CAPÍTULO 14
Hola reinas, las extrañaba <3 Disfruten a Ashton y Aggieee
"For your eyes only, I'll show you my heart
For when you're lonely and forget who you are
I'm missing half of me when we're apart
Now you know me, for your eyes only"
Traduccion:
"Solo para tus ojos, te mostraré mi corazón
Para cuando estés solo, y te olvides de quién eres
Me falta la mitad de mi cuando estamos separados
Ahora me conoces, solo para tus ojos."
—If I Could Fly, One Direction
AGGIE.
Hay ciertas cosas que su empiezan a suceder en mi vida que me da entender que quizás, solo tal vez, esté perdiendo la poca cordura que pensaba conservar.
Como hornear. A lo loco.
Suelto un suspiro agotado y dejo sobre la mesada la nueva tanda de galletas. Oficialmente hay 120 galletas, y no me veo deteniéndome en un futuro cercano.
¿Qué voy a hacer con tantas galletas? Es una muy buena pregunta.
Le daré algunas a la señora Bexley, otras a Isabella y Luca, y a Leo. Alguien se tendrá que ahogar en galletas, y ya no puedo ser yo.
Miro el reloj en la pared. Son casi las siete de la tarde.
Debería haber estudiado, debería haber limpiado un poco. En algún momento, una bomba cayó en el departamento. No es propio de mi descuidar la limpieza, mucho menos si es el lugar donde estoy viviendo, pero esta semana fue... Difícil.
Puedo jurar que aún hay cajas de pizza vacías en el sofá. Tengo miedo de acercarme a comprobar.
Me sobresalto al oír el timbre. No estoy esperando a nadie. Me quedo quieta, esperando que sea alguien que se confundió de puerta. Sin embargo, vuelvo a escucharlo.
—Mierda —mascullo al quitarme los guantes y tirarlos sobre la mesa.
Camino hacia la entrada, esquivando al gato quien ya está sumamente atento y abro la puerta.
—¿Qué...? —titubeo y me quedo en silencio al darme cuenta de quién es.
La persona que menos esperaba ver, y lo más absurdo es que solía vivir aquí.
—Ashton —musito con sorpresa.
Siento mi corazón detenerse por lo que se siente como una eternidad y al mismo tiempo, sé que es un instante. Escalofríos recorren mi cuerpo, como si mi peor pesadilla se hubiera vuelto realidad cuando la verdad es que se trata de una de las cosas que más quería.
En definitiva, hubo momentos en los que Ashton Hawthorne lució mejor. Las ojeras son visibles bajo sus ojos, la palidez de su rostro y sus ojos vacíos me dan indicios de lo duro que fue este último tiempo para él.
Ashton recorre mi cuerpo de pies a cabeza, y es cuando recuerdo que estoy usando. Mis mejillas se calientan porque luzco como un verdadero desastre. Ni siquiera es el desastre "tierno" al cual a veces aspiro al usar una sudadera que me queda grande, medias y un moño desordenado en el cabello.
No, este es el tipo de desastre que me hace querer morir antes de estar en frente de alguien así.
Tal vez sea porque tengo la misma ropa hace dos días. Un conjunto de sudadera y leggings que tienen manchas y evidencias de todo lo que pasó este último tiempo. Haberme tirado un poco de café, manchas de la sala que acompañó alguna de mis pizzas, y ahora, rastros de masa de galletas.
Mi cabello se siente sucio, y detesto que se sienta así, pero quería terminar con las galletas antes de bañarme.
—¿Ocupada? —pregunta, y quizás sea tonto, pero me alivia escuchar su voz. La extrañaba.
Carraspeo, obligándome a recomponerme.
—No, para nada. Ehm... Pasa —hablo sin saber cómo reaccionar.
Ashton entra al departamento, y el gato se mueve con una rapidez única para refregarse en sus piernas y mover su cola. Él se coloca de cuclillas para acariciarlo.
Corro hacia la cocina y apago el horno, dando por finalizada esta sesión de Aggie y la fábrica de galletas.
Ashton me sigue, observando con atención el desastre que es la cocina.
—Uhm... ¿Quieres una galleta? —agarro un plato de dos tandas atrás y al voltear, lo encuentro con una pequeña sonrisa. Mis movimientos titubean por un instante porque su sonrisa me toma por sorpresa. Él asiente, agarrando una del plato. Le da un mordisco y a juzgar por su gesto, fue un éxito.
—Cada vez mejor —reconoce.
Carraspeo.
—Como puedes ver... Hubo muchas oportunidades para mejorar la receta.
Deja la galleta en el plato y nos sumimos en silencio cuya incomodidad pesa entre los dos.
—Yo... —empiezo al mismo tiempo que Ashton pregunta:
—¿Cómo estás?
—Bien, bien —me apresuro a responder—. ¿Tú...?
—Siento honesto, podría estar mejor —habla en un tono de broma que me remonta a las primeras veces que hablamos.
—¿Tú crees? —decido seguir su hilo.
—Eso me dicen —se alza de hombros, y noto como la tensión empieza a desaparecer.
—No esperaba verte —confieso.
—No quería seguir aplazando esto —responde—. Quiero hablar contigo —declara, aumentando mis nervios e incertidumbre—toma una profunda respiración—. Quiero hablarte sobre lo que pasó. No manejé las cosas como debería y... —
Tengo que morderme la lengua para no interrumpir. La parte que busca complacer a todo el mundo todo el tiempo, quiere decirle que no tiene nada que explicar, que está todo bien, que tiene sus razones. Y la voz de razón en mi cabeza, suplica que lo deje explicarse, que merezco las respuestas.
Aun así, mi corazón hace que extienda mi mano y tome la suya, sabiendo que lo que está por contarme no es fácil, y quiero que sepa que tiene mi apoyo.
—¿Qué quieres decirme?
—Lo que debí haberte dicho antes. Quiero pedirte perdón por todo lo que te hice pasar. Sé que... Pedir perdón suena estúpido, pero es por donde tengo que empezar.
—No sé como debo sentirme. Quiero explicaciones, Ashton. No que pidas perdón.
Asiente.
—Lo sé, y voy a darte todas las explicaciones que necesites. Si soy honesto, había una parte de mi que pensaba que podía manejarlo solo. Que no sería importante si no le daba peso, que todo iba a estar bien si me convencía lo suficiente de ello. Estaba equivocado. Necesitaba ayuda, pero detesto que sea mi realidad, que siempre esté pidiendo ayuda —su tono de voz se debilita hacia el final, mi corazón se estruja ante su repentina confesión—. Mi recaída no tuvo nada que ver contigo. Quiero aclararlo. Nunca serás algo que dispare mi necesidad de apoyarme en la bebida. Fue... Recibí una llamada. No quiero entrar en detalles por ahora, pero... Fue duro y me hizo sentir como si todo por lo que estuve trabajando fuera estúpido. Me pregunté qué demonios estaba haciendo y quién me creía para merecer un final feliz. Supongo que quise aferrarme a algo familiar, a algo que mejore mi corazón momentáneamente. No lo sé, a veces siento que encontrarle sentido a mi adicción es como intentar buscar una gota de agua en el océano.
Sus ojos no abandonan los míos en ningún momento.
—Lo oculté de ti porque estaba avergonzado, porque pensé saber los pasos para recuperarme y podía hacerlo solo. No hay nada más de lo que me arrepiente que haberte puesto en peligro, o incluso que pienses en que sería capaz de causarte daño. Estas últimas semanas... Estuve en un lugar muy oscuro y no quería que seas la persona que tiene que soportarlo todo. No quiero que solo tengas que lidiar con las partes malas— aprieta mi mano y tengo que parpadear para ahuyentar las lágrimas—. Encontré algo tan lindo y sincero en ti que... Estoy aterrado de arruinarlo.
Mis ojos arden y cuando siento las lágrimas llegar, Ashton pasa su pulgar por debajo de mis ojos, quitando rastro de ellas.
—No quiero que vivas con ese miedo —confieso cuando por fin logro encontrar mi voz—. Sé que no es fácil, que hay muchas cosas de las cuales tenemos que hablar y trabajar pero... Lo que siento por ti Ashton, no... No es algo pasajero y eso me aterra.
—Entonces somos dos —responde, logrando que ría.
Niego con la cabeza.
—No quiero que te alejes. Sé que es difícil para ti buscar ayuda en otros, pero no tienes que solucionarlo todo solo.
Ashton da un paso hacia adelante y me rodea con sus brazos, apoyando su mentón en mi cabeza.
Nos quedamos en silencio, supongo que especialmente sabiendo que tenemos muchas cosas por hablar. Las dudas siguen flotando en mi cabeza, pero sé que habrá tiempo.
Cuando pienso que estoy siendo pesada y que es momento de romper el abrazo, intento alejarme pero Ashton me estrecha con más fuerzas.
—Ashton, suéltame —me quejo y lo pellizco en las costillas.
—No quiero —responde, su voz amortiguada contra mi cabeza.
—Ashton, literalmente apesto. Tengo que ir a darme una ducha.
—¿Puedo ir contigo?
Me río.
—Me gusta que algo no haya cambiado.
Se deja el suficiente espacio para que pueda alejar mi cabeza y elevarla hasta encontrar sus ojos verdes.
—Tentador, pero no. Tenemos que hablar de unas cuantas cosas más. Me ducho rápido y vuelvo. Sírvete todas las galletas que quieras.
Ashton pasea la vista por la interminable cantidad de galletas que parecen haber tomado posesión del departamento.
Sin esperar su respuesta, prácticamente corro hacia el baño. Me doy la ducha más rápida del universo. O eso intento. La realidad es que probablemente me demoré quince minutos entre lavarme mi cabello y el resto de mi cuerpo.
Me visto con unos shorts de pijama y una sudadera. Hago mi mejor intento para secarme el cabello, pero sé que sin un secador es una guerra perdida. Tampoco quiero hacer esperar tanto a Ashton.
Para cuando consigo volver a la sala de estar, por poco tengo que levantar mi mandíbula del piso porque de repente, está todo limpio. No hay rastro de las cajas de pizzas, ni mis bolsos y ropa tiradas por el suelo. Incluso la mancha en el suelo la cual vengo debatiendo si es comida o culpa del gato hace días, desapareció.
—¿Ashton? —inquiero. Me asomo a la cocina, encontrándolo de espaldas ya que está limpiando los platos—. No... No era necesario que hagas todo esto, estaba por hacerlo yo. Sé que es todo un desastre y que... Que quizás eso diga mucho de mí y de estos días, pero tampoco esperaba a alguien más y....
Gira su cabeza por encima de su hombro, silenciándome con sus ojos verdes.
—Es solo un poco de ayuda, rubiecita. No lo pienses tanto —responde dejando un plato en el escurridor.
—Gracias —murmuro y respiro profundo.
En silencio, comienzo a guardar las galletas para desocupar el espacio. No siento este nivel de incomodidad hace mucho tiempo, como si mi piel se sintiera ajena a mí.
Escucho la canilla del agua cerrarse al mismo tiempo que cierro el último recipiente conteniendo galletas. Miro por encima de mi hombro para encontrar Ashton con sus ojos clavados en mí.
—Estás actuando extraño.
Resoplo. Volteo y apoyo mi cadera contra la encimera. Me cruzo de brazos.
—¿Me culpas? —cuestiono.
Su mirada se suaviza.
—No, para nada. Ven, todavía hay cosas de las que tenemos que hablar —extiende su mano y hesito un instante antes de darle la mía. Entrelaza nuestros dedos, y un gesto tan simple como este consigue que sienta como si un montón de mariposas alzaran vuelo en mi estómago.
O tal vez sean nervios.
Me guía hacia la sala de estar, donde nos sentamos en el sofá.
—Primero quiero aclarar lo que sucedió esa noche —pide. Inconscientemente, suelto sus manos y él lo nota, sin embargo hace su mejor intento para ocultar su reacción. Aclara su garganta—. La noche que exploté en casa de Isabella.
Trago saliva.
Mi mente no ha dejado de pensar en ningún momento en esa noche.
—Cuando me encontraste en esa habitación de motel... —titubea con nerviosismo en su voz—. Mi mente no estaba en el lugar correcto, con la cantidad de alcohol que había consumido... Apenas registraba donde...
—¿Estuviste con alguna de esas chicas? —pregunto, esperándolo tomarlo por sorpresa y lo consigo cuando parpadea y me mira a los ojos.
—No. Dios. Por supuesto que no —esta vez consigue más seguridad para tomar mis manos—. Ni siquiera se me cruzó por la cabeza... No.
Me remuevo incómoda en mi lugar sin poder evitarlo. Detesto no ser capaz de creerle como antes, de confiar ciegamente por el simple hecho de que Ashton siempre me transmitió seguridad.
—Aggie, necesito que me creas. Es la verdad. Axel las conocía, y saben que siempre tiene drogas encima entonces se pegaron a nosotros toda la noche, pero la realidad es que apenas registraba que estaban allí. Estaba en mi propia misión de autodestrucción.
Carraspeo y asiento. Tengo muchos sentimientos confusos. ¿Es muy descabellado que me resulte más fácil creerle cuando me dice eso? Porque es más fácil creer que no tuve nada que ver en su decisión de acercarse o no a otra chica, que en realidad estaba tan enfocado en su miseria y su adicción que ni yo ni ninguna otra chica atravesamos sus pensamientos.
—¿Por qué Axel? ¿De... De donde lo conoces? —pregunto.
Ladea su cabeza.
—Sabía que era amigo de Leo. El día que... Recaí fue el día antes de regresemos de viaje, pero... Los siguientes días, intente no beber. Sabía que lo que hice estaba mal e intenté creer que fue un momento aislado de debilidad y luego todo estaría bien. Pero no funciona así. Un día... Empecé a caminar. No tenía rumbo, pero había una partecita de mí que sabía lo que realmente quería e iba a volverlo realidad. Me detuve en la puerta de un bar y... —traga saliva y esquiva mi mirada con vergüenza.
De repente, detesto la distancia entre nosotros. Me acerco lo más que puedo, sentándome en su regazo y rodeándolo con mis brazos. Ashton me recibe sin dudar, estrechándome con fuerzas.
—¿Y qué pasó? —pregunto en un hilo de voz.
—Me encontré con Axel. Fue una coincidencia que hasta el día de hoy, sigo pensando. Luego entendí que él no tuvo nada que ver. Iba a terminar entrando al bar de todas formas, pero mentiría si dijera que Axel no fue un buen incentivo.
Cierro mis ojos y exhalo.
—Es una mala influencia —mascullo lo obvio.
—Lo es. Es exactamente el tipo de persona con el que me juntaba antes. Supongo que... Se sentía familiar y seguro recaer en los hábitos de siempre con alguien como él. Nos juntamos un par de veces más. Una de ellas fue esa noche.
—Lo odio.
Ashton se ríe y siento todo su pecho vibrar.
—Es un imbécil —admite.
Nos sumimos en silencio mientras pienso en la repentina tranquilidad que me da saber qué sucedió con más detalles.
—No sé si debo decirte esto pero, detesto tu versión borracha —murmuro—. La forma en la que me trataste... —Ashton intenta interrumpir, pero no lo dejo—. Me hiciste sentir mal, y... Viniendo de ti, dolió el triple. Tengo una batalla en mi cabeza porque parte quiere apoyarte y quererte sin importar qué. Sin embargo, me quiero lo suficiente para no querer estar de nuevo en esa situación, para saber cuáles son mis límites y que tanto puedo soportar.
—Aggie, no tienes por qué justificar o apoyarme cuando no lo merezco. Sé que es difícil. Eres la primera persona fuera de mi familia que quiere navegar esto conmigo y me rompe la cabeza intentar asimilarlo.
—¿Asimilar que alguien te quiere lo suficiente como para estar en las buenas y en las malas?
Suelta un bufido divertido.
—Mis "malas" no son normales.
—Lo sé —contesto—. No me importa.
Su mirada me lo dice todo. Brillan con un aprecio y... Amor que no veo hace mucho tiempo. Hace que me sienta completa, como si todo valiera la pena porque al fin y al cabo, es un sentimiento del cual no quiero despegarme nunca.
No decimos las palabras.
No nos animamos por ahora.
Pero ambos lo sentimos.
—¿Y qué sigue ahora? —pregunto.
—Es un camino largo y turbulento. Terapia, reuniones de alcohólicos anónimos... Descubrir qué demonios quiero hacer de mi vida. Ya sabes, cosas pequeñas —bromea. Pongo mis ojos en blanco.
—¿Cuándo volverás a casa?
—¿Quieres que vuelva?
Frunzo el ceño.
—¿Qué clase de pregunta es esa? Tú decidiste irte. Nunca quise que no estuvieras acá. Este lugar se siente vacío cuando no estás. El gato te extraña.
—¿Solo el gato? —cuestiona y una de sus manos pellizca mis costillas haciendo que me retuerza.
—Mhm, solo el gato —respondo. Entrecierra sus ojos. Sus manos continúan el recorrido por mi cuerpo, las cosquillas sintiéndose como tortura—. ¡Basta! —exclamo entre risas tratando de alejarme echándome hacia atrás en el sofá.
Ashton me hace caso y se detiene. Me doy cuenta de lo cerca que estamos cuando alzo la vista y su rostro está a centímetros del mío.
Dios.
Extrañaba sus ojos verdes.
Coloco la palma de mi mano en su rostro, trazando con mis dedos líneas imaginarias sobre su mandíbula.
—¿Aggie?
—¿Mhm? —balbuceo, aun perdida en su mirada.
—Quiero besarte —declaro en un hilo de voz.
Mi corazón da un salto.
—Hazlo.
No tengo que decírselo dos veces. Acorta la distancia hasta que siento sus labios contra los míos. Extrañaba esto. La honestidad de nuestro vínculo, tenerlo cerca, poder besarlo y tocarlo.
No quiero despegarme nunca.
***
Nota:
En este capítulo, cancion de 1dead en honor a sus 14 años <333
Okeyy, me duele mucho admitir esto pero estoy sintiendome muy desconectada de este libro hace mucho tiempo. Lo empecé con muchas ganas, tanto al primer libro como al segundo, pero ahora no sé, como no tengo tiempo de escribir, me pierdo con la historia y me cuesta reencontrarme en los tiempos que sí tengo.
peroOOO me da culpa no continuar la historia y empezar una nueva. pero tmpoco tengo ganas de empezar una historia nueva JAJSJAJAJAJ
no sé.
NO SÉ.
Quiero terminarla, porque me encanta la idea que tengo para Aggie y Ashton, pero lit es alto desafío.
COMo me desuscribo de ser escritora? JAJAJAJAj
En fin. Nunca me gusto lo fácil.!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Voy a traerles actualizaciones cuando pueda. O cuando me reciba. Lo que pase primero.
JAJAJA na mentira. me falta para recibirme, pero PERO lit prometo hacer mi mejor esfuerzo.
quiero traerles mas romance, me ahoga la depresion.
yo creo que en 15 capitulos mas, liquido la historia (la termino)
espero que no me lleve 6 años escribir esos capítulos :D!!!!
nos vemos en otra ocasion, ahora que les conté todos mis traumas con LSQE-LVqr
NO SE OLVIDEN DE VOTAR!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
las quiero infinitamente!!
love,
cande!!!!!
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