Capítulo 9 - PARTE 2
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AGGIE.
La expresión asesina no abandona mi rostro. No cuando me estoy vistiendo, ni secando mi cabello, ni maquillándome. Mi mente sigue imaginándose a Ashton sentado en mi cama, con su expresión burlona de siempre que hace que quiera golpearlo en el rostro hasta eliminar todo rastro de ella.
No era una persona que se pusiera nerviosa.
Para nada.
Siempre me sentí bien conmigo misma por mi habilidad de mantener todo bajo control y mis sentimientos en orden. Una conversación con Ashton y todo se va por la borda. No sé quién tiene problemas, él o yo.
Trato de apurarme lo más que puedo, porque Caroline y su novio, Frank, ya están aquí. Puedo escucharlos reír en la cocina. Las risas no vienen de Ashton, claramente. Solo se ríe si se está burlando de mí.
Termino de ponerme mis zapatillas y entro a salgo de mi habitación dando salitos. Cuando llego a la cocina, primero saludo a Caroline, quien tiene su cabello atado en una coleta alta, un suéter negro y jeans del mismo color. Le deseo feliz cumpleaños de nuevo, y es cuando recuerdo que no le dije nada a Ashton sobre su cumpleaños cuando estuvo en mi habitación. No es mi culpa, estaba ocupada intentando mantener la poca cordura que me quedaba.
Luego saludo a Frank. Es un chico alto, de piel morena, cabello castaño y una sonrisa amable. Lo conocía por fotos que me enseñó Lauren hace unos días. Están juntos hace muchos años y van a Dartmouth.
Empezamos con los preparativos de la cena. Ashton y Frank se ocupan de poner la mesa mientras Caroline me ayuda con el menú que tenía planeado para hoy. Ignoro monumentalmente a Ashton y él me ignora a mi.
Por suerte, pasar tiempo con su hermana es mejor porque no hace que me duela la cabeza. Todas las personas en su familia me caen bien, excepto él. Estoy segura de que mis mejillas siguen enrojeciendo cada vez que recuerdo su sonrisa arrogante mientras sostenía mi ropa interior en un dedo. Es una visión que no creo que se vaya de mi cabeza en un futuro cercano, y lo odio por eso.
Caroline bromea sobre algo cuando su celular comienza a sonar, interrumpiendo nuestras risas. Deja de cortar la zanahoria y saca su celular de sus jeans.
—Es una videollamada de Quinn —anuncia antes de deslizar y atender. El rostro de Quinn Meyer nos recibe. Está en su habitación con Fury, su gigante Golden Retriever que parece querer aparecer en la cámara porque no deja de golpear el teléfono.
—Quítate, ya sabemos que tienes alma de super estrella —Quinn empuja a Fury de la toma, quien ladra casi en protesta.
—¡Feliz cumpleaños! —le dice a Caroline cuando logra estar sola—. 21 años, wow. Es increíble cómo pasa el tiempo.
—Quinn, nos conocemos hace un año —le recuerda ella.
—Lo siento. Tengo un saludo de cumpleaños predeterminado, a veces no funciona con todo el mundo —se alza de hombros—. ¿Cómo estás?
—Bien, llegamos a San Francisco esta mañana, desayuné con Ashton y luego pasamos el día juntos.
—Son los mellizos más tiernos que conocí —dramatiza Quinn en un suspiro. Pongo mis ojos en blanco mientras continuo cortando en pedacitos más tomates—. Mis hermanos nunca harían algo así —explica, haciendo referencia a Nate y Rick, los hermanos mayores de Quinn que son gemelos.
Caroline simplemente se ríe.
—Ahora, ¿Dónde está el imbécil de mi hermanastro? No responde su celular —frunce el ceño.
Alzo la mirada hacia la sala de estar, donde veo a Ashton sentado en el sofá mientras usa Instagram.
—Ignorándote —respondo. Caroline me entrega su celular para seguir trabajando. Volteo la cámara y lo apunto. Está lo suficientemente lejos como para no escuchar nuestra conversación.
—Dios. Tiene problemitas —murmura cansada—. Pásame ya mismo.
Le obedezco y le entrego el celular a Ashton quien me mira con el ceño fruncido antes de bajar la vista a la pantalla y soltar un gruñido casi inaudible.
—Quentin —sentencia en un tono aburrido—. Rechace las llamadas por una razón.
—¿Y me ves cara de que me importa la razón, Ashante? —cuestiona desafiante.
Eso hace que suelte una carcajada.
—¿Ashante? —pregunta él—. Nunca escuché ese nombre.
—Existe. Googlealo. Tiene origen africano.
—No, Quentin.
Dudo que se den cuenta de que ya suenan como si fueran hermanos de toda la vida.
—Feliz cumpleaños, Ashaaaaante —canturrea Quinn—. No estoy allí porque tengo finales, pero iré antes de Navidad, para ver la evolución de mi 626.
—¿Tú 626? —inquiero quitándole el celular a Ashton. Los labios de Quinn se curvan en una sonrisa.
—De su experimento —traduce Ashton en un suspiro, como si estuviera decepcionado de él mismo por entender a qué se refiere Quinn—. ¿Lilo y Stitch? —me mira incrédulo. Parpadeo dos veces—. Stitch es el experimento 626.
—Ridículo —murmuro y le vuelvo a pasar el celular a Ashton para que siga formando lazos con su hermanastra.
Vuelvo a la cocina a continuar con la comida. La receta no es difícil, la vi en Pinterest hace unas semanas y nunca tuve oportunidad de hacerla hasta hoy.
Quince minutos después, Lauren llega a ayudarnos para que la cena no sea un desastre.
Al entrar me guiña un ojo cómplice. Tenemos una sorpresa para Ashton. En realidad, es una sorpresa de parte de Lauren. Yo simplemente le sugerí la idea y ella puso todos los planes en marcha.
Puede salir todo bien o todo mal. Lo sabremos dentro de unas horas.
Lauren tiene una facilidad increíble en la cocina, así que con ella ayudándonos, terminamos más rápido. Richard es el último en llegar porque acaba de salir de la oficina. Trae regalos para sus hijastros. Libros para Caroline porque la conoce mejor y ropa deportiva para Ashton porque es un enigma y es imposible equivocarse con un atuendo para el gimnasio.
Solo le compré un regalo a Caroline. Antes de que nos pusiéramos a cocinar, le entregué el par de jeans que le compré hace unos días después de preguntarle a Lauren su talle. Estaba pensando en un regalo para Ashton pero no se me ocurrió nada. Pensé que los cupcakes y el desayuno serían gesto suficiente, pero ahora los tiene la señora Bexley, quien hizo que me sentara durante dos horas en su sala de estar para que le explique quién es Ashto. Tuve que corregirle que es Ashton, ya que me comí la N.
Tiempo después, nos sentamos a comer en la mesa de la sala de estar que nunca usé antes. Frank colgó las letras de los globos que leen "Feliz cumpleaños" y las iniciales de ambos. El gato se encerró en la habitación de Ashton porque detesta a la gente. Le llevé su plato de comida y su pelota favorita, parece estar contento allí.
La cena transcurre sin muchas complicaciones. Me felicitan por la comida, porque para mi sorpresa, salió bien. Incluso Ashton me dice algo al respecto. Cuando terminamos de comer, Lauren me da una mirada nerviosa. En una hora, la sorpresa de Ashton va a llegar. Lauren consiguió ponerse en contacto con uno de los mejores amigos de Ashton de su antigua universidad. Al parecer, vivía con dos de sus amigos, y uno de ellos vendrá esta noche para sorprenderlo.
Lauren parece pensar que eso va a animar a su hijo.
Fui yo la que sugirió la idea de buscar a algún viejo amigo. Sin embargo, ahora estoy replanteándome la idea. No tiene sentido. Ashton dejó esa vida atrás por algo, y no solo porque "tenía que quedarse en San Francisco". Sea lo que sea que haya pasado esos meses anteriores a su intento de suicidio no pueden ser bueno.
Tengo miedo de que esta idea solo empeore las cosas.
ASHTON.
Estoy sentado al lado de Caroline y en frente de Aggie, lo cual hace que pueda mirarla con más facilidad. Y lo que estoy viendo, es un rostro nervioso, su nariz ligeramente arrugada y como aprieta sus labios seguido. Este es un nerviosismo diferente al que yo suelo provocarle. Sea cual sea la razón, no soy yo, lo cual me molesta. ¿Qué la tiene tan nerviosa?
El celular de Caroline sonando me hace salir de mis pensamientos. Al pasar su cumpleaños en San Francisco, todos sus amigos de Nuevo Hampshire le envían mensajes y la llaman para desearle un feliz cumpleaños. Hubo un tiempo en el que mi celular no dejaba de sonar por la cantidad de felicitaciones que recibía por parte de gente que solo quería salir de fiesta conmigo o simplemente salir con el chico popular que tenía todas las conexiones.
Como ya no lo soy, las únicas felicitaciones que recibí fueron de las personas en esta habitación, un mensaje de mi padre esta mañana y algunos en Instagram de gente con quien solía tener una relación cercana.
Caroline me codea, haciendo que por fin despegue mi mirada de Aggie.
—Mira quién está llamando —anuncia y me enseña su celular. Arqueo una ceja, intentando recordar por qué el nombre me resulta familiar—. Lo conociste en esa fiesta el año pasado cuando viniste a visitarme.
Asiento, aunque realmente no recuerdo nada. El año pasado pasé la mayor del tiempo borracho, mucho más en una fiesta. Es difícil que los detalles se queden en mi mente.
Es una videollamada, así que apenas responde, el rostro del amigo que hizo Caroline en la universidad aparece en la pantalla.
—¡Hola, Nick! —exclama mi hermana con su sonrisa de siempre.
Nick es un chico que se transfirió a Dartmouth hace un año, quizás un poco más. Compartió algunas clases con Frank, y es así como conoció a Caroline y se volvió amigo de su grupo. En diciembre del año pasado, visité a Caroline antes del receso de navidad. Salimos de fiesta y conocí a Nick. Es simplemente una de esas personas que te cae bien. La verdad es que nadie me cae bien, pero puedo hablar por el resto del mundo.
—Caroline Hawthorne, ¿qué tal los veintiuno? —inquiere él con una sonrisa divertida. Está en la calle. De fondo puede verse como está empezando a nevar. Por suerte dejé las ciudades con nieve atrás. Las detesto.
—Tienes solo un año menos que yo, ya verás —responde ella.
Nick solo se ríe y luego se dirige a mi.
—Siempre olvido que tienes un hermano mellizo —declara al prestarme atención. Pongo mis ojos en blanco.
—Hieres mis sentimientos, Ackerman —comento burlón y me recargo mi espalda contra la silla y es cuando siento la presencia de alguien atrás de mi. Volteo, pensando que voy a encontrar a mamá pero es Aggie.
Frunzo el ceño. Pensé que venía a decirnos algo pero sus ojos están clavados en la pantalla del celular de Caroline. Su rostro pálido como si hubiera visto un fantasma.
La conversación de Nick y Caroline se detiene.
—Nick, ella es Aggie —interrumpe mi hermana.
—Caroline, debo irme —habla Nick al mismo tiempo—. Estoy llegando a casa de Chase. Nos vemos cuando vuelvas.
Ni siquiera deja que nos despidamos cuando corta la llamada. Caroline se alza de hombros y deja su celular en la mesa. Voltea a hablar con Frank como si nada hubiera pasado. La realidad es que nada pasó. Aun así, por alguna razón, se siente diferente. Volteo a mirar de nuevo a Aggie, quien luce estupefacta.
—Rubiecita —la llamo en voz baja y me levanto de mi silla—. ¿Estás bien?
Aggie finalmente se concentra en mí y parpadea confundida. Por primera vez desde que nos conocemos, sus ojos se cristalizan, inundándose con lágrimas. Parpadeo confundido.
No entiendo por qué verla llorar es como si me dieran un golpe en el estómago. Sin saber qué hacer, pongo mis manos en sus brazos porque no quiero que sus lágrimas se detengan. Puedo lidiar con Aggie enojada, nerviosa, e incluso cuando me mira como si quisiera quitarme la ropa en el lugar, pero ¿con Aggie llorando? No, simplemente no.
Su labio inferior tiembla.
—Estoy bien —miente y se aleja de mí, usando las mangas de su suéter gris para quitarse las lágrimas que pronto vendrán en cascada. Frunzo el ceño.
—No, no estás bien —intento razonar con ella y doy otro paso hacia su dirección. Está por hablar cuando el timbre interrumpe nuestra conversación. ¿Y ahora qué?
—Ashton... —empieza Aggie en un tono de advertencia.
Mamá se levanta. Ni siquiera pregunta quién es antes de abrir. Estoy por protestar lo peligroso que es cuando mi boca automáticamente se cierra al ver a David, el chico que se convirtió en mi mejor amigo cuando llegué a la universidad y luego se volvió en una persona que odio.
—¡Sorpresa, Ashton! —exclama David y luego alza una botella de vodka al aire con su mano—. ¡Felices 21!
***
Nota:
anndd baby now we have problems.
Me encanta esta situación porque estaban: QUÉ VA A PASAR CUANDO ASHTON Y NICK SE CONOZCAN????, y yo: huhm, ya se conocen-
Tienen teorías o todavía no? QUIERO SABEEER, me divierten
Voy a dejar el link del grupo de Telegram de lectoras en la biografia de mi perfil, por si quieren unirse :)
Yo sé que dejé todo ahí raro, pero tengan paciencia. Las mejores cosas llegan cuando son pacientes, verdad?
Me voy, tengo muchos finales para los que estudiar. iugh
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