El amor es un juego perverso.
Hace que apuestes tu corazón en personas que ni debes.

Pero aún así lo haces.

Esperas triunfar.
Esperas tener suerte.
Pero el destino te tiende una trampa.
Y pierdes.

Lo pierdes todo.
Pierdes tu dignidad.
Tu esperanzas.
Tu brilló.

El amor es una guerra sin cuartel.
Donde al principio te da indicios de ganar.
Indicios de ser el vencedor por primera vez.

Pero al último minuto cuando mandas a todo el batallón para la última estocada.
Pierdes todo en tan solo unos segundos.

Esa sensación agria en la boca.
Esa sensación de vacío en el estómago y frío en el pecho cuando pierdes..
Es la derrota en el territorio del amor.
Pero no importa las derrotas.
Las batallas ya perdidas.

Esa sensación ya sentida , es horrible.

El amor en un cuchillo que se introduce poco a poco en tu corazón.
Al comienzo uno pone resistencia, pero después lo aceptas.
Aunque duela lo aceptas.
Para que luego lo saquen sin aviso alguno y te desangras y caigas en el duro suelo infértil.

Y así pasa, mueres, pero nunca te detienes.