
CAPÍTULO 9
Okeyyyy, consejo: Releer.
No tenes ganas de seguir el consejo? No pasa nada, te cuento resumidamente qué paso en capítulos anteriores:
Regresaron del viaje, Ashton esta bebiendo de nuevo mientras lo esconde de todo el mundo. Aggie le pregunta si esta bebiendo de nuevo, él le miente y lo niega. Intenta recomponerse y rehabilitarse solo, le dura poco tiempo y vuelve a beber luego de tener una conversación con su hermana, Caroline, sobre su padre. En la puerta de un bar se encunetra con Axel, el popular dealer de la universidad y beben juntos. A este punto, ya perdió toda esperanza. Aggie sabe que hay algo mal, pero cada vez que intenta averiguarlo, Ashton la trata mal y no resuelven nada.
fin del resumen.
hay más cosas, pero no puedo volver a escribir el libro en el recap lol
disfruten (Si pueden) el nuevo capítulo !! <3
"When my time comes around
Lay me gently in the cold, dark earth
No grave can hold my body down
I'll crawl home to her"
Traducción:
"Cuando mi tiempo llegue
Recuéstame suavemente en la tierra fría y oscura
Ninguna tumba puede sujetar mi cuerpo
Me arrastraré hacia casa, hacia ella."
—Work Song, Hozier
AGGIE.
El gato me observa con ojos curiosos desde la silla en la que esta acostado. Su progreso es notable cuando ahora ya puede saltar a lugares como cualquier otro gato. No tan altos, por supuesto, pero una silla es manejable.
Estoy terminando de decorar el pastel que le hice a Isabella. Después de mi último accidente con un pastel que casi me da un ticket directo a la muerte, decidí que esta vez lo haría yo misma. La torta es blanca con decoraciones en morado, su color favorito. ¿Es mi mejor invención? No, pero tengo fe de que el decorado de brillos comestibles y las velas con números la salven.
Hoy es el cumpleaños de Isabella, y no quiso hacer nada muy grande para festejar. Simplemente una cena con amigos. Lo interesante fue que ayer a la noche, Miller la invitó a cenar y pasaron toda la noche juntos. Lo sé porque me quedé en su departamento cuidando de Luca. Supongo que fue su verdadero festejo.
Tengo que salir en una hora si quiero llegar a tiempo, y sigo con una sudadera y shorts. Esto me tomó más de lo que esperaba.
Termino de decorar lo que queda del pastel y lo guardo en el refrigerador porque si bien el gato solo puede subir a sillas, no voy a subestimar sus habilidades y arriesgarme.
De camino a mi habitación, mi celular suena con un mensaje.
Isabella: Ashton va a venir, ¿verdad?
Muerdo mi mejilla inferior frustrada. Me gustaría saberlo también. No hablo con él hace unos días, lo cual es completamente ridículo. Vivimos bajo el mismo techo y el departamento no es tan grande como para no cruzarnos.
Luego de que cenamos juntos, me fui a dormir solo para despertarme a un departamento vacío. En vez de empezar a desesperarme y crear mil teorías sobre donde podría estar, le envié un simple mensaje preguntando si estaba bien. Respondió a los minutos que sí y no presioné para preguntar dónde estaba. Fui a clases, esperando que me sirva de distracción. Funcionó por... Diez minutos.
Cuando volví después del mediodía, supe que había estado en el departamento. Le dio de comer al gato, se dio una ducha, se preparó algo de comer, los rastros eran evidentes. Sin embargo, no hay rastro de él.
No me queda más creer que está evitándome. Estoy harta de revolver mi cabeza intentando darles una explicación a sus acciones. Porque mientras más lo pienso, más siento mi corazón agrietarse porque ninguna de las razones que puedo imaginarme vienen sin dolor.
Pasé la noche anterior en casa de Isabella, y hoy no lo vi en todo el día.
Sabiendo que esta noche es importante, decido doblar mi orgullo y enviarle un mensaje.
Yo: Esta noche es el cumpleaños de Isabella. Dijiste que irías.
Mientras espero su respuesta, me doy una ducha rápida y me cambio, eligiendo usar un vestido suelto color crema del cual me enamoré hace unas semanas y una chaqueta por si hace frío más tarde.
Estoy terminando de maquillarme cuando por fin obtengo una respuesta.
Ashton: Estoy volviendo. Iremos juntos.
Mi estúpido corazón no debería sobresaltarse ante su mensaje.
No respondo y continúo preparándome mientras lo espero. Trato de ser lo más rápida posible, lo cual no sirve ya que pasa media hora y Ashton continua sin aparecer. Le envíe tres mensajes, preguntándole si estaba cerca y no respondió ninguno.
Juro que vuelve la tarea de permanecer enojada con él mucho más fácil.
Tengo algunos mensajes de Isabella preguntando a qué hora llegaremos, y como no quiero que se preocupe, respondo de la manera más vaga posible, aclarándole que estaríamos allí en poco tiempo.
Tal vez no debería haberle hablado en plural.
Decidida en no poder esperarlo más, me levanto de mi cama, levanto mi bolso que elegí para que combine con el vestido. ¿Es posible que sea tan imbécil y no vaya al cumpleaños de Isabella?
Honestamente, no entiendo porque sigo preguntándomelo con sorpresa, cuando estos últimos días ha estado enseñándome oportunidad tras oportunidad esa faceta de su personalidad que tan poco quería conocer.
Me aplico nuevamente labial, pensando que, si quizás me demoro 5 segundos más, serán los suficientes para que aparezca. Me miro una vez más en el espejo y acomodo los mechones de cabello.
Estoy por salir del departamento cuando la puerta se abre en mi rostro. Doy un paso atrás para que no me golpee. Parpadeo como estúpida al ver a Ashton. En estos últimos minutos ya había perdido las esperanzas de que aparezca.
—Estás aquí —sentencio lo obvio.
Pasa una mano por su cabello mojado. ¿Por qué demonios tiene el cabello mojado? Viste una sudadera color bordo y jeans negros rasgados, y su ropa no está mojada.
—Lo siento —es lo primero que dice—. Estaba en el gimnasio y perdí noción del tiempo.
Lo miro directo a los ojos, porque por más que mi corazón quiere empujarme a creer lo mejor de él, mi mente me dice que mientras más habla, más mentiras escucho.
A veces me resulta una locura como los mismos ojos que con tanto cariño me miraban ahora están vacíos y desesperados por algo que no termino de entender.
—¿Y tu bolso? —pregunto.
—En la camioneta —contesta como un profesional—. ¿Estás lista para irnos?
—Estoy lista hace media hora —repongo en un tono molesto. Paso por su lado y salgo del departamento. Ashton cierra la puerta y camina a mi lado hacia el elevador.
—Te ves preciosa —dice mientras estamos bajando.
—Gracias —murmuro, corriendo la mirada hacia otro lado porque a pesar de todo, sus palabras siguen afectándome como si nada hubiera sucedido. Pasamos el resto del camino hacia el auto en un silencio incómodo, hasta que Ashton decide romperlo.
—De verdad lo siento, Aggie —murmura antes de que nos subamos a la camioneta—. Debí haberte avisado que iba a demorarme y...
—No pasa nada, Ashton —lo interrumpo antes de que mis niveles de irritación toquen el techo—. Solo... Dejemos de demorarnos. No quiero seguir haciendo esperar a Isabella.
Sin dedicarle una mirada más, me subo a la camioneta, cerrando la puerta con un poco más de fuerza de lo normal. Si Ashton lo nota, no lo hace saber al subirse a mi lado y arrancar en completo silencio.
En definitiva no ayuda que esté sintiéndome más hormonal de lo normal porque en unos días tendré mi periodo. Así que no me sorprende cuando empiezo a parpadear para ahuyentar las lágrimas.
Para no empeorar la situación, giro mi cabeza hacia la ventanilla como si eso fuera a tirarme una capa de invisibilidad encima.
Por suerte, Ashton sube un poco el volumen de la música para ahogar esta situación incómoda lo más que se pueda.
El departamento de Isabella no queda tan lejos, así que cuando Ashton comienza a acelerar por las calles, no lo cuestiono. Después de todo, estamos llegando tarde. Al menos parece preocuparse.
Sin embargo, cuando la velocidad empieza a ser demasiada, decido intervenir.
—¿Podrías conducir con más cuidado? —cuestiono.
Ashton parpadea como si estuviera saliendo de un trance y asiente, empezando a ir más despacio. Nunca me sentí insegura mientras Ashton conduce, siempre confíe plenamente. Aun así, hoy estoy replanteándome esa idea.
Muerdo el interior de mi mejilla mientras observo los giros bruscos y las frenadas de golpe.
—Dios, ¿qué te sucede? —pregunto cuando estamos en un semáforo a una calle del edificio de Isabella—. ¿Nos quieres matar? ¿Cuál es tu problema?
Ni siquiera me mira cuando niega con la cabeza.
—Estoy bien. Solo quería que lleguemos rápido, estuviste apurándome.
—¡Sí, porque llegaste tarde! —exclamo sintiendo la frustración burbujear como veneno en mi pecho—. ¿De verdad estabas en el gimnasio? ¿O estabas en otro lado, con alguien más?
Me cuesta decir las últimas palabras porque tan solo imaginarlo consigue revolverme el estómago. No me deja más opciones que empezar a especular hasta lo peor.
—No tiene sentido que discutamos, Aggie.
—Estas desviando mi pregunta. Quiero que la respondas, ¿dónde estabas? ¿qué te hizo perder la noción del tiempo?
—¿Por qué tienes que saberlo todo?
Su tono de voz se siente como una patada. Aprieto mis labios, estúpidamente intentando no llorar porque no quiero ser tan débil.
—No quiero saberlo todo, simplemente me preocupo.
Ashton me sorprende cuando suelta una carcajada que me hace sentir ridícula y humillada por el simple hecho de que me importe.
No digo nada más. Está claro que algo le está sucediendo y no quiero seguir poniéndome en la linea de batalla para que su manera de dirigirse a mi continue haciéndome daño.
Apenas estaciona el auto, salgo disparada de él junto al pastel. Por suerte, Isabella se demora poco tiempo en abrirnos. Ni siquiera soy capaz de mirarlo mientras subimos al departamento.
El alivio que siento al ver a mi amiga debe ser extremadamente visible cuando me abre la puerta y noto en su mirada un montón de preguntas.
—Pasen, pasen —alienta poniendo una sonrisa—. Los estábamos esperando.
En la sala de estar, Leo está charlando con Luca mientras bebe una cerveza. Me sorprende un poco ver a Cassie junto a ellos. Nunca le pregunté a Isabella quién vendría exactamente, pero debí haberlo supuesto, son amigas desde hace tiempo.
—¡Awi! —Luca suelta un alarido apenas me ve. Suelta a Leo, y corre hacia mí, envolviendo su brazos en mi piernas y causando que pierda un poco el equilibrio al estar sosteniendo el pastel. Isabella me salva al quitármelo de las manos. Estando libre, puedo ponerme de cuclillas y darle un abrazo—. Te extrañé, Awi.
—Nos vimos ayer —le recuerdo, su abrazo consigue curarme—. Pero yo también te extrañe mucho mucho mucho —enfatizo llenando su cara de besos y consiguiendo que se ría a carcajadas.
—¿Me puedes saludar de la misma manera? —pregunta Leo desde el sofá, logrando que suelte un bufido sin humor.
Luca me suelta y sus ojos se iluminan cuando ven a Ashton.
—¡Ashton! —exclama emocionado y estira sus brazos al aire cuando esta a su frente.
Observo cautelosamente la situación. Lo único que ruego en mi cabeza es que su mal humor conmigo no se traduzca en los otros hoy, mucho menos en Luca.
—Hola, campeón —Ashton lo alza, haciéndolo saltar en el aire y consiguiendo grititos entusiasmados de Luca—. ¿Cómo estuviste?
—Super bien —responde él enrollando sus brazos alrededor del cuello de Luca.
Al ver la escena, un peso en mis hombros se desvanece, sin embargo, mi corazón sigue estrujándose porque hay algo que me confirma que sea lo que sea que esté pasando, tiene que ver conmigo y no poder descifrarlo me frustra.
Si hubiera sabido que estas serían las consecuencias del viaje, ¿hubiese hecho todo igual? Todavía tengo frescos los recuerdos de sus besos, sus caricias, la forma en la que me hablaba en el oído y las palabras que me dijo, que me hicieron creer que nunca podré encontrar algo que me haga sentir la mitad de lo que Ashton Hawthorne logra.
Saludamos a Leo y a Cassie, y segundos después, Isabella nos dice que nos sentemos a comer.
***
La cena empieza bien.
Me siento junto a Isabella, y Leo llena los momentos de silencios con chistes e historias. Luca nos hace reír a todos relatándonos como Leo se tropezó y cayó en el parque. Hablamos de todo y de nada a la vez, incluso Cassie agrega cosas a la conversación.
El único que se mantiene en silencio durante la mayor parte es Ashton. Intento no prestarle atención, sin embargo, sé que hay algo terriblemente mal. Isabella también lo nota, porque intenta incluirlo a la charla sin mucho éxito.
La gota que rebalsa el vaso llega cuando estamos levantando los platos. Leo puso música de fondo, y Ashton se quedó en la sala de estar entreteniendo a Luca quien está gruñón porque tiene sueño, pero no quiere irse a dormir para no perderse de nada.
Lo bueno del departamento es que la cocina y la sala de estar están en el mismo ambiente, por lo que mientras pretendo escuchar a Cassie hablar sobre la nueva pasantía que esta empezando, fijo mi mirada en Ashton y Luca.
Luca está sosteniendo un muñeco con una mano, y el control remoto con la otra. Está hablándole a Ashton, no puedo ver su rostro ya que está sentado en el sofá y me da la espalda.
Teniendo un presentimiento, dejo lo que estoy haciendo y me acerco a ellos, sentándome en el otro extremo del sofá. Ashton gira su cabeza para mirarme durante un segundo antes de volver su atención al frente. No obstante, me doy cuenta de que no está escuchando a Luca. Tiene la vista perdida sobre el hombro del niño.
—Ashtooooooon —habla Luca en un tono de voz alto y sacude su rodilla con una mano—. ¿Quieres ver una peli? ¿Jugar con mi muñeco? Sabes, hace... Hace 5 días vi una nueva peli, se llamaba... Mmhm, no me acuerdo. ¡No! No era una peli, tenia varias partecitas.
—Una serie —corrige Ashton, apenas registrando sus palabras.
—¡Era de dos perros! Mhm, ¡no! Era de muuuuuchos perros —explica—. Todos eran perros. Creo. Uno se llama Bluey, otro se llama Bingo... ¿Quieres ver? Di que sí, di que sí.
Dudo que Ashton se de cuenta de que acaba de asentir con la cabeza.
Carraspeo para llamar su atención mientras Luca pone Bluey con el control. Una vez que me mira, tengo que morderme la lengua para no preguntarle si "está bien". Así que como una estúpida, me quedo callada. No quiero preguntarle si esta cansado, o si quiere irse porque, repito, como una estúpida, tengo miedo a su reacción.
—¡Mira, Bluey! —exclama Luca señalando la televisión cuando un episodio empieza a reproducirse.
Ashton balbucea una respuesta inentendible.
—Pero no estás viendo —se queja Luca enojado y vuelve a sacudirlo.
—Luca —intervengo sin poder evitarlo—. ¿Cómo se llaman los personajes?
Esperaba que mi pregunta lo distraiga y decida desviar su atención a mí. Sin embargo, parece querer solo atención de Ashton, porque sigue insistiendo.
—¿Estás enojado? —le pregunta Luca hundiendo su dedo índice en una de las mejillas de Ashton—. Tu rostro esta enojado. No me gusta. ¿Vas a hablarme? ¿Por qué no quieres ver Bluey? ¡Ashtooooon!
—Luca —intervengo sabiendo que estamos sobre una cuerda floja—. Ven, quiero enseñarte algo.
El niño me mira por dos segundos y decide que no soy lo suficientemente interesante.
—Ashton, porfa —pide, sus ojos empezando a humedecerse. Es lo que indica que pasamos su hora de dormir, y cuando no duerme, cualquier cosa lo irrita.
—¿Quieres pastel? —insisto.
—¡No, no quiero! —exclama—. ¡Ashton! ¿Estás viendo?
—¡Luca, basta! —grita Ashton sosteniendo su brazo y sobresaltándome no solo a mí, sino más importante, a Luca quien encoje sus hombros con miedo e intenta retroceder sin poder—. Solo... Cállate. Quiero un segundo de paz. ¿Es mucho pedirte eso? ¡Estoy cansado de ti!
—¡Ashton! —exclamo levantándome de mi lugar. El cuerpo entero de Luca parece temblar con miedo y sus ojos se cristalizan con lágrimas. Hace su mejor esfuerzo para no estallar en llanto, pero momentos después, termina cediendo a la necesidad.
Isabella se acerca a nosotros a pasos agigantados y abraza a su hijo, colocando una mano detrás de su cabeza y apoyándolo en su hombro. La mirada que le da a Ashton consigue helarme, porque nunca la vi mirar tan decepcionada a alguien.
—¿Qué demonios te sucede? —esta vez me atrevo a preguntarle. Él parpadea como si estuviera saliendo de un trance y mira el rostro lleno de lágrimas de Luca. Espero ver algún tipo de arrepentimiento en su mirada, pero no está demostrando nada excepto perplejidad, casi como si no pudiera creer lo que acaba de pasar.
Isabella se lleva a Luca, quien ahora trata con todas sus fuerzas no llorar pero su pecho sube y baja desesperadamente, y mi corazón se parte por el niño que todo este tiempo tuvo super idealizado a Ashton.
—Ashton, te estoy hablando —espeto harta de que pretenda no escucharme—. Claramente algo te tiene enojado, y actuando de esta manera, pero no es razón para que te desquites con Luca. Tiene 3 años, por amor a Dios.
Se levanta del sofá y hunde la palma de sus manos en su rostro, tapando sus ojos con frustración.
—No... No fue mi intención. Juro que no fue mi intención —balbucea y sacude su cabeza.
Antes de que pueda decir algo más, Isabella regresa con una expresión asesina en su rostro.
—¿Qué demonios te da el derecho de tratar a mi hijo de esa manera? —espeta, su enojo es evidente en cada palabra—. Escuché lo que dijiste, pero más importante, escuché la manera en la que lo hiciste. Sabes perfectamente que Luca te adora. Dios, hace semanas tuvimos una conversación sobre esto. Sobre la forma en la que te admira y siempre esta preguntando por ti. ¿Y tu manera de tratarlo es desquitarte con él?
—Perdón, Izzy. Solo... Voy a irme.
—¡No! —exclama ella—. No puedes seguir huyendo cada vez que la conversación se pone un poco incómoda para tu gusto.
—¿Qué demonios quieres que diga? —suelta molesto—. Sí, tienen razón. Estoy malditamente enojado y me desquité con alguien que no se lo merecía. Historia de mi vida. Estoy pidiendo perdón.
Isabella niega con la cabeza. Sin poder seguir escuchando, se aleja de la conversación, regresando a la habitación en donde dejó a Luca.
—¿Qué dije ahora? —pregunta Ashton volteando a mirarme.
—No puedes pretender que pedir perdón siempre solucionará todo —respondo mirándolo a los ojos. Tengo un conflicto en mi mente, porque parte de mi esta enfadada por esto, y parte siente compasión por esa mirada que esconde tanto dolor—. Tienes que empezar a tomar responsabilidad, Ashton. Estoy harta de tener que ser cautelosa a tu alrededor porque cada mínima conversación o acción hará que explotes o te pongas a la defensiva.
—No entiendes.
—¡No! Aparentemente nunca entiendo, y tú nunca estás dispuesto a explicar. Entonces siempre estaremos en este limbo del que ninguno de los dos puede salir.
Niego con la cabeza, y en el movimiento noto que Leo y Cassie siguen aquí, escuchando cada momento de nuestra conversación. A este punto, no puedo siquiera pretender estar enojada o querer privacidad.
Isabella regresa, y esta vez, intercambia palabras con Leo. Segundos después, él y Cassie van a la habitación de Luca, cerrando la puerta tras ellos.
La observo tomar una profunda respiración antes de acercarse.
—Esto es lo último que quería, Ashton —empieza cuando se detiene a su frente y alza la mirada para encontrar sus ojos—. Hacerlo de esta manera... —sacude su cabeza con arrepentimiento. Voltea a mi dirección por unos segundos como si estuviera pidiéndome disculpas.
—¿Hacer qué? —replica.
—Estás bebiendo de nuevo.
Siento mi corazón caerse al suelo. Busco en el rostro de Ashton algo que me diga que es mentira, pero sé que es inutil querer seguir negando en mi cabeza algo que cada vez se vuelve más evidente.
—No... —empieza él, pero Isabella es rápida en interrumpirlo.
—No vas a mentirme y negarlo como lo hiciste con Aggie. No cuando toda mi vida viví con un alcohólico que intentaba ocultarlo. Tuviste un relapso. No sé cuándo, no sé cómo, ni por qué. Pero sé que esconderlo no va a servirte de nada.
—¿Es verdad lo que Isabella está diciendo? —escucho las palabras salir de mi boca, pero se siente como si otra persona las estuviera diciendo.
—Aggie... —Ashton voltea hacia mí. Intenta acercarse, pero retrocedo por inercia.
—¿Es verdad? ¿Estás bebiendo de nuevo? Ashton... Solo... Solo quiero que seas honesto. Necesito que me digas la verdad.
—No, no... Yo...
Niego con la cabeza, tratando de reunir la energía necesaria para continuar con esta conversación.
—Ashton, si todavía hay una parte de ti a la que aún le importo, por favor, dime la verdad. Lo merezco.
Sus ojos nunca me mostraron tanto dolor como en este momento. Los cierra cuando confiesa:
—Sí, volví a beber.
Asiento.
De nuevo, mi corazón se siente como si estuviera siendo tirado en direcciones contrarias. Una parte de mi quiere gritarle, enfadarme porque me mintió en el rostro cuando le pregunté si estaba bebiendo, y la otra parte quiere abrazarlo hasta volver a unir todas sus piezas rotas.
—Pero... —continua.
—¿Pero qué? —no puedo evitar decir, sintiendo las lágrimas tomar poder de mis ojos—. Me mentiste. Lo único que siempre quise fue ayudarte... Fue que estés bien.
—Lo sé, lo sé. ¿Crees que no lo sé? —pasa una mano por su cabello con frustración—. Es... Pensé que podía manejarlo solo, podía volver a estar bien solo pero... Una bebida se convirtió en dos, en tres y... Lo siento tanto, Aggie.
—En el auto —murmuro al darme cuenta—. Hoy estuviste bebiendo, y luego... Podrías habernos matado. ¿Cuántas veces me subí a un auto contigo y estabas borracho? —niego con la cabeza—. Luego esto con Luca...
Intento respirar profundo para calmar los frenéticos pensamientos que están empezando a tomar posesión de mí.
—Lo siento, Aggie. Lo siento tanto —sigue repitiendo como si fuera arreglar algo.
Me siento en el sofá, sintiendo que no podré mantenerme de pie mucho tiempo y escondo mi rostro con mis manos para ocultar que estoy llorando.
Ni siquiera debería ser yo la que se siente así. Ashton es el que verdaderamente está pasando por esto, y tengo que encontrar una forma de estar para él. Quiero repetirme que no es su culpa, que es una enfermedad que está dictando su vida, pero no puedo encontrar la fuerza para pensar de esa manera. Quiero llorar, quiero gritarle, quiero enojarme.
—Perdón, rubiecita. Lo último que quería era verte mal por esto, mostrarte todo este lado de mi... —lo escucho hablar, y luego lo siento cerca cuando apoya una mano en mi rodilla y sé que esta de cuclillas frente a mi—. Perdón. —toma una profunda respiración—. Perdón porque nunca podré ser la versión de mí que tú quieres que sea.
No.
No, esta equivocado.
Subo la cabeza, tratando de hallar las palabras correctas para expresarme, pero para cuando lo hago, Ashton no está y escucho la puerta cerrarse.
***
Nota d la autora (yo):
Okey... PASO MUCHO TIEMPO, YA SÉ.
Breve explicación por si no me siguen en redes: Cuando estaba empezando a escribir este libro, me salio la oportunidad de publicar The New Heartbreaker en físico, y eso ocupó todo mi tiempo. Editarlo, re-editarlo, llorar, enojarme, etc etc etc. Y junto con la facultad, fue muy dificil balancear también este libro. Tuve que poner las prioridades en orden, pero siempre extrañe a Ashton y Aggie.
No sé cuanta gente va a leer este capítulo. Capaz que solo 5 personas, y idk no me importa,los amo, gracias por esperar, se merecen el cielo. Voy a tratar ser mas constante con esto.
Lit ya habia perdido el hilo de la historia, tuve que releer todo.
AHORA SÍ, a lo nuestro:
Estaba leyendo los capítulos anteriores y bla bla bla mucho texto poco accion, así que tomamos un giro drástico en este capitulo, y más que nada en el siguiente porque la dinamica va a cambiar para siempre.
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