Los Últimos Sucesores [Origen] Los Nuevos L
[10 AÑOS ANTES]
-Han llegado justo ahora..., Y es mi deber informaros, ya que sois L-. Dijo Roger, mientras los niños estaban en la enfermería. -Son dos hermanos, mellizos-. Roger tragó saliva. -Sí, han sufrido un accidente de coche. Sus padres han muerto..., Han perdido la memoria de todo, no se acuerdan de nada, pero han detectado una gran inteligencia en ellos dos-. Explicaba Roger con todo tipo de detalles.
-¿Qué?, ¿Qué queréis verlos en persona?-. Roger se sorprendió. -S-Sí claro, venid a verlos-.
Mello y Near llegaron a Inglaterra al día siguiente, y vieron a los niños durmiendo plácidamente en la camilla de la enfermería.
Allí estaban, tan tranquilos.
-M-Mmm...-. Se movían de un lado al otro.
-Entonces..., ¿No se acuerdan de nada?-. Preguntó Mello.
-No, de nada-. Dijo Roger. -¿En que pensáis?-. Preguntó.
-Near y yo pensábamos..., En adoptarlos-. Dijo sonriente el rubio.
-¿¡E-En serio!?-. Preguntó Roger sorprendido.
-Sí, solo tienen 3 años, y algún día les contaremos la verdad-. Dijo Near.
-Bueno, me parece bien-. Sonrió Roger. -Cuando se despierten, se lo explicaremos todo. Voy a por los papeles para arreglarlo todo-. Roger salió de la habitación.
Mello y Near se miraron. Mello le pasó el brazo por la cintura a Near, y Near sonrió.
-Serán unos grandes hijos-. Dijo Mello. -Y nosotros unos grandes padres-. onrió Mello.
-Más nos vale-. Dijo Near.
-Hm. Ya verás como sí-. Dijo Mello, sonriente.
[10 AÑOS DESPUÉS, UN DÍA ANTES DEL ACCIDENTE DEL AVIÓN]
Quillsh y Ryuusaki se asomaron por la esquina.
-Allí está el avión-. Dijo Ryuusaki. -Tenemos que entrar y decirles que nuestros padres han entrado antes-. Dijo.
-¿Y si nos piden los billetes?-. Preguntó Quillsh. -¿Habías pensado en eso eh?-. Preguntó frunciendo el ceño.
-Emmm...-. Ryuusaki miró hacia arriba.
-Pues tranquilo porque tu hermano SÍ, había pensado en eso-. Quillsh sacó unos billetes de su bolsillo.
-¿¡Pero, cómo!?-. Preguntó confundido Ryuusaki.
-¡Ja!, ¡He conseguido robárselos a una pareja de tontos enamorados!, ¿Vamos?-. Preguntó sonriente Quillsh.
-Ahh..., Sí, venga vamos-. Ryuusaki y Quillsh se dirigieron hacia el avión, y allí se encontraron con la azafata, que estaba fuera.
-Disculpad niños, ¿Adónde vais?-. Preguntó esta.
-E-Ehhm...-. Ryuusaki se puso nervioso.
-¿Está claro no?, ¡Vamos a entrar allí adentro ya que nuestros padres se encuentran allí!-. Dijo Quillsh, sonriente, cruzándose de brazos.
-Ehm..., ¿Vale?-. Preguntó la azafata. -¿Dónde están vuestros billetes niños?-. Preguntó la azafata.
-T-Tome-. Ryuusaki le entregó los billetes.
-Perfecto. Pasen-. La azafata les dejó pasar, y Ryuusaki y Quillsh subieron al avión.
-¡Eres un bobo!, ¿¡Porqué te pareces tanto a papá 2!?, ¡Eres muy tímido!-. Dijo Quillsh.
-Ja, ¿Te acuerdas cuando papá tuvo que pedirle a papá 2 un agua porque no se atrevía?-. Quillsh y Ryuusaki se rieron a carcajada limpia.
Se sentaron en sus asientos correspondientes, y esperaron hasta llegar a Inglaterra...
Ryuusaki estaba bastante nervioso durante el viaje, por si algo salía mal. Mientras que su hermano estaba muy emocionado ya que era la primera vez que viajaban en avión, y salían del país.
Aunque en verdad, ellos no sabían que ya habían estado en Inglaterra...
Cuando el avión aterrizó después de 14 horas de viaje totalmente agotadoras..., Llegaron al aeropuerto, donde se bajaron, y allí decidieron preguntar donde quedaba el orfanato Wammy's.
-Perdone, ¿Dónde está el orfanato Wammy's?-. El inglés miró con una cara totalmente extrañada a Quillsh, y pasó de él. -¡Pero ese tío!-. Se cabreó.
-Tranquilo Quillsh. Es que estás hablando en japonés, dilo en inglés-. Dijo Ryuusaki.
-Ay, ¡Seré tonto!-. Quillsh se chocó la cara, y se acercó a una recepcionista del aeropuerto. -Disculpa, ¿Sabe dónde queda el orfanato Wammy's?-. Preguntó Quillsh.
-Claro-. Sonrió la recepcionista, y le dio las indicaciones, y un pequeño mapa para turistas. -¡Disfrute de su estancia en Inglaterra!-. Dijo con una sonrisa.
-Si si...-. La recepcionista se sorprendió.
Quillsh abrió el mapa, y miró según las indicaciones de la chica.
-Aquí está-. Dijo Quillsh, y Ryuusaki se sorprendió.
-¡Está demasiado lejos!, ¡Vamos a tardar mucho en llegar!-. Dijo Ryuusaki, nervioso.
-¿Te quieres tranquilizar?-. Preguntó Quillsh. -Anda, antes de ir, vamos a ir a comer algo-. Dijo Quillsh.
-¿¡Otra vez!?, ¡La comida del avión me ha dejado lleno!-. Dijo Ryuusaki.
-Bueno pues nada..., Aix de verdad que quejica eres. Vayamos en taxi al orfanato-. Dijo Quillsh.
-¿Ah sí?, ¿Con que dinero genio?-. Preguntó Ryuusaki.
-Mmmm...-. Quillsh frunció el ceño, y sonrió. -Ya sé, tú distrae a alguien, y yo le robo la cartera-. Dijo Quillsh.
-¡Pero!, ¿¡Estás loco!?-. Preguntó Ryuusaki.
-¿¡Encuentras otra solución!?, ¡Es eso, o vamos andando!-. Ryuusaki suspiró.
-Tú siempre yendo por la vía ilegal...-. Dijo su hermano, negando. Miró a un hombre, y se acercó a él. -¡Disculpe señor!-. El hombre paró su camino, y se fijó en Ryuusaki. -¿Sabe dónde..., Ehm...?-. Ryuusaki se puso nervioso.
-¿Si?-. Preguntó el hombre.
-Ehm...-. Comenzó a temblar. Le daba mucha vergüenza. -Emmm...-.
-¿Ocurre algo?-. Preguntó el hombre.
Quillsh apareció detrás de aquel hombre, y comenzó a quitarle la cartera que tenía en el bolsillo trasero.
-Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeh-. Ryuusaki estaba completamente en blanco.
-Me voy-. Dijo el hombre, y Quillsh consiguió quitarle la cartera.
-¡Genial!-. Susurró este.
Quillsh sonrió.
-¿Has visto?, ¡Aprende de tu hermano!-. Dijo sonriente.
-Anda vámonos ya por favor-. Pidió Ryuusaki, acariciándose el brazo.
Quillsh y Ryuusaki salieron del aeropuerto, y se dirigieron a la carretera más cercana, esperando a que pasara algún taxi.
-¡Mira, allí viene uno!-. Señaló Quillsh.
-¡Taxiiii!-. Comenzaron a llamar los dos.
El taxi paró enfrente de ellos, y sonrieron.
Abrieron la puerta y entraron al taxi.
-Al orfanato Wammy's por favor-. Pidió Quillsh, ya que a su hermano le daba vergüenza.
-¿Y creéis que vosotros me vais a poder pagar bien?-. Preguntó sonriente el taxista, burlón.
Quillsh sacó 44 libras de la cartera.
-Le daré más al final del camino-. El taxista tragó saliva.
-A-Ahora mismo, caballeros-. Los niños sonrieron, y el taxista comenzó el recorrido.
Después de un viaje donde los chicos admiraban las vistas, llegaron al orfanato gracias al taxista.
-Bueno, espero que me dejen..., Una propinilla-. Sonrió el taxista.
-Anda, tome-. Quillsh le dio unas 100 libras, y el taxista se relamió.
-¡MMM!-. Sonrio a más no poder, relamiéndose por el dinero que había ganado.
Quillsh y Ryuusaki bajaron del taxi, y este se fue.
-Ahí está, la Wammy's House-. Dijo Quillsh.
-No pensé que llegaríamos-. Ryuusaki miró a su hermano, con una leve sonrisa. -Nuestros padres van a estar muy orgullosos de nosotros-. Dijo sonriente.
-Seguro que sí-. Ryuusaki y Quillsh se dirigieron a la verja bañada en oro del orfanato, y picaron al interfono.
-¿Sí?-. Preguntó alguien.
Roger tragó saliva, mirando el guion que Mello y Near le habían escrito para saber lo que tenía que decir en caso de que Ryuusaki y Quillsh llegaran al orfanato.
-Somos los hijos de Mello y Near. ¿Es usted el señor Roger?, ¡Ábranos por favor!-. Pidió Quillsh.
-L-Lo siento, aquí no abrimos a desconocidos. Váyase. Adiós-. Roger colgó, y se fue de allí.
-¡Pero!-. Quills y Ryuusaki se miraron sorprendidos. -¿Y ahora qué?-. Preguntó.
-Habrá que escalar el muro-. Dijo Ryuusaki.
-Venga vamos-. Dijo Quillsh.
Ryuusaki pegó su espalda a la pared, y se puso en cuclillas. Juntó sus manos y las puso abajo. Quillsh puso su pie en las manos de Ryuusaki, y este le subió.
-¡Yah!-. Quillsh se agarró al borde del muro, y se subió del todo.
-¡Dame la mano!-. Dijo Quillsh.
Ryuusaki le dio la mano.
-¡M-Mm!-. Quillsh subió a su hermano, y los dos terminaron de escalar el muro. Lo bajaron, y entraron adentro.
Se dirigieron a la puerta principal de Wammy's.
-Ahora se van a enterar-. Quillsh frunció el ceño, y picó cabreado a la puerta. -¡Abridnos ya mismo!-. Exigió.
-Tranquilo Quillsh..., ¿Y si se enfadan?-. Preguntó Ryuusaki, acariciándose el brazo.
-¡No digas tonterías!-. Dijo Quillsh.
Un anciano les abrió la puerta con una sonrisa. Ese anciano no era nada más ni nada menos que Roger, el director del orfanato.
-Pasad por favor, os estábamos esperando-. Reconoció Roger.
-¿Ves?-. Preguntó Quillsh, y los 2 pasaron adentro.
Roger cerró las puertas, dejándoles adentro...
-Por favor, venid a mi despacho. Mientras tanto, os explicaré una historia-. Dijo sonriente Roger.
-Valeee-. Sonrió Quillsh.
[EN OTRA PARTE DEL MUNDO...]
Mello, abrió los ojos.
Lo primero que vio, fue algo azul. Algo azul que no sabía lo que era. Hasta que intentó respirar, y se dio cuenta de que no podía.
-¡GLUB!-. Mello se asustó, y comenzó a subir hacia arriba. Comenzó a nadar todo lo rápido que pudo, y llegó hasta arriba del todo. -¡AAAAH!-. Cogió aire, y escupió y comenzó a toser. -¡MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAATT, SERPICOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-. Se dio la vuelta, pero no había nadie.
Mello miraba y miraba, pero no había nadie a su alrededor.
De pronto, alguien le tocó la pierna, y se la cogió.
-¡JODER!-. Comenzó a agitar la pierna, y pateó a algo.
-¡AH!-. Serpico salió a flote. -¡ME HAS DADO EN LA CARA!-. Se quejó.
-¡JODER SERPICO!-. Gritó Mello. -¡No puedes coger a alguien de la pierna y pretender que no se defienda!-. Se quejó Mello.
-¿¡Y Matt!?-. Preguntó Serpico.
Matt salió a flote.
-¡UAAAH!-. Matt cogió aire, y comenzó a toser.
-¡MATT!-. Mello se acercó a él. -¿¡Estás bien!?-. Preguntó el rubio.
-¡S-Sí!-. Dijo el castaño.
-¿Y-Y ahora qué?-. Preguntó Serpico.
-Tenemos que ir a tierra-. Dijo Mello, y señaló la isla que había relativamente cerca.
-Vámonos cagando leches-. Dijo Matt.
-¡S-Sí por favor, antes de que venga algún tiburón o animal marino peligroso!-. Dijo Serpico, acojonado.
Los 3 comenzaron a nadar, y se dirigían a la isla...
Mientras tanto, Near, Pete, Roy y Keito, estaban en el helicóptero con Gabriela.
-Ya estamos llegando a Italia-. Pete se confundió.
-Disculpad mi ignorancia, pero..., ¿No teníamos que ir a una isla?-. Preguntó Pete, confundido.
Gabriela activó el piloto automático del helicóptero, y los apuntó con una pistola que se sacó del bolsillo.
-Aquí nadie va a ir a ninguna isla-. Dijo sonriendo.
-Lo sabía-. Pensó Near, y bufó. -Ahora no sé como estará Mello, espero que bien-. Pensaba Near.
-Vamos a aterrizar en Italia, y hasta que no venga Carlos con la piedra perdida de Shun-Yong, no os liberaremos, si es que lo hacemos claro está-. Dijo Gabriela, sonriente.
-Te equivocas, no nos quieres como enemigos-. Dijo Keito, frunciendo el ceño. -Es una mala decisión-.
-Exacto. Si crees que el jefe va a entregarle la piedra al mierda de tu amigo, estás muy equivocado-. Dijo Roy, apretando los puños.
-Eso ya lo veremos-. Dijo Gabriela. -Ahora quiero ver a todo el mundo quieto, o si no, os meto un tiro-. Dijo, y se giró, para desactivar el piloto automático y seguir pilotando.
-Vamos Near..., Piensa rápido-. Dijo Near, y comenzó a pensar. Tenía un pequeño cuchillo en el bolsillo. Tragó saliva. Near se inclinó, y los demás vieron que quería hablar, así que se acercaron. -¿Quién de aquí sabe pilotar un helicóptero?-. Preguntó Near.
-Yo-. Susurró Keito.
-Bien. Seguidme el rollo-. Dijo Near, y suspiró. -Vamos, sabías que esto iba a pasar tarde o temprano, tienes que hacerlo, tal y como te enseñó Mello-. Near cerró los ojos, y cogió aire para fingir bien. -¡AAAAAAAAAAAH!-. Near se tocó el corazón, y todos se sorprendieron.
-¿¡Qué ocurre!?-. Preguntó Gabriela, sin poder mirar atrás.
Near sacó el cuchillo, y se lo pasó a Pete. Este lo cogió.
-¡AAA..., AAAHHHH, AHHH!-. Near hacía que le faltaba el aire.
-¡LE ESTÁ DANDO UN INFARTO!-. Roy le siguió el rollo.
-¡Maldita sea!-. Gabriela activó el piloto automático, y se dirigió a por Near.
-¡MMM, YAH!-. Pete se levantó y golpeó a Gabriela en la cara tirándola fuera del helicóptero. -¡AY, QUE LA HE MATADO!-. Gritó Pete.
-¿¡Pero qué haces!?-. Preguntó Near. -¿¡Para qué te he dado el cuchillo eh!?, ¡Era para que la amenazaras y así nos llevara hasta donde tienen secuestrado a Mello!-. Dijo Near, frunciendo el ceño, cabreado.
-¡L-LO SIENTO!-. Gritó Pete, nervioso.
-¡Aghj!, Menudo inútil...-. Susurró Near.
Keito se dirigió al helicóptero, y desactivó el piloto automático.
-Nos dirigimos hacia la isla-. Dijo Keito, y redirigió el helicóptero, yéndose en dirección contraria.
-¿Y dónde estará el jefe y los otros dos?-. Preguntó Roy.
-Es el jefe, seguro que está bien-. Sonrió Pete.
-Más les vale-. Dijo Near, negando. -Y a ti ya te vale-. Pete puso morritos.
-Lo siento...-. Dijo, mirando al suelo.
-¡AHH!-. Serpico salió rápidamente del mar, y comenzó a correr por la isla. -¡PENSABA QUE NUNCA LLEGARÍA!-. Gritó, sorprendido.
-A-Ahh...-. Mello se paró nada más llegar, y se quedó tumbado. Estaba pensando que iban a hacer ahora.
La isla era gigantesca, así que tendrían mucho que explorar.
Matt cogió la mochila de Mello, y sacó el diario de allí.
-Parece que está intacto-. Dijo Matt. -Menos mal que la mochila es hermética-. Sonrió, y abrió el diario por la página que era. Cogió el mapa, y lo abrió. -Mmm...-. Frunció el ceño, y entrecerró los ojos.
-El mapa es desde la vista de arriba, ¿Cómo pretendes saber si es esta isla?-. Preguntó Serpico, confundido. -Seguro que tienes alguna forma. ¿No?-.
-Para nada-. Dijo Matt, sonriente, y guardó el mapa. -¡Ja, solo espero tener suerte!-. Sonrió el castaño.
-Estamos jodidos-. Dijo Serpico, chocándose la cara.
Mello llegó hasta ellos dos. Matt le entregó el diario de su padre.
-Es esta isla-. Dijo Mello. -Y lo sé, por esto-. Mello abrió el diario en una página de entre muchas, y allí había un dibujo de 3 palmeras, con una más alejada que la otra.
Mello lo puso enfrente, y allí vieron el dibujo del diario. Después, miraron enfrente suya, en la isla, y se encontraron con las 3 palmeras, una más alejada que la otra.
-¡Perfecto!-. Sonrió Serpico. -Pero..., ¿Dónde está la cueva?-. Preguntó, rascándose la cabeza.
-Según el mapa, está en esta cruz de aquí-. Dijo Matt, abriendo el mapa y señalando la cruz.
-¿Y eso dónde es?-. Preguntó Serpico, confundido, tocándose la herida que le habían hecho en el brazo.
-Primero vamos a curarte esa herida, y después, ya veremos lo que hacemos-. Dijo Mello, y cogió su mochila. Cada uno tenía la suya.
Mello cogió vendas y alcohol.
-Arremángate-. Pidió Mello, y Serpico lo hizo.
Mello echó alcohol en la herida.
-¡A-Aghj!-. Serpico se quejó. -No estoy acostumbrado a esto...-. Dijo.
-Nosotros sí-. Sonrió Matt.
Mello le vendó el brazo, y apretó lo suficiente para que se mantuviera fijo, pero que no le cortara la circulación.
-Bien. Ten cuidado porque parece que nos viene de familia eso de ser un imán de balas-. Bromeó Mello, y le bajó la manga de la camisa a Serpico. -Sigamos-. Dijo el rubio.
Los 3 comenzaron a caminar, intentando encontrar la X del mapa...
-Y entonces, Mello y Near, vuestros padres, vinieron, y os adoptaron-. Roger sonrió, terminando la historia.
-A-AH-. Quillsh y Ryuusaki estaban boquiabiertos, y se miraron, sorprendidos. -¿¡PERDIMOS LA MEMORIA A LOS 3 AÑOS!?-. Preguntó Quillsh, sorprendido.
-¿Nuestros padres reales murieron?-. Preguntó Ryuusaki, poniendo mueca triste.
-¡Sabía que éramos adoptados, pero no pensaba que nuestros papás sabían lo que les pasó a nuestros verdaderos padres!-. Se quejó Quillsh.
-¿Porqué no nos lo contaron?-. Preguntó Ryuusaki, poniendo morritos.
-Supongo que estaban esperando a que os lo contara yo-. Dijo Roger, sonriendo levemente. -Espero que esto no afecte a vuestra relación con vuestros padres, pero lo importante es...-. De pronto, Roger recibió una llamada. -Disculpad un momento-. Dijo sonriente Roger.
Ryuusaki y Quillsh se miraron, y Quillsh notó triste a su hermano, así que le puso la mano en el hombro, intentando calmarlo.
Roger cogió el teléfono, y comenzó a hablar con alguien.
-¿¡CÓMO!?-. Quillsh y Ryuusaki le miraron sorprendidos. -¿¡A-Armados!?-. Preguntó Roger.
Quillsh y Ryuusaki se miraron entre ellos, con los ojos muy abiertos.
-¿¡Y qué es lo que quieren!?-. Preguntó Roger. -¿La piedra perdida de qué?-.
-¡A-AH!-. Quillsh se sorprendió a más no poder.
-¡T-Tenemos que irnos!-. Dijo Ryuusaki.
-¡N-No, esperad!-. Intentó avisar Roger, pero Ryuusaki y Quillsh salieron rápidamente del despacho.
-¿¡Cómo saben que tenemos la piedra!?-. Preguntó Ryuusaki.
-¡No tengo ni idea!-. Dijo Quillsh. -¡Pero la tienes!, ¿¡No!?-. Ryuusaki sacó la piedra de su bolsillo, y está brilló con sus colores violeta. -¡Genial!-.
-¡Si papá se entera nos mata!-. Dijo Ryuusaki, sufriendo.
-¿¡Pero cómo saben que tenemos la piedra!?, ¿¡Son los mismos que persiguen a papá!?-. Preguntaba Quillsh, muy confundido.
-¡Sí, y como nos vean, nos van a matar!-. Dijo Ryuusaki.
-¡Tenemos que irnos de aquí ya!-. Dijo Quillsh.
-¿¡Y dejar que asalten con todo este orfanato y pueda haber heridos!, ¡Hay niños, tenemos que ayudarlos!-. Dijo Ryuusaki.
Quillsh bufó.
-¡Aghj, está bien!, ¿Se te ocurre algo?-. Preguntó Quillsh.
Ryuusaki cerró los ojos, y comenzó a pensar.
-¡Vamos, sé útil, yo he hecho muchas cosas!-. Dijo Quillsh.
-¡Calla, no trabajo bien si me metes presión!-. Dijo Ryuusaki, y abrió los ojos. Sonrió. -Lo tengo-. Dijo.
-¡Pues venga!, ¿¡Qué hacemos!?-. Preguntó Quillsh.
Ryuusaki abrió la puerta del despacho de Roger.
-¡Roger, la piedra la tenemos nosotros, danos media hora, y después dile a los villanos que se dirijan al comedor!-. Dijo Ryuusaki.
-E-Entendido-. Roger asintió.
-Por cierto..., ¿No tendrás cuerda, celo, y tijeras, verdad?-. Preguntó Ryuusaki.
-E-Em..., Sí, ¿Por?-. Preguntó Roger confundido.
-Hm-. Ryuusaki sonrió.
Esto iba a ser una muy mala idea...
[Hace unos días]
-Iréis al orfanato Wammy's, en Winchester, Inglaterra-. Dijo Near. -Pero iréis vosotros solos-. Dijo el albino, enroscándose un mechón de pelo en su dedo índice.
-¡Os echaré mucho de menos!-. Ryuusaki abrazó a Mello, y Quillsh sonrió. Se dirigió detrás de su padre, y le robó la piedra.
-E-Emm...-. Serpico vio aquello. Pero..., No dijo nada...
Quillsh metió una piedra falsa en el bolsillo de Mello.
-A-Ahh...-. Serpico se sorprendió.
-¿Ocurre algo Serpico?-. Preguntó Pete.
-¿Eh?, No no-. Negó este, y después..., Frunció el ceño...
Algo iba mal...
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