CAPÍTULO 10
no me esperaban tAN RAPIDOO O NOO? disfruten ily
"And the air is thick with loss and indecision
I know my pain is such an imposition"
Traduccion:
"Y el aire está denso de pérdida e indecisión
Sé que mi dolor es toda una imposición"
—You're losing me (From the Vault), Taylor Swift
AGGIE.
Mis hombros tiemblan, y mi llanto llena la sala de estar.
—¿Fui tan tonta? —pregunto alzando la cabeza para mirar a Isabella, quien se mantuvo en silencio todo este tiempo. La expresión de conflicto en su rostro lo dice todo—. Debi haberme dado cuenta.
Niega con la cabeza y se sienta a mi lado. Me rodea con sus brazos, sujetándome con fuerzas.
—No es tu culpa. Nada de esto es tu culpa. No conocías esta faceta de Ashton, es normal que no lo hayas notado.
—Pero se supone... —intento hablar sin poder siguiera sacar las palabras—. Se supone que lo conocía.
Isabella respira hondo.
—Uno nunca conoce a alguien del todo —murmura.
Cierro mis ojos con fuerzas.
—Isabella, lo amo —confieso en un hilo de voz—. No pensé que sería posible volver a enamorarme, volver a amar a alguien después de... —titubeo—. Lo amo y no sé que hacer.
Mi amiga me toma de los hombros, y pasa una mano por mis mejillas para quitar las lágrimas.
—Es difícil amar a alguien con una adicción —admite Isabella, y sé que se refiere a su familia—. Esta bien apoyarlo. Ashton necesita gente de su lado, pero si algo puedo decirte desde mi experiencia es que tienes que recordar no perderte en el camino.
Asiento, por más que mi mente sea un caos y ahora mismo no comprendo exactamente a qué se refiere.
Respiro profundo y me levanto del sofá con prisa.
—Tengo que ir con él. Tengo que encontrarlo. En este estado... —balbuceo—. Solo que... No sé a dónde podrá haber ido. No... —exhalo aire lentamente para no hiperventilar.
Corro hacia la puerta, abriendola y mirando desesperadamente al pasillo solo para encontrarlo vacio. Isabella se acerca.
—Tengo que quedarme con Luca, pero voy a pedirle a Leo que te acompañe.
Me limito a asentir, porque todavía no puedo ordenar mis pensamientos. ¿Donde empezaré a buscarlo? Sé que no estará en el departamento, pero...
Regreso al departemento y encuentro mi celular sobre la mesa. Lo llamo, con la tonta esperanza de que me responda. Espero hasta oir el último tono. Para cuando intento de nuevo, la linea está completamente desconectada.
Isabella vuelve junto a Leo, cuya mirada preocupada se asemeja a la de todos nosotros.
—Vamos a encontrarlo, Aggie —me dice él en un tono que intenta asegurar, pero falla.
Me despido de Isabella, a quien abrazo como si no siquiera soltar porque me cuesta admitir lo asustada que estoy.
***
—¿Dónde crees que puede estar? —me pregunta Leo una vez que nos alejamos del edificio.
—Intentemos primero en el departemento. No creo que esté, pero... Por algún lado hay que empezar.
Él asiente.
—¿Lo llamaste?
—Sí, pero creo que apagó su celular o se quedó sin bateria —respondo y muerdo el interior de mi mejilla. Sé que no es personal, pero Dios, se siente tan personal que duele.
Leo espera en el auto mientras subo rápidamente al departamento. Está vacio a excepción del gato que duerme en el sofá.
Respiro hondo para calmar mis nervios y voy a su habitación. Se siente como si hubieran pasados siglos desde la última vez que estuve aquí. Empiezo a buscar alguna señal que me diga dónde puede estar.
Lo primero que enfocan mis ojos es su bolso del gimnasio cerca de la puerta. Resoplo sin humor. Hace tan solo unas horas me dijo que lo dejó en su camioneta, pero todo este tiempo estuvo aca.
Sospecho que todas las veces que dijo estar en el gimnasio, era solo una excusa.
Abro el bolso, encontrando lo normal. Una toalla y ropa. Revuelvo un poco más, y encuentro un paquete de cigarrillos vacio. No sabía que fumaba, pero a este punto es el peor de los males. Lo último que encuentro es una botella de agua vacia. Al abrirla, la llevo a mi nariz y quiero gritar de la frustración cuando identifico el familiar olor a vodka.
En otro bolsillo, un enjuague bucal a la mitad.
—Mierda, Ashton —murmuro y vuelvo a guardar las cosas.
Su habitación no me dice nada más. Hago algo que nunca haría, pero la situación esta tentando cada principio que tengo. Empiezo a revisar sus cajones, el placard, bajo la cama y cada rincon en el que pienso que podría estar escondiendo algo.
No encuentro nada.
Y no me sorprende. Ashton es inteligente para ocultar cosas tanto que cada paso me tiene cuestionandome si es que siquiera lo conozco.
Decido irme y no hacer esperar más a Leo.
—Nada, ¿verdad? —inquiere cuando vuelvo a entrar al auto, cierro la puerta y suelto un bufido. Niego—. ¿Por qué demoraste?
—Estaba revisando sus cosas.
Leo alza sus cejas y suelta un silbido.
—Tóxica, me encanta. Justo mi tipo.
Pongo mis ojos en blanco.
—Quería saber si hay... Si había algo que me diga dónde puede haber ido, qué demonios estuvo haciendo estos días. Me siento tan tonta por no haberlo visto.
—No te culpes, bombon. Yo lo vi en la universidad, y no me di cuenta pero tendría que haberlo adivinado. Estaba irritable, todo el tiempo jugueteando con una pulsera de goma, fumando... No sé si estaba intentando dejar de beber o qué, pero en definitiva habia algo.
Trago saliva y asiento.
—Es solo que... Estuve intentando alejarme porque estar cerca de él me hacia daño —murmuro mientras tengo la mirada puesta en la calle, con la tonta esperanza de verlo en la calle o alguna señal de su camioneta—. Quizás debería haber hecho lo contrario. No importa —sacudo mi cabeza—. Vamos... Vamos a recorrer bares de la zona, quizá este en alguno.
Leo asiente. Después de una rápida busqueda en Google de los bares más cercanos, me doy cuenta de que hay un montón en los que podría estar. La simple idea de ver a Ashton sentado en una barra bebiendo alcohol hace que mi estómago se revuelva.
—Iré contigo —anuncia Leo luego de estacionar en el primer lugar. Asiento, no quiero entrar sola.
El primer bar es uno famoso en la ciudad. Es grande, con pisos de madera y techos con decoración con plantas. Apenas pongo un pie en el lugar, sé que estamos equivocados. Ashton nunca estaría en un lugar tan expuesto como este.
De todas formas, nos movemos entre la multitud que baila, estando atentos en caso de verlo. Salimos minutos después de haber recorrido el bar de pies a cabeza.
—Tenemos que ir a lugares que pasen más desapercibidos. Ashton... Ashton nunca estaría en un lugar así –declaro y luego muerdo mi lengua sin querer asumir de más. ¿De verdad voy a decir conocerlo tanto?—. Al menos eso creo.
—Hay un lugar no tan lejos... Lo conozco y sé que es más tranquilo, probemos allí.
Así pasamos toda la noche. De bar en bar, con la estúpida ilusión de que al entrar, Ashton estará sentado en la mesa más cercana. Pierdo la cuenta de cuantos lugares visitamos. Con cada desilusión, Leo y yo hablamos menos porque empieza a pesarnos la gravedad del asunto.
—Son las dos de la mañana, hay que parar —Leo pide cuando nos acercamos al auto estacionado luego de otro intento fallido—. La mayoría de los lugares está cerrando a esta hora.
—Tenemos que encontrarlo —murmuro y paso una mano por mi cabello—. No... No puede estar solo. Estaba conduciendo. Dios, estaba conduciendo —repito sintiendo mi pecho contraerse con angustia—. ¿Y si algo le pasa? ¿Y si tiene un accidente, y si...? —mi respiración se entrecorta. Coloco una mano en mi cabeza, tironeando mi cabello con fuerzas para sentirlo—. Con su historial... —no puedo contener el llanto que se me escapa—. No puede estar solo.
Lo miro a los ojos, esperando que entienda lo proeucpados que tenemos que estar. No sé qué tanto sabe Leo sobre la historia de Ashton, sobre la razón por la que está viviendo conmigo.
—Aggie, respira —ordena Leo sujetandome de los hombros—. Respira conmigo —pide, inhalando profundamente aire. Lo imito sintiendo que no me queda otra opción.
—Tengo que llamar a su madre —acepto en un hilo de voz—. Ella sabrá que hacer. Dios, soy una idiota por no haberla llamado antes. ¿Qué demonios sé yo sobre esto? ¿Qué demonios sé sobre Ashton? Aparentemnete nada. Ahora mismo puede estar en un verdadero peligro y no llamé a su madre. Leo, ¿y si algo le sucede? ¿Y si algo le sucede y yo nunca le avisé?
Mi vista se nubla con lágrimas.
—Dame tu teléfono.
—Esta... Esta... —titubeo metiendo la mano en el bolsillo de mi abrigo. Apenas lo consigo, se resbala de mis manos y cae al suelo. Pronto noto que mis manos estan temblando.
Leo se agacha a alzar mi telefono.
—¿Quieres que la llame yo?
Niego con la cabeza.
—Tengo que ser yo.
Él asiente, entregandome el teléfono. Acuna mis manos con las suyas, dandole un leve apreton y consiguiendo que deje de temblar tanto.
Quito las lágrimas de mis ojos para poder ver y busco entre mis contactos a Lauren Meyer. Presiono para llamarla y llevo telefono a mi oído. Me alejo unos cuantos pasos, escuchando cada tono y sintiendo como el hueco en mi corazón se agranda más cuando la incertidumbre de qué podría estar sucediendole a Ashton crece con cada segundo.
Odio esto. Detesto este sentimiento porque amo a Ashton Hawthorne con el corazón lleno de agujeros que tengo, lo amo con cada parte de mi ser y me destruye no tenerlo en mis brazos, que no este seguro, que este sufriendo y no sepa como llegar a él.
Cubro mi boca para no llorar.
—¿Aggie? ¿Qué sucede? —la voz adormilada de Lauren me recibe cuando atiende.
—Lauren... Hola. Es... Es sobre Ashton —mi voz tiembla—. Hoy... Hoy nos enteramos que tuvo una decaída. Esta bebiendo de nuevo. —apenas las palabras salen de mi boca, escucho como exhala aire temblorosa—. Tuvimos una pelea y... Se fue, no sabemos donde está. Lo estuvimos buscando toda la noche, pero no... No lo encontramos, Lauren —murmuro las últimas palabras entre llantos, sin poder conterme de imaginar lo peor.
Escucho ruido del otro lado de la linea. Lo más probable es que esté despertando a Richard.
—Aggie, amor. Respira profundo —me pide.
—Estoy harta de que todos me pidan que respira profundo —suelto. Instantes después recuerdo a quién le estoy hablando—. Lo siento. Lo siento, Lauren. Es que... Estoy tan preocupada. No sé donde esta y tengo miedo.
—Vamos a encontrarlo —promete—. No es la primera vez que sucede. Va estar todo bien.
—Ya buscamos en todos lados. No está en el departamento, recorrimos todos los bares de la zona, no atiende el teléfono...
—Ashton ya hizo esto antes, sé que va a regresar. Necesito que respires hondo y te tranquilices. ¿Por qué no vienes a casa? Podemos pensar y buscarlo mejor.
—Okey —murmuro cohibida, por fin haciendo caso y respirando hondo—. Estaré allí en unos minutos.
Corto la llamada y volteo a Leo.
—Hay que seguir buscando. No... Lauren quiere que vaya su casa, segun ella ya sucedio antes, pero tengo miedo de lo que puede llegar a hacer —siento las palabras atropellandose por salir de mi boca.
—Aggie, Aggie. Ya hicimos todo lo que pudimos. Sigamos por la mañana.
Muerdo mi lengua. Quiero gritar. ¿Es imbécil? ¿Y si por la mañana es demasiado tarde? Quizás estoy siendo paranoica, o quizás soy la única voz de sensatez en el momento.
Sin querer seguir arrastrando a Leo en esto porque se nota que está agotado, me limito a asentir.
—¿Podrías llevarme a la casa de la madre de Ashton? —carraspeo.
Leo asiente.
—No estamos rindiendonos, Aggie. Solo... Necesitamos dejar de dar vueltas y pensar bien.
Antes de que pueda girar y dirigirme al auto, Leo me envuelve en un abrazo que no sabía cuanto necesitaba hasta que puedo apoyar mi cabeza en su hombro.
—Gracias, Leo —murmuro.
—No tienes por qué agradecer —responde.
***
Cuando Lauren abre la puerta de su casa, siento como si pudiera echarme a llorar de nuevo. A este punto, estoy completamente descompuesta al estar cerca de empezar mi periodo. Junto a lo que esta sucediendo, está de más decir que no es una buena combinación.
—Aggie —Lauren intenta sonreírm sin éxito, el miedo es evidente en sus ojos—. Ven, pasa.
Le hago caso, entrando a su casa y sintiendome mejor de no estar en el frío. La casa se encuentra en perfecto orden como siempre, el olor a lavandas consigue reconfortarme por un instante. Son las dos y media de la mañana, por lo que está casi a oscuras. Sigo a Lauren hacia la cocina, donde su esposo, Richard, está envuelto en una bata azul marino mientras enciende la máquina de café. Todos sabemos que nadie dormirá esta noche.
—¿Quieres... Quieres un té, un café? Luces helada —Lauren voltea hacia mi. Niego con la cabeza siendo incapaz de digerir algo. Me observa durante unos segundos con sus labios apretados antes de hablar notando el estado de perplejidad que todos parecen ver en mi—. Aggie, cariño... Ven, sientate.
Me guía hacia la mesa de la cocina, acercando una de las sillas hacia mi. Le obedezco, sin saber qué más hacer.
—Entiendo que... Entiendo que es aterrador, pero tienes que intentar tranquilizarte.
—No puedo tranquilizarme.
Ella asiente.
—Es abrumador y te llena de impotencia, lo sé. Pero es parte del proceso. ¿Puedes contarme qué sucedió? Lo más detallado posible. Quiero saber si lo notaste extraño este último tiempo, si hay algo que pueda haber... Desencadendo esto.
Empiezo a relatar todo. Desde el viaje, donde siento que todo empezó a decaer. Me limito a hablar sobre las actitudes de Ashton, porque no creo soportar mirarla a los ojos y admitir que tuve relaciones con su hijo. Sin embargo, le hablo sobre el desarrollo de nuestra dinamica, como lo noté de buen humor todo el viaje, incluso le cuento sobre mi ex, Nick y la reaccion de Ashton.
Hablo sobre lo emocionado que estaba por surfear, lo mucho que se divirtió y lo aliviado que se sintió después. Le digo que lo noté extraño el último día de la tormenta, pero que no pensé que sea algo grave.
Luego arranco con lo mucho que cambió al regresar. Sus actitudes eran frías, me alejaba, siempre contestaba cortante y las veces que no, se sentía como si se estuviera obligando a hablar amable. No me guardo que desaparecia la mayor parte del día, sus excusas siendo las mismas. Terapia, gimnasio, a veces la universidad.
Richard me entrega una taza de café, la cual acepto con manos temblorosas.
Le cuento lo poco emocionado que estaba por la universidad este último tiempo, como sabía que ese no era su lugar, y finalmente llego a lo que sucedió esta noche. Las expresiones de Lauren se mantuvieron neutrales todo este tiempo, pero cuando escucha sobre la manera en la que trato a Luca, aprieta sus labios avergonzada.
—Isabella fue quien se dio cuenta —carraspeo mirando al suelo, avergonzada por no haber sido yo—. Ella... Ya tenía una sospecha. Enfrenté a Ashton hace unos días, le pregunté y me dijo que no estaba bebiendo. Creo... Creo que parte de mi estaba aterrada de pensar que estaba mintiendome, así que le creí. Hoy no pudo negarlo, lo admitió. No reaccioné de la mejor manera, empecé a echarle en cara todas sus mentiras y lo irresponsable que fue al conducir en ese estado. Sigo sin reaccionar bien, no sé qué hacer.
Alzo la vista, esperando encontrar la furia de Lauren por como traté a su hijo y la situación en general, pero en su lugar encuentro una mirada compresiva que no esperaba en lo absoluto.
—Conociste a Ashton sobrio y empezaste a querer a esa versión de él. No te culpo, es su mejor versión. —coloca una mano en mi hombro, apretando leve—. Esto debe sentirse aterrador y estresante para ti. No te confundas, lo es para todos, pero esa... Esa es la cuestión de querer a alguien con una adicción. Habrán recaídas, habrán momentos difíciles. No quiero que pierdas la cabeza cada vez que suceda. Vamos a encontrarlo.
Cada vez que suceda.
Las palabras no dejan de retumbar en mi cabeza, echandole leña al fuego que es la sensación de ansiedad en mi pecho que no pensé que podía agrandarse más.
Debí haberlo seguido al instante en que cerró la puerta del departamento de Isabella. Soy una imbécil. No estaba pensando.
—Hay que empezar a pensar en posibles lugares —Richard aclara su garganta desde el otro lado de la mesa.
Asiento, intentando concentrarme, pero lo que Lauren me dijo no me suelta y dudo de que lo haga en algún futuro cercano. Cada vez que suceda.
—Tengo que llamar a Xavier —suspira—. Quizás él tenga una mejor idea.
Mi teléfono suena y mi corazón sube a mi garganta con la esperanza de que sea Ashton. Sin embargo, cuando veo que es Isabella, toda ilusión se desvanece.
—¿Hola?
—Aggie, escucha esto. Cassie y yo salimos a dar una vuelta, y encontramos la camioneta de Ashton —habla y es lo suficientemente alto para que Lauren y Richard también puedan oir—. Esta estacionada. No... No lo vemos adentro, y tampoco en los lugares de alrededor. No hay nada. Es una zona muy residencial. Es posible que haya dejado el auto aquí y haya seguido en pie.
Un pequeño peso desaparece de mis hombros. Por lo menos sabemos que no está detrás de un volante, poniendo en riesgo su vida.
—No debe estar lejos de ese lugar —Richard agrega—. Pidele que te envíe la ubicación.
—Eh.. Sí —carraspeo, saliendo de mi trance. Odio sentirme inutil. Todo me está costando más de lo normal—, gracias Izzy. ¿Podrías enviarme la ubicación?
Se despide de mi, prometiendo enviarmela. No hace más preguntas, lo cual me hace pensar que lo nás probable es que Leo la haya puesto al tanto.
—Vamos a recorrer la zona. Iré sacando el auto —anuncia Richard guardando su celular en el bolsillo de su bata.
—Me imagino que no piensas salir así —recalca Lauren.
Su esposo parpadea y baja la vista a su pijama y bata. Si la situación fuera otra, probablemente me reiría.
—No, tienes razón. Iré a cambiarme.
***
Nunca pensé estar en esta situación. Richard conduce lento, Lauren tiene su vista fija en las calles al igual que yo desde el asiento trasero.
Estamos en la ubicación que Isabella nos envío. Identifico al instante a la camioneta negra de Ashton aparcada de mala manera como si hubiera dejado el auto a las apuradas.
La zona está completamente vacia y en silencio. No hay bares, no hay siquiera un lugar para comprar algo. Es una zona puramente residencial como dijo Isabella. De todas formas, Richard aprovecha las calles vacias para conducir despacio.
Después de dar varias vueltas, llegamos a un pequeño parque. Esta poco iluminado, pero de todas maneras, nos bajamos a recorrerlo. Trato de mantener la compostura mientras caminamos por el cesped. Esta completamente vacio, a excepción de algunas personas sin hogar recostados en bancos.
Tan solo pensar que estamos buscando a Ashton entre ellos consigue ponerme la piel de gallina.
Pensé que era fuerte, que podía manejar la situación de Ashton y ayudarlo, pero con esta dosis de realidad me doy cuenta lo poco lista que estaba.
Regresamos al auto y seguimos buscando. En el camino, Lauren llama a Xavier, el psicologo de Ashton. Le cuenta sobre la situación, y luego le pregunta sobre posibles lugares en los que podría estar.
—No tiene idea —suspira Lauren cuando corta la llamada—. Me dijo que Ashton solo fue a sus sesiones una sola vez luego de volver de viaje y que no notó nada fuera de lo normal. Es mejor que regresemos. Lo más probable es que aparezca por la mañana.
—Pero... —balbuceo desde atrás—. ¿Y sí... Y si le pasa algo? Con su historia...
Lauren no tiene que escuchar más para saber a qué me refiero.
—Quiero creer que mi hijo esta en un mejor lugar mentalmente, que la terapia lo ayudó y no está en un lugar tan... Oscuro —habla intentando mantenerse fuerte. Puedo ver como Richard usa su mano libre para entrelazar sus dedos con los de Lauren en una muestra de cariño y apoyo—. Podemos especular y dar vueltas toda la noche, pero sería como buscar una aguja en un pajar. Lo más probable es que regrese al departamento.
Asiento.
Tengo que confiar en Ashton. Por más dificil que me parezca la tarea.
—Los mantendré al tanto —prometo. Cuando Richard se detiene en frente a mi edificio.
—Aggie. —la voz de Lauren me detiene antes de que pueda salir—. Sé que es complicado, pero... Se nota te importa mucho mi hijo y no puedo estar más agradecida por que tenga a alguien como a ti en su vida.
Tengo que morderme la lengua para no decirle que no tan solo me "importa", que a este punto, estoy tan entrelazada que mi corazón no ve salida.
***
Es cuando estoy en el elevador que finalmente siento el cansancio de la noche. Los nervios no me permitieron sentir nada más que desesperación y culpa. Una combinación encantadora.
Me detengo en seco cuando las puertas se abren dejandome ver el corredor. Por un segundo, pienso que es Ashton de espaldas, pero cuando voltea quiero gritar en frustración al ver que es solo el vecino de enfrente.
Abre sus ojos con sorpresa al verme y maldigo en mi cabeza porque lo último que quiero es lidiar con este imbécil. Empiezo a caminar hacia mi puerta, esperando que él entre a su departamento.
Por supuesto que no lo hace.
Carraspea cuando estoy cerca.
—¿Estás buscando a tu novio? —pregunta.
Me descoloca unos momentos antes de darme cuenta de que se refiere a Ashton. Es obvio que asumió que es mi novio. No quiero darle explicaciones porque siempre me dio mala vibra así que no respondo.
—De hecho, sí —contesto ignorando el hecho de que lo sabe.
—Estuvo aquí hace un rato. Media hora, quizás —responde consiguiendo mi completa atención—. Escuché un ruido fuerte y sali a ver. Estaba completamente borracho, tropezandose y cayendose. Estaba intentando entrar al departemento, pero no lo logró y se fue. Balbuceaba algo sobre haber perdido las llaves y pedir perdón.
Cierro mis ojos y respiro hondo. Me cuesta siquiera imaginarlo.
—¿Sabes qué hizo después? ¿Dijo algo sobre donde podría haber ido?
—No, no quería hablar conmigo. No dijo nada más y se fue.
Mierda. Si tan solo hubiera estado media hora antes...
—Gracias —murmuro y entro al departemento, cerrando detrás de mi.
Como tonta, reviso el departamento solo en caso de que Ashton haya podido entrar. No está.
De todas formas, llamo a Lauren para avisarle. Me atiende al primer tono, de seguro esperando mejores noticias.
—Bien, esto es bueno —responde cuando termino de contarle—. Significa que dentro de todo bien y que probablemente vuelva a intentar por la mañana. Trata de descansar, Aggie. Va a estar todo bien.
Me despido de ella, deseandole buenas noches cuando sé que en realidad no voy a pegar un ojo en lo que queda de ella.
Me quito el vestido, reemplazandolo por un pijama. Por lo menos quiero estar comoda mientras espero. Me dejo caer en el sofá y el gato me sorprende cuando salta al espacio vacio a mi lado.
Tentando el destino, pongo una mano sobre su cabeza dandole un cariño que sorprendentemente acepta.
Mato tiempo usando mi celular. Ya son las cuatro y media de la mañana. No quiero dormirme. ¿Y si Ashton regresa y no escucho la puerta? Decida a no quedarme dormida, me hago un café y enciendo la televisión para no estar en silencio.
Las horas pasan y cada vez es más dificil no perder la cabeza. Sin poder mantenerme quieta, limpio la cocina y la sala de estar, revisando mi telefono cada tres segundos.
Detesto cada segundo de esta situación.
Como una tonta, entro a la habitación de Ashton y me tiro sobre su cama, inhalando su aroma y queriendo que esté junto a mi.
Pierdo la nocion del tiempo y lo primero que escucho cuando abro mis ojos es la puerta. Me quede dormida. Mierda.
Salto de la cama y voy corriendo hacia la entrada, abriendo la puerta de un tirón mientras siento el corazón en la boca.
Es Leo.
—¿Qué...? —titubeo sintiendo que me falta el aire.
—Acaban de llamarme. Encontraron a Ashton. Vistete, tenemos que ir a buscarlo y probablemente no te guste en absoluto la situación.
***
Nota:
lit buscando a nemo.
se viene actualizacion pronto porque no las voy a dejar colgadasss, se vienenn cositas.
¿dónde creen que esta ashton? hagan sus apuestasss
Mi corazon DUELE POR AGGIE.
nos vemos en unos días (si se puede) JAJAJJ
siganme en mis redes para mas infoo, siempre estoy subiendo cositas:
instagram: candelahc_
twitter: candelahc_
love,
cande
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro