Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 37 (PARTE 1).

nota: comenten acá si ya estan listxs para leer la conversación de Aggie y Nick🤍

"We were too young."

Traducción:

"Éramos demasiado jóvenes."

—Too Young, Louis Tomlinson.



AGGIE.

Sé exactamente a dónde se dirige Nick cuando lo veo doblar en una esquina del patio. Esta tomando las escaleras para bajar a la playa.

Decidida a no desperdiciar esta oportunidad, me hago espacio entre las personas que me miran con intrigados, porque después de todo, soy la chica a la que acaban de arrojarle champagne.

Me quito los tacones al pie de la escalera, dejándolos a un costado. Subo un poco mi vestido para no tropezarme y empiezo a bajar. Hay distancia suficiente entre los dos para que no repare que estoy siguiéndolo.

Hacer este camino de noche es una historia distinta. Es mucho más aterrador y no hay ninguna luz. Sin embargo, el miedo pasa al asiento trasero cuando lo único que quiero es hablar con Nick.

Entonces, es otro tipo de terror el que me consume. La conversación que estuve anhelando y temiendo al mismo tiempo.

Los escalones se terminan, fundiéndose con la arena. Subo la cabeza, dándome cuenta de la poca iluminación. Diría que la única razón por la que no estamos en completa oscuridad son por las luces provenientes de la casa.

Nick se detiene a unos metros de mí dándome la espalda. Lo suficientemente cerca de la casa como para que nadie que se asome por la balaustrada nos encuentre.

Aclaro mi garganta, llamando su atención. Él voltea, dejando ver su rostro de sorpresa.

—¿Podemos hablar? —pregunto al conseguir mi voz—. ¿O vas a pretender que no nos conocemos un tiempo más?

Veo como las facciones de su rostro se endurecen. Tal vez no es la mejor manera de empezar esta conversación, pero estoy cansada con cómo me evita y los actos de su nueva novia fue la gota que colmó el vaso.

—Aggie, lo siento por Tillie —empieza, su rostro suavizandose y dejandose ver genuinamente arrepentido—. Ella malinterpretó las cosas y... Claramente no reaccionó bien.

—Dudo que haya malas interpretaciones, pero está bien. No me importa —le aclaro. Realmente, que una chica cualquiera me haya tirado champagne encima es la última de mis preocupaciones—. ¿Ahora sí podemos hablar?

Nick mira a nuestro alrededor en busca de una escapatoria. Juro que si intenta...

—No creo que haya algo más que podamos hacer —repone tras suspirar.

Debería estar aliviada, pero me genera de las peores sensaciones el hecho de que hablar conmigo sea tanta tortura que trató de evitarlo a toda costa.

—¿Por qué? —mi voz tiembla un poco por los nervios y es lo único que puedo decir.

—¿Por qué qué? —replica. Veo en sus ojos una oscuridad que nunca vi en él. Lejos está el chico que estaba enamorado de mi.

Tomo una profunda respiración.

—¿Por qué pretendiste que éramos desconocidos?

Él me mira a los ojos como si la respuesta fuera obvia.

—No puedes culparme por cómo elijo reparar lo que tú rompiste.

Aprieto mis labios, sus palabras golpeándome en el corazón. Tiene razón.

—No, —digo finalmente— no te estoy culpando. Solo quiero entender. Primero la videollamada y luego... Ayer.

Me envuelvo con mis propios brazos, no habiendo percatado del frío hasta ahora. La brisa es fuerte y no ayuda que no tenga zapatos. La arena está más fría de lo que pensé que podría ponerse.

Cuando pienso que no va a responderme, lo hace:

—La videollamada fue porque no esperaba verte. Me tomó por sorpresa. Tiempo después empecé a atar los cabos sueltos con cosas que me contaba Caroline sobre su hermano mellizo. —se ríe sin humor y pasa la palma de su mano por su barbilla con frustración—, y ayer... —titubea buscando las palabras—. Esperaba encontrarme contigo. Quinn confirmó que estarías aquí. Puedes encontrarle muchas explicaciones. No quería lidiar con esto, quería ser cruel, quería olvidarte. —se alza de hombros y luego se corrige:— Quiero olvidarte. Tú ya seguiste adelante con tu vida. Se siente injusto que sea yo quien no pueda superar y olvidar.

Me muerdo el interior de mi mejilla. Quiero decirle tantas cosas.

—A veces siento que no puedo escaparme de ti, Monroe —suspira y niega con la cabeza, dejando caer su mirada al suelo derrotado.

—Nick, no pienses que olvidé todo. Nunca lo hice. Lo que vivimos no se "supera". Es parte de mi tanto como es parte de ti. Creo que tienes una idea errónea sobre mi vida ahora mismo. —respondo—. Sigo intentando seguir adelante.

Sube la mirada. Me destroza tener que ver su rostro decaído por la tristeza. Nick es el tipo de persona que siempre tiene una razón para sonreír y ser el alma que ilumina a todos. Es por eso que sentir su tristeza duele el doble.

—Te amaba con cada parte de mi, Aggie —dice con la vulnerabilidad brillando en sus ojos—. Pasé toda mi vida contigo y de repente, tener que aprender a vivir sin ti en ella me destruyó.

Contengo mi respiración.

—¿Lo ves? —apunto en un tono cuidadoso—. Es por esa misma razón que teníamos que pasar tiempo lejos, Nick. No sabíamos quienes éramos sin el otro y estaba consumiéndonos de la peor manera.

Aprieta su mandíbula molesto.

—Me di cuenta de ello demasiado tarde —exhala—. Aunque no tú. No, no. Tú te diste cuenta durante el verano después de graduarnos. Y manejaste mis sentimientos de la peor manera.

—Mis sentimientos también estaban en juego. —consigo decir sin que mi voz tiemble—. Mi salud mental estaba destruida. No había un día en el que no estuviera triste. Los dos fuimos víctimas de nuestra propia relación. Dentro de ti, también lo sabías, Nick. Solo que no querías verlo

Pone sus ojos en blanco.

—Discúlpame por haber querido seguir luchando por el amor que teníamos.

Siento mi corazón partirse con sus palabras. Muchas veces me pregunto eso. ¿Y si dejé de luchar demasiado pronto? ¿Y si lo que teníamos verdaderamente era único e irrepetible? ¿Y solo era una mala racha? ¿Por qué dejé de pelear por nosotros?

No dejo que mi cabeza me convenza de otras cosas y que me deje llevarme por el momento. Me mantengo fiel a los sentimientos que estuve guardando durante meses.

—Hay veces que el amor se vuelve engañoso, Nick. Revela su otra cara, la que te asfixia y no es saludable. A nosotros nos ganó esa cara. —humedezco mis labios, pensando en mis próximas palabras—. No significa que no nos hayamos amado con todos nuestros corazones porque sí lo hicimos, solo que no seguía siendo lo indicado estar juntos.

—Son cosas que podríamos haber solucionado.

Niego con la cabeza, sintiendo las lágrimas acumulándose en mis ojos. Aún así, no me permito llorar. Me obligo a mantenerme fuerte para seguir hablando.

—No. Ese tipo de cosas no se solucionan, Nick. ¿Algo que empezó a construirse cuando apenas teníamos ocho años? ¿De esa magnitud? —niego con la cabeza y respiro para aguantar mis lágrimas—. ¿Entiendes qué estoy diciendo?

Nick me mira. Puedo ver la tristeza en esos preciosos ojos azules y me lastima.

Asiente lentamente.

De todas maneras, continuó hablando:

—Teníamos padres ausentes, ninguno de los dos teníamos hermanos. Solo nos teníamos uno al otro. —resalto—. Pasábamos cada segundo juntos, y en ese tiempo, nos enamoramos. Y fue hermoso, Nick. No confundo eso. Sé que fue precioso. Ese tipo de amor que se siente como un destello de luz en la oscuridad, que es una caricia al alma y que te llena el corazón de los mejores sentimientos. No estoy diciendo que siempre fue poco sano, sino que con el tiempo y a medida que crecimos, se convirtió en eso. De repente, no sabíamos dónde terminaba uno y arrancaba el otro. No soportábamos imaginar nuestras vidas sin el otro. ¿Y eso? Estar con alguien sabiendo que si se van, nos va a destruir para siempre... No es manera de vivir.

Exhalo aire después de hablar, sintiendo mi corazón golpeando contra mi pecho.

—¿Entonces qué? —repone y sacude su cabeza ligeramente—. ¿Decidiste ponerle fin a todo eso al acostarte con Tyler?

Muerdo mi labio para evitar que tiemble.

—No, no estoy intentando justificarme. Porque lo hice fue terrible, y no debí haberlo hecho. Sin embargo, quiero que entiendas, que si bien seguíamos juntos, realmente no lo estábamos. Y esa es la verdad que no quieres afrontar —bajo mis brazos—. Apenas nos hablábamos, Nick. —suelto un susurro que es capaz de oír.

—Y una mierda. Teníamos un compromiso con el otro, Aggie. Nunca le falté el respeto a lo que teníamos. —recrimina, dejando ver el odio que sigue guardando por lo que pasó.

—¡Ya lo sé! —exclamo sintiendo la vista borrosa—. No estoy poniendo excusas, Nick. Lo que hice con Tyler... —titubeo y respiro hondo—. Fue injusto para ti. La peor traición de todas. Honestamente, se sentía como si lo nuestro pendiera de un hilo. No querías estar conmigo sexualmente, solo pretendías quererlo cada vez que lo mencionaba, apenas nos dirigimos la palabra y todo porque estábamos compartiendo la misma habitación. Y lo peor es que seguíamos actuando como si todo estuviera bien frente a todo el mundo cuando nada, nada estaba bien. Estaba destruyéndonos y eso no es amor, Nick. No había una noche en la que yo no llorara y tú no te fueras enojado. Pendíamos de un hilo, y cometí el error de buscar consuelo en Tyler estando borracha. Sabes que siempre voy a sentir eso, y no espero que me perdones. Lo que sí espero es que entiendas por qué lo nuestro tenía que terminar.

Un silencio se forma entre los dos. Solo puedo oír el vaivén de las olas rompiéndose en la orilla y el leve ruido que arrastra la fiesta de arriba.

Nick exhala una bocanada de aire.

—Lo entiendo. Solo que no entiendo por qué tiene que doler tanto —sus ojos se cargan de lágrimas, haciendo que mi corazón arda porque lo último que quiero es seguir lastimandolo—. Eras mi mundo entero, Aggie.

—Y tú eras el mío, Nick. —murmuro en respuesta—. No quiero que cuestiones nunca lo que sentí por ti. Pasé los mejores momentos de mi vida a tu lado, me llevo interminables recuerdos. Me amaste cuando nadie más lo hacía y fuiste la mejor persona que pude conocer. Así que nunca subestimes todo lo que sentí por ti.

Parpadea para ahuyentar las lágrimas.

Suelta un suspiro. Se quita el saco de su traje mientras lo miro atenta. Se acerca a mí, sorprendiéndome al dejar el abrigo sobre mis hombros. El calor se siente como un alivio en mi cuerpo.

—Nunca fuiste buena disimulando cuando tienes frío, Monroe —comenta.

Se aleja y se sienta sobre la arena. Lo imito, sentándome a su lado.

—Tienes razón. —continúa después de un tiempo—. Siempre tuve el sentimiento de que lo nuestro no era muy sano. Especialmente durante nuestro último año en Everdeen. Sentía como si no pudiera respirar cada vez que te tenía lejos, cada noche que no pasabas en mi casa, cada segundo que estabas lejos de mi. No podía pensar en otra cosa que en volver a verte. No me di cuenta de lo grave que era hasta que llegó el momento de elegir universidades y tiré mi sueño de ir a Dartmouth por la ventana a la primera oportunidad de irme contigo a donde sea. No me importaba si era Cambridge o Alaska. Solo sabía que no soportaba la idea de tenerte lejos. Y pensé, "Lo hago por amor". Y tal vez sí, lo hacía por amor, pero era un amor más del tipo "lo hago porque no puedo sobrevivir sin ti".

—Me sentía igual —confieso—. Cada pelea que teníamos en privado me destrozaba hasta que los llantos no me dejaban respirar. No quería que perderte sea una opción. Quería seguirte hasta el fin del mundo con tal de no vivir una realidad en la que no estés conmigo.

Nick asiente, su vista perdida en el océano.

—Éramos terribles juntos.

Niego con la cabeza.

—No, no siempre fue así. Hubo muchos buenos momentos, momentos en los que me sentía tan especial por tenerte, me sentía amada y protegida. Porque... Cuando vienes de un lugar donde nadie es capaz de quererte con esa intensidad, encontrarlo en otra persona es el mejor regalo de todos. —volteo a mirarlo—. Y tú fuiste eso, Nick. El mejor regalo de todos. Me salvaste sin saberlo.

Él se queda en silencio. Quiero saber cada uno de sus pensamientos, no quiero que sienta que tiene que guardar sus sentimientos.

—Siendo sincero, Aggie, me dolió lo que hiciste, pero no me dolió más que tener que separarnos. —revela al negar con la cabeza convencido de sus palabras—. Necesito saber, ¿por qué aceptaste volver a estar juntos después de todo lo que pasó con Tyler? Sabías que era mala idea. Es lo único que estás diciendo.

Encuentro sus ojos. En eso tiene razón, sabía que era mala idea volver con Nick. Solo que me convencí de que no lo era.

—¿Por qué querías estar conmigo después de eso?

Alza sus cejas. Ignorando que acabo de desviar la pregunta.

—¿No es obvio? —cuestiona sin humor—. Prefería tragar mi orgullo e ignorar todo lo que hiciste con tal de que sigas estando conmigo. Me convencí de perdonarte porque esos meses que estuve sin ti fueron pura tortura. Quería desesperadamente sentirme mejor. Aunque sea regresando a un mal hábito. Responde la pregunta, ¿por qué aceptaste?

—Un poco de todo —respondo, ignorando la presión en mi pecho al ser llamada un "mal hábito". Siendo honesta, es lo que somos por más que duela admitirlo—. No sabía quién era sin ti, y me sentía culpable por lo que te hice. Quería remediarlo como sea. Quería que te sientas mejor, quería intentar dejar todo atrás.

Nick asiente.

Cuando volvimos a intentar estar juntos después de que todo haya explotado, por parte, confío que es porque nos necesitábamos, y por otra, sé que fue porque ambos estábamos viviendo en Miami durante ese periodo de tiempo, y de nuevo, solo nos teníamos a los dos. Nos refugiamos en nosotros, intentando reparar una relación que ambos sabíamos que no tenía forma de ser reparada.

No duró siquiera un mes ese intento. Y seguíamos teniendo los mismos problemas de siempre, solo que peor.

—¿Sigues hablando con Tyler? —rompe el silencio.

Niego con la cabeza.

—Perdí contacto con él hace mucho tiempo —contesto—. Teníamos una gran amistad, y muchas veces lo extraño, pero... Pasaron tantas cosas. Siento que todos en el grupo de nuestros amigos, Liam, Tyler, tú y yo, incluso Riley, terminamos con un daño irreparable en nuestros corazones, y a veces, es parte de crecer no volver a retomar la amistad. Tuve mucho tiempo para pensar en eso.

Nick asiente.

—Vivimos muchas cosas juntos con el grupo. Y tienes razón, es parte de crecer. No significa que la hayamos pasado mal, sino que crecimos, y las nuevas versiones de nosotros no encajan con lo que éramos cuando nuestra amistad seguía de pie.

Me quedo pensando en sus palabras.

—De todas maneras, —aclaro mi garganta— duele.

Nick resopla por lo bajo.

—¿Me vas a hablar a mi de dolor, Aggie? —repone, haciendo que mi sangre se hiele—. Estoy intentando hablar contigo sin explotar, pero... —suspira y niega con la cabeza frustrado sin querer terminar lo que estaba diciendo.

—¿Pero qué, Nick? Si tienes que explotar, hazlo —pido sabiendo que me va a romper el corazón en mil pedazos pero ambos necesitamos escucharlo—. No quiero que esta conversación sea nosotros intentando aparentar que está todo bien. Hicimos eso durante demasiado tiempo, ¿no crees?

Nick no me mira, ni tampoco responde. Puedo ver como aprieta sus manos, y su mandíbula, claramente intentando contenerse. Así que le doy tiempo. Lo conozco.

—Era mi mejor amigo, Aggie —suelta finalmente, su voz cargada de veneno. Voltea a mirarme con sus ojos húmedos, haciendo que mi pecho arda—. De todas las putas personas, elegiste a mi mejor amigo. Y puedo pretender estar sorprendido, pero no lo estoy. No. Tendría que ser tonto para no darme cuenta que Tyler siempre te quiso como más que un amigo. Que él podría haber sido yo.

Niego con la cabeza.

—Nunca nadie podrá reemplazarte, Nick. Y Tyler nunca podría haber sido tú.

—Me cuesta creerte.

Exhalo aire.

—No puedo culparte por eso. No te di razones para que me creas, pero tienes que entender que no mentiría con esto. Tyler nunca podría haber sido tú. ¿Lo amaba? Sí, pero de la manera que una chica quiere a su mejor amigo. ¿A ti, Nick? A ti te amaba con tanta intensidad que a veces no me dejaba respirar. Nunca subestimes todo lo que te amé. —le pido.

—Muchas veces pienso que tú fuiste la que arruinó todo.

Siento como mi corazón se frena por un instante.

—¿Qué? —musito.

—No pretendas que no escuchaste. A veces pienso que la razón por la que todo se fue a la mierda con nuestro grupo de amigos fue tu culpa —se alza de hombros—. Sí, tienes razón. No estábamos bien. Eventualmente hubiéramos terminado, pero por lo menos hubiéramos conservado nuestras amistades. Porque eso fuimos antes de ser novios, Aggie. Éramos amigos —me recuerda. Muerdo el interior de mi mejilla para no llorar—. Tyler y yo seguiríamos siendo amigos, y Liam... Liam no tendría que haber soportado toda nuestra mierda. —niega con la cabeza—. Porque podemos decir que nos destruimos los tres. Tyler, tú y yo. Pero quien que también pagó por todo esto fue Liam. Todo su grupo de amigos, conformado por las personas en las que más confiaba en el mundo, se desintegró en el momento que más lo necesitaba.

Respira hondo.

—Estábamos cubiertos en gasolina, sí. Pero tú, Aggie, tú lanzaste el fósforo que nos ardió a todos. Tú, Tyler, quién sea que haya iniciado las cosas primero. No me importa. —sus palabras son duras, cargada de todos los sentimientos que estuvo guardándose.

Muerdo mi labio inferior para que no tiemblen.

—Pero, ¿sabes qué es lo peor? —continúa hablando, su voz cada vez más cargada de ácido—. Que si no hubieras tenido que correr al hospital ese día, si no hubiera pasado el embarazo, nunca me habría enterado de lo que hicieron. Tyler y tú eran capaces de esconder el secreto para siempre. Incluso si con el tiempo hubiéramos terminado nuestra relación, merecía saberlo, Aggie. Ni siquiera me lo dijeron a la cara. Liam tuvo que forzar a que hablen. Estuve viviendo engañado durante más de un mes. No entiendo qué te hice para que no puedas siquiera respetarme con la decencia de la verdad.

Entierro mi rostro en mis manos, sintiendo las lágrimas brotar sin control.

—Lo siento, Aggie. —suspira después de un tiempo—. No quiero hacerte llorar. Solo... Necesitaba sacarme todo esto del pecho. Lo llevo cargando hace demasiado tiempo. Como una soga que me aprieta la garganta y no me deja respirar.

—Estoy bien —miento reuniendo fuerzas para hablar aunque la voz me tiemble—. Hazlo, continúa hablando.

—No, no quiero seguir haciéndote daño.

—No, Nick. Necesito escucharlo. Necesito que digas todo lo que tengas para decirme.

Después de todo, siempre supe que esta no sería una conversación fácil. Tengo que afrontarla como sea.

—¿Estás segura?

Asiento con mi cabeza a pesar de estar rompiéndome por dentro.

Se queda en silencio. Pensando en si continuar o no. Estoy por voltear y decirle que lo haga cuando habla:

—Pienso muchas cosas. Como en qué hubiera pasado si ese embarazo hubiera continuado, si nunca hubieras tenido esas complicaciones. Las fechas no iban a coincidir. Para ese tiempo, tú y yo apenas estábamos juntos físicamente. ¿Qué ibas a hacer? ¿Pretender que era mío? ¿Mentirle a Tyler? ¿Decirme la verdad? —su voz se quiebra y no puedo siquiera mirarlo a los ojos por la vergüenza que siento—. Siempre soñé con tener una familia contigo, y enterarme que podría no haber sido mi bebé rompió una parte de mí que dudo que sane algún día.

—Nick...—murmuro.

Me ignora y continúa hablando:

—Sentí mi mundo derrumbarse ese día. No solo por la infidelidad, pero... Porque el sueño estuvo tan lejos y tan cerca al mismo tiempo. Es ridículo. Ambos éramos demasiado jóvenes... Y por alguna razón, creo que enterarme de eso no me hubiera asustado. Para nada. Y luego pensé: "¿Qué hubiera pasado si no hubieses tenido esas complicaciones? ¿Si el bebé nacía y era la viva imagen de Tyler?" Mi todo se derrumbó por segunda vez. Porque Tyler iba a hacerse cargo y yo pasaría a un segundo plano, teniendo que verte cumplir lo que soñé con alguien más. Era tanto el dolor que me costaba respirar, Aggie.

No sé qué decir. No sé cómo aliviar su dolor, ni el mío.

—Lo siento tanto, Nick.

—Sé que lo sientes, Aggie. Lo sé. Solo que tan solo sentirlo a veces no alivia el dolor que cargo a diario. Con el tiempo pasará. ¿Sabes lo que me dijo Quinn cuando le conté todo lo que pasó y lo destruido que me sentía? Me dijo algo que nunca voy a olvidar. Me dijo que a medida que pasa el tiempo, deja de doler tanto. El dolor se vuelve parte de ti, se mezcla hasta que casi no notas la diferencia. Y que entonces, llega un día en el que estás bien con ese dolor que puedes seguir adelante, aún cargándolo. Me dijo que parecía que es el fin del mundo, pero realmente no lo es. Es solo un corazón roto... Por más que se sentía como si mi vida estuviera rota. Porque eso eras para mi Aggie, mi vida completa. —niega con la cabeza frustrado—. Y aún estoy en ese proceso. Y sé que a ti también te dolió, que tener que pasar por el dolor de perder un embarazo y de estar sola fue mucho, y me odio a veces por no poder simpatizar con tu dolor. Pero es un proceso del cual sigo aprendiendo.

Paso una mano por debajo de mis ojos, quitando mis lágrimas.

—Voy a estar bien. —me afirma—. Porque aprendí que no todo el mundo va a lastimarme, y que no todo es blanco y negro. Hay grises. Y nosotros dos Aggie, somos de los grises más interesantes que viví. Porque sí, tienes razón, nos volvimos muy dependientes uno al otro, y todo se complicó. Las cosas pasaron así porque tuvieron que pasar así. Nada iba a detenerlas. Solo nos queda controlar lo que haremos con nuestro presente.

Me aferro más al saco de Nick. El frío tomó residencia hasta en mi corazón. Respiro hondo.

—Nick, sé que no existen palabras correctas para esto... Estoy arrepentida por lo que hice, y siempre voy a vivir con la culpa y la vergüenza. Ojalá todo hubiera sido diferente. Pero al mismo tiempo sé que pasaron así por una razón. Y es una razón injusta, porque no te merecías el daño que te hice. Ninguno de los dos merecía el daño que nos hicimos estando juntos. —aprieto mis labios y los suelto—. Solo quiero que sepas que siempre te amé con todo mi corazón. Incluso desde la primera vez que me sonreíste cuando éramos niños. Me enseñaste que se siente ser amada, y Nick, ser amada por ti fue un privilegio.

Giro mi cabeza para finalmente enfrentarlo y lo encuentro mirándome. Hay una cierta distancia entre los dos, y aún así, sé que no estamos así de cerca desde hace lo que se sienten como siglos.

—Puedo decir lo mismo sobre ti, Monroe. Eres la primera persona que me amó tanto que todo lo que el resto del mundo tenía para decir, no era importante. —se toma una pausa, pensando en sus palabras—. Y muchas veces, la primera persona de la que te enamoras no es con la que te quedas. Me enseñaste todo lo que podrías haberme enseñado sobre el amor, y siempre voy a estar agradecido por lo que tuvimos y vivimos a pesar de que haya terminado mal. No somos indicados uno para el otro.

Asiento. A pesar del nudo en mi garganta y del dolor, siento un peso menos sobre mis hombros.

—Gracias por dejarme hablar contigo.

Nick sonríe sin humor.

—Era necesario, solo que no quería verlo —repone y se alza de hombros—. De nuevo, lo siento por Tillie.

Niego con la cabeza.

—Entiendo lo que son los celos.

—Nah, no es así con ella. Es mi amiga. —dice y luego se queda en silencio—. Mi admiradora. Acosadora. Me siento extraño teniéndola cerca, y no en el buen sentido. Lo que hizo hoy solo probó más que tengo que dejarla ir antes de que arme en su cabeza cosas que no existen.

Me ahorro decirle que quizás sea un poco tarde para ello.

—Probablemente no deberíamos hablar sobre esto —suelta y luego me mira con curiosidad—. Pero ya qué, somos uno de los grises. Debo suponer que lo que hay entre Ashton y tú no tiene parecido con Tillie.

Humedezco mis labios.

Niego con la cabeza.

—Es complicado. Estamos... Trabajando en eso, supongo.

Nick asiente y no hace más preguntas. Se levanta del suelo, sacudiendo la arena de sus pantalones. Voltea y me extiende una mano. La tomo, levantándome del suelo mientras sostengo el abrigo.

Lo retiro de mis hombros y se lo entrego. Él lo toma.

Se siente tan extraño. Y tan correcto al mismo tiempo.

Mi cabeza a veces no puede procesar como puedes pasar de serlo todo con alguien a ser desconocidos.

—Cuídate, Monroe —habla. Mueve su brazo y rápidamente lo regresa a un costado de su cuerpo. Dándome cuenta, doy unos cuantos pasos tentativos hacia él. Cuando veo que no va a alejarse, lo rodeo con mis brazos, dándole un último abrazo.

Hay cosas diferentes en él físicamente. Y sin embargo, cuando estamos así, se sigue sintiendo como el chico de catorce años que fue tienda por tienda buscando un disfraz de Peter Pan para combinar con mi disfraz de Tinkerbell en Halloween. El mismo chico que siempre movía cielo y tierra para hacer especiales mis cumpleaños. Se siente como el mismo chico que besó mis brazos y me prometió que todo estaría bien mientras lloraba en ese probador.

El mismo chico que me prometió hasta las estrellas y lo cumplió.

Sus brazos me aprietan con fuerzas. Como si quisiera recordar cada segundo.

—Sé feliz, Nick. —le pido—. Te mereces toda la felicidad del mundo.

—Tú también, Monroe. Trata de no convencerte de que no.

***

ESTE CAPÍTULO CONTINÚA EN SU PARTE DOS (YA DISPONIBLE)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro