volví a cerrar los ojos e inhalé hondo, estaba intentando tomar paciencia.
—¿Estás bien? —la voz de Reyth sonó con preocupación.
¿Tan mal me veo?
Asentí aún con los ojos cerrados.
—Perdón —una voz que jamás había escuchado llegó a mis oídos, sonaba un poco arrepentido pero divertido a la vez.
Abrí los ojos ubicando inmediatamente el origen de la voz, era un tipo con buena pinta. Lo examiné, era pelirrojo con el cabello levemente rizado, este le caía a los costados de la cara, su piel estaba pálida con algunas pecas poco visibles, sus ojos eran un verde tan claro que su pupila resaltaba notablemente, tenía un arete curioso en la oreja izquierda.
Aun así quería golpearlo, estaba temblando de frío, con sensación de ardor en la garganta y posiblemente Jaden me había dado respiración de boca a boca, me sentí furiosa.
—Tú —me incorporé sentándome en el lugar donde me encontraba mientras mi dedo índice lo señalaba directamente.
—No, no, antes de que me intentes asesinar, debo decir que fue un accidente, yo arrojé un balón hacía Jaden, mi intención no era que te golpeara a ti, tengo pésima puntería sabes —se encogió de hombros y se rascó la nuca mirando hacia otro lado.
No se veía muy arrepentido.
Un momento, ¿un balón? ¿Un balón me empujó a la piscina? ¿Pues acaso soy de papel?
Mis ojos se despegaron del pelirrojo e inspeccioné el lugar. Por supuesto, yo sabía lo resistente que podía llegar a ser, era imposible que un simple balón me arrojara a la piscina, mis ojos se posaron en el "balón", que en pocas palabras era una esfera enorme de playa.
Ah, ahora ya tenía sentido.
Suspiré en frustración, mi mirada se posó en mi vestido empapado, era un buen vestido, un poco de agua no lo dañaba, aun así no podía evitar sentirme mal por el estado en el que se encontraba.
Reyth notó mi mirada desanimada, porque inmediatamente habló.
—Te daremos un poco de ropa, ven —me ofreció una mano y enseguida mi corazón se encogió dentro de mi pecho.
Hace unos minutos me escapé de su presencia dejándolo solo y ahora él me está ayudando.
Acepté su ayuda y me levanté sosteniendo su mano, mi cabello se adhería a mi cara por el agua que corría sobre él.
—Bueno, al menos díganme quién es la bella dama que acabo de arrojar al agua —el idiota pelirrojo sonrió, mostrando sus perfectos dientes blancos.
Le puse mala cara y bufé.
—Mejor a mí díganme quién es el imbécil que me arrojó al agua —giré los ojos y comencé a caminar.
—Soy Zyra Waldorf, es todo un placer linda —me guiñó un ojo y estiró su mano hacía mí en gesto de saludo.
Lo miré confundida, no podía negar que era simpático, imbécil, pero simpático.
—Soy Katherine —correspondí su mano y él me dedicó una sonrisa encantadora.
Jaden pasó en medio de los dos haciendo que nos separáramos.
—No es por interrumpir su romántica presentación, pero estoy empapado y hace un frío del carajo aquí, ¿podrían mover el culo y comenzar a caminar? —bramó con recelo.
Pude ver como Zyra se mordió el labio inferior mientras intentaba ocultar una sonrisa, se quedó mirando fijamente a Jaden y luego asintió.
—Como digas —dijo inclinándose un poco hacia él y luego continuó caminando con las manos en sus bolsillos.
Quedé un poco confundida por la escena, pero tenía más frío que ganas de resolver acertijos así que decidí por seguirlos sin decir más.
◃•◈•▸
—Son unos imbéciles —murmuré tiritando de frío y en voz baja pero con tono de enfado. Sí, mi molestia regresó cuando después de cambiarme, recordé que casi muero ahogada.
—¿Disculpa? —Jaden frunció el ceño mientras preguntaba ofendido.
—Disculpa aceptada, ahora me voy —me levanté de la cama y comencé a caminar hacia la salida de la habitación, pero entonces Jaden sostuvo mi brazo deteniéndome.
—No, un momento, ¿no nos dirás ya quién eres y por qué estás aquí? —preguntó casi desesperado por saber la respuesta.
—Soy Katherine y estoy aquí porque el idiota de allá me aventó a la estúpida piscina —señalé a Zyra, quien se encontraba al otro extremo de la habitación.
—No me refería a tu nombre ni mucho menos a tu presencia en mi habitación —Jaden sonó irritado, estaba perdiendo la paciencia.
Lo bueno que yo tenía bastante.
Zyra tenía la boca abierta en sorpresa por la palabra "idiota" con la que lo describí.
—Ya te dije que no fue m...
—Sí, sí, no fue tu intención, lo comprendo, que no haya sido tu intención no quiere decir que no haya ocurrido —lo interrumpí.
—No estés reclamando, tú fuiste la que se metió en una fiesta sin ser invitada —masculló el rubio ya molesto.
—Bien, tienes razón, pero te recuerdo que tú dijiste, y cito "ella es nuestra nueva invitada" así que técnicamente ya no me puedes echar en cara eso —hablé relajada y con obviedad.
—No te tomes tan en serio las cosas que digo —dijo.
—¿Por qué? ¿Porque lo dijiste solo para molestar a Karim? Claro, porque eso es muy maduro Jaden.
Zyra se quedó con una mirada sorpresiva fija en el suelo.
—¿Y tú qué sabes por qué lo dije? Tal vez fueron las estúpidas gardenias carcomiéndose mi cerebro —soltó defendiéndose.
—Bien, culpa a las flores de tu inmadurez —me volví a sentar en la orilla de la cama con los brazos cruzados.
Entonces tras unos segundos de silencio incómodo, el pelirrojo fue el que habló.
—¿Se dan cuenta que ambos están siendo inmaduros? Parecen niños peleándose.
—Ah no, tú no, el balón enorme que me arrojó al agua dice lo contrario sobre ti, no tienes derecho a hablar sobre madurez —exclamé intentando sacar a Zyra de la conversación.
Sus ojos se abrieron como platos y parecía confundido.
—No estábamos hablando de mí, hablábamos de ustedes —frunció el ceño mientras retomaba su posición de brazos cruzados cual niño haciendo una rabieta.
La puerta de la habitación se abrió, mostrando a un Reyth alegre con dos vasos en sus manos.
Reyth había ido por chocolate caliente para Jaden y para mí.
—Tomen —nos ofreció un vaso a cada quien. Reyth era un chico muy dulce, nada comparado con Jaden o Karim, supongo que los tres eran completamente diferentes. Me pregunto cómo será Leydan.
Tomé el vaso con ambas manos tratando de entrar en calor.
—No comprendo cómo es que estabas en la piscina cuando ibas a ir al baño —me preguntó Reyth, pero no sonaba molesto, sino realmente confundido.
De reojo vi como el rostro de Jaden giró lentamente en mi dirección, como si comprendiera perfectamente lo que había ocurrido.
Oh no.
Pero entonces la puerta de la habitación se abrió nuevamente, salvándome de las preguntas que probablemente me haría Jaden. Karim estaba parado en la puerta con la misma mirada de molestia que había estado teniendo en todo el rato que llevaba aquí.
—Creí decirles que fueran con los invitados —soltó Karim seguido de un suspiro de cansancio.
—Sí, pero Zyra tiró por accidente a Katherine a la piscina —explicó Reyth.
—Zyra, ¿en qué momento llegaste? —Karim entró a la habitación, dirigiéndose únicamente al pelirrojo e ignorando a todos los demás.
—Hace como media hora, quería sorprender a Jaden aventándolo a la piscina, pero mi pésima puntería nos terminó dejando aquí.
Cuando Zyra dijo "aventándolo a la piscina" Karim giró instintivamente la cabeza en dirección a Jaden.
—¿Se mojó tu traje? —preguntó.
—Sí, alguien tenía que sacar a Katherine de la piscina, ni siquiera intentó salir por su cuenta —Jaden habló negando levemente con la cabeza.
—No sé nadar —me justifiqué.
—Pero cualquier persona normal hubiera manoteado al menos, te quedaste inmóvil, ¿tienes instintos suicidas o algo así?
—El agua estaba helada, aunque me hubiera querido mover no habría podido —me justifiqué.
Pero era mentira, él pudo nadar en el agua fría para sacarme, pude haber manoteado, pero no tuve la fuerza emocional para luchar por salir.
—Jaden, aún no hemos hecho el brindis y ya no tienes traje, no bajaras con los invitados con eso puesto —Karim señaló de pies a cabeza el infantil pijama anaranjado de Jaden.
—A mí me parece que tiene mucho estilo —hablé dándole un sorbo a mi chocolate caliente, estaba delicioso, sentí que recuperaba mi temperatura corporal otra vez.
Karim me dio una mirada de pocos amigos y preferí desviar mi vista a cualquier cosa que no fuera él.
—Estoy hablando enserio, no bajaras al brindis así, y será mejor que lo resuelvas ahora porque en veinte minutos debemos estar todos abajo —finalizó un Karim enojado, luego atravesó la puerta de la habitación perdiéndose de mi vista.
Suspiré, si creía que esta noche no iba a ser cosa del otro mundo estaba realmente equivocada, los Winsclerk son un imán de problemas, con ellos aplica perfectamente la ley de Milo Murphy, porque con ellos, si algo puede salir mal, definitivamente saldrá mal.
Nos miramos entre nosotros sin decir una sola palabra, parecíamos perritos regañados.
***
Buenas, tengo frío como siempre, help.
Nos leemos en el próximo capítulo, besos.
—Ariel R. Zales
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro