Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

PARTE 32

CAPÍTULO 28
Aquí Estoy Yo

No escondas tu rostro de mí.No apartes con ira a tu siervo;Mi ayuda has sido.No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación. Aunque mi padre y mi madre me dejaran,Con todo, Jehová me recogerá.
Salmos 27:9-10

En la tarde.

Digamos que fue una "cita" estupenda la que tuve con Kate, íbamos juntos de la mano regresando a casa, estábamos platicando de muchas cosas tanto sobre ella y de mí. La plática estaba emocionante, pero cuando estábamos por llegar se escuchaban algunos gritos, creí que era cerca de mi casa y corrí con mucha velocidad. Al llegar realmente era en mi casa, bueno, fuera de ella. Era mi padre el que estaba gritando un montón de cosas, afuera estaba la pobre Julieth sin zapatos y llorando.

─¡Maldita malnacida, te quiero fuera de mi casa! ─le gritaba mi papá, era algo que me sorprendía mucho, ¿por qué la echaba?

─¿Cómo que malnacida? ¡Es tu hija! ─le dije.

─Que sea mi hija no quita que sea una malparida.

─Esa no es forma de hablarle a tu hija ─le dije a mi papá─, además, ¿por qué la estás echando?

─¡Simple y sencillamente porque en mi casa no va a vivir ningún cristiano! ─gritó papá eufórico─. ¿Me escuchaste perra? Ojalá tu Dios se apiade de ti desgraciada, porque ya ahora me da igual como sea tu suerte.

─¡Papá basta! No puedes echarla sólo por eso ─le dije.

─¡Claro que puedo! ─dijo él─. Es mi casa y hago lo que me da la gana.

─¡Está bien, está bien! Por lo menos déjala buscar sus cosas.

─¡Sí! ─dijo Julieth.

─¡Claro que no! ─dijo mi padre─. He sido muy claro con esa rata, ella no va a entrar a mi casa, ni ahora, ni nunca.

─¡Vale! ¿Puedo yo entrar por sus cosas? ─le pregunté a papá.

─¡Tú sí puedes! Saca toda la ropa de esa maldita para que se largue rápido; no quiero ni verla.

Caminé velozmente a la casa, subí por las escaleras, cuando lo hacía tan sólo pensaba en todo lo que estaba sucediendo, desde el desalojo de Julieth hasta los insultos de papá. Yo sabía que papá era ateo, pero no sabía que tan desalmado podría ser, me ha dejado sorprendido. En el cuarto me la pasé tomando toda la ropa de Julieth y... era una situación complicada, algo que jamás pensé que viviría, pero esta era la realidad, no podía hacerme el de la vista gorda y fingir que esto no estaba pasando; las reglas del juego ya estaban dictadas y era hora de cumplirlas. Salí de mi casa con las dos maletas, tenía que ayudar a Julieth de cualquier forma y creo que esta era una de esas formas; estaba listo para esto.

─Jamás pensé que Julieth tuviera tanta ropa ─dijo Roy.

─Tienes razón, la otra maleta es mía ─le dije.

─¡¿Qué?! ─dijo mi padre, él se veía un poco atónito por mis palabras, pero yo tan sólo era obediente.

─Dijiste que en tu casa no podía vivir ningún cristiano, y si es así, yo no hago nada en este lugar ─dije con ferviente voz.

Roy no se vio para nada sorprendido, pero para mi padre fue una completa sorpresa, él en realidad no se esperaba eso de mí, pero no iba a quedarme en una casa ocultando el hecho de que creo en Dios sólo por complacerlo a él.

─¡Vaya! Así es como me pagan, par de ingratos, dúo de malagradecidos, se acordarán de mí ─gritaba papá─. Y tú JD, que no se te olvide que en tu maldita Biblia dice que honres a tu padre. (Efesios 6:2)

En ese momento me regresé, era ilógico que este hombre me estuviera hablando de la palabra.

─¡Hazme el favor de no ser cínico! ─le dije a mi papá─. ¡Dos versículos después dice que debes educar a tu hijo con disciplina y reprimenda de parte de Dios; acabas de echar a tus hijos que son cristianos sólo por ser un maldito ateo! No mereces ni que te insulte. (Efesios 6:4)

Con prisa me fui donde estaba Julieth, estaba seguro de la decisión que había tomado y no me iba a retractar y menos para complacerlo a él.

─Vamos Julieth, salgamos de aquí ─le dije.

─Pero no tenemos a donde ir.

─¡Escúchame bien! Aunque mi padre y mi madre me dejaran...

─Con todo, Jehová me recogerá ─terminó el versículo Julieth. (Salmos 27:10)

Ella tomó su maleta y yo tomé la mía, estábamos listos para irnos, aunque mi papá seguía gritando estupideces. Tenía fe de que todo saldría bien. En eso se me acerca Kate, parecía algo preocupada, pero a la que había que tranquilizar era a Julieth.

─¿Tienen a donde ir? ─preguntó Kate.

─¡Creo que sí! ─le dije, saqué mi celular y llamé a... ─. ¡Hola, ¿cómo estás?!

─¡Estoy bien! ¿En qué te puedo ayudar?

─Dijiste que si necesitaba algo que te lo pidiera y ahora mismo necesito un favor de tu parte, nos acaban de echar a mi hermana y a mí de la casa, ¿nos darías hospedaje?

─¡Claro, sólo ven a mi casa!

Terminé la llamada con... y luego de eso me despedí de Kate, le di un beso en la frente y me fui junto con Julieth. Si esto realmente era una prueba, no era una de las fáciles, se estaba probando el que tanto era capaz de dejar que Dios sea el que me sostenga. Estábamos mi hermana y yo esperando a que llegara un taxi para llevarnos a la casa de... y poder sentirnos un poco mejor. Cuando estábamos allí se acercó Roy, creí que venía a decir algo de interés, pero sólo vino a decir tonterías.

─¡Que lástima que se tengan que ir; no los voy a extrañar! ─dijo ese imbécil─. Y por cierto JD, tenías razón, los dos no podíamos vivir en la misma casa.

─¿Sabes Roy? Hay un versículo en la Biblia que dice que me puedo molestar, pero que no debo pecar ─le dije. (Efesios 4:26-27)

─¡Bendita sea tu Biblia! ─dijo él.

─¡Pues si! Es triste porque ahora me siento molesto y para tu mala suerte ahora mismo no me siento tan cristiano ─le dije a Roy, y sin pensarlo le di tremendo puñetazo tan fuerte que lo tumbé al suelo─. ¡Ahora párate y lárgate! Me da pena ser hermano de una persona que se siente bien haciendo que otros se sientan mal y la verdad no quiero ser como tú.

Sólo se levantó del suelo, se encontraba muy molesto, pero eso para nada me importaba, él ya nos había molestado lo suficiente como para doblegarnos ante él.

─Se van a arrepentir, ambos van a pagar ─dijo Roy.

─¿Y tú nos vas a hacer pagar? ─le preguntó Julieth.

─Ya lo verán, algún día los veré arrodillados ante mí.

─Estás loco, eso jamás pasará ─le dije a Roy─. Ojalá y seas tú el que un día se postre a los pies y no de nosotros, sino de Jesús.

─¡Nunca en la vida! ─dijo Roy y luego se fue corriendo.

Me quedé con mi hermana para consolarla, era mi deber como hermano mayor apoyarla en todo. El taxi llegó y ambos nos montamos con rumbo a la casa de... en el taxi Julieth se veía un poco triste; el taxista cambió la emisora y comenzó a sonar una canción, no era cualquier canción, era una cristiana.

Tu palabra llega siempre; justo a tiempo. Cuando más la necesito, cuando es fuerte el viento. Cuando no hay donde ir me dices "mi hijo refúgiate en Mí" ─canta Julieth.

─Me alimenta tu presencia y te siento, me ministra tu palabra y me da sustento ─canté.

─Cuando no pude dormir llegó tu ayuda y me hiciste vivir ─canta Julieth.

─Cuando se acaban las fuerzas, cuando se apaga mi voz, cuando no salen las palabras, cuando ya no hay canción, cuando el mundo asegura que todo terminó; que abandone y me rinda, que mi tiempo expiró ─cantamos los dos─. Es ahí cuando escucho tu voz que me dice "no tengas temor"; por ti peleo yo, por ti peleo yo, por ti peleo yo, por ti peleo yo.

[Por ti peleo yo - Isabelle Valdez]

El taxi nos dejó en la casa de... estando allí toqué la puerta para saber si estaba ahí. Sólo fue cuestión de minutos para que saliera.

─¡JD!

─¡Logan, hola!

─Bienvenidos, están en su casa ─nos dijo Logan─. Pónganse cómodos, iré a arreglar las habitaciones.

Logan se fue a arreglar las habitaciones, Julieth y yo nos quedamos conversando en el comedor sobre todo lo que había pasado, aún era algo difícil de creer.

─Por cierto, ¿dónde estaba mamá? ¿por qué no te defendió? ─le pregunté a Julieth.

─La verdad es que... JD, ¿recuerdas ayer que llegaste tarde del hospital porque estabas con tus amigos...? Pues mamá se fue de la casa antes de que llegaras, ni siquiera nos dio una explicación, sólo tomó sus maletas y se fue; ahora sólo quedan papá y Roy en la casa.

En eso alguien entra por la puerta de la casa de Logan, era una chica que gritaba.

─¡Papá, papá! ─Era extraño ya que se suponía que Logan no tenía familia, pero cuando la vi bien, me asombré.

─¡Gina! ─dije sorprendido.

─¡Ahh, perdón, ¿nos conocemos?! ─me preguntó.

─¡No, la verdad no, pero eres la hija de Logan y él me habló mucho de ti!

─Ok... ¿ustedes son? ¿y por qué están aquí?

─Ella es mi hermana Julieth y yo me llamo Jael Duncan, pero puedes llamarme JD ─le dije a Gina─. Estamos aquí porque nuestro padre nos echó de la casa y acabo de descubrir que nuestra madre nos abandonó, Logan se ofreció a ayudarnos.

─Así que su madre los abandonó, lo siento mucho... y sean bienvenidos a nuestra humilde morada, siéntanse como en su casa.

Al parecer Gina era amable tanto en la visión como en la vida real, pero ¿qué les esperaría ahora que están viviendo con Logan y su hija?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro