Todo era negro, no veía nada con claridad, escuchaba voces lejanas irreconocibles para ella, sentía su cuerpo pesado y no lograba avanzar, siquiera moverse.

Trato de levantarse de la plataforma blanda en la que estaba, pero no logro mover ni un solo músculo.

Soltó un pequeño quejido al sentir su cabeza martillear y acto seguido sintió un peso en su mano, algo estaba cogiendo esta, después de eso no sintió nada.

No sabía cuánto tiempo había pasado entre consciente y no, pero comenzaba a hartarse, los párpados no lograban abrirse, estaba desesperada por saber lo que estaba pasando, trato una vez mas de abrir los ojos sin resultado, y se volvió a sumergir en la oscuridad.

Horas después con toda su fuerza de voluntad abrió los ojos, aunque sea un poco, y estudio donde se encontraba, a su alrededor no había nieve, ni arboles sin fin.

Se encontraba en una habitación grande y caliente, le costó reconocer de quien era el cuarto y cuando lo hizo se levantó de la cama en la se encontraba como si esta misma quemase, causando que su pierna fallara y cayese al suelo, se arrastró por toda la habitación hasta la puerta, se apoyó en esta y con más esfuerzo del que le habría costado admitir se levantó.

La cabeza golpeaba y daba vueltas causándola jaqueca, no lograba encontrarse en todos los sentidos despiertos y las fuerzas le faltaban, como pudo abrió la puerta y salió por esta, sin saber exactamente a donde se dirigía, se apoyaba en las paredes para no caer de nuevo y avanzaba a paso ralentizado, improviso en algo que podría hacer y lo más sensato que se le ocurrió en el momento fue esconderse, y luego idear algo más elaborado.

El pasillo por el que pasaba era tenuemente iluminado por velas o antorchas a los lados, una sombra se entrevió al final del estrecho lugar y ella con el corazón bombeando con más rapidez de la normal se escondió detrás de una columna tapada por una alta planta de la decoración, con grandes hojas capaz de taparla del sujeto que se aproximaba.

Se escucharon pasos acercándose al lugar donde ella estaba escondida, y después en su campo de visión apareció el rostro preocupado de la señora Wells.

Soltó el aire contenido al no haberse encontrado con el señor del castillo, aunque esto no cambiaba mucho las cosas, había sido descubierta, y probablemente bajo órdenes la sirvienta junto a ella se lo comunicaría al hombre de ojos grises.

-Nos tenía muy preocupados a todos, no debería estar levantada, llevas muchos días inconsciente y dudo que- la chica la interrumpió

- ¿Cuántos días han pasado?

-Casi diez, deberías de volver a los aposentos del señor antes de que te vea levantada.

-Dudo mucho que el señor se preocupe por mi salud- joven volvió a interrumpirla con prisa y nerviosismo por que la encontrasen- y mucho menos después de lo que paso, esa sala está prohibida para mí, solo sería una excusa más para poder castigarme.

-Él no va a castigarla por eso, se lo aseguro muchacha, de echo los días que los paso en la inconsciencia él estuvo en todo momento con usted, no la quitaba ojo de encima- eso la confundió aún más si eso fuese posible, estaba aturdida y sin saber pensar con claridad y para colmo ahora pasaba esto. - de echo parecía preocupado- y eso fue la última palabra que escucho antes de que su mente se desconectara, y quedara desconectara por completo, se quedó en bucle, mirando a un punto fijo y sin saber que hacer, o como reaccionar.

Unos pasos la sacaron de su estado de shock, o lo más similar a esto último.

No estaban solas, alguien más venía. Y no era cualquier persona.