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Los Últimos Sucesores [Capturado] Las Alas De Ícaro

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-. Todos cayeron en aquella zona gigante llena de agua sucia.

-Iugj, que asco-. Se quejó Near, y Mello se levantó, y ayudó a levantar a su pareja. 

-¿Y ahora cómo avanzamos?-. Preguntó Matt.

-¡Por ahí hay unas escaleras!-. Señaló Quillsh, viendo por donde podían subir. Estaban como en una piscina vacía, pero esta estaba levemente llena de agua.

-Yaaa, ¡Pero están rotas!-. Dijo Ryuusaki.

-Seguro que yo llego-. Dijo Pete, y se dirigió a las escaleras. Comenzó a dar saltos, pero no llegaba. -¡No, es imposible!-. Dijo Pete.

Quillsh y Ryuusaki se miraron.

-Jejeje. ¡Es nuestro momento!-. Quillsh y Ryuusaki chocaron los puños. -¡Bien, nosotros somos los más ágiles, así que seguro que llegamos!-. Dijo Ryuusaki.

-Tampoco es tan difícil, quiero decir, uno hace de punto de apoyo y el otro se sube encima de él-. Dijo Roy.

-Aquí hay algo escrito-. Keito se giró, y miró a Mello. -Mello-Sama, ¿Tú libro dice algo?-. 

-Ahora miro-. Near veía que Serpico no acababa de caer.

-¿Y Serpico?-. Preguntó el albino.

-Se habrá ido-. Dijo el rubio, y Near sonrió. Mello abrió el diario, y encontró unas escrituras de su padre. -Leo lo que pone...-. Dijo.

-Si queréis encontrar el barco, debéis superar unas pruebas de mitología-. 

-¿Quién coño habrá hecho esto?-. Preguntó Matt. -Quiero decir..., Esto tiene que tener años, ¿No?, ¿Acaso lo prepararon todos los piratas?-. Preguntó Matt.

-Muy buena pregunta. Si me disculpas sigo leyendo-. Dijo Mello vacilando, y Matt chasqueó la lengua, sonriente.

-Las pruebas consisten en, "El mito de Atlas", "La cola del uróboro", "El castigo de Sísifo", "Las alas de ícaro", y por último "La llama de Prometeo". Primero, tendréis que encontrar la forma de salir de esta sala, y resolver todos los puzles que tienen que ver con estos mitos-.

Mello cerró el diario.

-Genial, estamos jodidos-. Near suspiró, Mello y Matt negaron, Ryuusaki y Quills bufaron. Keito miró hacia abajo, mientras que Roy y Pete no entendían.

-¿Qué es todo eso que has dicho Mello?-. Preguntó Roy.

-Siento nuestra ignorancia, ¡Pero somos delincuentes!, ¡Nos saltábamos las clases!-. Dijo Pete, riéndose.

-Eh, habla por ti-. Roy se cruzó de brazos.

-Todo eso son mitos de mitología griega. El mito de Atlas es que el susodicho, tiene que aguantar por toda la eternidad el planeta tierra-. Comenzó a explicar Near.

-Es decir, que alguien tendrá que levantar una roca muy pesada-. Dijo Mello, suspirando. 

-Tú, ¡Está claro!-. Dijo Matt, señalando a Roy.

-¡Pues claro que sí!-. Sonrió este.

Mello no lo veía tan claro.

-La cola del urórobo es una serpiente engullendo su propia cola-. Dijo Near.

-Supongo que será dar una vuelta con mucha rapidez en círculos-. Tradujo Mello.

-Que está claro que seré yo. Soy el más rápido de todos-. Sonrió Matt, cruzándose de brazos.

-El castigo de Sísifo..., Buf, a Sísifo lo castigaron haciendo subir una roca gigante durante una montaña, y siempre se le caía, con lo que era un bucle infinito-. Dijo Near.

-Que está claro que lo hará Mello, ¡Es el que más resistencia tiene!-. Matt estaba dando los papeles a cada uno.

Mello se señaló asi mismo en señal de "¿Yo?, ¿Qué dice este loco?".

-¡No tengas poca confianza compañero!-. Le chocó la espalda, y Mello torció el labio.

-Las alas de ícaro son simplemente eso, unas alas-. Dijo Near. -Supongo que tendrá que ver algo con la altura-. Dijo levantando los hombros.

-¡Y con la agilidad!-. Dijo Matt. -¿Y quién es bueno en agilidad?-. Preguntó Matt. -¡Unos niños!-. Matt señaló a Ryuusaki y a Quillsh.

-¡SÍII!-. Gritaron sonrientes.

-¡Y una mierda!-. Dijo Mello. -¿¡Estás loco!?, ¿¡Cómo quieres que metamos a mis hijos en esto?-. Preguntó el rubio, cabreándose con su mejor amigo.

-Lo haré yo-. Dijo Near, y todos le miraron. -¿Qué?, En gimnasia era el más ágil-. Dijo alzando los hombros.

-Eso es verdad-. Reconoció Matt. Mello le fulminó con la mirada. -¡Qué!, ¿¡Ese también lo quieres hacer tú o qué!?-. Mello negó sonriente, y Matt le devolvió la sonrisa con otra sonrisa.

-Y por último, la llama de Prometeo-. Dijo Near, y miró a Mello esperando a que este le tradujera la prueba.

-Imagino que será simplemente ser muy veloz antes de que se acabe un determinado tiempo-. Dijo Mello, sin saberlo mucho a ciencia cierta.

-¡Pete!-. Dijo Matt. -¡Está claro!-. Sonrió.

-¿¡Y nosotrooooos!?-. Preguntaron Ryuusaki y Quillsh.

-¡Vosotros os quedaréis con Keito a salvos!-. Ordenó Mello.

-¡Jo!-. Se quejó Ryuusaki, cruzándose de brazos.

-¡Brrrrr!-. Quillsh le sacó la lengua.

Ahora que ya sabían a que se enfrentarían, decidieron primero saber como salir de allí.

-Primero yo-. Dijo Ryuusaki, y se colocó agachado debajo de las escaleras rotas de hierro oxidado.

-Cuidado no pilles nada al tocar eso-. Advirtió Near.

-¡Que síiii!-. Dijo Quillsh, y se subió en las manos de su hermano. Este lo alzó, y Quillsh llegó a las escaleras.

Así poco a poco, todos fueron subiendo, y pasaron a la siguiente sala.

-¡Cuidado!-. Advirtió Keito, que iba el primero. Vio un precipicio, y no podían seguir avanzando.

-¿Y ahora qué?-. Preguntó Pete.

-Hay varias cuerdas que llevan a otro camino-. Señaló Roy, viendo enfrente varias cuerdas colgadas en el techo de la cueva. Llevaban a otro camino de piedra, y en medio..., El abismo.

-Mirad, hay un puente cortado-. Señaló Quillsh, viendo en el otro extremo del camino un puente que estaba pegado a esa parte, y estaba bocabajo.

-No está cortado tonto-. Dijo Ryuusaki. -Si te fijas bien, ahí hay otra cuerda, enganchada a una polea, enganchada al puente, lo que quiere decir que si tiras de esa cuerda, el puente subirá y nos dejará pasar-. Señaló Ryuusaki.

-Estos niños son GOD-. Dijo Pete, y Roy le dio una leve colleja.

-Esto es las alas de ícaro-. Dijo Near, y Mello le miró, torciendo el labio. -Soy yo, o los niños-. Dijo Near.

A Mello le dolía, pero sabía que tenía que ser fuerte..., Si lo hacía Near, podría morir él, pero si lo hacía uno de sus hijos...

-Ahhh...-. Mello tragó saliva, y le dio la mano a Near. -¿Seguro que hago bien dejándote?-. Preguntó el rubio, y Near sonrió. Había crecido en este tiempo, Mello no se había dado ni cuenta, pero ya era casi igual de alto que él. Representaba cuanto había crecido en todo ese tiempo como persona al mismo tiempo que físicamente.

-Estás haciendo lo correcto, lo primero son los niños-. Dijo Near, sonriente.

-Somos buenos padres, supongo-. Dijo el rubio, y Near asintió. Los dos se dieron un posible último beso...

-Ehem-. Matt se cruzó de brazos, y todos le imitaron. 

-Iughj, que asco, besito de adultos-. Dijo Ryuusaki.

-Ojalá poder darle yo uno a la chica guapa de clase-. Dijo Quillsh, y su hermano se rio de él.

-Mello, coletero-. Pidió Near.

Mello sacó de su mochila un coletero que tenía por si acaso.

-Suerte que tenía-. Near se hizo la coleta más corta posible que pudiera hacerse.

-Está bien-. Near se acercó a sus hijos, primero a Quillsh, y le dio un beso en su frente.

-¡Aaaaaah, papáaa, me dejas en ridículo delante de tus amigoooos-. Se quejó este.

-Por si no os veo más-. Y el otro beso en la frente para Ryuusaki, el cuál sonrió.

-¡No digas tonterías papá, confiamos en ti!-. Sonrió Ryuusaki. Near se quitó los zapatos.

Se dirigió lo más atrás posible, y suspiró.

-Vamos Nate, esto no debería ser difícil para ti...-. Near cerró los ojos.

Se acordaba de cuando en Wammy's, él quedaba primero en escalar la cuerda. A veces Mello le tiraba pelotas de balón prisionero para joderle, y Near se burlaba de él haciendo piruetas con la cuerda, así que tenía experiencia...

Near comenzó a correr. Mello cerró los ojos, no podía ni verlo...

Cuando estuvo apunto de llegar al abismo, saltó...

Y...

-¡NOOOOOO!-.


-¡Aghj, soy idiota!-. Serpico pateó una piedra que se encontró por allí. Estaba con las manos en los bolsillos, cabizbajo, enfadado con todo, y sobre todo consigo mismo.

De pronto, escuchó una pistola cargarse, y paró en seco.

La puerta de donde había venido Serpico se cerró de abajo a arriba, ya que era un pasadizo de piedra.

-Vaya vaya..., Si es el que ha vendido a su familia-. Dijo sonriente John, apuntando a Serpico con una pistola.

-¡E-Ehm..., A-Ah!-. Serpico tragó saliva, y se echó hacia atrás, chocándose con la pared.

-Ahora vas a decirnos que cojones quiere decir esa escritura, y ayudarnos a pasar de sala, ¿Te ha quedado claro?-. Preguntó sonriente John.

Serpico se asustó, pero no tuvo otra que asentir rápidamente.


-¡NOOOOOO!-.

-¡IDIOTA!-. Gritó Mello asustado, y Pete se asustó.

-¡PERDÓN PERDÓN!-. Se disculpó este.

-Pete, como vuelvas a gritar te dejamos atrás-. Dijo Near, enganchado a la primera cuerda.

-¡E-Entendido L!-. Dijo Pete, avergonzado.

-¿¡Ves Mello!?, ¡Sabía que Near podía conseguirlo!-. Dijo Matt.

Near comenzó a intentar coger la otra cuerda, pero no llegaba. Primero, se aseguró de estar bien cogido por los pies, así que puso uno debajo de la cuerda para alzarla, y con el otro pie, pisó la cuerda, y por ende, su pie.

Comenzó a mover su brazo de delante hacia atrás, y así se movía hacia esas direcciones. Cada vez estaba más cerca de tocar la cuerda, pero prefirió asegurarse y no jugársela, así que después de un rato, consiguió pasar a la otra cuerda. 

Near cogió la otra cuerda, y soltó sus pies y su otra mano.

-M-Mghj...-. Mello se puso nervioso.

Aún quedaban 3 cuerdas más.

Near repetía el proceso una y otra vez, hasta que estuvo en la última cuerda. Cuando llegó, pilló carrerilla como había hecho hasta ese momento, y saltó para llegar al camino de piedra.

-Auch-. Dijo, haciéndose daño en los pies al aterrizar. -¡Bien chicos, ahora levantaré el puente!-. Avisó Near.

-¡Muy bien hecho bola de nieve!-. Dijo Matt, y Near torció el labio y negó.

-Solo Mello puede llamarme así-. Dijo, pero nadie lo escuchó. Near cogió la cuerda, y la comenzó a estirar hacia él. 

El puente comenzó a subir, y cuando ya estuvo subido al completo, Near solo tuvo que aguantar la cuerda.

-¡Muy bien hecho papá!-. Sonreía Ryuusaki, pasando por el puente.

Cuando todos pasaron, Near bajó la cuerda lentamente, y el puente se quedó de nuevo en su estado inicial.

-Near-. Los demás comenzaron a avanzar, alejándose un poco del grupo, mientras que Mello y Near se quedaron más atrás, hablando. -Esto parece que está demasiado preparado, ¿No te hueles algo raro?-. Preguntó el rubio.

-Sí..., Es como si todo estuviese súper calculado, y es como si alguien supiera cuáles son nuestras cualidades y que íbamos a venir en grupo-. Dijo Near, y Mello suspiró.

-Esto es muy raro, algo malo está pasando..., Pero pienso descubrir el qué, y el porqué-. Dijo Mello, y Near asintió.

-Estoy contigo-. Dijo, y los dos chocaron los puños, manía que los hijos habían heredado. 

Los dos retomaron el camino, y se dirigieron hacia los demás, avanzando.


-¡DINOS COMO SE AVANZA!-. Obligó John. -O te meto un tiro-. Sonrió este.

-¡V-Vale, vale!-. Dijo Serpico. -Joder...-. Bufó. Miró a las 3 estatuas de los dioses, y tragó saliva. Comenzó a recordar lo que su hermano y la bola de pelo habían hecho, así que se dirigió hacia el dios B. -B, Si yo te pregunto si A es aleatorio, ¿Responderías ja?-. Preguntó Serpico.

El dios respondió.

-Ja-.

-¡J-Jefe, ha hablado!-. Dijo sorprendido uno de los tontos secuaces de John.

-¡Calla idiota!-. Dijo John. -¡Sabes perfectamente que habla, no te hagas el tonto!-. Serpico miró a John, confundido.

-¿Cómo sabes que habla?-. Preguntó Serpico confundido.

-¡SIGUE O TE METO UN TIRO!-. Amenazó.

-¡VALE VALE!-. Gritó Serpico, levantando las manos, asustado. -Ufff...-. Bufó.

Serpico se dirigió al dios C.

-C, si yo te pregunto si tú eres verdad, ¿Responderías "ja"?-. Preguntó.

-Ja-. Respondió el dios.

Y ahora, Serpico se dispuso a hacer la última pregunta.

-C, ahora que sabemos que eres verdad..., Si yo te pregunto si B es aleatorio, ¿Me responderías "Ja"?-. Preguntó.

-Ja-.

La puerta del pasadizo se abrió, y Serpico tragó saliva.

-Muy bien hecho, imbécil. Ahora, ¡Tú primero!-. Le empujó, tirándole hacia delante. Serpico se molestó, pero no dijo nada porque si no, lo matarían.

Comenzó a avanzar, esperando a llegar hasta donde el suelo se caía.

Estaba muy nervioso, y ahora deseaba no haberse separado de su hermano y los demás, pero ya no hay marcha atrás, es su culpa. Si simplemente no les hubiera vendido...

Pero Serpico simplemente quería ser de utilidad, pero tenía miedo de que cosas así pasaran, y esto es lo que ha pasado. Serpico, realmente sigo pensando que eres idiota..., Es una pena porque en otras circunstancias me hubiera gustado saber más sobre tu pasado y tu punto de vista sobre ciertas cosas, pero me alegra saber que ahora estás a buen recaudo. Digo ahora, en vuestro futuro, ahora evidentemente está metido en un gran problema...

Serpico y los demás llegaron al final del pasadizo.

-¿¡Ahora qué!?-. Preguntó John, fingiendo.

-A-Ahora..., Se abre una...-. El suelo donde estaba Serpico se abrió, y Serpico cayó, comenzando a deslizarse. -¡AAAAAAAAAAAAAAH!-.

-¡Venga, todo el mundo abajo!-. Ordenó John, y todos comenzaron a tirarse hacia abajo.

-¡AAAAAAAAAAAAAH!-.

Cuando todos bajaron, Serpico estaba mirando a ver si se encontraba con los demás, o si había algo o algún sitio donde poder escaparse, pero no. Estaba entre la espada y la pared.

John apuntó a Serpico.

-¿Ahora?-. Preguntó John, frunciendo el ceño.

-¡N-No tengo ni idea!, ¡No he estado aquí!-. Dijo Serpico, mirando a ver si veía algo, hasta que vio las inscripciones. -¡A-Ahí tiene que poner algo!-. Dijo, y se acercó, pero John le cogió del brazo.

-¡No importa!-. Le empujó, tirándolo al suelo. Serpico se cayó. -Ponte para que podamos subir-. Dijo John, señalando con su pistola las escaleras de hierro oxidado que habían rotas.

Serpico miró, y entendió, así que se levantó y se dirigió hacia allí. Se agachó y juntó sus manos.

Los demás se subían en estas, y Serpico los alzaba.

Cuando ya estuvieron todos, ayudaron a Serpico a subir, y siguieron avanzando.

Se encontraron en la misma situación que nuestros protagonistas hace una media hora aproximadamente.

-¿Ves ese camino de piedras al final?-. Preguntó John.

-¿Eh?, S-Sí-. Dijo Serpico. 

-Pues llega hasta allí balanceándote con las cuerdas, y elévanos el puente-. Obligó.

-¿¡Quieres que me balancee como Tarzán!?. Preguntó Serpico, sorprendiéndose mucho ante esa orden.

-¡Sí!, ¿¡Qué parte no has entendido!?-. Le preguntó cogiéndole del cuello de la camisa.

-¡E-Está bien..., Está bien!-. Dijo, y tragó saliva. Serpico se quitó la sudadera, y los zapatos. -Me lo merezco...-. Dijo, cerrando los ojos. Se dirigió hacia atrás del todo, y abrió los ojos. 

Comenzó a correr y a correr, y cuando estuvo apunto del abismo, saltó.

-¡AH!-. Se cogió de la cuerda, pero de milagro. -¡UFF...!-. Suspiró, aliviado. Comenzó a subir un poco, y a moverse para pillar carrerilla. Llegó a la siguiente cuerda, y a la siguiente, y a la siguiente...

Cuando saltó para llegar al camino de piedras, casi no llega, y se quedó en el borde, sujetándose antes de caer.

-¡AHH, AHHHHH!-. Serpico casi se cae, pero consiguió subir. -Ahhhh..., Ahhhh...-. Suspiraba, nervioso.

-¡EL PUENTE!-. Ordenó John.

Serpico frunció el ceño, podría no hacerlo..., Podría no levantar el puente, pero...

Probablemente ellos acabarían llegando con las cuerdas, y como no tenía armas, decidió hacerle caso, así que comenzó a levantar el puente con la cuerda que había allí.

Cuando el puente estuvo bien levantado, todos pasaron por allí, y John sonrió.

-Buen chico-. Dijo sonriente John.

Serpico tragó saliva.

-Ahhh...-. Suspiró, cansado y nervioso.

Avanzaron en el camino.

Serpico sabía que algo estaba raro, John sabía que las estatuas hablaban, y que había un puente, lo vio a simple vista, como si ya supiera que estaba allí...

Algo andaba mal..., ¿Cierto?


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