XII
Estaba entre el sueño y la conciencia, sus pensamientos fueron un tren imparable dónde el protagonista era cierto rubio de cara afilada, odiaba esa sensación de frío en su cama, el intentar abrir sus ojos era una tortura, no quería confirmar que todo con el rubio había sido un sueño y él seguía sólo con su bebé, no era justo.
Sus ojos por fin se abrieron y notaron que estaba sólo en la cama, sintió la decepción fluir por su mente y sus ojitos llenarse de humedad salada, sin embargo, sus oídos captaron ruidos en su cocina, se paro rápidamente para verificar, en el último tramo se asomó y vió la figura de un rubio que se movía de espaldas al son de un ritmo que tarareaba, su mente pudo reposar en aquel instante y soltó un suspiro que hizo que el otro ser en la cocina se volteara para ver el orígen del mismo. Al ver a Soobin despierto Yeonjun le regaló una sonrisa cargada de cariño.
—Buenos días para los dos —canturreo el rubio —Hice comida —señalo con entusiasmo hacía la cocina dónde unos huevos fritos se podían vislumbrar.
Soobin sonrió a pesar de las ganas de llorar, caminó hasta llegar a Yeonjun y se recostó en él, el rubio lo rodeó con sus brazos al notar el gesto.
—Vamos —habló en un arrulló Yeonjun —¡Deben comer!
A Soobin le estaba gustando, adoraba que Yeonjun hablará en plural con él, siempre manteniendo a su princesa presente, con una sonrisa pequeña lo siguió a su mesa dónde ambos acomodaron todo para sentarse a comer, Yeonjun había preparado un desayuno americano, el único que sabía preparar sin quemar nada, desayunaron en un cómodo silencio, Soobin sin fijarse que Yeonjun tenía puesta en el su mirada, el rubio por más que quisiera no podía dejar de mirarlo, podía jurar que Soobin se veía más iluminado recién levantado, transmitía un brillo que Yeonjun veía en las personas embarazadas, pero cómo era el pelinegro el que le transmitía esa vibra se veía más especial.
—Hyung, está muy rica la comida —interrumpio con una sonrisa amable Soobin los pensamientos de Yeonjun.
El rubio sonrió encantado ante las palabras dichas por el pelinegro.
—Me alegro, pequeño.
Un pequeño rubor apareció en las mejillas de Soobin por el mote cariñoso, jamás pensó volverlo a escuchar de su hyung y que tuviera el mismo efecto que años atrás. De repente sus pensamientos pesimistas se hicieron presentes recordándole que Yeonjun se podía ir en cualquier momento, su cabeza se fué agachando lentamente y con sus cubiertos empezó a remover lo poco de comida que le quedaba, para Yeonjun no pasó desapercibida la acción y posó su mano en la mano que Soobin tenía libre, su dedo pulgar intentando reconfortar mediante caricias circulares en el dorso.
—¿Qué pasá?, ¿En qué estás pensando? —preguntó con tono preocupado.
—¿Cuánto tiempo te quedarás?
Yeonjun notó su cara preocupada, y tenía todo el derecho de estarlo, el rubio todavía tenía un trabajo en América, responsabilidades con la empresa, tendría que volver tarde o temprano al otro continente, era un pensamiento que no lo abandonaba en esas últimas horas y que lo tenía estresado, no deseaba irse y dejar sólo a Soobin, su corazón le rogaba quedarse con él y con la bebé, con eso en mente respondió con su corazón.
—De manera indefinida...
¿Había hablado antes de pensar con claridad? Si, ¿Estaba arrepentido? No, porque inmediatamente que las palabras salieron vió con los ojitos de Soobin se abrían con sorpresa y le regalaban un brillo de felicidad, mandó al caño a la empresa, podía conseguir un trabajo aquí y ayudar a Soobin para que así no tuviera tanto peso en sus hombros, o eso era lo que le decía su lado racional, porque también tenía que admitir que se quedaba para conquistar al menor, ya no había obstáculo cómo tal, simplemente tendría que ir más despacio ya que había una niña en camino, pero no dudaba que la iba a amar cómo su propia hija a pesar de que no lo fuera.
Soobin sonrió tímidamente mientras procesaba la noticia, no podía explicar bien la emoción que sentía, alguna entidad en algún lugar lo había mirado a los ojos que por fin podía sentir un poco de tranquilidad, que habían escuchado sus silenciosas plegarias, más animado se terminó la comida y una vez terminaron, Yeonjun agarró los platos para lavarlos él, ni dejo que Soobin se opusiera ya que le lanzó una mirada de advertencia. El pelinegro se encontraba muy feliz, tanto así que no se fijó que iba tarde al trabajo, no quería dejar de asistir a su trabajo pero tampoco quería dejar a Yeonjun sólo.
—Hyung, tengo que ir al trabajo...
Yeonjun volteó a mirarlo extrañado, Soobin se veía avanzado en su embarazo para seguir trabajando pero decidió no opinar nada y solo asentir, por los momentos.
—Entonces yo iré por mis maletas, las dejé en mi casa.
Soobin desconfío por un segundo, pero su hyung ya le había dicho que se iba a quedar con él de forma indefinida, se paró de la silla dónde estaba sobando su pancita y haciéndole señas a Yeonjun que lo esperará fué rumbo a su cuarto dejando al rubio con sus pensamientos, iba a tener una gran charla con su mamá, pero no iba a ser cómo hace unos años atrás, sabía que esta vez su mamá iba a apoyar su decisión. Soobin llegó un rato después y le extendió su mano, en está se encontraban unas llaves.
—Son las copias para entrar, probablemente llegué tarde así que...
Yeonjun no lo dejó terminar y lo abrazo con cuidado, se sentía conmovido por la confianza, había grietas por reparar en su amistad para poder dar los pasos a una relación romántica pero el rubio tenía esperanzas, tenía muchas esperanzas.
—Tendré lista la cena —dijo con emoción —Para nosotros tres.
Aquella idea tuvo muy feliz a Soobin en todo el día, ambos luego de eso se separaron en la entrada a los apartamentos, Soobin se subió en un taxi para ir al trabajo bajo la atenta mirada de Yeonjun que agitó su mano para despedirse, Soobin le devolvió el gesto con una pequeña sonrisa. Llegó un poco tarde al trabajo pero a ninguno de sus compañeros le importaba, más bien los llenaban de felicitaciones y cariño por su linda barriguita hinchada, su noona Jennie era una de las primeras que acariciaba esa pancita, lo notaba feliz y con un brillo en los ojos que no veía desde hacía años, por ello decidió de sorpresa organizar un almuerzo para los trabajadores dónde el consentido fué su pequeño Soobin.
Jennie le habló sobre su baja por paternidad, le dió la idea de adelantarlo para que pasará las últimas semanas descansando de cualquier esfuerzo de trabajo, Soobin que al principio se negaba después le prometió que lo pensaría, que al finalizar la semana tendría su respuesta. Luego volvieron al trabajo que ese día no estaba tan pesado, Soobin ayudo un poquito tanto en repostería cómo en el área de cocina, todos aceptaban sus consejos ya que la clientela siempre se iban sin queja por su comida.
Así paso el día para Soobin, del otro lado de la ciudad dónde se encontraba Yeonjun esté hablaba largo y tendido con su mamá, más de tres horas de plática entre madre e hijo, el rubio le había explicado las situaciones que había encontrado al volver a Seúl y reencontrarse con Soobin, la mujer estaba igual de impactada que él pero tenía una confianza ciega en que si su pequeño Soobin había decidido iniciar esa etapa en su vida lo iba a hacer de maravilla, soltó lágrimas cuándo su hijo le confesó que estaba esperando una niña y no se le paso desapercibida el tono con que su hijo le contaba todo, iba entre la nostalgia y la alegría, con un poquito de amor en su voz, ella sabía lo que había criado, sabía que Yeonjun nunca fué capaz de superar a Soobin y por ello estaba arrepentida de haber sido la que lo empujará a irse de su país natal, pero las cosas pasaban por algún motivo y su hijo había vuelto a los caminos de Soobin y viceversa, no fué necesario que su hijo le dijera que no iba a volver, lo tenía claro ahora. Entre pláticas, la mamá le recomendó que se llevará a Soobin a vivir a su antigua casa, antes de irse la había remodelado y ampliado, además estaba a nombre de Yeonjun por lo cuál no tenía que pagar alquiler, sólo los típicos impuestos, una carga menos para Soobin y una tranquilidad para Yeonjun, el rubio prometió hablarlo con Soobin, cuándo su llamada iba a finalizar le dió las gracias a su mamá, por apoyarlo e indirectamente apoyar a Soobin, su mamá le dijo que dejará de ser tonto, ellos dos eran sus más grandes orgullos.
Cuándo colgó su sonrisa era tranquila, todavía tenía mucho que hacer respecto a su repentina mudanza pero era algo que se podía resolver. Observó la casa de su crianza, estaba muy sucia, llena de polvo, había que hacer limpieza pero su mamá tenía razón, su casa estaba en condiciones para criar un bebé, sus ahorros ya tenían una meta, ambientar la casa a una más familiar, limpió un poco superficialmente con la idea de que Soobin pudiera decir que si y mudarse con él, con eso en mente se fué nuevamente al apartamento de Soobin, todavía no llegaba del trabajo así que para entretenerse decidió hacer la cena, ramen, arroz, huevo y un poco de pan, el experto en la cocina era Soobin, él quemaba los panes.
Soobin entró en su departamento y olió el ramen, tanto su estómago cómo su corazón saltaron de alegría, con paso perezoso se asomó por la cocina para ver otra vez la silueta del rubio cocinando, con una sonrisa se acercó silencioso y estiró su mano para tocar su espalda, cómo había pensado esté se asustó y dió un salto por lo mismo, aunque todo mal pensamiento se fué al ver al embarazado.
—¡Bienvenidos! —dijo mientras jalaba a Soobin para darle un pequeño abrazo —La comida ya va a estar lista, ve a bañarte para servirte.
—Gracias, hyung.
Se separó para darse una ducha reparadora, cada vez sus pies lo mataban más, decidió reposar en la tina con agua tibia y esperar a que bajará un poco la hinchazón para ir a comer, no estuvo más de media hora y una vez seco se colocó una pijama y de complemento un hoodie ya que sentía un poco de frío, así fué que salió del cuarto a su pequeño comedor dónde Yeonjun ya tenía servida la comida, se sentaron a comer entre pláticas triviales, entre la conversación salieron los adoloridos pies del menor y Yeonjun se ofreció a masajearselos a penas terminarán de comer. A pesar de que Soobin se negó varías veces, el mayor de los dos no prestó atención y dejo los utensilios para lavarlos luego y enfocarse en el pelinegro, lo guío al sofá mientras iba a buscar una crema en su cuarto, Soobin amaba esa confianza pero se sentía apenado por todas las molestias que se estaba tomando su hyung.
Yeonjun llegó con el pote de crema mano y se sentó al otro extremo del sofá invitando a Soobin a colocar sus pies en su regazo para masajear su pies, el pelinegro los fué dejando con pena pero debía admitir que se moría por un buen masaje, las manos de Yeonjun acomodaron bien los pies y se echó crema para calentarla en sus palmas, luego empezó con las masajear de manera rítmica los pies, Soobin casi lloraba de lo bien que se sentía, aquel masaje le hacía olvidar completamente el que le había hecho Kyung.
—¿Cuánto tiempo tienes? —interrumpio sus pensamientos Yeonjun, con una mano acarició su vientre captando lo que preguntaba.
—Tengo treinta y cuatro semanas...
—Y sigues trabajando estando a cuatro semanas de entrar en trabajo de parto—justo en ese momento Yeonjun pasó con firmeza sus dedos por el talón que era la parte que más le molestaba a Soobin y soltó un pequeño quejido —Perdón —dijo arrepentido Yeonjun, Soobin le indicó que estaba bien.
—Sabe que necesitó el dinero —respondió Soobin en un murmullo, aunque su mente quedo un rato en shock por el poco tiempo que le faltaba para conocer a su pequeña.
Yeonjun terminó con un pie para comenzar con el otro, siempre con firmeza pero de manera delicada.
—Ya no... —hablo Yeonjun —No estás sólo, yo no me voy a ir.
Soobin iba a replicar pero Yeonjun no le dió tiempo.
—Mis ahorros ahora serán para la bebé, a ella no le va a faltar nada, no mientras esté aquí.
Podía jurar que Yeonjun no lo podía volver a dejar sin palabras pero nuevamente se superaba, era una locura para Soobin lo que estaba escuchando pero los ojos del rubio revelaban que todo lo que decía era con convicción, no había pizca de inseguridad, no parecían palabras vacías.
—Así que, por favor, toma la baja por paternidad, necesitas descansar —finalizo Yeonjun.
Soobin se encontraba anonadado, a punto de llorar mientras procesaba lo dicho, él sabía que necesitaba el descanso por su embarazo, pero no había sentido la seguridad para hacerlo aunque su cuerpo y su nena casi se lo exigieran, pero en Yeonjun sentía esa seguridad que antes le faltaba. Estaba yendo muy rápido en su confianza con Yeonjun, sí, pero algo dentro de él le aseguraba que estaba vez todo iba a salir bien, así que con ojitos aguados asintió, iba a tomar su descanso, su merecido descanso.

Yeonjun abrió sus ojos poco a poco mientras se adaptaba a la poca claridad que se filtraba por la ventana cubierta de la habitación, sus ojos captaron la imagen de la otra persona que dormía juntó a él, enseguida su sonrisa apareció al ver dormir a tan bonita persona, Soobin se veía tan pacífico entre sueños, sus ojos estaban cerrados con tranquilidad y su boquita entreabierta, su nariz estaba rojito por el frío que podía sentir, así que Yeonjun los tapo a ambos mejor y jalo hacía su calor al pelinegro con delicadeza, aunque Soobin entre sueños también ayudo y se pegó más, la barriguita del pelinegro pegaba con el estómago de Yeonjun y de manera increíble Yeonjun sintió unas suaves patadas, con una sonrisa acarició un costado del vientre hinchado, el clima estaba perfecto para quedarse un rato más en la cama, quizás todo el día, sin embargo tenían una cita al medio día con el doctor que llevaba el embarazo de Soobin, había prometido al pelinegro que lo iba a acompañar.
Ya había pasado una semana luego de que le había rogado a Soobin que tomará su descanso, así había cumplido el menor, tenían toda una semana durmiendo hasta un poco tarde en la casa de Yeonjun, porque el rubio había hablado con Soobin de la idea de su mamá y a pesar de que al principio se había negado la persuasión de Yeonjun era impecable, además de que lo que uso para convencerlo no eran falacias, la bebé necesitaba más espacio, Yeonjun respetaba la autonomía de Soobin y se sentía orgulloso de lo que había logrado sólo, pero ya no estaba sólo y se refería tanto a la bebé cómo a él, a la final Soobin aceptó y eso volvió muy feliz al rubio que estaba ansioso de ayudar en lo que podía a su menor.
Sacrificó su momento favorito del día ya que la alarma sonaba, ambos ya necesitaban ir al hospital, con tristeza despertó a Soobin, llamándolo entre susurros y apodos cariñosos fué abriendo sus ojitos poco a poco, cuándo sus miradas se encontraron ambos sonrieron tímidamente, ya se les había vuelto normal otra vez despertar abrazados pero no podían evitar ponerse tímidos. Se pararon para asearse y cambiar sus vestimentas.
—¿En serio no podrás acompañarme después de la consulta a salir con Seokjin hyung? —preguntó con un puchero Soobin.
—Quiero terminar el cuartito de Seolmin, ya falta poquito para que esté entre nuestros brazos —respondió con una sonrisa el rubio mientra sostenía las manos de Soobin.
Al pelinegro se le contagió la emoción del rubio, era cierto, faltaban dos semanas para que la pequeña Seolmin llegará al mundo, desde que se habían mudado a la nueva casa de Yeonjun esté se había tomado las molestias de elegir y decorar un cuartito para su princesa, cosa que no había podido hacer en su apartamento por estar sólo y no querer complicar su proceso de embarazo, llevaba una semana arreglando tanto el cuarto cómo la casa dónde habitaban, no dejaba que Soobin se asomará para nada, sólo en la cocina y porque era un lugar que el pelinegro exigió para si al ver que era totalmente diferente a la que recordaba, era moderna, era hermosa.
Con una sonrisa asintió, él quería que su hyung conociera a Yeonjun, desde que se había tomado su descanso había tenido más oportunidades de salir e ir a la casa de Seokjin, pasaba un buen tiempo de calidad con el embarazado y a veces con sus amigos Tae y Jimin, el último siempre traía a un lindo bebé que llamaban Hobi, el pequeño se había ganado el corazón al instante por lo llenó de vida que era, presentía que su niña iba a tener buenas amistades. Esperaba que en los próximos días Yeonjun se desocupara, sabía que no se negaba porque quería sino que el cuarto necesitaba terminarse antes del nacimiento de Seolmin.
Cuándo los dos estuvieron listos y desayunados se fueron al banco de esperma, el rubio no prestó atención al camino por estar al pendiente de Seolmin que daba patadas más fuertes para hacerse notar, ambos reían y hablaban con ella, hasta el conductor del taxi se sintió conmovido y al llegar a su destino les deseó suerte cómo futuros padres, ni se molestaron en corregirlo, sólo dieron las gracias con una sonrisa y mejillas coloradas.
Una vez dentro de edificio fueron al piso dónde atendía el doctor Lee, las secretarias miraron impresionadas al acompañante de Soobin pero se guardaron sus comentarios y preguntas atendiendo de forma normal y cariñosa al pelinegro, les dijeron que esperarán el turno y así hicieron los dos jóvenes al sentarse en la sala de estar a un lado del consultorio, no esperaron mucho al estar agendados con anterioridad y el doctor llamó a Soobin, al igual que las secretarias quedó impresionado de ver que el acompañante de Soobin era otro hombre y no Kyung pero supo disimular y le sonrió a ambos.
La consulta transcurrió de manera normal, Yeonjun incluso se tomó el atrevimiento de pedir una ecografía de la pequeña que quería retratado en una foto, le tomo fotos y videos a la pantalla alegando que también se los iba a pasar a su mamá que estaba emocionada del otro lado del mundo, Soobin se sentía muy feliz, cuándo terminaron cómo tal la consulta fué que Soobin explico su situación al doctor con confianza quién con una sonrisa se alegró por el menor y con una mirada aprobó a Yeonjun que parecía inofensivo, estaba agradecido de que cada vez más cerca del final surgiera algo o alguien para enmendar sus errores, cuándo Soobin finalizó y alegó que estaba listo para irse, Yeonjun le pidió que se adelantará a firmar los papeles con las secretarias para prepararse para la próxima vez que viniera al hospital que sería para tener a Seolmin.
Una vez que el doctor y Yeonjun estuvieron solos el semblante del rubio cambio drásticamente a uno más serio, el doctor miró extrañado el cambio.
—Doc, sé que debe seguir en contacto con éste tal "Kyung" —habló Yeonjun haciendo comillas con sus dedos al nombre de Kyung —Así que me tomaré el atrevimiento de pedirle que le diga que se alejé de la vida de Soobin y Seolmin, él lo podrá perdonar y lo demás, pero yo no, tuvo su oportunidad y la perdió.
El médico miró fijamente sin expresión al rubio, los jóvenes de hoy en día le parecían extraños, iba a replicar pero el rubio alzó su mano para parar cualquier movimiento.
—Si me hace ese favor yo me haré el tonto haciendo de cuenta que no cometió un acto ilegal con Soobin al presentarle a Kyung —dijó con una sonrisa que parecía inofensiva pero traía otro significado.
—Le dejaré el recado —habló finalmente el doctor Lee.
Yeonjun agradeció y se fué para reunirse con Soobin que no podía sospechar nada, se fueron del banco en total calma mientras el doctor miraba a traves de su ventana el paisaje del cielo, las palabras del rubio sólo le confirmaron que Soobin finalmente estaba bien acompañado y otra vez agradeció al destino y la providencia por estar enmendando sus errores.
AAAAAAAAAA
GRACIAS MIL POR SEGUIR AQUÍ 🤧💕
sinceramente siento que no merezco sus bonitos comentarios, soy una persona irresponsable, disculpen tanto la tardanza con los capítulos, espero que les estén gustando y tengan coherencia.
Btw, ¿Qué les ha estado pareciendo hasta ahorita todo? Quiero saber que piensan 🥺💕
Me copio de mi unnie (sorry not sorry Lovelyy_Jimin7 ) y les pido que les dejen mensajitos bonitos a los potras de está historia 🥺🤧💕
Soobin 🥺
Yeonjun 🤧
Seolmin 💕✨
Aaaaa, sinceramente mil gracias por seguir aquí leyendo, lxs quiero/adoro/amo 💕✨
Ate: Hyejoon con mucho luv pa' ti 💜
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