Capítulo 22 (PARTE 2)
AGGIE.
Pasado.
Edad: 18 años.
Paso una mano por mis ojos, quitando cualquier resto de lágrimas. Me levanto del suelo, sintiendo mis piernas temblorosas por todo el tiempo que pasé sentada mientras lloraba desconsoladamente contra la bañadera.
Respiro hondo y observo la botella de vodka sobre la mesada del baño. Sin más preámbulos, la destapo y le doy un buen trago. A este punto, el vodka es un sabor tan familiar que apenas siento el ardor pasar por mi garganta.
Salgo del baño sujetando la botella de vodka como si fuera mi vida entera.
La habitación de hotel está vacía. La cama está deshecha y hay ropa de Nick encima. Se vistió con prisa y se fue hace unas cuantas horas. De seguro está en la habitación de Liam y Tyler.
Me miro al espejo. Con ayuda de una toallita desmaquillante, limpio mi maquillaje corrido y vuelvo a aplicarlo. No hay forma de que mis ojos no luzcan rojos. Pero estamos en Ibiza, seguro van a pensar que estoy drogada o algo así, nunca que me pasé las dos últimas horas llorando como si no hubiera un mañana.
Vuelvo a beber más vodka.
Me fijo en la hora. Casi la una de la mañana. Los chicos deben estar preparándose para la fiesta. Me visto con un bikini negro que todavía no estrené y un vestido encima. Ato mi pelo en un moño para disimular el desastre. Es la buena suerte de las fiestas en la playa. Puedes ir como quieras.
Termino de atar mis sandalias, recojo mi bolso y salgo de la habitación.
En todos los lugares que nos quedamos, siempre tratamos de tener habitaciones cerca. Nick y yo compartimos porque es lo "lógico". Tyler y Liam otra.
Me cruzo a la habitación del frente y toco dos veces. En solo segundos, la puerta se abre, revelando a Liam Hamilton. Estira una sonrisa perezosa. Lo noto en su forma de pararse y de verme. Está borracho. Lo cual no es ninguna noticia. Liam lleva borracho todo el verano. Un gran cambio para el chico que se negaba a beber hace no mucho.
Supongo que eso hace un corazón roto. Te hace beber, te hace hacer cosas extrañas, te hace querer olvidarlo todo.
Por suerte, esta demasiado intoxicado para notar que estuve llorando. Liam siempre es el primero en darse cuenta de estas cosas.
—Aggie —sonríe haciéndose a un lado—. Nick nos dijo que estabas durmiendo.
Por supuesto que les dijo eso.
Asiento.
—Necesitaba recargar energías, pero ya estoy lista para la fiesta —anuncio levantando la botella en mi mano.
—Eso me gusta oír —me guiña un ojo.
La habitación de Liam y Tyler es una suite. Tiene una sala de estar, cocina y dos habitaciones separadas. La razón es bastante obvia. Los dos parecen estar en una competencia de quien se tira a más chicas.
No quiero saber quién está ganando.
Hace más de un mes y medio estamos viajando por toda Europa. Bueno, no. En realidad, solo pasamos por los lugares que son famosos por sus fiestas. Por ahora estamos cómodos en el Mar Mediterráneo, más exactamente en Ibiza. Llevamos dos semanas aquí.
La razón de este viaje es simple. Nos graduamos de la secundaria y antes de irnos a Cambridge para empezar la universidad, decidimos viajar. Este viaje está siendo uno de los mejores y peores de mi vida al mismo tiempo.
Tyler Aiken y Nick están en la sala de estar. Hay música de fondo y están bebiendo algo. Hay unas cuantas chicas que no conozco en la habitación. Sé que están aquí por Liam y Tyler, así que no les presto atención.
Nick y yo intercambiamos miradas.
Asiento con la cabeza, queriendo hacerle saber que estamos bien aunque sea un poco mentira.
Nick y yo no estamos bien hace mucho. Sin embargo, tampoco estamos completamente mal. Es un limbo extraño del que nadie sabe porque es difícil de explicar.
Estoy intentando convencerme a mí misma de que esta etapa rara se terminará pronto y estaremos 100% bien.
Liam se sienta en uno de los sofás, entre dos chicas que lucen contentas de tener su atención de nuevo. Solía ser super celosa con Liam, pero después de lo que tuvo que pasar... Ya es suficiente maduro y grande como para darse cuenta de lo que está haciendo.
Sé que internamente sabe que no importa cuantas chicas se tire, la que quiere olvidar no se irá de su cabeza.
Nick se levanta de su lugar y camina hacia mi. Llevo la botella a mis labios y continúo bebiendo.
—Monroe —empieza y pasa una mano por mi cintura, atrayéndome a su cuerpo. Se inclina a besar mi mejilla. Lo dejo, solo porque sé que las chicas nos están viendo y necesito dejarles en claro a quien no pueden acercarse.
Sin embargo, mis nudillos están volviéndose blancos por sostener con tanta fuerza la botella.
—¿Vamos al balcón a hablar? —me pregunta.
Asiento sin mirarlo. Dejo mi bolso en una mesa al pasar y dejo que me guíe hacia afuera. La puerta del balcón ya está abierta. Hace calor y hoy corre una brisa fenomenal. Sirve mucho que estemos justo enfrente del océano.
Nick cierra la puerta cuando ya estamos afuera, ahogando la conversación y la música de adentro. Camino hacia la balaustrada, apoyando mi cadera contra ella y sigo bebiendo.
—¿Cómo te sientes?
Muerdo el interior de mi mejilla para no estallar en gritos.
La puerta es de vidrio, o sea que pueden vernos, pero no escucharnos.
—Les dijiste que estaba durmiendo —resalto algo que no es tan importante. Aún así, por algo hay que empezar. Nick se coloca a mi lado, dándole espalda al interior de la suite. Ya sabemos hacer esto tan bien.
—¿Qué querías que les diga?
—La verdad. Que estuve llorando como una imbécil por ti.
—Aggie... —murmura.
Me inclino hacia él y apoyo la cabeza en su hombro.
—Al principio del viaje, cada vez que peleábamos, te quedabas conmigo —comento—. Y ahora, me dejas.
—No te dejo. Nunca te dejaría, bebé —insiste.
Niego con la cabeza.
—No en ese sentido. Me dejas sola, atrapada en mi propia cabeza.
Se queda en silencio por unos momentos.
—Lo siento, Aggie. Cada vez las discusiones me lastiman más y siento que tengo que irme. Lo siento si te hago sentir así.
Humedezco mis labios.
—A mi también me lastiman, Nick.
—Lo sé, pero... —se queda en silencio.
Conozco a este chico como conozco la palma de mi mano. Ya sé que es lo que quiere decir.
—Pero yo tengo la culpa de las discusiones, entonces a mi no debería dolerme tanto como a ti. —resumo las palabras que estaban por abandonar su boca.
—No, no quiero decir eso. Es solo que... A veces no entiendo porque discutimos.
—¿No te das cuenta? —interrogo aunque ya sé la respuesta. Nick no piensa que haya un problema, y ese es uno de los problemas.
—¿Darme cuenta de qué? ¿De lo que me dices? No, no lo veo como lo ves.
Respiro hondo. El mar de Ibiza casi no tiene olas. Es un vaivén por poco inexistente. No me gusta este tipo de playa. Me gustan las playas en las que puedes escuchar cómo las olas arrasan, el ruido del agua golpeando contra las rocas y el viento que amenaza con tirarte de lugar.
—¿Crees que sea una buena idea vivir juntos cuando estemos en Cambridge? —vuelvo a hacerle una de las preguntas por las cuales discutimos hoy.
—Sí —contesta sonando completamente seguro—. Eres mi novia hace cuatro años, te amo y quiero vivir contigo. No es como si no hubiéramos vivido juntos antes, Aggs. Pasamos casi toda nuestra adolescencia conviviendo.
En eso tiene razón.
Y creo que también es parte del problema.
Nick siempre tuvo su interés puesto en Dartmouth. Es la Universidad a la que fueron sus padres y sus tíos. Solía hablarme un montón de ella. Incluso aplicó y lo aceptaron. Solo que cuando se dio la chance de que los cuatro estuviéramos en Cambridge, dejó ir a Dartmouth.
Cambridge es el sueño de Liam y Tyler. Ambos tienen sus razones por separado, pero siempre quisieron y por fin lo lograron.
¿Mi sueño? No tengo uno, siempre estuve perdida, entonces aposté a la seguridad y eso fue Cambridge. Con el tiempo, me convencí de que era la mejor idea.
—No quiero que peleemos más —le digo lo que siempre le digo después de una pelea.
Nick voltea a enfrentarme y quito mi cabeza de su hombro. Me mira a los ojos y sostiene mi mentón con sus dedos.
—Yo tampoco, mi reina —murmura antes de dejar un beso en mi cabeza. No en mis labios como esperaba.
—¿Nick? —inquiero en un hilo de voz. Quiero preguntarle algo que nunca le pregunté antes y que estuvo molestándome todos estos meses. Cada vez que la duda saltaba a mi cabeza, intentaba convencerme de lo contrario con alguna excusa.
—¿Sí, bebé? —habla contra mi frente, y luego se aleja para verme la cara.
—¿Por qué...? —balbuceo sin poder decir las palabras. Cierro mis ojos, llegando a la conclusión de que es mejor si no lo veo a los ojos cuando le diga esto—. ¿Me sigues encontrando atractiva?
Nick respira hondo.
—Por supuesto que sí. Eres la chica más hermosa que vi en mi vida. —anuncia. Abro mis ojos lentamente, encontrando nada más que sinceridad en los suyos.
—¿Entonces... Por qué...? —vuelvo a cerrar mis ojos—, ¿por qué ya no quieres acostarte conmigo como antes?
—¿A qué te refieres?
Lo miro con curiosidad.
—Antes era como si no pudiéramos tener suficiente del otro, estábamos siempre buscando excusas para quitarnos la ropa y ahora... No lo sé, pensé que estando de viaje sería igual e incluso más. Mejor. Pero siempre tienes una excusa para no hacerlo.
—Aggie, los días son agotadores y cuando estamos solos en nuestra habitación, a veces quiero solo dormir. Terminar mi día contigo en mis brazos.
—Y lo entiendo. Solo que... Siento que hay otras razones.
—No, no las hay. Sigo completamente loco por ti. Sigo encontrándote atractiva. Es más.... —murmura y una sonrisa maliciosa se estira en sus labios. Sube una mano a mi rostro, acariciando mi mejilla y bajando sus dedos hacia mi cuello. Se detiene cerca de mi pecho, donde todavía se puede ver mi piel dado al escote del vestido—. ¿Por qué no vamos un rato a nuestra habitación antes de irnos a la fiesta?
Sonrío y asiento.
Nick tira de mi mano. Abre la puerta del balcón y recibimos de nuevo la música y las risas. Una de las chicas que estaba preparándose un trago sonríe al vernos.
—Lo siento si me quedé viéndolos por mucho tiempo. Son adorables juntos. —nos dice con una sonrisa genuina.
Ni siquiera me di cuenta de que estuvo mirándonos. Estiro las comisuras de mis labios.
—¡Gracias!
Es lo que siempre escucho. "La mejor pareja de todas", "Están destinados a estar juntos", "los veo y empiezo a creer en el amor", "ojalá tenga algo como lo que ustedes tienen". Lo dicen sabiendo lo que ven. Los besos, las miradas, las risas, la familiaridad con la que nos tratamos.
Pero no saben la realidad detrás de las bambalinas.
Todo lo que sucede entre los dos cuando todos piensan que estamos ocupados amándonos.
***
Nota:
Primero, hola.
Segundo, ya llegamos a 100k de lecturas! Gracias por todo el amor que le dan a esta historia. Honestamente, cuando empecé a escribirla no pensé que les iba a gustar JAJAJ. Bueno en realidad, (más honestidad), nunca pienso que algo va a gustarles pero después me muestran lo contrario. Gracias. Literal, sin el apoyo que le dan, esto no es nada porque me daría mucha flojera escribir.
Tercero, espero que les haya gustado este capítulo. Hay... mucho de todo y cada vez la historia de Nick y Aggie se va estirando más en el pasado.
nO quiero decir mucho, pero voy a decirles un montón. Ashton viaja a Dartmouth para ver a Caroline y convencerla de que no se case con la bici. Adivinen quién también va a esa universidad. En fin, dejo la pelota picando.
Ya se terminan los avisos parroquiales, tengan paciencia.
Empiezan época de finales y parciales, por lo que no voy a poder actualizar tan seguido como antes. Además, ustedes tampoco deberían estar leyendo porque asumo que también tienen que estudiaR"!! les hago un bien.
Así que prendan velitas por su querida Cande.
Feliz navidad por si no nos vemos hasta eso.
eS BROma, pero no tan broma.
anyways,
me despido de ustedes.
Love,
Cande.
;no se olviden de votar!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro