CAPITULO 4: NUNCA HAY PAZ EN EL BOSQUE
Glenn se acerco a una repisa de su cocina y abriendo la puerta de esta repisa, saco dos pares de naranjas, luego las dejo sobre una pequeña mesa que había en la cocina, también saco un cuchillo de unos de los cajones que tenia.
—¿Qué debería hacer con ellas?—se cuestiono Glenn mientras cortaba las naranjas
Al terminar de cortar las naranjas fue a lavarse las manos para después exprimir todo el jugo de las naranjas usando solo sus manos, luego coló el jugo sobre un jarra de vidrio, usando una corta malla como filtro para que las semillas de la naranja no estén en el jugo,
Glenn soltó un suspiro y se acerco a donde estaban la madre y la niña, dejo la jarra de vidrio encima de la mesa y les dijo
—Espero les guste el jugo de naranja, es lo único que puedo preparar de manera rápida—
—Muchas Gracias—dijo la madre de la niña
—Ahorita les traigo uno vasos—dijo Glenn mientras se acercaba a una repisa que estaba al costado de la mesa
Al abrir la repisa dejo ver que habían unos cuantos vasos y tazas de madera, Glenn solo tomo 3 vasos de madera, luego cerro la repisa y regreso a tomar asiento junto a la niña y su madre
Glenn empezó a servir el jugo de naranja en cada vaso y después de terminarlo de servir les pregunto a ambas
—¿Quiénes son ustedes?—
Tanto la madre como la hija agacharon la mirada, lo cual preocupo a Glenn, pues quería saber mas de ellas y el que ninguna respondiera provocaba que el desconfiara, hasta que recordó algo que había leído
—Se encontraron con una criatura humanoide, oscura como la noche y en el centro de su pecho había un corazón expuesto, además también de que por todo su cuerpo se extendían líneas deformes de color rojo sangre, las cuales parecían ser venas—dijo Glenn después de dar un sorbo de jugo de naranja
Ambas se sorprendieron pues Glenn describió casi a la perfección a aquella criatura
—¿L-lo conoces?—le pregunto la madre
—Lo leí en un libro algo viejo—dijo Glenn con voz serena
—¿Un libro?—dijo la niña algo confundida
—Si y si no mal recuerdo esa criatura se apodera de tu nombre, provoca que cada vez que digas o alguien mencionen tu nombre, esta usara sus garras y te arrancara una extremidad—
La madre y la niña aun seguían confundidas y mas ahora que Glenn menciono que sabia de la criatura por que leyó un libro
—Es una criatura bastante problemática y solo se presenta cuando un humano tiene ganas de cometer canibalismo—replico Glenn
La madre se quedo perpleja con lo que acababa de mencionar
—¡Espera! ¿A que te refieres con cometer canibalismo?—pregunto la madre
—Bueno esta criatura, es mas como un espectro o algo así, el cual solo aparece cuando una persona esta con demasiada hambre y esta dispuesta dejarse llevar por su lado mas primitivo para poder comer y alimentarse, pero solo se presenta en humanos, cualquier otra especie esta excluida de esa criatura—respondió Glenn
—¿Y hay alguna manera de evitar o eliminar esta especie de maldición?—
—Si—respondió Glenn
En ese momento algo hace mover las hojas de los arbustos, lo cual alerta a Glenn, pero este para evitar que ellas entren en pánico decide mantener la calma y analizar que es lo que se mueve en los arbustos
—Podrían ser Kelirs o alguna otra criatura—se dijo asimismo
—No, si mal no recuerdo ellos solo están en las sombras de los arboles por que el sol queda sus cuerpos de madera—
—¿Entonces como puedo hacer para romper esta maldición?—pregunto la madre quien saco a Glenn de sus pensamientos
Glenn al escuchar su pregunta decide levantarse de la silla, para luego acercarse a una mesa de noche, de la cual abrió un cajón un frasco que tenia algo amarrillo adentro
Se acerco a la mujer y abriendo el frasco introdujo su dedo índice y lo unto en el contenido amarrillo, el cual parecía una especie de crema algo brillosa, luego toco su dedo con la frente la mujer e hizo lo mismo con su hija
Ambas se quedaron muy confundidas con lo que acababa de hacer Glenn, no sabían que era esa especie de crema, ni el por que la unto en sus frentes
—Listo, con eso bastara—dijo Glenn mientras se limpiaba su dedo con un pañuelo que había tomado de la mesa
—¿Que?¿A que te refieres?—le cuestiono aquella mujer
—Esta crema funcionara como protección, para que cuando tu o tu hija digan o mencionen sus nombres, aquel espectro no aparecerá y no les harán daño alguno—replico Glenn
—¿Enserio?—dijo aquella mujer incrédula, al ver que con una crema se solucionaría el problema
—Pero no durara por mucho esa protección, tan solo durara unos 2 a 3 meses, luego perderá su efecto—
—¡Entonces ya puedo decir mi nombre!—dijo aquella niña
En ese instante Glenn logra escuchar como una gran pisada logra destruir un cráneo humano
—¿Qué fue eso?—dijo aquella mujer al escuchar también esa pisada
—¡Quédense adentro de la cabaña y por mas ruidos, gritos o quejidos que escuchen, no salgan de la cabaña, no se asomen por la ventana y por nada del mundo se acerquen a la puerta!—dijo Glenn con un tono serio y enojado
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