Era de noche y el tercer día en el reino de la rebeldía.

El príncipe Yoongi charlaba contigo en el jardín del palacio hecho de hierro, a la luz de la luna menguante, como un arco que iluminaba el cielo, y el tema de conversación era el que más te concernía:

— ¿Qué cree que debería hacer?

—Si verdaderamente lo amas no veo cual debería de ser el problema...

Un ruido hizo que el príncipe Yoongi dejara de hablar.

—Pero hablan de un mozo de cuadra —se entrometió un chico de apariencia desgarbada.

— ¿Quién eres...?

—Soy el hermano mayor del príncipe —se presentó él—. Y me parece que lo que discuten es una blasfemia, ¿a qué te refieres con desposar a un plebeyo?

— ¿Y a ti qué te importa? —dijo Yoongi al acercarse hasta su hermano con el semblante oscurecido y la voz amargada.

—Oigan, deténganse, yo nunca he dicho que lo haría. ¡Taehyung y yo no somos nada! —lo gritaste para impedir que los príncipes se machacaran a golpes, pero te diste tarde cuenta del error que habías cometido.

El mozo de cuadra había estado espiando desde unos arbustos, arriba de Magnus, y tú debiste de haberlo sabido.

Él se dio media vuelta para adentrarse en la noche.

Perseguiste al caballo.

Espero te haya gustado la lectura♡.

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Alex.