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一¡Soobin!
El aludido sacudió la cabeza y abrió los ojos de golpe al escuchar su nombre, sobresaltado. Volteó hacia su izquierda, donde se encontraba el responsable del llamado.
一Ya llegamos, cariño 一le dijo, estirando una mano para sujetar su rostro y acariciar su mejilla一. ¿Estás listo?
Antes de responder, Soobin se acercó a la luna polarizada de la ventana a su derecha, alzando la mirada para encontrarse con la oscurecida, débil fachada del lugar al que conoció como su casa durante sus dieciocho primeros años de vida: el orfanato Hogar del ángel.
Era la primera vez que regresaba al hogar desde que lo echaron con seis millones de won para tratar de armar su vida adulta. Estaba allí gracias a una invitación por parte de la directora, que quería utilizarlo como "buen ejemplo" de lo "mucho que podía alcanzar un huérfano a pesar de todas las adversidades" y demostrar "cuánto lo había ayudado el Hogar del ángel". Si no fuese porque le pagarían por su visita, Soobin no se hubiese presentado a ese show.
Apartó la mirada de la fachada tras un segundo, sujetando la tela de su pantalón con sustancial fuerza. Recordó que debía respirar al tomar un profundo suspiro, en un fútil intento por calmarse, si es que su acelerado corazón era un buen indicador. Estar tan cerca al orfanato le brindaba un influjo de memorias que prefería enterrar en el pasado.
一Estoy ansioso, Kiwoo 一confesó, volteando hacia el conductor 一. Creo que ya no quiero-
一Todo estará bien, cariño. 一Kiwoo dirigió su mano hacia su nuca, acariciando su cabello con gentileza一. Te llamaron porque tienes una buena vida.
一Porque tengo título universitario, y creo que soy el único entre todos los huérfanos que vivíamos aquí, pero ni siquiera tengo trabajo.
一¿Quieres trabajar? 一preguntó Kiwoo, ante lo que Soobin tardó un par de segundos en negar con la cabeza一. Exacto, porque estás conmigo y no lo necesitas. Es una buena vida y puede mantener viva la esperanza de esos niños, ¿no crees?
Soobin asintió, buscando enfocar su mirada en el rostro de Kiwoo, el chico al que había tenido la fortuna de llamar novio los últimos once meses de su vida.
Era cierto, Kiwoo trabajaba para cubrir la cómoda vida de ambos mientras que Soobin solo se encargaba de mantener la casa y cuidar a sus mascotas. En un inicio, no estaba convencido de que dejar de trabajar fuese la mejor alternativa, pero considerando que su novio, como abogado, ganaba más del triple que él, aceptó. Vivían juntos en el departamento heredado de Kiwoo, así que tenían lo necesario para una tranquila vida de clase media alta.
Kiwoo era atento, amoroso y responsable. A pesar de estar ocupado con el trabajo, no descuidaba a su novio, al contrario, lo llenaba de mimos durante todos sus tiempos libres. Incluso procuraba llevar regalos para él cada vez que regresaba de uno de sus constantes viajes de negocios.
Desde que lo conoció en la universidad, supo que sería un excelente amigo, pero nunca imaginó que terminaría siendo aún mejor novio. De lo único de lo que se arrepentía era de no haber visto lo guapo y maravilloso que era desde el inicio, cuando aún se aferraba a su ex, porque creía que jamás merecería más que a un problemático criminal que le mostraba afecto condicional.
Comparar a Kiwoo con su ex le recordaba que estaba en una posición ideal, cosa que pocos de sus hermanos del orfanato podían decir. Tenía una casa, una relación sana y dos perritos preciosos. Contaba con suficiente tiempo libre como para cultivar su gusto por la lectura y el dibujo. Sobre todo, nadie abusaba de él. Estaba muy, muy feliz, y todo gracias al hombre que había estado a su lado desde que lo conoció.
一¿No quieres venir conmigo? 一pidió, colocando una mano sobre su muslo.
一Sabes que me encantaría... 一dijo Kiwoo, con un suspiro一, pero, no puedo, tengo que ir a ver a un cliente antes de ir al estudio.
Soobin abultó los labios, inclinándose hacia el asiento del conductor como para esconder su rostro en la cuenca del cuello de Kiwoo, pero como su novio era al menos quince centímetros más bajito, terminó por apoyarse de su cabeza.
一Llévame en tu corazón 一murmuró Kiwoo, rodeando su cuerpo en un abrazo一. Tú sé el lindo chico modelo que eres, y yo seré el excelente abogado que soy.
一Tú siempre lo eres, yo trataré 一dijo Soobin, enterrando su nariz entre los mechones de cabello de Kiwoo.
一Lo harás bien, tranquilo.
Tras un par de segundos más, Kiwoo lo apartó con suavidad, y Soobin lo tomó del rostro para pedirle un beso de despedida y buena suerte.
一Nos vemos por la noche 一le dijo, con una sonrisa一. Si me desmayo alguien te avisará, supongo.
一Ah, no seas dramático 一rió Kiwoo, rodando los ojos一. Te llamo apenas salga del estudio, y más te vale estar tranquilo en casa.
一Mhm, estaré leyendo y tu comida estará en la mesa cuando llegues.
一Oh, ¿quieres decir que leerás echado en la mesa?
Soobin soltó una risilla avergonzada, bajando la cabeza y dándole un suave empujoncito a Kiwoo. Solía ser tan serio que escucharlo decir ese tipo de bromas se escuchaba aún más sucio de su parte.
一Chau, amor 一se despidió, acercándose por un beso más一. Gracias por traerme.
Kiwoo se despidió de la misma manera, y Soobin bajó del auto con mariposas revoloteando sus alas desde su pecho hasta su abdomen. Se quedó de pie en la vereda por un par de segundos adicionales, observando cómo el auto de Kiwoo partía, evitando la terrible sensación que anticipaba que caería sobre su estómago una vez que diera la vuelta hacia el orfanato.
Hogar del ángel era un nombre bastante irónico para aquel lugar. Por más que Soobin rezara a diario para que una buena familia lo adoptara, para que dejen de hacerle la vida imposible en la escuela o para que al menos no le tocara la labor de limpiar los baños en el orfanato, los ángeles no lo escuchaban. No lo escuchaban porque ni siquiera estaban allí, lo habían abandonado desde que su madre biológica lo dejó en la iglesia local a sus dos días de nacido.
Cerró los ojos y tomó un profundo suspiro, apartando todas sus malas memorias para ser valiente y cumplir con su objetivo. Solo le tomaría unas horas de su día, quedaría bien frente a una audiencia y recibiría un bonito cheque al terminar. Podía hacerlo.
Sin detenerse a poner atención a sus alrededores, ingresó al establecimiento y siguió el camino hacia la oficina de la directora. Conocía aquel camino de memoria, y, al parecer, nada había cambiado...
一¡Buenos días!
Excepto por el rostro de los huérfanos que tenían la desdicha de residir en aquel hogar.
Un pequeño grupo de niños rodeó a Soobin en medio de uno de los pasillos, mostrando su respeto por medio de una reverencia hasta el piso. Soobin sonrió y devolvió el gesto con la cabeza, cortés, tratando de identificar algún rostro conocido, porque estaba seguro de que al menos uno de los niños mayores había sido un bebé cuando él aún vivía allí.
一¿Viene a adoptar? 一preguntó uno de los niños, tomándolo desprevenido con un cuchillo directo al corazón.
一Por favor, adópteme a mí 一dijo una de las niñas, con ojitos brillantes, profundizando la llaga.
一A ella, ella es la que más merece una familia, se comporta muy muy bien 一la apoyó una niña mayor, terminando de enterrar ese cuchillo.
A Soobin se le formó un duro nudo en la garganta, comenzando a subir hasta sus lagrimales. Esperaba interactuar con los huérfanos por medio de su visita, pero no creyó que sería tan pronto que tendría que decepcionarlos con la verdad. Aunque quisiera adoptar legalmente, las leyes homofóbicas persistentes en el país y el mundo se lo impedían.
一Lo estoy pensando 一dijo una mentira blanca, para tratar de conservar su esperanza一. Ahorita no puedo, soy muy joven, pero en unos años más, quizás...
Ver las caritas decepcionadas de los niños volvió a quebrar su corazón, pero por suerte la directora lo salvó de tener que derramar lágrimas en frente suyo.
一Soobin, qué gusto verte 一saludó, en su tono excesivamente dulce一. Chicos, regresen a sus clases.
Tras echar a los niños con un gesto de la mano, le mostró una sonrisa azucarada a Soobin, terminando de guiarlo hacia su oficina.
一¿Ahora tienen clases aquí? 一preguntó, apenas tomó asiento frente al escritorio.
一Solo los que vienen con acusaciones de bullying por parte de sus compañeros 一respondió la directora, tensando el cuerpo de Soobin一. Para no lidiar con el problema, las escuelas prefieren echarlos del colegio y que otro niño sea la víctima de los maleantes.
Soobin asintió lentamente, imaginando que, si hubiera estado en su posición, hubiera agradecido que lo educaran dentro del mismo orfanato. A veces, el solo hecho de tener que salir de su habitación parecía un martirio.
Estaba tan distraído que no se dio cuenta de que había dejado de escuchar las palabras de la directora hasta que sonó una palmada.
一Pero, bueno, gracias por venir. 一Amplió su sonrisa一. En unas horas vendrán los inversionistas, así que quería que repases el disc-
一¿Perdón? 一interrumpió Soobin, frunciendo el ceño一. ¿Inversionistas?
一¿Mi secretaria no te dijo? 一La directora suspiró, bajando los hombros一. Bueno, queremos que seas parte del panel de oradores frente a un grupo de potenciales inversionistas privados, que nos ayudarían con recursos adicionales.
Entre halagado por haber sido considerado como importante y ofendido por la audacia de la directora y su equipo, Soobin prefirió quedarse callado, manteniendo la mirada en un punto vacío del rostro de la directora.
一Solo queremos que leas el discurso preparado, no esperamos que te inventes algo en cuestión de horas. Seremos el gerente de finanzas, una enfermera del cuarto azul, tú, y yo.
一¿Por qué yo? 一Se atrevió a preguntar, y por supuesto que la directora ya tenía una respuesta.
一Bueno, sabes lo importante que es la apariencia física en este mundo, y eres el más guapo de nuestra familia, así que por supuesto que te queríamos como orador.
Soobin sintió un grotesco escalofrío al verse referido como familia, pero trató de hacerle caso omiso para deleitarse de saber que era convencionalmente atractivo.
一Aquí está el discurso 一dijo la directora, colocando un par de hojas engrapadas sobre el escritorio一. Revísalo, y si quieres agregar algo me avisas. Te pagaremos al final.
El discurso era, por supuesto, propaganda para el orfanato. Pintaba al hogar como un espacio verdaderamente fiel a su nombre, con ángeles al cuidado de los pobres huérfanos, quienes salían de allí sintiéndose preparados para enfrentar el mundo real.
Soobin tuvo que esconder una risa al leer esa sección, recordando lo asustado que había estado durante todo el mes previo a su cumpleaños 18, que marcaba el día en el que dejaría de vivir en el hogar. Si no fuese por su entonces novio...
一Ah, por cierto, habrá una ronda de preguntas 一mencionó la directora, llevándolo a alzar la mirada一. No necesitas responder a ninguna de ellas, nosotros nos encargaremos, pero en caso alguien te interrogue directamente, trata de mantenerte coherente con el guión.
一Claro, intentaré 一dijo Soobin, regresando la mirada hacia el discurso, que continuaba echando flores al orfanato.
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Antes de lo que creyó, ya se encontraba en el salón equipado como sala de conferencias, junto al grupo de oradores detrás de la mesa del panel, sentado en la silla más cercana a la puerta de salida. Los hombres y mujeres en traje y pantalón sentados en la primera fila se evidenciaban como los inversionistas, pero no eran los únicos presentes entre la audiencia. Voluntarios, médicos, familias y niños huérfanos estaban repartidos entre el público, llegando a cubrir prácticamente todos los asientos.
Mientras paseaba su mirada por el público, se cruzó con la de un inversionista de traje azul que entrecerró los ojos al fijarse en él. Rápidamente, decidió ignorarlo y bajar la cabeza para enfocarse en el armado discurso que había estado ensayando durante la última hora.
Apenas escuchó los discursos de los demás. Se mantuvo atento al propio, tratando de memorizar las partes importantes, como si ello pudiera eliminar absolutamente todas las malas experiencias que había vivido personalmente. A pesar de todo, no quería dejar escapar un mal comentario sobre el orfanato, porque no quería decepcionar a la directora. No ahora que le tenía aprecio y consideración.
Cuando llegó su momento de hablar, se acercó al podio y fue recibido por moderados aplausos. Sonrió, dejó su discurso sobre la mesa y subió el micrófono a su altura, tragando pesado antes de recitar las primeras líneas.
一Buenos días, soy Soobin, y hace unos cuantos años me encontraba en la misma posición que los niños del Hogar del ángel. Puedo decir, de primera mano, que mis experiencias en este hogar han sido sumamente positivas en mi formación personal. Me han hecho alguien fuerte, resistente y exitoso, pues hace unos años me gradué como ilustrador digital de una de las universidades más prestigiosas del país.
Continuó leyendo, ocasionalmente dirigiendo su mirada hacia los espectadores, quienes parecían recibir su discurso bastante bien. Al menos le brindaron la suficiente calma como para terminar de leer las dos páginas sin tropezarse sobre sus palabras.
一Por todo ello, y más, confío en que el Hogar del ángel merece el apoyo de almas caritativas como ustedes. Con su apoyo, podemos ayudar a muchos niños más, con mucho cariño más. Muchas gracias por su atención.
Al terminar, fue recibido por una ronda cálida de aplausos, así que pudo tomar un suspiro de alivio. Regresó a su asiento, aún entre aplausos, imaginando que ya había terminado su martirio.
Sin embargo, unos minutos después, durante la ronda de preguntas, el inversionista de traje azul con el que cruzó miradas al inicio decidió ser el disparador hacia la espiral en descenso.
一Tengo una pregunta para Soobin 一anunció, poniendo a toda la mesa en aprietos一. Gracias por compartir tu buena experiencia, pero no creo que pueda ser generalizable a todos los huérfanos. Algunas personas dicen que apoyar a alguien sin familia es como apoyar a un criminal. Hagamos lo que hagamos, no van a poder integrarse correctamente al tejido social.
Soobin apretó los labios al forzar una sonrisa. De cierta manera, sentía como si ese señor lo estuviera tratando de quebrar, como si conociera su historial real, y no el que había tratado de proyectar en el discurso.
一Antes de seguir, debo decir algo. 一La directora alzó la voz, por suerte一. Los huérfanos no eligen ser huérfanos, pero los criminales sí eligen cometer crímenes. Nuestros niños no son delincuentes, y me parece realmente ofensivo que intente hacer esa comparación. Son niños en circunstancias desfavorables, perseverantes, capaces de tener éxito en su vida.
一Disculpe que la haya ofendido, pero no logré plantear la pregunta. 一El inversionista soltó una risa seca, fijando su mirada nuevamente en Soobin一. ¿Crees que un huérfano puede llegar a una vida normal como la tuya sin ningún tipo de trampa?
Los murmullos entre la audiencia crecieron, evidenciando que comenzaban a incomodarse. Claramente, el inversionista estaba llevando una agenda personal...
Y, lamentablemente, Soobin se quebró ante la presión.
一¿Qué está tratando de decir? 一replicó, a la defensiva一. No soy un criminal.
一Nunca dije que lo fueras... pero, qué, ¿me dirás que ya te olvidaste de tu rol en El robo del banco central?
El rostro de Soobin perdió todo color. No pudo moverse ni responder de ninguna forma, aunque quisiera negarlo de la forma más frenética posible. Simplemente se quedó quieto, incapaz de apartarse de la mirada fanfarrona del inversionista.
Confundidos, los panelistas y miembros de la audiencia murmuraron entre ellos, atentos al siguiente paso. La directora mantenía el ceño fruncido y la mirada fija en Soobin, esperando una respuesta que no la decepcionara.
一Yo... 一Trató de pronunciar algo, pero los ojos se le llenaron de lágrimas y se le hizo un nudo en la garganta一. Yo no...
El señor chasqueó los dedos, llevando a que un par de sus compañeros revelaran su uniforme de policía debajo de sus trajes.
En ese instante, todas las piezas encajaron, y el mundo de Soobin se derrumbó. Era como si acabaran de lanzar una bomba para congelarlo por completo, impidiendo que tuviera el tiempo de comprender exactamente lo que deparaba y distinguir adecuadamente sus emociones.
La habitación era un caos de gritos, pasos frenéticos y llamadas de auxilio. Aunque la directora tratara de mantener la cabeza fría para no exacerbar el pánico, era difícil luchar contra un arresto en vivo y en directo durante un evento tan importante como aquel.
De un momento a otro, Soobin ya estaba de pie, con un par de esposas rodeando sus muñecas detrás de su espalda. Los agentes policiales lo empujaron con brusquedad para que se moviera, murmurando incoherencias para sus oídos.
一Está bajo arresto preventivo por crimen organizado y robo a mano armada. Tiene derecho a guardar silencio y a negarse a responder preguntas. Cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra en un tribunal judicial. Tiene derecho a consultar a un abogado antes de hablar con la policía y a tener un abogado presente durante el interrogatorio o más adelante. Si no puede pagar un abogado, el tribunal le asignará uno...
Lo forzaron a caminar esposado por el mismo pasillo por el que había ingresado al hogar, pasando por filas y filas de niños llorando y gritando, confundidos ante la escena. Les echó un último vistazo mientras era escoltado por la policía, observándolos como si fuesen la mano de la salvación en una pesadilla, en el umbral entre lo real y lo imaginario.
Sin embargo, cuando se reencontró con los niños que lo detuvieron al llegar, no pudo soportarlo más. Apenas los podía ver tras las lágrimas, pero podía escuchar sus gritos y ruegos, cómo pedían que paren, que lo devuelvan, que prometió adoptarlos a futuro... y la agria mezcolanza de sentimientos en su ya dolido pecho se profundizó.
Tenía una buena vida, un fantástico novio y la posibilidad de crear un impacto positivo en las vidas de pequeños luchadores. A pesar de su pasado, de su transición entre los roles de víctima y victimario, de su acercamiento a la ilegalidad y de su involucramiento con agentes moralmente corruptos... creía estar en un buen momento, en uno que le permitiría dejar absolutamente todos esos problemas enterrados en el pasado.
Increíble cómo todo su progreso podía verse derrumbado en un solo día.
Hola, solo quiero darle un abrazo a este soo :(
Sé que todavía no avanzo mucho, pero espero que les esté gustando el camino del fic. Aún no llego a la 'carne' por así decirlo, en el próximo ya entramos a prisión
Gracias por leer!! 💞
Para lxs que me conocen de otros fics, me da risa que estoy 100% segura de que voy a hablar /así/ en todas mis notas, a pesar de que el contenido de este fic no es soft😭 O sea, igual hay partes soft porque soy yo y me muero si no hay 1) versatilidad y 2) ALGO soft, pero bueno digamos que hay cosas más intensitas hehe. Eso también para el smut, estoy probando con cosas medias tabú para mí, porque no voy a mentir, se me hacen hot aunque sé que están mal y en la vida real NUNCA lo intentaría (spoiler: cuchillos)
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