PARTE 04
CAPÍTULO 04
El Primer Deseo
No confiéis en los príncipes,Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra;En ese mismo día perecen sus pensamientos.
Salmos 146:3-4
Por la tarde en la casa de los Sanz.
《Narración del noticiero》
─Noticias informan que un accidente cerca de la ruta 66 dejó a muchos estudiantes asustados después de que un autobús se volcó y cayó por un barranco, para más información Priscila Reyes.
《Kathelyn》
Para mí era algo de miedo, tenía un mal presentimiento de esto que había sucedido, lo único que podía hacer era orar por la vida de todos los que estaban en ese autobús.
En la autopista.
《Charlie》
Era la primera vez que veía algo como esto, era como algo sobrenatural, algo nunca visto; hoy se estaba poniendo a prueba mi fe.
─Detective Readdie... esto parece un caso muy difícil de descifrar ─me dijo Shasly.
Shasly Tasker una joven de 28 años que es practicante a detective en el departamento de policía de Austin - Chicago. Una mujer pelirroja de ojos azules, muy aplicada y para nada corruptible, una de las mejores en su trabajo, pero tanto ella como yo hemos quedado sorprendidos por este accidente. ¿Quién soy? Mi nombre es Charlie Readdie y soy un detective del departamento de policía de Austin - Chicago, tengo 36 años y en mi vida había visto algo como esto.
─La verdad esto parece un milagro, ¿ya lograron comunicarse con la familia de Logan Dixon? ─le pregunte a Shasly.
─No señor, parece ser que él no tenía familia, lo único que encontramos fue esto ─me dijo Shasly, era un collar que tenía como dije una cruz.
─¿De quién era?
─Estaba en el cuerpo de un chico, aún no se ha identificado el nombre del presunto cadáver.
─¡Cadáver! Es igual a muerto... ya van 2 muertos, y esto sigue sin tener una explicación.
Ahora que les diré a la familia del chico, al parecer hizo el último viaje de su vida, en definitiva, él no se lo esperaba.
Minutos después.
Se me acerca un señor y una mujer, ambos se veían un poco alterados, lo más seguro era que uno de sus hijos estuviera en el accidente.
─¿Podría darnos los detalles de lo que pasó? ─preguntó el hombre─. Lo siento, no me presenté, soy Ryan Duncan.
─Entiendo, soy el detective Readdie y sí, sí puedo informarle lo que pasó ─le dije, estaba decidido a contarle, yo sólo esperaba que su familiar fuera uno de los que estaba herido─. Al parecer había 45 personas dentro del autobús, una de ellas esta grave en el hospital, se le identificó como la profesora Morales, 23 de los estudiantes están heridos y sorprendentemente 19 de ellos que es el resto, salió ileso de todo el accidente.
─Aún faltan personas por mencionar ─dijo la señora.
Jamás imaginé que llevara la cuenta, pero no podía posponer esto más, si ella era familiar de alguno de los muertos tenía derecho a saberlo.
─El chofer murió y se encontró otro cuerpo en el bosque, no encontraron identificación del chico.
─¿Chico? ─preguntó la señora, estaba muy asustada.
─Sí, chico, lo único que se encontró fue esto. ─Les mostré el collar.
El señor se mostró despreocupado después de que le mostré el collar, pero la señora no reaccionó de la misma manera, al contrario, quedó en shock por la noticia.
─¿Le pasa algo? ─le pregunté.
─Es el mismo collar que le regalé a mi hijo para su cumpleaños ─me dijo muy acongojada─. No me diga que mi hijo está muerto.
─Lo siento señora, pero esto es lo único que se encontró en el cuerpo del joven.
Ella sólo gritaba del dolor por todo lo que había sucedido, yo no sabía como consolarla, era la primera vez que veía a una madre tan abatida, sin embargo, el padre se mostraba muy molesto por lo sucedido. Él se dirigió hacia ella muy engorroso, la tomó por los brazos y le gritó.
─¿Cómo pudiste regalarle eso a nuestro hijo? ¡Maldita estúpida esto es tú culpa!
Los gritos no fueron los que me dejaron atónito, fue la cachetada que el hombre le otorgó a la mujer, todos quedaron patitiesos por aquel incidente, pero alguien tenía que reaccionar.
─¡Oficiales! ─grité con ferviente voz─. Detengan a ese hombre, ¿cómo rayos se atreve a golpear a su mujer de esta manera, y más en frente de miembros de la policía...?
Los oficiales detuvieron al señor Duncan, faltaba más, no iba permitir el abuso intrafamiliar y menos en mi presencia.
─¡No tiene ningún derecho a hacer lo que hace! ─vociferó el muy cretino.
─¡Estoy en todo mi derecho, usted no es nadie... escuche bien, nadie, para golpear a una mujer indefensa! ─le respondí al remedio de hombre pusilánime que tenía al frente─. ¡Llévenselo! Su presencia me da asco.
Pobre mujer que tenía que convivir con este hombre, y para colmo la muerte de su hijo, todos estos eventos de golpe, ahora si estaba intrincada la situación.
─¿Se encuentra bien? ─le pregunté un poco desasosegado por todo lo ocurrido.
─Yo estoy bien ─me respondió ella, se veía algo patidifusa y no la culpaba─, tan sólo espero que el alma de mi hijo este en un buen lugar.
En el abismo.
《JD》
¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar? ¿Qué pasó conmigo en el bosque? ¿Cómo llegué a este lugar, cómo salir? Eran muchas las preguntas que rondaban por mi cabeza y lamentablemente ninguna tenía respuesta; miraba a mi diestra y no hallaba nada, a mi siniestra tampoco hallaba señal de vida, miré hacia atrás y no encontraba nada, sólo me encontraba yo vestido de blanco por completo.
Intenté mirar al frente, era algo absurdo, obviamente no encontraría nada, pero me equivoqué; vi una bestia, su apariencia era semejante a un caballo preparado para la guerra; en la cabeza tenía una corona de oro; su rostro no lo llegué a ver, éste estaba de espalda; tenía cabello como cabello de mujer; tenía coraza como coraza de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; tenía cola como de escorpión, y también aguijones. (Apocalipsis 9:7-11)
De pronto entró en una metamorfosis, su apariencia cambió, ya no tenía apariencia de caballo, ni coraza de hierro, ni la corona, pero su cabello largo y sus alas las conservaba, ya sus alas no causaban un ruido estrepitoso. Ahora vi a un hombre vestido de negro, alas enormes y negras, ya no sabía si correr o quedarme allí, pero él era el único que allí estaba, no podía echarme a correr como un cobarde.
─¿Dónde estoy? ─le pregunté.
Él sólo me vio de reojo, debía sentir más miedo de lo normal, pero por alguna razón ya no me sentía con miedo.
─Estás en el abismo ─me respondió él.
─¿Qué es el abismo? ─le pregunté confundido.
─Es el punto medio entre el Hades y el seno de Abraham. ─Comenzó a sonreír, no sé lo que era gracioso, pero tal vez él me explicaría─. Deberías haberte ido al infierno, pero por alguna razón Dios se apiadó de ti. (Lucas 16:26)
¿Qué rayos estaba diciendo este hombre? ¿Cómo era posible que él me dijera a mí que tenía que irme al infierno?
─¡¿Quién te crees que eres para decir que yo tengo que estar en el infierno?! ─le grité exasperado─. Yo era buen estudiante, buen amigo, buen hermano, buen hijo, un buen ser humano, no le hacía mal a nadie, es más, ayudaba a los demás.
Él sólo se giró y se reía en mi cara, esto me estaba molestando, no creo que me mereciera ese trato.
─No me creo, soy, la muerte y no me importa que tan bueno hayas sido, te hacía falta Jesús ─me dijo él con mucho gozo, parecía que disfrutaba humillarme. (1 Corintios 13:3)
─¿Jesús? ─le pregunté absorto─. ¿Quién es Jesús?
─Jesús es quien murió por ti, por todos los hombres y mujeres de la tierra.
─Es el héroe del cuento, espera un momento, ¿es realmente un cuento? ¿estaré soñando? ¿esto es real?
Él sólo seguía riéndose de mí, realmente le fascinaba, creo que hasta lo disfrutaba.
─No, no es un cuento, sí estás soñando y sí... es muy real todo esto ─me dijo la muerte. (Mateo 9:24)
─¿Por qué estás aquí? ─le pregunté.
─Supongamos que soy el genio de la lámpara y vengo a concederte 3 deseos... piensa bien que pedirás.
─¡Eso será sencillo! ─le dije fanfarroneando─. Si realmente estoy muerto, quiero que me revivas.
Sus ojos verdes daban miedo, reparaba mi cuerpo de arriba hacia abajo, me miró a los ojos fijamente y dijo.
─Lo siento, no tengo el poder para revivir.
Eso fue algo frustrante, él no podía revivirme, tampoco le iba a pedir dinero o un castillo como Aladdin, igual no sabía que pedir.
─¿Conoces la novela de Charles Dickens, un cuento de Navidad? ─le pregunté.
─¡Si claro! ─me respondió de manera amena─. ¡Obvio no chico, aquí no hay televisión!
─Es una gran historia, cuenta la vida de un hombre avaro y egoísta llamado Ebenezer Scrooge y su transformación tras ser visitado por una serie de fantasmas en nochebuena ─le dije a la muerte─, sólo quiero que hagas lo que hizo el primer fantasma, muéstrame como hubiera sido la vida de mis amigos sin que yo hubiera existido.
La muerte se vio algo pensativo, mi propuesta era sencilla y no veía porque él no la hacía realidad, ¿será que no quiere ayudarme? Pensé.
─No tengo la facultad para hacer eso... ─me dijo la muerte, este tipo en serio estaba limitado, no podía hacer más de 4 cosas, que chiste tenía concederme 3 deseos si ni siquiera podía cumplir 1─, ...pero, puedo mostrarte como es la vida de tus amigos ahora que tú estás muerto.
─Está bien, hazlo ─le dije muy emocionado.
─¡Pídemelo! ─me dijo.
─Deseo que me muestres las vidas de mis amigos ahora que yo estoy muerto. (Hechos 16:9)
De repente apareció un báculo con alas en su mano, él tan sólo lo golpeó con el suelo y todo se iluminó, no sabía si vería a mis amigos, en realidad con esta luz no sabía si volvería a ver...
《¿Qué cosas tendrá que ver JD?》
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