Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Veintiséis


Abro mis ojos desorientada. Miro alrededor lentamente y parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz del lugar que reconozco de inmediato. ¿En qué momento terminé aquí? Frunzo el ceño y me paro más lenta de lo normal, tocándome un costado de mi abdomen donde siento un dolor terrible. Me inclino un poco hacia adelante y noto la puerta de la habitación abierta. Al otro lado lo veo a él, apoyado en el marco de la puerta, con sus brazos cruzados a la altura de su pecho, mirándome fijamente, como si me estuviera estudiando. Podría salir de la cama y lanzarme a sus brazos, pero algo dentro de mí me lo impide. No importa lo mucho que quiera abrazarlo, no importa lo cerca que estemos en este momento; ahora él es lo que menos puedo desear tener.

Hago una mueca de dolor cuando intento ponerme de pie, mi mano de inmediato pasa a tocarse nuevamente el abdomen, sé que estoy herida, pero también sé que no es nada comparado a lo que siento por dentro. Diego no está, y es por mi culpa. Mis ojos se llenan de lágrimas al recordar el miedo en su mirada al saber que no lo iba a escoger a él, porque no importa lo mucho que quiera mentirme, jamás iba a dejar que algo le pasara a Max.

Dejo soltar un suspiro y cierro los ojos con fuerza para intentar contener mis emociones, no es tiempo de llorar ni de lamentarse, es tiempo de tomar venganza. De pronto siento un fuerte ardor en el costado de mi cuello, bajo mi oreja.

- Carter... –susurro para mí.

En cosa de segundos siento que alguien traspasa la puerta y llega hasta mi lado. Con tan solo ver sus manos apoyadas sobre mis rodillas sé quién es. Levanto el rostro y lo miro confusa.

- ¿Qué está pasando? –le pregunto al tiempo en que giro un poco más mi cuello para que vea la marca.

Siento sus dedos pasar por encima de esta, arrugo la frente y me muerdo el labio para evitar quejarme. El ardor se siente insoportable, casi de la misma manera de la herida que tengo en el abdomen. Cuento mentalmente cada segundo que pasa sin que Carter me dé una respuesta al respecto, dejándome sacar mis propias conclusiones.

- Se nos acaba el tiempo.

36 segundos se demoró en decirme algo. 36 segundos en los que pensó cómo decirme lo que realmente estaba pasando. Volteo a mirarlo y la expresión en sus ojos me confirma lo que había imaginado desde un principio. No importa lo que haga, Dominic no me dejará en paz hasta que cumpla mi palabra.

- ¿Cuánto nos queda?

- 15 días.

El pulso se me acelera. No puede quedarnos tan poco tiempo.

- ¿Por qué?

- Tuvo que haberse enterado de la muerte de los Selt que murieron, y del regreso de los Warner y el resto –suspira y me mira como si de verdad supiera lo que estoy sintiendo- sabes que nuestras razas ya no pueden coexistir. Somos nosotros o ellos. Ese es el pensamiento de mi padre.

- No tenía intención de hacerle ningún daño a ninguno de los de tu raza –me defiendo de inmediato ante sus palabras. Si alguno de ellos no me hubiese atacado primero, yo ni siquiera los hubiese tocado –murmuro entre dientes.

- Nuestra raza –repite mis palabras un tanto sarcástico- tú también formas parte de ella, no lo olvides –me corrige mirándome fijamente- Pilar era uno de los tantos Selt que no te quieren como su líder, así como ella vino por ti, otros también vendrán.

- ¿Cuánto más tengo que seguir aguantando? –pregunto entre dientes. El ardor de la marca, el dolor en mi abdomen y sus malditas palabras me están haciendo perder la poca paciencia que me queda- Yo voy a ser su líder, así vengan todos a tratar de impedírmelo. Yo seré la líder de Seos.

Antes de que diga una palabra más me pongo de pie y camino lentamente hacia la puerta, pero me detengo en cuanto lo veo nuevamente. El dolor y la rabia que siento se me olvidan por completo. Él está ahí, mirando de una forma tan extraña como si no me conociera, como si fuera la primera vez que nos vemos. Yo mantengo mi mirada fija en la suya, esta vez no quiero apartarla ni hacerme la desentendida. Esta vez, solo por esta vez, dejaré de lado mis sentimientos y me enfocaré en lo que tengo que conseguir. Ser la líder de Seos. Esa es la única forma en que mi familia y yo estaremos a salvo. Inhalo profundamente y dejo de mirarlo para seguir avanzando, pero en cuanto paso por su lado, una de sus manos me toma con fuerza del brazo, deteniéndome.

- ¿Su líder? –pregunta con ironía- ¿Serás su líder?

No me pasa por alto la forma en cómo lo dice. Bajo la mirada hasta donde me tiene tomada del brazo, me remuevo incómoda y sus dedos comienzan a abrirse lentamente hasta que termina soltándome. Alzo la mirada y miro hacia el frente, intentando con todas mis fuerzas parecer alguien decidida de sus palabras.

- Sí. Voy a ser su líder.

Su mirada busca la mía y yo no me aparto, lo miro más decidida que nunca.

- ¿Vas a escoger un camino en donde viviremos separados el resto de nuestras vidas?

- Nacimos con caminos separados, Max –respondo con la mayor tranquilidad posible- ¿Aún no te has dado cuenta de eso?

- Y siempre hemos encontrado la forma de reencontrarnos –me dice mirándome casi como si me estuviera suplicando para que le responda exactamente lo que él quiere escuchar; que estaremos nuevamente juntos.

- No tengo tiempo para esto –digo esquivando su mirada y volviendo a retomar el paso para salir de la cabaña.

- ¿Para qué? –me intercepta nuevamente mirándome ahora molesto, ofendido- ¿Para hablar lo que deberíamos de haber hablado hace tanto tiempo?

- Tú lo has dicho, es una conversación pasada, y el pasado quedó atrás. Tú me dejaste, yo viví con eso, ambos nos hemos herido, ambos nos hemos salvado –suspiro y lo miro fijamente- creo que ya es tiempo de que sigamos adelante, por caminos separados.

Escucho que suelta una risa irónica. Yo bajo la mirada. Sé que en este momento se está burlando de mis palabras, sé que debe de estar maldiciéndome por no permitirle entrar a mi mente, pero no hay nada más que pueda hacer por él, ni por Rousel, ni por ningún Rogenes. Pronto seríamos enemigos, y como tal, ellos terminarían odiándome, tal y como lo haré conmigo misma.

Me armo de valor y vuelvo a dar un paso al frente, mi cuerpo choca con el suyo, pero vuelvo a alzar la mirada, mostrándome fría y distante. Nuestras miradas siguen fijas en el otro por un par de segundos, hasta que él se hace a un lado y me deja libre el paso. Miro al frente y vuelvo a caminar sintiendo los latidos del corazón cada vez más acelerados. Con manos temblorosas que intento controlar, abro la puerta de la cabaña dispuesta a salir a tomar un poco de aire para intentar pensar un poco más claro, cuando me doy cuenta de lo que está sucediendo afuera.

Tanto los Rogenes como los Selt se están mirando fijamente, en posición de batalla, como si solo faltara que alguno de ellos diera el "vamos" para comenzar a atacarse. De pronto todos miran en mi dirección y un peso indescriptible se siente sobre mis hombros. En un lado están ellos, los primeros verdaderos amigos que tuve, Clarissa, Noah, Victoria y Eric; por otro lado, estaban los que acababa de conocer, Will y Sara, junto a todo el clan de Selts que había enviado anteriormente Dominic. Por un momento, por una milésima de segundos nos imaginé a todos siendo solo humanos, no Rogenes ni Selts, simplemente humanos.

Parpadeo y entonces los veo. A mi lado derecho está Carter y a mi lado izquierdo está Max, ambos mirando fijamente hacia su respectivo grupo. Vuelvo a mirar hacia mi izquierda y le hablo con total indiferencia.

- ¿Volvieron a Rousel?

- Rousel jamás ha sido un lugar en específico, a donde vayamos, Rousel vendrá con nosotros –responde con la misma indiferencia.

Carraspeo incómoda ante su respuesta, pero sé es lo menos que me merezco luego de nuestra conversación.

- ¿Están todos bien?

- No es algo por lo que la futura líder de Seos deba preocuparse.

Empuño mis manos y aprieto con fuerza para contener mi molestia. Yo, mejor que nadie, conozco esa hostilidad de la que Max siempre se ha caracterizado, y aunque no sea la primera vez que la usa en mí, eso no quita el hecho de que siga doliendo.

Asiento con mi cabeza y ahora me giro en dirección a Carter, quien se ve igual de hostil que Max. Suspiro.

- Tenemos que idear un plan. Si nos quedan 15 días, estamos contra el tiempo.

- Lo haremos –asegura mirándome- pero en cuanto los Rogenes se vayan nuevamente –dice ahora mirando fijamente a Max, quien suelta una risa irónica. Yo maldigo para mis adentros. La pelea entre ellos dos jamás se terminará, ya sea que esté yo o no.

- No nos iremos a ninguna parte –responde Max ahora mirando serio a Carter-

- Estás en mi territorio, Warner –murmura entre dientes- te recomiendo que te vayas por las buenas. Por si no lo notaste, te sobrepasamos en números.

En cuanto dice esto, miro hacia los Selts y los veo ahora moverse en posición ofensiva, estando listos a las palabras de Carter.

- No volví para pelear contigo, Carter –sonríe de medio lado. Da un paso al frente, mirando hacia donde están los Selt.

- ¿Por qué volviste entonces?

- Por tu futura líder –dice ahora mirándome sin dejar de sonreír- pero creo que he llegado un poco tarde.

Esta vez no lo puedo evitar y esquivo su mirada. No ha llegado tarde, ninguno de nosotros ha llegado tarde, es solo que ahora no hay marcha atrás y nuestros caminos están destinados a ser diferentes.

- Ella no volverá a ti.

- Lo sé –le responde con media sonrisa.

- Si ya lo sabes, no tienes nada más que hacer aquí. Vete. Desaparece como siempre lo has hecho.

Si necesidad de mirarlo y con tan solo escuchar su voz, puedo sentir la rabia y agresividad en cada una de sus palabras. Cierro mis ojos por unos segundos intentando pensar en las palabras correctas para acabar de una vez con esta incómoda conversación transformada en amenaza, pero antes de que pueda decir algo, siento el paso de alguien sobre la tierra, arrastrando sus pies. Abro los ojos y veo que Eric está dando un paso adelante, mirándonos.

- Seré yo quien diga las palabras que Max no se atreve a decir.

Tanto Carter como yo lo miramos frunciendo el ceño, sin entender a qué se refiere.

- Estamos aquí no solo por Amanda –dice haciendo un gesto con su cabeza en mi dirección- sino que también para ofrecer nuestra ayuda.

- ¿De qué estás hablando? –murmuro confundida.

- Ambas comunidades tenemos un enemigo en común.

- ¿Quién? –preguntamos al mismo tiempo Carter y yo.

- Los Selt que quieren deshacerse de Amanda.

Enseguida Carter da un par de pasos hacia al frente, mirando molesto a Eric.

- De aquellos Selt me encargaré yo, no necesito que ninguno de ustedes me ayude.

- Sabes que te equivocas –dice ahora Victoria, dando un paso al frente- nos necesitas. Necesitas a los Rogenes más poderosos.

- ¿Por qué los necesitaría cuando pueden caer fácilmente bajo la influencia de cualquier Selt? –pregunta con sarcasmo.

- Porque acabamos de encontrar la forma de impedírselos –responde ahora Eric.

Carter suelta una fuerte risa, negando con su cabeza. El grupo de Selt hacen lo mismo, riéndose de Eric.

- Hace unas horas no parecía lo mismo, ¿O es que ya olvidaste que fuiste tú quién llevó a Amanda a donde estaba Pilar?

- Puedes pedirle a cualquiera de ellos –dice Eric apuntando hacia los Selt que tenía enfrente- que lo intente. Ninguno lo logrará.

- Intentémoslo –Carter sonríe de medio lado- Will –hace un gesto con su cabeza en dirección a Eric- ya saber lo que tienes que hacer.

- Será todo un placer –responde sonriendo.

- ¡Carter! –digo de inmediato, enfadada- ¿Qué estás haciendo? –pregunto acercándome hasta él para impedir que siga con esta locura- este no es momento para que peleen.

- No tienes de qué preocuparte –me interrumpe Max- no importa cuanto lo intente, no conseguirá entrar a la mente de Eric.

Miro hacia donde están Will y Eric, ambos mirándose fijamente. Will con su brazo derecho extendido hacia Eric, haciendo un extraño gesto con sus dedos. Su mirada lucía concentrada, a diferencia de su postura rígida y firme que parecía flaquear de vez en cuando. De pronto su cuerpo comenzó a tiritar, como si se estuviera muriendo de frío.

Algo no estaba bien. Miro a Carter.

- Dile que se detenga –susurro- que no lo siga intentando.

- Tranquila, él lo logrará.

- No –niego con la cabeza- ¿No lo estás viendo? Algo le está pasando.

Su cuerpo tiritaba cada vez más fuerte y rápido, como si estuviera sufriendo convulsiones. Su brazo comenzó a caer y sus piernas a ceder. Sara, quién estaba a su lado, no paraba de intercambiar su mirada entre Will y yo, como diciéndome que algo no estaba bien.

Miro de reojo a Max, y lo veo sonriendo de medio lado, satisfecho quizás por lo que estaba consiguiendo. Doy un paso al frente y me interpongo en su camino.

- Eric tiene que parar. Sea lo que sea que esté haciendo, que pare.

- ¿Por qué? ¿Tienes miedo de que uno de los tuyos salga lastimado? –pregunta con burla.

- Will es mi amigo –respondo entre dientes- dile que pare.

- No.

Respiro molesta, casi al borde de la ira. Doy un paso al frente y cierro mis manos, enterrando las uñas en las palmas.

- Paren –digo en voz alta, esperando que me escuchen y que alguno de los dos se detenga, pero al parecer no estaba funcionando, ya que Will se veía cada vez más inestable- ¡Deténganse! –grito un poco más fuerte que antes.

Aprieto la mandíbula con fuerza y sin pensarlo otra vez, camino hasta dónde están y me interpongo entre ellos. Inmediatamente siento como si algo estuviera traspasando mi cuerpo. Un dolor insoportable comenzó a surgir de cada célula de mi cuerpo, y entonces comprendí lo que estaba pasando. Los Rogenes habían encontrado la manera de rebotar el poder que los Selt ejercían sobre ellos cuando intentaban controlarlos, y no solo eso, sino que lo habían intensificado al punto en que el mismo Selt no podía evitarlo.

- ¡Amanda! –escucho que grita Max caminando en mi dirección, pero es detenido por Victoria.

- No. Déjala.

- Eric la va a herir.

- Amanda es mucho más fuerte de lo que crees, Warner.

Carter me mira fijamente, y a diferencia de Max, quién parecía preocupado, él se veía más bien expectante por lo que estaba pasando, como si esperara algo más de mí, y entonces recuerdo parte del entrenamiento que habíamos hecho. Sonrío para mis adentros. Yo podía entrar a la mente de cualquiera, fuera Rogenes o Selt, yo podía controlarlos; no importaba lo mucho que quisiera resistirse, ni lo que los Rogenes habían aprendido, yo podía hacerlo, porque iba a ser la líder de Seos.

Antes de que algo más sucediera, cierro mis ojos y me concentro en lo que tengo que hacer. En mi mente todo se ve negro, no importaba cuanto intentará mirar, todo seguía siendo negro hasta que en la lejanía veo un pequeño pero intenso brillo. Ahí estaba, ese era el poder que Eric estaba ejerciendo sobre Will. Abro mis ojos, miro a Eric fijamente, estiro mi brazo hasta que uno de mis dedos toca el centro de su frente haciendo una ligera presión. En cosa de segundos, Eric cae hacia atrás. El hormigueo que surgía desde adentro desaparece al mismo tiempo en que él cae. Miro a Will, y lo veo caído en el suelo sobre sus rodillas respirando agitado. Su cuerpo de pronto comenzó a desaparecer por unos pocos segundos.

- ¿Qué es lo que tiene? –pregunto sin entender lo que estaba pasando.

- Está herido –dice Sara a la vez que levantaba a Will con la ayuda de otro Selt- necesita descansar y recuperarse. Volveremos a Seos a que....

- ¡No! –la interrumpe rápidamente Carter- no sobrevivirá. Yo lo curaré.

- ¿Qué piensas hacer?

- Lo mismo que tendrás que hacer tú cuando seas la líder –responde al tiempo en que llevan a Will hasta dentro de la cabaña.

Camino detrás de ellos lo más rápido que puedo. Carter deja a Will sobre el sillón y pone su dedo índice y medio sobre el pequeño cristal que descansa en su pecho, el cual ahora contiene un líquido azul oscuro sin brillo que jamás había visto.

- ¿Por qué tiene ese color?

- A este color se transforma el líquido cuando uno de nosotros está luchando por su vida –dice Sara escuchando con la voz un tanto agitada- si no hubieses parado esto, Will podría ya estar muerto.

Respiro molesta. Max no quería solo mostrar de lo que ahora son capaces los Rogenes, ellos querían amenazarnos, decirnos que ahora podían controlar a los Selt, a la que se iba a convertir en mi gente. De pronto el líquido del cristal comienza a agitarse y cambiar de color incontables veces hasta que de un segundo a otro un resplandor, que me ciega por segundos, ilumina toda la habitación hasta que desaparece. Vuelvo a mirar al cristal, y veo que ahora brilla en tono azul cristalino.

- ¿Qué hiciste? –pregunto mirando a Carter sorprendida.

- Le di parte de mi poder.

- ¿Qué? –murmuro- ¿Cómo...?

- Nuestros poderes, como líderes, son infinitos. Entregarles un poco a aquellos que lo necesitan, no será nada.

- Pero nosotros todavía no somos líderes –susurro mirándolo desconfiada de que me esté diciendo la verdad.

- ¿Estás preocupada por mí? –pregunta con gracia y alzando una ceja.

- Cállate.

Digo molesta al verlo disfrutar el momento como si no fuera la gran cosa. Pero sí lo es. Si Carter no hubiese estado aquí, Will podría haber muerto solo porque ellos querían demostrar de lo que eran capaz de hacer. ¿Cómo puedo volver a confiar en mis amigos? ¿Cómo pueden ellos volver a confiar en mí para dejar de lado ese instinto animal de querer matarse entre ellos?

Vuelvo a mirar a Carter, pero esta vez un poco más seria que antes.

- ¿Estás bien? –pregunto- no, espera –miro a Sara quién parece igual de sorprendida que yo- ¿Él está bien? ¿No le pasará nada?

- Carter no puede...

- ¡Ssshh! –la interrumpe Carter haciéndola callar- estoy bien. Estoy bien.

- No estás siendo sincero conmigo.

Antes de que pueda decir o hacer algo más, me acerco a él y rápidamente coloco dos de mis dedos sobre su frente, en un punto medio, cierro mis ojos y en cosa de segundos estoy dentro de su mente, tal y como siempre me pidió que lo hiciera cada vez que me decía que confiara en él. Me bastan un par de segundos para darme cuenta de lo herido que está. Abro mis ojos y miro de inmediato a Sara.

- ¿Qué me está ocultando?

- Ningún Selt, que no sea líder, puede curar a otro entregando parte de su poder –dice preocupada- si alguien lo hace, no solo no podrá recuperar el poder que entregó, sino que su tiempo de vida disminuirá.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Que...

- Que es posible que no viva por toda una eternidad contigo, mi futura líder–responde Carter sonriéndome de medio lado.

Inconscientemente doy un paso hacia atrás al escucharlo. No podía ser cierto.

- Carter ya no es el más fuerte de nosotros –dice Sara- si el poder que tienen los Rogenes es tan fuerte como para desestabilizar a Will, uno de los mejores guerreros, Carter no sobrevivirá a la entrada de uno de ellos. Podría morir.

Las palabras de Sara me dejan casi sin aliento. No puedo perder a Carter, no ahora que me estoy preparando para ser la líder de los Selt, ni después cuando lo sea. Carter es el único que puede ayudarme a mantener la paz dentro de Seos. Carter es el único que puede ayudarme a conseguir mi real objetivo, eliminar a Dominic.

- ¿Cómo pudiste hacerlo? –pregunto mirándolo con rabia.

- Will es como mi hermano –dice mirándome fijamente- no podía dejarlo morir.

- Perdiste parte de tus poderes. Perdiste tiempo de vida.

- Y lo haría de nuevo –responde desafiante- ya sea por él, por ti, o por cualquiera de mi gente que esté herido.

- Yo soy la líder –digo alzando la voz molesta- necesitas mi permiso para hacerlo.

- Aún no lo eres.

- Carter –susurro entre dientes- si vuelves a....

- Chicos –me interrumpe Sara- creo que hay algo más que debe preocuparnos en este momento.

- ¿Qué? –decimos ambos al mismo tiempo.

- Ellos –dice haciendo un gesto con su cabeza hacia afuera, donde se encuentran ambas razas- si los Rogenes llegaran a enterarse de que Carter ya no tiene el mismo poder, será un objetivo fácil para ellos.

- Los Rogenes no tienen por qué lastimarlo.

- Warner vino por ti, Amanda –continúa Sara- y él único que podía impedirle que te llevara era Carter, y ahora no puede, entonces....

- Entonces es la excusa perfecta para comenzar una guerra entre nuestra gente –dice Carter terminando la frase por ella.

- Pero no tiene que haber una guerra –susurro- no importa lo mucho que Max odie a Carter, él no empezaría una guerra solo para llevarme con ellos.

- Él no, pero su gente sí –responde Carter.


************************** 

¡Capítulo editado!  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro