CAPÍTULO 60
Ojos Abiertos Parte 1:
¡Todo Fue Parte De Un Propósito!

(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),
Romanos 9:11

Jueves 03 de mayo del 2018.

《En el pasado, narrador anónimo.

En casa.

─Haz caso a todo lo que yo te diga ─me dijo mi papá.

─¡Si papá, lo haré! ─respondí.

El mundo se hacía cruel para mí, no lograba entender porque las demás personas me trataban mal, yo no les había hecho nada.

En la escuela.

─Escuchaste eso del pastor... es un ladrón de primera ─susurraba una chica.

─Yo escuché que hace pactos con el diablo y por eso su iglesia se llena ─dijo otra chica.

En casa.

─¡Entiende que la gente va a hablar! ¡La gente siempre dirá algo y créeme, muchas veces no será algo positivo! ─decía mi papá─. Hazme caso a mí.

─¡No puedo! ─le grité y salí corriendo.

Años después.

Me he vuelto un chico marginado, no me agrada estar cerca de las personas, hasta a mi familia la quiero lejos, no confío en nada ni en nadie.

En la biblioteca.

─¿Quién es él? ─le preguntó una chica al bibliotecario.

─Es el hijo del pastor... él no tiende a hablar con las personas, sólo viene a la biblioteca y se lee la Biblia ─decía el bibliotecario─. Hay gente que se lee la Biblia entera en un año, él se ha logrado leer la Biblia en tan sólo 1 mes, y, es más, cuando termina de leer, lo vuelve a leer.

Siempre la gente murmuraba y me señalaba, me juzgaba por las acciones de mi familia, ¿por qué? Yo no pedí esa familia, ¿por qué escoger un lado? Yo no empecé el conflicto entre Dios y el diablo, ¿por qué el mundo se basa sólo en eso? Ya eso no sabría responderlo.

En casa.

─¡Quiero estar en un lugar donde no te vuelva a ver! ─le dije a mi papá, él sólo me dio una bofetada y me dijo─. Me deshonras.

─¡No me importa! ─le grité.

Un día en el auto íbamos a visitar a la familia de mi padre, no tenía ninguna gana de ir. Mi madre estaba sentada en la parte trasera; mi padre creyó que sentándome en el asiento del copiloto yo me sentiría más tranquilo, pero ese día todo cambió. El auto chocó y calló por un barranco. Jamás olvidaré los gritos de mi padre, jamás olvidaré aquella luz que cambió mi vida.

─¡Noooooo! ─gritó papá.

"Charlie"

Había llegado a la zona del accidente, me informaron que sólo había un testigo de lo sucedido, creo que tendré que hablar con él.

─¿Me podría decir qué pasó? ─le dije.

─Iba en el auto con mi esposa y mi hijo; el auto se volcó y yo pude sacar a mi mujer, pero murió, murió a consecuencia de todos los golpes, y mi hijo, él jamás logró salir del auto ─me explicaba el hombre─. El auto explotó, explotó con mi hijo adentro.

─Lo siento, pero... ¿cómo se llamaba su hijo? ─le pregunté.

─Su nombre era Er-Erick... Erick Wedekind.

Recuerdos de JD - En Trelós House.

Me la pasaba buscando por todo Trelós House una silla de rueda, pero no lograba encontrar una. De repente me sentí como aquel día que la muerte me trajo aquí y me abandonó. Me detuve en medio del pasillo, volteé a mi izquierda y pude ver una puerta que decía el nombre de alguien llamado Erick Wedekind. No sé porque, pero me quedé guiado cuando vi ese nombre.》

Tiempo actual.

《JD》

Acababa de despertarme de lo que parecía ser un sueño, o más bien pesadilla, pero... ¿quién es Erick Wedekind?

Me levanté de mi cama, ya no podía dormir, no después de esa pesadilla que se sintió tan real. Miré el reloj y vi que eran las 3:33 a.m. era preferible volver a dormir. Me giré y sorprendentemente vi mi cuerpo acostado en la cama. Observé por la ventana y vi un resplandor. Decidí bajar por las escaleras de la casa, abrí la puerta, al salir lo vi a él.

─Tiempo sin vernos ─me dijo.

─Sí, lo sé ─le dije─. ¿Qué haces aquí?

─Vine porque tengo algo que mostraste, y antes de enseñártelo quiero confesarte que mi verdadero nombre es...

─Abadón, lo sé, leí Apocalipsis ─le dije. (Apocalipsis 9:11)

─Perdón por haberte mentido y haberte dicho que era la muerte, pero creo que si te lo hubiera dicho jamás lo hubieras creído ─dijo la muerte o Abadón, total, es el mismo.

─Dijiste que viniste a mostrarme algo, ¿por qué iría contigo? Resulta ser que casi todas las cosas que me enseñas no son para nada escenas fascinantes.

─Pues lo que te voy a enseñar, es diferente.

Traté de confiar en él, agarré su hombro, él sacó su báculo y lo golpeó contra el suelo. Tenía tiempo sin tener esa sensación. Al disiparse la luz pude ver que estábamos en un hospital. Abadón me hizo señas para que lo siguiera y eso fue lo que hice; seguí a Abadón por un pasillo largo, él me guio hasta la sala de incubadoras, allí pude ver a mi papá cargando a un bebé.

─¿Puedes reconocerlo? ─me pregunta Abadón.

─¡Claro! Se nota lo mucho que Ryan ama a Roy.

─Es cierto, lo ama, sólo que hay un pequeño detalle, el bebé que está cargando tu papá, eres tú.

─¿Qué? Pero si se ve muy amoroso, ¿por qué pasó todo eso? ─pregunté muy confundido.

─Dios mandó a Moisés a liberar su pueblo Israel, pero la tarea de Moisés no era nada fácil, pues Dios endureció el corazón del faraón ─me dijo Abadón─. Tú decidiste volver a la tierra y librar a tus amigos y familia de las manos del diablo, pero Dios endureció el corazón de tu padre. (Éxodo 4:21)

─Entiendo que su corazón se haya endurecido, pero, siento que hay algo más.

─Lo hay ─me dijo él─. Toma mi mano.

Tomé la mano de Abadón, él volvió a usar su báculo, aquella luz que me fastidió por mucho tiempo seguía haciendo estragos, nuevamente se disipó la luz y esta vez estábamos en un asilo, pero ¿qué hacíamos en un asilo?

La muerte se fue caminando hacia una de las habitaciones, al entrar estaba un viejo en la cama acostado.

─¿Quién es él? ─le pregunté a Abadón.

─Su nombre es Roynal Duncan, él es...

─Mi abuelo ─susurré, la muerte me miró y yo lo miré─. En la historia que Roy me contó mi abuela moría de cáncer, pero él jamás habló de la muerte del abuelo; mi padre nunca habló de él, así que supuse que estaba muerto.

─

No estaba muerto y tampoco de parranda; en poco sabrás porque tu padre nunca habló de él.

En eso Ryan venía entrando por la puerta, se paró frente al abuelo y le dijo muchas cosas horribles que a la ves eran realidad, una triste realidad.

─Negué a Dios por ti y tú eras un mal padre ─le decía Ryan─. Quise seguir tu ejemplo y mi vida terminó siendo un asco por tu culpa, mi familia se ha ido, mis hijos me abandonaron; fue el peor error de mi vida haberte echo caso.

─Hijo yo te amo.

─Pues tu forma de amar da asco ─le decía papá─. Por padres como tú David escribió que si los padres lo abandonaban allí estaría Jehová, mis hijos lo entendieron, pero yo, yo jamás lo entendí hasta ahora. (Salmo 27:10)

─Hijo no me digas eso, para mí lo eres todo ─decía el abuelo con lágrimas en los ojos.

─Lo siento, para mí eres basura. ─Mi padre no aguantó más y comenzó a llorar─. Por amor a Cristo para mi eres basura. (Filipenses 3:8)

Mi padre sin pensarlo se retiró de la habitación del abuelo, éste no podía aceptarlo, gritaba de dolor por lo que le había dicho Ryan. El dolor era tanto que se quitó todos los cables que tenía conectados al cuerpo, hizo fuerza para ponerse de pie, pero cayó al suelo todo débil.

─Abadón mi abuelo está agonizando, él...

─¡Sí!

─¡Sácame de aquí!

─Pero...

─¡Pero nada! ¡No quiero ver a mi abuelo morir, sácame de aquí! ─le grité.

Él tomó mi mano, sacó su báculo y lo golpeó contra el suelo, preferiría estar en cualquier lugar antes que ver morir a alguien, y mucho menos a un abuelo al que no conocí, pero no quita que sea parte de mi familia. La luz nuevamente cesó, al mirar a mi alrededor pude reconocer el vecindario en donde estaba, era mi antiguo vecindario, al darme la vuelta pude ver la casa de Ryan.

─¿Estás bien? ─me preguntó Abadón.

─¡Sí... sí estoy bien!

─Antes de todo quiero decirte que todo esto ya pasó, esto fue un día antes de que tu padre fuera a la iglesia ─me dijo Abadón─. ¿Vamos?

─¡No! Dijiste que me mostrarías algo diferente, sólo veo gente sufriendo, eso no me gusta.

─Bien JD, admito que al principio me caías muy mal, pero vi en ti algo diferente, hay personas que les muestras una visión y no hacen nada, hay otras que se burlan y no ven el sufrimiento de los demás ─me dijo Abadón─, pero tú no, tú viste el sufrimiento de tus amigos, aún a sabiendas de que no podías hacer nada intentabas salvarlos, los lograste salvar y no sólo a ellos, sino que a toda tu familia, hay quienes sólo se salvan a sí mismos porque "la salvación es individual", pero tú no pensaste así, fue por eso que te llegué a considerar como mi primer amigo, mi trabajo en el mundo espiritual no implica sociabilizar, pero me hiciste ver que no todos los seres humanos son iguales.

─Sólo hice lo que era correcto.

─Lo hiciste bien, ahora dime, ¿no quieres saber cómo tu padre volvió a los pies de Cristo?

─¡Sí!

─¡Vamos entonces!

Y fui con él, como antes me hizo traspasar la pared, estando dentro me explicó que ya había pasado una hora de lo que pasó con mi abuelo, ya hace 30 minutos le habían avisado a Ryan que su padre había muerto de un ataque al corazón. Creí que cuando entrara vería algo especial o no sé, realmente no sé que vería, pero lo único que vi fue a Ryan bebiéndose una botella de ron, mientras veía un cuadro.

─¿Me trajiste aquí para ver a mi padre ahogado de borracho?

─No, te traje aquí para que vieras como obra Dios ─me dijo Abadón─. ¡Quisieras acercarte y ver a tu padre!

Pues me acerqué a él y vi como miraba el cuadro sin saber que el que estaba en el cuadro era yo, mi padre bebía viendo mi fotografía.

─¡Señor! Perdóname. ─Mi padre se veía destruido por completo─. Señor, si notas que aprendí a andar solo, si notas que aprendí a vivir sin Ti. Si notas algo así, que solo dependo de mí.
Se paró de la silla.

─Si notas que las cosas importantes perdí por hacer todo a mi modo, si notas algo así que solo dependo de mí, corrígeme y hazme ver, hazme saber que no estoy bien.

Se fue a la sala.

─Háblame no me dejes continuar, háblame que es por mi bien, háblame y hazme saber que yo estoy mal. ─Camino por toda la sala─. Háblame por favor corrígeme y aunque duela hazme volver al camino donde un día caminé; Dios háblame.

Se sentó en el sofá.

─Si me ves preocupado por pensar en tantas cosas que quiero lograr; si solo pienso en mí, si ya no pienso en Ti.

Se volvió a parar.

─Si notas que la fama me hizo cambiar, y ves que no soy el mismo al hablar; si notas algo así no me dejes seguir, corrígeme y hazme ver, hazme entender que no estoy bien.

Parado frente a la chimenea.

─Háblame no me dejes continuar, háblame que es por mi bien, háblame y hazme saber que yo estoy mal. ─Lloraba y lloraba─. Háblame por favor corrígeme y aunque duela hazme volver al camino donde un día caminé; Dios háblame.
Se arrodilló.

─Muchos se han olvidado de que la gloria es para Ti, pero si eso me pasa a mí, yo prefiero no seguir, no seguir.

Fui a sentarme junto a él.

─Háblame no me dejes continuar, háblame que es por mi bien, háblame y hazme saber que yo estoy mal, háblame por favor corrígeme y aunque duela hazme volver al camino donde un día caminé; Dios háblame, no me dejes continuar, háblame que es por mi bien, háblame y hazme saber que yo estoy mal, háblame por favor corrígeme y aunque duela hazme volver al camino donde un día caminé; Dios háblame.

[Dios háblame - Barak]

Jamás lo había visto así de humillado, lo bueno era que se había humillado ante Dios y no ante las cosas del diablo.

─Al día siguiente tu padre fue a la iglesia, se cumplió el deseo que le pediste a Dios al soplar la vela en el cumpleaños de Kristian ─dijo Abadón─. ¿Ahora sigues considerando que todo lo que te muestro es malo?

─Para nada.

─Aún hay algo más que debo enseñarte.

─¿Qué cosa?

─Toda la falta de amor...

Y, ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
1 Pedro 4:8