CAPITULO 3: MADRE E HIJA
—¿Qué es esa cosa que cargas en los brazos?—le pregunto Glenn a la mujer mientras la miraba con odio y frialdad
La mujer se asusto por la mirada de aquel hombre, podía sentir como si el fuera a matarla a ella y a su hija si no respondía bien a su pregunta
—E-ella es mi hija—respondió la mujer con algo de miedo
Glenn continuo mirándola con seriedad hasta que después de un suspiro camino hacia ella lentamente hasta lograr estar a su costado izquierdo
—Bien, te creeré por ahora—dijo Glenn quien después de decirle esas palabras camino en dirección de donde había venido
—E-esta bien—dijo aquella mujer con voz temblorosa
En eso Glenn recuerdo para que había venido a esa parte del bosque y detiene su caminar, esto provoca que la mujer se pusiera nerviosa, pero tras unos segundos Glenn continuo su caminar
La mujer lo siguió por un buen rato, hasta después de dejar de ser tapados por la gran sombra que provocaban unos 3 arboles pudo ver al fondo una cabaña, lo cual hizo brillar de emoción a la mujer, quiso llorar, pero se contuvo
Glenn continuo caminando hasta llegar a la entrada de su cabaña, ahí fue cuando se detuvo y le dijo a la mujer que entrara, pero que no pasara cerca de la vela que estaba al costado de la entrada
—E-entiendo—respondió la mujer encogiendo sus hombros
Luego de eso Glenn la hizo pasar a su cabaña, la cual dejo impactada a la mujer por lo ordenada y limpia que estaba
—Esto es increíble—dijo la mujer al mirar el interior de la cabaña
—¿Increíble?—dijo Glenn confundido
La mujer no pudo contenerse mas y soltó en llanto, dejando Glenn confundido, pues no sabia por que lloraba o el por que había dicho "esto es increíble"
En ese momento Glenn se puso a la defensiva y colocando su mano derecha en su espalda tomo 2 de sus cuchillas que estaban en sus bolsillos traseros
—¿Puedes dejar de llorar y decirme quien eres tu?—dijo Glenn con seriedad
—¡Es que...! ¡Esta cabaña es increíble, no hay sangre, ni resto de criaturas regadas por el suelo, no hay cucarachas, no hay mugre y tierra por todo el lugar, el aire no es hediondo y además... al fin después de mucho tiempo... siento que, siento que puedo dormir!—dijo aquella mujer entre llantos, para después de unos segundos desmayarse y caer al suelo
Glenn no se fio por lo que dijo aquella mujer, así que para asegurarse de que no se tratara de esa mocosa del infierno le lanzo un polvo café a la mujer quien estaba tendida en el piso
—Creo que no es ella—dijo Glenn tras ver que la mujer no se movió, ni hizo algún quejido
Tras aquello Glenn le quito a la mujer aquella niña que traía en brazos y la llevo a la habitación donde el dormía y la recostó, luego se regreso a ver a su madre y también la acostó al lado de la niña
—Espero no sean criaturas de la noche—dijo Glenn mientras apretaba sus puños
Después de eso Glenn salió afuera de la cabaña y talo un pequeño árbol, después lo corto en pedazos, para luego usar esos pedazos y clavarlos en el techo de la cabaña y así tapar el hueco que había, pero a parte de eso también vertió un liquido verde sobre las maderas que había utilizado para tapar el hueco
—Bien, con eso bastara por ahora—dijo Glenn mientras bajaba del techo
Pero justo en esos instantes noto que el sol poco a poco dejaba de iluminar el bosque con su luz, esto alerto a Glenn quien rápidamente entro a la cabaña y cerro la puerta con cerrojo, no sin antes apagar la vela que había dejado encendida afuera de la puerta
—Me pregunto si ese Kelir era lo único que estaba detrás de esa mujer y su hija—dijo Glenn preocupado mientras cerraba con persianas metálicas las pocas ventanas que tenia su cabaña
Al tener de asegurar la cabaña, tomo una escopeta había dejado colgada en una de las paredes frontales de la cabaña y rápidamente se dirigió a su habitación para ver como estaba la mujer y su hija
Al entrar a su habitación vio que ambas aun seguían durmiendo, así que decidió quedarse dentro de la habitación y vigilarlas por si hacían algo, pero también dejo la puerta de la habitación abierta para ver si algo intentaba entrar a la cabaña
—Hace mucho que no me desvelaba—dijo Glenn mientras miraba a sus dos huéspedes durmiendo
Las horas pasaron y Glenn solo oía ruidos extraños a las afueras de su cabaña, aunque ya estaba acostumbrado a eso, pero sin darse cuenta, poco a poco empezó a sentir sueño, llegando al punto de quedarse dormido
Ya estando dormido, Glenn empezó a soñar con el día en el que llego al bosque, se quedo mirando los hermosos arboles y sonrió para después decir
—Escogiste un buen lugar para vivir hermano—
En ese instante Glenn despierta de golpe y lo primero que hace es ver si sus huéspedes estaban durmiendo, pero no las ve en su cama, así que toma su arma y sale de la habitación para encontrarse con la mujer dándole una botella con agua a su hija, para que esta la beba
Glenn se tranquilizo un poco y arrimo su escopeta en la puerta de su habitación, dio unos cuantos pasos hacia ambas, pero en ese instante la madre de la niña se percata de la presencia de Glenn y se asusta muchísimo
—L-lamento haber tomado tu botella con agua... ¡Enserio lo siento...! ¡Te prometo que después te lo compensare!, pero solo deja que mi hija se hidrate—dijo la madre asustada y desesperada al ver que Glenn se acercaba a ellas
—¿Quieren desayunar?—le pregunto Glenn
—¿Que?—dijo la mujer algo confundida
La pequeña niña quien tenia los mismo ojos de su madre asintió levemente mientras agachaba su mirada
—Bien, pero primero baja a la niña de la mesa para poder servirles el desayuno—dijo Glenn soltando un suspiro
La madre con algo de miedo bajo a su hija de la mesa donde la había sentado y rompiendo un pedazo de la camisa que traía puesta intento limpiar la mesa
Glenn se sorprendió al ver lo que hacia y le dijo a la madre
—No hagas eso, busca en el primer cajón de ese escritorio, ahí encontraras una trapo para limpiar—
La madre encogió sus hombros y se acerco al escritorio para sacar el trapo y limpiar la mesa, mientras tanto Glenn se dirigió a su pequeña cocina y saco unos cuantos panes que tenia guardados en unos de los cajones de su cocina
También tomo en manos una paquete de sobres de mermelada y llevo todo eso hacia la mesa, pero se quedo un poco incomodo al ver que la madre y su hija estaban apartadas de la mesa mientras agachaban su mirada
—¿Qué hacen?—les pregunto Glenn
Ninguna respondió nada, así que Glenn les dijo
—Sienten por favor—
Ambas sin protestar se sentaron sobre las dos sillas que habían al rededor de la pequeña mesa, Glenn se quedo aun mas incomodo, pero aun así se acerco a ellas y puso sobre la mesa lo que había traído
—Pueden comer eso por mientras, no tengo aceite para prepararles algo mas rico—
Ambas no quisieron comer nada, solo se quedaban mirando con ojos deseos de probar lo que había sobre la mesa
—No se preocupen, les estoy invitando, aunque tampoco les obligare a comer—dijo Glenn mientras se daba la vuelta para ir a preparar un jugo de naranja
—¿Me pregunto que les habrá pasado, para que estén así de nerviosas?—se pregunto Glenn
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