Capítulo Diecinueve
Retrocedí otro par de pasos sin atreverme a quitarle la mirada de encima. Él hacía lo mismo. Parecía estar expectante de cada uno de mis movimientos. Intenté controlar mi respiración para no parecer asustada ante su extraño comportamiento. Aunque ya no podría entrar a mi mente, sabía perfectamente leer y entender cada una de las reacciones de mi cuerpo. No podía delatarme.
- ¿Por qué me miras así?
Pregunté casi en un hilo de voz. De inmediato aclaré mi garganta y me vi en la obligación de ponerme rígida para demostrarle seguridad.
- Estaba pensando... -dice al momento en que se cruza de brazos y uno de sus dedos rasca lentamente su barbilla- en que no sé por qué te dejé ir.
- Creo que ya hemos pasado por esto antes, Max. Ya terminamos –dije con algo de dificultad- nuestra relación está en el pasado y...
- El problema es que te quiero devuelta, y no sé por qué.
- ¿Cómo?
Fruncí mi ceño ante su confesión. Tenía que estar bromeando.
- Que te quiero devuelta, Amanda.
Negué con un débil movimiento de cabeza.
- No –murmuré- no podemos volver a estar juntos.
- Por supuesto que sí –dice dándome una mirada como si lo que acabara de decir fuera algo estúpido- sabes que no puedes negarte. Sigues sintiendo lo mismo por mí que hacía meses atrás. Me quieres tanto como yo te quiero a ti.
Abrí mi boca para decir algo, pero en realidad no fui capaz de articular nada. Recordé aquel tiempo en que me gustaba y él se portaba como un patán conmigo, jugando y haciendo lo que quisiera con mis sentimientos, pidiéndome enamorarme de él para luego rogarme lo contrario, hasta que finalmente terminaba asumiendo sus sentimientos por mí. Esto que estaba pasando ahora me recordaba a aquellos tiempos en que Max no parecía tener claro lo que quería. Pero esta vez yo sí lo sabía. No íbamos a intentarlo de nuevo.
- No –insistí con más seguridad- no voy a volver contigo, Max.
- ¿Por qué no? –preguntó alzando la voz-
- Por qué no.
Suspiré. Sabía que esa no era una respuesta clara, es más, ni siquiera decía algo de lo pensaba al respecto, pero ¿es que no le había quedado claro antes? Le grité en su cara que ya no lo necesitaba, que prefería estar con Carter antes que con él ¿Cómo es que ahora me estaba pidiendo que volviera con él?
Tenía un muy mal presentimiento. Algo me decía que la extraña y repentina aparición de Max no significaba nada bueno, ni menos después de la insólita llamada de Eric. Recordé entonces que ellos me necesitaban, aunque esa no había sido realmente la razón por la cual salí corriendo casi desesperaba. Quería creer que Max me necesitaba tanto como yo lo necesité, pero al parecer no era así. Me había equivocado.
- Sé lo que está sucediendo en Rousel y...
- ¿Ya te fue con el cuento, no? –me sonrió sarcástico-
- ¿De qué hablas?
- De Eric –dijo con burla y dando un paso en mi dirección, manteniendo sus manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón- no sé cómo es que fui tan idiota de confiar en él después de todo.
Fruncí el ceño y guardé silencio. Sentía que me estaba perdiendo de algo. Hablaba como si lo odiara, como si hubiésemos vuelto a ese año en que Eric hacia lo que su padre quería. Cuando me secuestró.
- No ha dejado de amarte ¿Lo sabías? –arqueó una ceja- me impresiona que haya guardado tan bien sus sentimientos todo este tiempo.
- Max, no digas tonterías –negué ante aquella estúpida idea- por supuesto que él no siente nada por mí. Somos buenos amigos, casi como hermanos.
- Por favor, no seas ingenua –volvió a dar otro paso hacia mí. Casi inconscientemente yo retrocedí al mismo tiempo- él todavía te ama ¿Por qué crees que siempre está pendiente de ti? ¿Por qué crees que quiso entrenarte?
- Porque es mi amigo –lo defendí- lo ha sido desde hace un tiempo. Y siempre ha estado ahí para mí y... y ¿Sabes qué? –lo mire ya casi sintiendo ganas de estrangularlo- esto no viene al caso. Eric y yo somos amigos y... ¿Por qué mejor no me explicas qué estás haciendo aquí cuando Rousel está en peligro?
- Por ti –hizo un gesto con su mano- vine a buscarte.
- Yo iba en camino a Rousel y...
- No he dicho que venía a buscarte para llevarte a Rousel –me sonrió de medio lado y extendió una de sus manos en mi dirección-
- ¿Qué... qué quieres decir? –dude un segundo en si poner o no mi mano sobre la suya. No lo hice-
- Que te vienes conmigo, pero no exactamente a Rousel, sino a...
Dejé de prestarle atención cuando note una sombra detrás de él moverse. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y me abrace a mí misma. Ahogué un grito al notar que aquella sombra poco a poco tomó su forma correspondiente convirtiéndose en aquella Selt que había visto en la casa del abuelo. Maldije para mis adentros al no recordar su nombre. Sus ojos negros brillaron con un pequeño resplandor rojizo en ellos, al igual que los de Max. Mi piel se erizó.
- Oh, mira... –dijo Max haciéndose el sorprendido y mirando con una sonrisa a la chica que se posicionaba a su lado- mira a quien tenemos aquí. ¿La recuerdas?
Asentí con un lento movimiento de cabeza. La recordaba demasiado bien, pero seguía sin recordar su maldito nombre.
- Tanto tiempo, Amanda –me sonrió de medio lado a la vez que caminaba hacia mi estando de brazos cruzados- me sorprende verte por aquí –dijo mirando a su alrededor- creí que Carter te tenía muy bien encerrada.
La miré algo sorprendida. ¿Ella también sabía lo de Carter? Quizás... también estaba enterada sobre que yo podía ser la próxima líder de Seos. Inmediatamente di un paso atrás pero mi cuerpo choco contra el tronco de un árbol. Mis latidos se aceleraron.
- Carter no me tiene encerrada –susurré entre dientes- él y yo...
- Sé cuáles son sus planes –hizo una mueca de desagrado y rodó sus ojos- y la verdad es que no me interesan, solo necesito encargarme de algo.
- En realidad –la interrumpió Max- soy yo el que necesita encargarse de algo. En eso quedamos ¿No? –miró a la chica-
- ¡Cierto! –se dio un teatral golpe en la frente y luego me sonrió me medio lado- espero que lo disfrutes un montón –me guiñó un ojo y entonces se dio media vuelta mirando a Max. Le dio un par de palmaditas sobre su hombro- es toda tuya.
La chica de un segundo a otro volvió a convertirse en una difusa sombra y se perdió entre medio de los árboles. Mis latidos se aceleraron considerablemente cuando noté el brillo intenso en los ojos de Max y un estilo de maquiavélica sonrisa. No parecía ser él.
- ¿Max? –pregunté más que nada para cerciorarme de que todavía me escuchaba-
- Para que veas que tengo en consideración todo el tiempo que pasamos juntos –me miró divertido- te daré una pequeña ventaja. Contaré hasta diez para que corras e intentes esconderte, aunque bueno –se encogió de hombros y soltó una pequeña risa- es imposible que te escondas de mí.
- ¿Qué estás haciendo, Max?
Mi voz salió temblorosa. No estaba asustada, más bien estaba confusa por sus cambios tan repentinos de actitud. De un momento a otro pasó de rogarme para que volviéramos a estar juntos y ahora me estaba pidiendo que corriera, que me daba ventaja, ¿De qué carajo estaba hablando?
- Ya estoy contando –sonrió- Diez... nueve... ocho... siete...
Su mirada se volvió más intensa y pasó a estirar sus brazos y dedos, como si se estuviera preparando para una carrera. Yo casi no podía moverme, no tenía ni la más mínima idea de qué estaba pasando.
- Más te vale que corras ahora si quieres seguir viva. Cinco... cuatro...
No necesitó decirme nada más para lograr su objetivo. Me di media vuelta y salí corriendo sin nada en mente.
- ¡Voy a por ti!
Escuché su voz a lo lejos. Un escalofrío volvió a recorrer mi cuerpo y entonces aceleré lo más que pude mi corrida.
Yo no estaba preparada para esto. Se suponía que Carter me había entrenado algo así como mis aptitudes psíquicas porque así era como los Selt me atacaban, pero no estaba lista para que un Rogenes lo hiciera, ni menos Max. ¿Por qué... porqué lo estaba haciendo?
- ¡Max! ¡Detente! –grité con mi voz entrecortada y agotada por todo lo que estaba corriendo-
De un momento a otro sentí un fuerte peso sobre mí para segundos después, terminar en el suelo con mi rostro y manos siendo arrastrados por la tierra. Sentí una fuerte punzada en mi hombro izquierdo por lo que me fue imposible no gritar ante el dolor. Oh, mierda. El hombro había chocado contra una roca. Antes de siquiera lograr recuperar el aliento, fui fuertemente arrastrada por el suelo y volteada en dirección a quién me había derribado. Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante.
- ¿Qué estás haciendo? –murmuré entre dientes y con voz rasposa-
- No creo que quieras que esas sean tus últimas palabras ¿No?
Me sonrió de medio lado y en eso me tomó del cuello de la chaqueta y comenzó a intentar pararme desde allí. La falta de aire se hizo presente de inmediato, por lo que llevé mis manos hasta sobre las suyas e intenté alejarlo de mí a la vez que luchaba por mantener el equilibrio con mis piernas sobre el suelo, pero parecía que todo se movía constantemente, incluso a ratos Max se veía borroso. En un intento desesperado, logré enterrar mis uñas sobre sus manos, a lo que él soltó un fuerte gruñido y terminó soltándome. Caí hacia atrás pero esta vez apoyé mis antebrazos para no golpearme la cabeza. Rápidamente me arrastré por el suelo e intenté ponerme de pie para salir corriendo. Cósmicos tenía que estar cerca. Este era el mismo bosque en el que había entrenado con Eric. Inhalé una gran bocanada de aire al momento en que apoyé mi cuerpo sobre mis rodillas.
- ¿Para donde crees que vas, eh? –susurró cerca de mi oído y entonces me tomó por el cabello y volvió a arrastrarme hacia atrás, pero esta vez logré mantener el equilibrio-
- Pa-para... Maaax –chillé con la voz agitada- para con esto...
Antes de siquiera contestarme, un fuerte golpe se estrelló contra mis costillas, me incliné hacia abajo producto del dolor y uno de mis brazos se posó de inmediato sobre mi estómago. El aire volvió a faltarme por unos segundos, pero entonces noté que Max se preparaba para otro golpe, por lo que, antes de que llegara a su destino, me corrí hacia mi izquierda, giré lo más rápido que pude y choqué mi puño contra su mejilla, provocando que su cabeza y cuerpo se giraran en la otra dirección. No pasaron ni dos segundos y él volvió a recuperarse para ahora empuñar su mano y dirigirla hacia mi mandíbula, por lo tanto pasé a cubrir mi rostro con mis antebrazos que recibieron el golpe mucho mejor de lo que yo esperaba. Me tambalee hacia atrás pero no caí.
Rápidamente alcé mi pierna derecha y la estrellé con fuerza contra su estómago, a lo que Max terminó perdiendo el equilibrio y chocando con el árbol que se encontraba a su espalda. Pareció desorientado por unos segundos pero se recuperaba con facilidad. Tragué saliva. No iba a poder sola contra Max, es más, ni siquiera tenía la suficiente fuerza como para herirlo de verdad.
- Sabía que me estabas bloqueando la entrada –espetó mirándome con media sonrisa-
- ¿Qué?
- No me habías dejado entrar a tu cabeza... -sus ojos brillaron con una intensidad espeluznante- ahora sí.
Estaba tan atenta al cambio repentino en sus ojos de manera que no vi llegar su puño contra mi mandíbula, intenté esquivarlo, pero en cuanto quise moverme el puño chocó contra el hueso provocándome un fuerte e insoportable dolor de modo que cerré mis ojos y solté un grito.
- Gracias por decirme que no podrás herirme –murmuró con diversión- me siento con un poco de ventaja.
Un nuevo golpe llegó contra mi rostro, por lo que esta vez terminé escupiendo sangre por la boca y caí derribada hacia un costado, golpeándome nuevamente el hombro izquierdo y azotando mi cabeza contra la tierra. Tosí con fuerza y volví a escupir otro poco de sangre. Mierda. Había olvidado que aún no estaba lista para mantener bloqueada mi mente constantemente. Demonios, ¿Dónde se metía Carter cuando más lo necesitaba?
- Veo que tienes sentimientos por él.
Suelto una risa burlesca y paso mi mano sobre mi boca, quitando el rastro de sangre. Intento ponerme de pie, pero Max me toma por los hombros y me obliga a hacerlo aunque aún no esté preparada y me encuentre un poco mareada. Una sensación extraña se apodera de mí.
- ¿Por qué no lo haces de una vez? –murmuro divertida. De pronto, siento que la energía está volviendo. Cierro mis ojos y comienzo a bloquearle nuevamente la entrada-
- ¿El qué?
- Matarme... -sonrío- A eso has venido ¿No?
- Pues sí –dice como si nada- y creo que ya hemos hablado demasiado así que...
Presiento su siguiente movimiento. Antes de que llegue a destino, me pongo de pie y con una fuerza hasta antes desconocida, pongo mis manos contra su pecho y siento que un estilo de energía se traspasa de mí hasta él, provocando que él me mire sorprendido para que segundos después vuele por los aires y caiga a unos metros más allá de donde estoy. Contengo la respiración y me quedo mirando la escena asombrada. ¿Qué hice? Eso... eso... ¿Lo hice yo? Miro mis manos como si fueran algún estilo de monstruosidad y luego salgo corriendo en dirección a Max.
- ¡Max!
Alcanzo a decir para un instante después sentir como si una fuerza invisible me empujara y tirara hacia atrás, logrando que caiga derribada y con un fuerte dolor en el pecho y falta de aire. Abro mi boca en busca de un poco de aire, como si fuera un estilo de pez fuera del agua, pero sigo sin poder respirar. Oh, mierda...
- ¿Cómo demonios has podido tardarte tanto?
Estoy mareada, demasiado mareada, por lo que no logro enfocar bien, ni distinguir nada, pero sé que la voz que escucho es de la misma chica que estaba antes. La Selt que ha vivido en Rogenes desde hace años y... Estefany. Ese era su nombre.
- La tenía controlada.
- ¿Controlada? –se ríe con fuerza- estabas en el suelo hace tan solo un instante. Es una humana ¿Cómo puede ser más fuerte que tú?
- Ya no lo es.
- ¿Qué?
- Que ya no es solo humana, ha logrado desarrollar tus poderes.
Al fin logro componerme. El mareo ya no parece ser un obstáculo para seguir con la pelea. Disimuladamente intento poner mis manos sobre el suelo para darme impulso y así ponerme de pie. Ellos ya lo saben. Max ya lo sabe. Soy parte de Seos, soy... una Selt más.
- Vaya, vaya... -murmura. No puedo verla, pero sé que me está prestando total atención, por lo que intento no moverme y hacer como si todavía estuviera inconsciente- ¿Quién lo iba a pensar, eh? La inútil de Amanda, con mis poderes.
Frunzo el ceño ante su insulto. No soy ninguna inútil, ahora, puedo defenderme por mí misma.
- Vamos, ponla de pie, ya me aburrí de esperar.
En cosa de segundos ciento las manos de Max sobre mí intentando ponerme de pie. Pongo mi cuerpo rígido para hacerle más difícil la tarea, pero él es demasiado fuerte por lo que termina levantándome con facilidad. Entonces, mis ojos se encuentran directamente con los de Estefany, quien me mira con diversión, disfrutando de lo que está haciendo.
- Así que... ya eres una de nosotros –me sonríe de medio lado- veo que Carter te enseñó bien esto de los poderes. Pero, lástima que no tendrás otra oportunidad para usarlos –se encoge de hombros caminando en mi dirección-
Mi mirada comienza a bajar lentamente desde su rostro a fijarse por su cuello, cerca de su pecho. Noto un leve brillo, no logro descifrar qué es pero... Intento reprimir la sorpresa al recordar las palabras de Hans "eres capaz de ver su fuente de vida". ¡Eso era! Ella era una Selt, y yo... yo podía ver con claridad la fuente si me concentraba en ello. De pronto Max me dio en empujón con su pie detrás de mis pantorrillas por lo que terminé de rodillas sobre la tierra, mientras él me sujetaba con fuerza las manos detrás de mi espalda. Me removí incómoda intentando librarme, pero no podía.
- Dime... ¿Qué se siente ver que el amor de tu vida intenta matarme? –preguntó al momento en que se detuvo a solo unos centímetros de mí, mirándome con superioridad-
- Nada –aseguré sin quitarle la mirada de encima. Iba a guardar su rostro en mi memoria para recordarla por siempre. Recordar, la primera y única muerte que iba disfrutar provocar-
- ¿Segura? –se hizo la asombrada- porque creo haberte visto minutos atrás, dudando de atacarlo.
- Sé que no es él quien hace todo esto. Estás manipulando, porque eso era lo que querían ¿No? –dije entre dientes- desde el momento en que quisieron entrar a Rousel, eso era lo que buscaban, apoderarse de los más fuertes y destruir Rousel.
- ¡Rousel nos importa un carajo! –dijo soltando una fuerte risa- nunca nos importó apoderarnos de Rousel, a ellos solo los utilizamos para llegar a ti. Sabíamos que, llegado el momento, ibas a terminar conociendo a un Rogenes, por lo que –murmuro y se acercó un poco más a mí- Rousel está siendo arrasado gracias a ti. Espero que puedas vivir con esa culpa y... ¡Oh, espera! –me miró con falsa preocupación- estos son tus últimos segundos de vida.
De nuevo sentí esa extraña energía apoderándose de mí, propagándose hasta las yemas de mis dedos, cosquilleando cada centímetro de mi cuerpo para que fuera liberada, pero Max estaba demasiado cerca y podía salir mucho más herido que antes.
- Fue un gusto conocerte, Amanda.
Estefany de pronto colocó sus manos a los costados de mi cabeza, presionando con fuerza sobre esta, provocando una fuere punzada. Volví a sentirme mareada y a faltarme el aire, pero esta vez mucho más rápido que antes. Cerré mis ojos con fuerza e intento concentrarme en el ya casi inexistente cosquilleo de energía que sigue recorriendo mi cuerpo. Si no hago algo, Estefany terminara logrando su cometido y Max... Max se culpara por el resto de su vida por algo que ni siquiera sabía que estaba haciendo. No, no puedo permitir que eso suceda, ni ahora ni nunca.
- ¡Noooo!
Grito con todas mis fuerza y entonces las manos de Max se alejan de mí y Estefany sale disparada hacia atrás. Caigo sobre la tierra en cosa de segundos y me obligo a mantener los ojos abiertos intentando enfocar y controlar mi acelerada respiración. Lo hice. Lo hice de nuevo.
Rápidamente logro ponerme de pie y miro hacia atrás. Max sigue tendido inconsciente. Aunque siento una necesidad extrema de correr a su lado, me concentro en quien se ha parado frente mí ya no como una humana más, sino como su verdadero ser, una sombra difusa.
- Tengo que admitir que me has sorprendido.
Su voz se escucha un poco distinta a lo normal, supongo que al coger su verdadera forma, todo en ellos cambia. Miro fijamente el brillo de sus ojos para luego fijarme en lo que estaba esperando que apareciera. La fuente de vida.
- Terminemos con esto de una vez –murmuro más que decidida a realizar mi siguiente paso-
- Estoy totalmente de acuerdo con ello.
Sonrío de medio lado y entonces salgo corriendo en su dirección con la mirada fija en mi objetivo, pero antes de acercarme siquiera un poco, salgo eyectada por los aires, golpeándome con fuerza sobre una rama en altura y después cayendo contra el tronco. Se me va la respiración por unos segundos. Escucho su risa retorcida.
- Por Dios ¿En serio crees que puedes contra mí? –dice con burla al momento en que se pone frente a mí-
Me demoro un poco más de treinta segundos en recuperar totalmente la consciente y darme cuenta de que, ahora, la fuente está justo donde quería que estuviera, a solo unos centímetros de mí. Vuelvo a mirarla fijamente, para luego sonreírle y responder a su pregunta.
- Por supuesto que sí.
- ¿Y cómo piensas...
- Así...
La interrumpo y entonces entierro mis dedos entremedio de su cuerpo. Pareciera que estuviera atravesando el aire, pero no, se siente como si fuera un estilo de gelatina gruesa, áspera. Escucho un grito ahogado de su parte y termino de extirpar la pequeña botellita que contiene aquel líquido azul. Lentamente deja de ser una sombra y vuelve a tomar su cuerpo humano a la vez que su rostro se desfigura y cae hacia atrás. Me quedo mirando el cristal que sostengo entre mis dedos hasta que siento un fuerte golpe contra mi cabeza. Todo retumba a mí alrededor y en cosa de segundos caigo sobre la tierra con mis ojos abiertos, mirándome fijamente a quién me ha golpeado.
- Max... -logro murmuro antes de perder el conocimiento.
******
Whaaaaaaaat???? Al parecer nuestro Max se nos está poniendo un poco malote :(( Al contrario de Amanda que ya va asumiendo mejor su nuevo papel de liderazgo.
¡Espero sus geniales comentarios! <3 Ya saben que si les gustó el capítulo dejen una estrellita y comenten!
PD: Que tengan un gran inicio de semana! Cariños <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro