Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Quince

Moví mi cabeza y un horrible dolor me atravesó de lado a lado. Arrugué mi frente e intenté abrir mis ojos lentamente. Parpadee un par de veces para aclarar la vista, pero todo seguía viéndose igual de oscuro que si tuviera los ojos cerrados. Bajé mis manos y estas rozaron algo duro, áspero y frío, parecía ser cemento. Me apoyé sobre mis palmas para darme impulso e intentar ponerme de pie pero un nuevo dolor me impidió hacerlo.

- Maldición.

Susurré cayendo contra el piso y raspando mi espalda con la pared. Llevé mis manos hasta los costados de mi cabeza y masajee un poco el lugar donde había sentido el punzaso de dolor. No recordaba bien qué había sucedido ni cómo es que había llegado aquí, pero sin duda alguien tenía que haberlo hecho.

Se suponía que me iba a juntar con el hermano de Victoria y... Mis ojos se abrieron más de lo normal e instintivamente llevé mi mano hasta mi cuello al recordar una borrosa imagen en donde ella se abalanzaba sobre mí y me quitaba algo. Palpe por sobre mi ropa y por debajo de esta, pero no lo sentía. Ya no traía el collar que me había dado Max.

- Lo siento –dijo mientras ella parecía estar escondida entre medio de la oscuridad- pero la única forma de que Hans aceptara esto era si te quitaba el collar.

Fruncí mi ceño y me afirmé de la pared mientras volvía a intentar ponerme de pie.

- Podrías simplemente haberme dicho que me lo quitara. No tenías por qué lanzarte sobre mí –dije molesta. ¿Esperaba que le creyera así como si nada? Yo confiaba en ella, y ella a cambio me trajo a un lugar que ni siquiera reconozco- ¿Dónde estamos?

- En un lugar seguro. Lejos del pueblo, de Rousel y...

- A solo unos metros de Seos –interrumpió otra voz. Una voz masculina. Ese tenía que ser Hans-

Rápidamente di un paso hacia adelante pero alguien me tomó por los hombros con fuerza. Un escalofrió recorrió mi cuerpo.

- ¿Qu-qué estás haciendo? –pregunté dubitativa-

- Tranquila, no te haré daño –murmuró muy carca de mi oreja- solo voy a guiarte fuera, donde podremos hablar mirándonos a la cara.

Dicho esto comenzó a arrastrarme fuera, noté cuando estábamos saliendo de donde fuera que me tenían porque la luz de la luna brillaba en su máximo esplendor y las estrellas parecían más cercanas de lo que alguna vez las vi.


Cubrí por unos segundos mi vista al sentirme algo mareada por el cambio brusco de luz que había sufrido. Miré hacia atrás cuando Hans dejó de arrastrarme y ciertamente no había estado tan equivocada. Me habían tenido dentro de una pequeña casa que más bien parecía no ser de más de 25 metros cuadrados construida de puro cemento. ¿Por qué alguien tendría un lugar así en medio de la nada?

Hans me dio un empujón al notar que yo me había quedado mirando la pequeña casa y me obligó a tomar asiento sobre una fría roca. Si Victoria era alta, él lo era mucho más. Sin duda tenía un aspecto algo más raro y fuera de lo común que el resto de alienígenas que había conocido. Digamos que no era tan guapo como los Rogenes, aunque si tenía una intensa mirada que le provocaba escalofríos a cualquiera.

- Gracias por traerla –le dijo Hans a su hermana quien le hizo un gesto con la mano y se sentó un poco más alejada de ambos-

Fruncí mi ceño. ¿Cómo que le daba las gracias? Se suponía que yo le había pedido a Victoria que me trajera a hablar con su hermano, no al...

- La verdad es que ya tenía pensado traerte antes de que me lo pidieras –contestó Victoria sin siquiera dejarme hacerle la pregunta. Inmediatamente llevé mi mano hasta buscar la piedra pero recordé que ya no la tenía. Volvía a estar vulnerable frente a un mitad Rogenes mitad Selt- no seas tan exagerada –dijo poniendo los ojos en blanco-no te haremos daño. Deberías de confiar en mí.

- ¿Confiar en ti? –pregunté sarcástica- confié en ti y mira como termine –dije abriendo mis brazos alrededor- así no se suponía que serían las cosas.

- En serio, no sé cómo es que los humanos se soportan –comentó Hans- son tan irascibles.

- ¡No somos irascibles! –alcé la voz enfadada-

- Claro que si –insistió Hans sonriéndome de medio lado- pero bueno, no estamos aquí para discutir de sus problemas de ira. Necesito hablar contigo.

- Que bien. Porque yo también, por algo le pedí a Victoria que me trajera y...

Hans soltó un fuerte suspiro y puso sus ojos en blancos recargando sus manos en sus caderas. Me quedé callada ante su penetrante mirada. Si bien Victoria daba algo de miedo cuando se enojaba o exasperaba, él sin duda aterrorizaba a cualquiera, además, sus ojos tenían un extraño brillo blanco que me estaba perturbando.

- Iré al grano porque tenemos poco tiempo –yo asentí y guardé silencio- tienes que quedarte en el pueblo. No puedes volver a la capital, allá estarás mucho más expuesta que aquí.

- ¿Por qué? –pregunté confundida. No era la primera persona que me pedía lo mismo y la verdad es que la idea de quedarme era bastante tentadora, pero no podía dejar mis estudios abandonados, no cuando quedaba tan poco para terminar el año- no puedo...

- Sí, si puedes. Tú vida y la de todos los del pueblo corren peligro. Si los Selt saben que te has ido otra vez, arrasaran con todo, y ellos, a diferencia de los Rogenes, no tienen problemas en destruir cualquier cosa que se encuentren a su paso.

- No lo entiendo –susurré negando con mi cabeza- ¿Por qué me quieren solo a mí? ¿Qué hay de los demás Rogenes que no llevaron a cabo su misión?

- ¿De qué estás hablando? –preguntó Hans mirándome desconcertado, como si estuviera diciendo algo totalmente ridículo- ¿Qué tienen que ver las misiones de los Rogenes con esto?

- Demonios –intervino Victoria poniéndose de pie y caminando en nuestra dirección-

La miré un tanto asustada, más que nada por su repentina pérdida de paciencia y ese mal humor que se le notaba a leguas. Fijó su mirada en mí y prácticamente, sentí como si de verdad me estuviera leyendo la mente. Una fuerte punzada me atravesó la cabeza y me vi en la obligación de apartar la mirada. No sabía muy bien lo que estaba haciendo, pero no me gustaba nada como me sentía.

- Para –murmuré incómoda-

- Tenía que hacerlo –suspiró y se dirigió a su hermano- Amanda se refiere a que Albert le contó que supuestamente los Selt estaban detrás de ella porque Max no había completado su misión. Ya sabes –dijo rodando sus ojos- la de Alma y toda esa porquería que me parece innecesaria.

- ¿El abuelo Albert aún vive? –preguntó Hans pareciendo sorprendido-

- Claro. Ese viejo es más duro que todos nosotros –dijo Victoria soltando una risa ante su comentario-

- No me cabe duda –dijo uniéndose a la risa de su hermana-

Arrugué mi frente y los miré de mala gana. ¿En serio se estaban riendo del abuelo? Gracias a él es que yo sabía todo esto, él había sido el único Rogenes que fue sincero conmigo desde el primer momento, aunque claro, no se me olvidaba que hace unos años él también intentó matarme.

- Él te mintió. Nosotros no necesitamos a Alma.

- ¿Cómo? –lo miré sin entender a quienes se refería- ¿Los Selt o los Rogenes? Porque recuerdo que ustedes llevan la sangre de ambas.

- Hans prefiere considerarse un miembro de Seos, así que cuando habla de "nosotros" se refiere a los Selt –respondió Victoria-

- Exacto.

Asentí con un movimiento de cabeza.

- ¿Qué quieres decir con que no necesitan a Alma?

- Alma es un cuento netamente que forma parte de Rousel, porque ellos necesitan sentirse más humanos y experimentar todo el rollo de los sentimientos y esa mierda que a nosotros no nos interesa –hizo un gesto de asco como si de verdad odiara la idea- y tampoco nos alimentamos de ustedes.

Parpadee confundida. Él tenía que estar equivocado. Albert me dijo algo totalmente diferente, Max me había dicho lo mismo ¿Por qué tendría que creerle a alguien que formaba parte de la comunidad que iba tras de mí? ¿Por qué creerle a alguien que no conocía?

- Porque soy el único que sabe realmente por qué van detrás de ti –respondió a mis preguntas como si las hubiese hecho en voz alta. Suspiré ofuscada. Odiaba que pudieran entrar a mi mente-

- ¿Por qué me mentirían? No lo entiendo...

- Realmente, ningún Rogenes, ni siquiera algún miembro de los fundadores, sabe por qué vamos detrás de ti. De hecho, para nosotros también es una sorpresa todo lo que ha pasado. Jamás nos imaginamos que Max te elegiría a ti y que se enamorarían, fue una coincidencia que de algún modo nos complicó aún más las cosas.

- ¿Qué quieres decir con eso? –pregunté ya totalmente confundida. Me puse de pie y lo miré frunciendo mi ceño, ya me estaba cansando de que hablara en claves- necesito que seas totalmente claro porque no te estoy entiendo.

- Y no espero que lo hagas –dijo rápidamente- no todavía. Aun no es tiempo de que te enteres de todo.

- ¿De qué me entere de todo? –me burlé- ¡Por Dios! Tengo un montón de Selt que están detrás de mí y tú ni siquiera quieres decirme cual es la verdad razón, porque, según lo que me has dicho, no es por el hecho de que Max fallara en su misión.

- Por supuesto que no –me miró riéndose, casi burlándose de mí- te lo digo de nuevo, Alma no tiene nada que ver con nosotros. Ellos matan a los humanos porque quieren sus malditos sentimientos. No lo hacen porque tengan que alimentarnos –hizo las comillas con sus dedos- o porque sean esclavos nuestros ni nada de las tonterías que pudieran haberte dicho. Ellos matan porque está en su ADN, al igual que en el nuestro.

- Estas diciendo que todo eso de que ustedes se alimentaban de nuestras...

- ¡Es mentira! –me interrumpió alzando la voz- ellos solo quieren culparnos de todo lo mal que hacen.

Confundida y sorprendida miré a Victoria quien asentía cada vez que su hermano decía algo.

- ¿Es por eso que desde un principio estuviste en contra de las misiones?

- Sí. Yo lo sé porque Hans me lo dijo desde un principio, pero todos los Rogenes creen en esa tontería de que si no consiguen el Alma de los humanos, se armará nuevamente una guerra entre ellos y los Selt.

- ¿Max lo sabía? ¿Albert? ¿Eric?

- Solo Albert. Bueno, todos los miembros fundadores.

Guardé silencio y alcé mi rostro fijando la mirada en la luna que parecía brillar al centro del cielo. Todo esto me parecía increíble y realmente no sabía qué pensar ni qué creer. ¿Es que la gente no se cansaba de mentir? ¿Qué sacaban de todo esto? Tarde o temprano la verdad siempre salía a la luz.

Por un lado siempre me pareció extraño todo eso de la misión y de que los Selt supuestamente se alimentara de nuestras Almas, pero por otro lado también era muy creíble que los Rogenes quisieran experimentar lo que era sentir algo por alguien más, pero si Max y algunos otros Rogenes habían logrado crear sentimientos propios ¿Por qué los demás no hacían lo mismo? ¿Cuál era el fin de quitarles las vidas a los humanos? Pero, de igual forma ¿Por qué tenía que creer tan fácilmente en lo que ellos me estaban contando? Existía una mínima posibilidad de que ellos también me estuvieran mintiendo, es más, podrían estar inventando todo esto simplemente para que cayera en su trampa y desconfiara de los Rogenes.

- Esta no es ninguna trampa –volvió a interrumpir mis pensamientos Hans-

Automáticamente me di media vuelta y lo miré molesta.

- Devuélveme el collar –dije acercándome a Victoria y extendiendo mi brazo en su dirección- lo necesito.

- No es decisión mía devolverte o no.

- Aun no –dijo Hans- queda algo importante por aclarar.

- ¿Hay más? –pregunté con voz derrotada-

- Sí, Carter.

En cuanto mencionó su nombro note que una silueta, más bien una sombra, apareció por detrás de la casa en la que me habían tenido. De inmediato di un paso atrás, asustada por la presencia de la sombra.

- Vaya, si es cosa de nombrarte y tú apareces como por acto de magia.

Se burló Victoria mirando en dirección a la silueta. Esta poco a poco comenzó a formarse y tomar su forma humana. Ahogué un grito cuando apareció Carter, sonriéndome como si nada hubiese pasado. No dejaba de sorprenderme el verlo tomar su forma humana a pesar de que todos me decían que sí era uno de ellos, pero una cosa era escucharlo y otra era verlo.

- ¿Qué está haciendo él aquí? –pregunté manteniendo las distancias-

- Soy uno de ellos, Amanda –respondió Carter sin quitarme la mirada de encima. Sus ojos, al igual que los de Hans, tenían un particular brillo blanco-

- No me digas –espeté sarcástica- supongo que eres otro más que me ve la cara de tonta. Bienvenido al club.

- Amanda, escúchame... -susurró acercándose a mí pero yo de inmediato alcé mi brazo e hice un gesto negativo para que se detuviera-

- No, no quiero escucharte. Solo quiero saber algo. ¿Luis también es uno de ustedes?

- No es tan fácil de explicar. Primero tendrías que conocer toda la historia antes de sacar alguna conclusión y...

- ¡Es fácil! –lo interrumpí alzando la voz. No quería explicaciones, ni porqués, ni cómo, simplemente quería la verdad- Es sí o no. Tan fácil como decir una sola palabra. ¿Es uno de ellos o no?

Carter, Victoria y Hans intercambiaron un par de miradas que no fueron para nada disimuladas. Finalmente los tres me miraron al mismo tiempo y asintieron con un movimiento de cabeza.

Caí al suelo sin siquiera importarme golpearme con la roca que tenía al lado. Apoyé mis brazos sobre mis rodillas y oculté mi rostro entre mis manos. Sin duda no me esperaba este tipo de revelación. ¿Luis, uno de ellos? Era prácticamente imposible. Él llevaba mucho tiempo en nuestras vidas, incluso mi madre me dijo que eran viejos amigos, que se habían conocido unos días antes de que ella me diera a luz y que, en ese tiempo simplemente se tenían ese tipo de cariño de amistad. Raúl y mi madre habían compartido con toda su familia y... Oh por Dios, ellos habían estado todo este tiempo expuestos a esos malditos alienígenas. Él de seguro que había planeado cada movimiento para acercarse a nosotras, para acercarse a mí y atacarme en el momento menos esperado y...

- No saques conclusiones apresuradas –dijo de inmediato Hans. Alcé mi mirada y estreché mis ojos molesta- escúchanos primero antes de...

- ¡¿Qué más se supone que tengo que escuchar?! Acabo de saber que el esposo de mi madre, el padre de mi hermano, es uno de ustedes –dije haciendo un gesto hacia ellos con mis manos- ¿Qué otra cosa podrían decirme? Él nos engañó todos estos años, al igual que lo han hecho ustedes –miré fijamente a Victoria y luego a Carter-

- Que se enamorara de tu madre fue algo que simplemente pasó –dijo ahora Carter- él jamás fue enviado con esa intención. Sus planes eran otros.

- ¿Enviado? –escupí molesta- ¿Has dicho enviado?

Inmediatamente me puse de pie y pase una de mis manos por mi frente, quitándome el molesto flequillo que no dejaba de interponerse en mi vista. Necesitaba verlos cara a cara y demostrarles cuanto los odiaba y detestaba por todo esto.

- Luis fue enviado en representación nuestra unos pocos días antes de que nacieras. Teníamos que protegerte.

- ¡¿Protegerme?! –repetí sus palabras casi sin poder contener mi risa- esto tiene que ser un maldito chiste –dije mientras reía a carcajadas- desde que ustedes, desde que los Rogenes aparecieron no he estado más que en constante peligro, al igual que mi familia y amigos.

- Amanda, escúchame... -volvió a insistir Carter-

- ¡No! ¡No quiero escucharte, maldita sea!

Grité ya perdiendo la poca paciencia que me quedaba, pero antes de que pudiera lanzarle alguna piedra que tuviera cerca, Carter me tomó con fuerza por los hombros y me zamarreo por unos segundos. Fruncí mi ceño y le di un empujón para intentar soltarme, pero obviamente él era mucho más fuerte y persistente que yo.

- ¡Suéltame! –grité-

- ¡Escúchame de una vez! –dijo alzando también su voz. Lo miré sorprendida- necesitábamos protegerte porque más de la mitad de los Selt te quieren muerta.

- Eso ya lo sabía –rodé mis ojos molesta- ¿Y la otra mitad qué? ¿Esperan ansiosos a que eso pase?

- No, la otra mitad necesita protegerte de ellos.

- ¿Por qué me protegerían de ustedes mismos?

- Porque también eres una de nosotras, Amanda. Llevas nuestra sangre en tu ADN. Y te necesitamos como nuestra próxima líder.


*********** 

¡Les juro que leo una y otra vez esa ultima línea y no dejo de sorprenderme! ¿Amanda líder de los Selt?! Ohhhhhhh.... 
¡Espero que se queden ansiosas por el proximo capítulo! 

Besos y cariños <3 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro