CAPITULO 1
Presente.
Lana.
-¿Quieres ir a una cita conmigo?
Detengo mis pasos cuando escucho esa pregunta.
Agradezco haber guardado las pelotas de baloncesto antes de que escuchara eso porque sino todo el trabajo que hicimos en esta cancha hubiera sido perdido.
Definitivamente eso no es lo que espere escuchar cuando le dije a Jaime que estaba actuando raro y que me dijera lo que le estaba pasando.
-¿Disculpa?
-¿Quieres ir a una cita conmigo? -me repite.
Sostengo mi respiración.
No debería ser una pregunta difícil de responder, Jaime es... considerablemente atractivos, si tu tipo es de ojos azules, cabello rubio liso y tez blanca.
Y claro, tu colega.
La respuesta lógica debería ser un no. Apenas he empezado hace menos de un mes mi trabajo con los Leones de Chicago como camarógrafa oficial y Jaime es el asistente del entrenador del equipo. Mezclar trabajo y placer no es algo bueno.
Además, lo más probable es que mi hermano le quiera dar un golpe si se entera que salí con él. Y eso causaría mucha más tensión en el equipo considerando que Gabriel, mi hermano, es el escolta de los Leones.
Sin embargo, antes de que pueda decirle con delicadeza a Jaime que no puedo salir con él, alguien entra a la cancha en donde estamos.
No solo alguien.
Nicholas Hills.
Nick.
Su cabello ha crecido desde la temporada pasada.
Sus rizos oscuros caen por su frente mientras camina hacia nosotros.
Trato de despegar mis ojos de él, pero ha sido imposible desde la primera vez que lo vi.
Tiene puesto una sudadera y una camisa azul clara que combina en su piel oscura. Sus ojos marrones miran los míos antes de desviar su mirada a Jaime.
Ya basta, Lana, no puedes seguir babeando por el mejor amigo de tu hermano.
-¿Qué hacen ustedes dos solos aquí?
Por un momento quiero creer que está preguntando eso por celos.
Porque no quiere que Jaime y yo estemos juntos aquí por razones egoístas.
-Jaime, sabes que Gabe te mataría si te encontrara solo con su hermanita.
Y la ilusión se acabó.
Siempre que creo que Nick puede decir algo o hacer algo que signifique más. Que me haga pensar que él puede sentir lo mismo que yo siento cada que lo veo, menciona a mi hermano y la realidad me pega como un balde de agua fría.
-Lo sé -Jaime le dice -. Pero me sacrificare esta vez.
-¿Ah si? ¿Qué es tan importante para que te sacrifiques?
-Saber si Lana ira a una cita conmigo o no.
Enfoco mi mirada en Jaime, tratando de ignorar lo mucho que quiero ver la reacción de Nick hacia las palabras de él.
Tal vez esto es una señal, una señal de que debo encontrar a alguien más.
No he salido con alguien desde hace tres años, mi ex me dejó un poco temerosa con respecto a salir otra vez, pero creo que ya es hora de dejar ese miedo a un lado.
Le sonrío a Jaime antes de responderle.
-Sí, Jaime, me gustaría salir contigo.
Veo a Jaime sonreír antes de darme un abrazo y besar mi mejilla con fuerza.
-Prometo que será una velada que no olvidaras, Lana.
Le sonrío mientras se aleja de mí.
Escucho a Nick aclarar su garganta, Jaime y yo lo vemos antes de que este se dirija a mi amigo.
-Jaime, creo que el entrenador quería hablar contigo.
-¿En serio?
-Sí, dijo que era urgente.
-No creo que...
-¿En serio quieres hacer esperar a Andrew Doorman?
Jaime suspira antes de irse, no sin antes guiñarme el ojo, yo solo le brindo mi mejor sonrisa.
En cuanto él se va, siento una tensión formándose en el aire. Solamente quedamos Nick y yo.
-Entonces... tu y Jaime.
-Sí, ¿Qué hay con eso?
-Nada, sabes que le tienes que contar eso a tu hermano ¿verdad?
-Cuántas veces debo decirte que Gabriel no dicta mi vida -cruzo mis brazos y levantó mi barbilla para verlo -. Es muy agotador que siempre lo tengas que mencionar.
-Lo hago porque él es mi amigo.
-¿Y yo?
-¿Tu?
-¿No soy tu amiga?
-Tu... tu eres Lana.
Frunzo el ceño ante su respuesta.
-¿Eso qué quiere decir?
Él me ve de pies a cabeza.
Trato de ignorar como mi piel se eriza por solo su mirada.
No puedo recordar el momento exacto en donde la mirada de Nick me generaba que mis piernas temblaran, no sé si fue ese primer momento en que lo vi en casa de mi hermano y me regaló su chaqueta.
La próxima vez que lo vi le quise regresar su chaqueta, pero me dijo que me la quedara.
No sé si tuvo que ver el hecho de que la primera noche que pude dormir tranquila después de semanas de preocupación fue con esa chaqueta puesta. Ese olor...
No, no debo seguir ese camino.
Hace años conozco a Nick, y todos estos años solo han sido un recuerdo tras otro que él no me ve como algo más que la hermana de su amigo.
-Tu sabes lo que eso significa, Lana.
No, no lo sé, Nick.
Estoy por decirle algo más, pero la puerta de la cancha vuelve a abrirse, mostrando a mi hermano y a Connor, el otro mejor amigo de mi hermano y novio de una de mis amigas.
-¡Lana! -Gabe me llama - ¿Puedes decirle a este tipo desde que edad sé hacer un tiro estático?
-No es posible que sepa hacer eso desde los nueve años.
-¿Cuál era el tiro estático? -le pregunto solo para enojarlo.
Mi hermano se molesta cuando actúo como si no supiera lo que él hace en la cancha.
Obviamente sé que el tiro estático es aquel que el jugador hace sin ningún movimiento previo, y también sé que se utiliza para medias y largas distancias.
Es uno de los tiros favoritos de mi hermano.
-Lana...
-Creo que fue a los once que aprendiste a hacer eso bien.
-¡Lana! -Gabe me grita.
-¡Lo sabía! No hay forma de que hicieras eso.
-Si lo hago desde los nueve.
-Pero no lo hacías bien -le contradigo.
-El punto es que lo hacía.
-Ese no es el punto, Gabe -Connor le dice.
Mi hermano solo sacude su cabeza, sus rulos, los cuales son más cortos que los que actualmente tiene Nick, caen a los lados de su cabeza.
Mi hermano y yo nos parecemos en ciertas maneras, su piel es un poco más morena que la mía y, en donde él tiene su pelo ruloso, yo tengo el mío liso. Sin embargo, ambos tenemos los ojos marrones y la misma complexión de nariz.
Gabriel pasa su mano por mis hombros. Él es mucho más alto que yo por lo que sé que pelearle sería inútil.
La mirada de mi hermano cae en Nick.
-¿Qué hacías aquí con mi hermanita, Nicky?
Incluso cuando lo llama por su apodo, sé que no lo dice de la manera más amigable.
Desde que pasaron las cosas que pasaron con mi ex, Shawn, mi hermano ha estado muy sobreprotector con respecto a los hombres que se acercan a mi.
Al principio me pareció tierno, pero pronto se convirtió en una pesadilla.
-Solo conversábamos ¿verdad, Lana?
-Sí, no tienes que actuar como el hermano mayor todo el tiempo, Gabe.
-No es un acto, enana -me dice.
-Me dijiste que le ibas a bajar un par de rayas a tu sobreprotección cuando empezara a trabajar aquí.
-¿Yo? ¿En serio?
-¿Quieres que llame a mamá?
Gabe enseguida quita su brazo de mis hombros.
-Eso es jugar sucio, hermanita.
-Aprendí del mejor -le digo antes de alejarme de ellos.
-¿Ya te vas, Lana? ¿No tienes algo que decirle a tu hermano antes? -Nick pregunta.
Veo a Nick con los ojos abiertos de par en par.
¿Por qué diría algo así?
Juro que ahora mismo lo único que quiero hacer es darle un golpe.
-No, creo que ya hemos hablado lo suficiente.
-¿Hay algo que deba saber, enana? -mi hermano me pregunta.
Mi mirada pasa de él a Nick, quien me ve con los brazos cruzados.
Traidor.
Mi vista pasa hacia Connor, suplicándole que me saque de esta.
-Lana, creo que Eliza te está esperando -Connor me dice -. Mi novia me dijo que habían quedado en una salida de chica o algo así.
-¡Sí! Le dije a Eli que nos veríamos en quince minutos -le digo sonriendo antes de enfocarme en mi hermano -. Debo irme, sabes que odio ser impuntual.
Eso es todo lo que digo antes de salir del lugar.
En cuanto estoy frente de mi carro, un mensaje me llega.
Connor: Sé que lo que dije era para sacarte de esta, pero si necesito que tengas un día de chicas con mi novia mañana.
Lana: En estos momentos haría lo que me pidieras.
Lana: Gracias por sacarme de esta.
Connor: Sabes que no es problema, sé cómo se puede poner tu hermano.
Connor: ¿A qué se refería Nick?
Lana: ¿Prometes no decirle a mi hermano?
Connor: Depende.
Connor: Planeas contarle a tu hermano sobre eso.
Lana: Mañana que estemos con mi familia, así sé que no se altera.
Connor: Mejor espero que se lo cuentes a mi novia.
Lana: Eliza va a amar saber esto.
Guardo el celular en mi bolsillo antes de abrir la puerta de mi carro y empezar a conducir hacia mi apartamento.
Debería estar pensando la manera en darle la noticia a Gabe, en como decirle que voy a tener una cita sin que se altere, pero eso no es lo que invade mi mente durante el viaje.
No, lo único que puedo pensar es en Nick y en lo que le dijo a mi hermano.
¿Por qué dijo eso? ¿Cuál era su meta?
El primer pensamiento que se me viene a la cabeza es que quería que le dijera a Gabe para que él se impusiera.
Para que cancelara la cita.
Pero... ¿Cuál sería su objetivo allí?
Un gruñido sale de mis labios mientras aprieto con fuerza el volante.
¿Por qué los hombres son tan difíciles de entender?
***
Un abrazo fuerte de mi mamá es lo que me recibe en cuanto entro abren la puerta. Le devuelvo el abrazo en seguida. Mi mamá se queda unos minutos más así antes de separarse de mí y sonreírme.
La gente siempre dice que soy la copia de mi mamá, a excepción de su cabello, esos rulos fueron heredados para Gabriel y yo me quede con el tipo de pelo de mi abuela paterna.
-Por un momento creí que no ibas a llegar.
-Sí, ¿Qué pasó con el odio de llegar tarde, hermanita?
Ruedo los ojos cuando veo a Gabe detrás de mi mamá.
-Alana Sofia Diaz, esa no es forma de ver a tu hermano -mi mamá me reprende.
-Así es, mami -Gabe dice detrás de ella antes de abrazarla -. Alana ha sido muy mala conmigo últimamente.
-Oh, por favor.
Mi mamá solo se ríe antes de hacerse a un lado para que yo pueda entrar.
En cuanto entró, mi papá aparece bajando la escalera con una taza de café en su mano.
-Hola, princesa -me dice antes de abrazarme.
-Hola, papi.
Él me abraza con fuerza. Gabriel heredó el color de piel y el mismo tipo de sonrisa que mi papá.
-Vamos al comedor.
La casa de mis padres es sencilla. Una casa tipo cabaña que queda a las afueras de la ciudad.
Ni mi papá ni mi mamá han sido amantes de las grandes ciudades, cuando vivíamos en Barranquilla también teníamos una casa a las afueras de la ciudad. Mi papá no tardó en buscar un lugar parecido cuando fue ascendido en su trabajo para trabajar en la sede que tenían aquí en Estados Unidos.
Papá sigue trabajando en bienes raíces y el trabajo de mi mamá es virtual, es diseñadora gráfica, por lo tanto ella podía hacerlo en cualquier parte del mundo. Siempre y cuando hubiera recepción de internet.
En cuanto nos sentamos en el comedor, mamá empieza a contar sobre la llamada que tuvo con su mamá, mi abuela, y nos cuenta de cómo nos esperan para año nuevo en Colombia.
-Pero basta de eso, ustedes ya saben cómo se pone su abuela, Lana ¿Cómo te ha ido en el trabajo?
Termino de tomar lo que me quedaba de café para contestarle.
-Bien, aún a todos les han encantado las tomas que le tome al equipo cuando practicaban -le respondo -. El señor Doorman me dijo que si seguía así, podría tener un lugar con ellos para las próximas temporadas.
-¡Eso es genial, mija! -mi mamá me dice.
-Nos pones muy orgulloso, Lana -mi papá me aprieta la mano.
-¿Eso es todo lo que tienes que contar, hermanita?
-¿No estás feliz por tu hermana, Gabriel? -papá pregunta.
-Estoy muy feliz por ella, pero siento que hay algo más que debe contar.
Voy a matar a Nick.
-De hecho sí, Gabe tiene razón, hay algo más -tomo aire antes de mirar fijamente a mi hermano -. Tengo una cita en una semana.
-¿¡Qué!?
-Mija, ¿Estás segura que estás lista?
Mi papá y mi mamá hablan, pero solo me quedo viendo a Gabe que me mira sin decir nada.
-¿No vas a decir algo? -le pregunto.
-¿Con quién vas a salir?
-Jaime...
-¿En serio, Lana?
-¡Oye! Tu dijiste que él es un buen muchacho.
-Sí, pero no dije que salieras con él.
-Gabriel... Sé que todo lo que pasó con Shawn fue duro, pero creo que hora de avanzar.
Gabe sigue sin decir nada.
Por más que quiera odiar lo mucho que me protege, sé que no lo hace por querer ser malo conmigo.
Mi hermano fue quien estuvo conmigo cuando Shawn me dañó de la peor manera posible. Fue a él quien le tocó verme llorar hasta dormirme, le tocó escucharme gritar en medio de la noche porque yo volvía a imaginar esa escena una y otra vez.
Mi hermano vio cómo sufría y me hundía en la miseria cada vez más. Él fue la principal fuente que me sacó de eso.
Es normal que sienta esa necesidad de protegerme de un peligro inexistente.
Gabriel solo suspira antes de hablar.
-¿Estás segura que estás lista para volver a salir?
-Ya han pasado tres años...
-No pregunte cuanto tiempo ha pasado, Alana.
Trago en seco. Mi hermano es la persona más humorística y simpática que te puedes encontrar en tu vida, pero sé muy bien que cuando me llama por mi nombre completo es porque no está para bromas.
-Tengo que darme la oportunidad, Gabe.
Él asiente antes de comer su empanada.
La situación se ha vuelto un poco incómoda.
Tengo que hacer algo al respecto.
-¿Ya saben con quién se van a enfrentar los leones en el próximo partido?
-Ni me lo recuerdes -Gabe dice.
-Oh ¿los Tiburones de Atlanta? -papá pregunta.
-¡Papá! No contamines el ambiente con esas palabras.
Niego con la cabeza por la forma en que mi hermano reacciona cada vez que mencionan a ese equipo. Un día de estos me tendrá que decir por qué odia tanto al equipo de Atlanta.
-Mira el lado positivo, Gabe, vas a poder demostrar quien es el mejor equipo.
-¡Claro que lo haré! Ellos no sabrán por donde fueron atacados -dice antes de tomar su café -. Juro que esos hijos de...
-¡Gabriel Fernando Diaz! -mamá lo interrumpe.
-Eso... tipejos sabrán lo que es la furia de los leones de Chicago.
Sacudo la cabeza mientras terminamos de comer.
Al menos las cosas con mi hermano volvieron a estar normales.
Solo me falta superar esta cita.
Y rogar que me haga olvidar a cierto amigo de mi hermano.
Esta cita debe ser perfecta.
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Hellooooo
Tal y cómo lo prometí, el primer capitulo está aquí.
¿Cómo lo estamos pasando hasta ahora?
Dentro de poco tendrán el siguiente capitulo y ya saben que después serán todos los domingos las actualizaciones ;)
No olviden dejar su voto y comentario <3
Nos vemos en el proximo capitulo ;)
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