Parecía que los chicos se habían puesto de acuerdo para volverme loca de amor, todos me daban flores, salíamos en citas, me daban chocolates y veíamos películas juntos, solo complicaban más mi decisión por alguno de ellos, estaba loca de amor por todos ellos, aún así era imposible decidirme por solo uno, lo único bueno era que por Nathaniel y Castiel ya no me preocupaba tanto ese asunto, pero aún quedaban Alexy, Kentin, Armin y Viktor; El delegado y el pelirrojo me prometieron y juraron no decir nada sobre mi aventura con ellos dos, aquella salvaje aventura en la que ambos estaban cogiéndome, en cierta manera el no poder decidir entre estos 4 me hacía sentir mal, fui a la fuente que se encontraba en medio del patio de la escuela y arrojé una moneda, deseando que esos 4 chicos hicieran lo mismo que Castiel y Nathaniel y no me obligarán a decidir entre ninguno, y así yo podría quedarme con todos, sé que me escucho como una zorra pero es inevitable, mis sentimientos hacia todos era el mismo, estaba enamorada de 6 chicos, y arroje otra moneda deseando que Peggy, la reportera estrella de la escuela, no se enterara de mis locos sentimientos hacia ellos.

Creo que se me veía mal, el pensar en ellos y en que algún día tendría que decidir me puso así de mal, entonces me quede sentada en la fuente, no entré a mi clase correspondiente, solo quería lamentarme un rato y tratar de pensar en algo, hasta que un par de voces me sacaron de mis pensamientos.

- Dulcecita, ¿estás bien? - dijo Kentin acariciando mi espalda

- Sabes que nosotros siempre estaremos aquí para ti, puedes confiar en nosotros - dijo Viktor sonriéndome

Ambos se sentaron a mi lado y yo ya no podía más con esta decisión, yo los amo a todos, solo deseaba que mi deseo en la fuente de hiciera realidad. Y mis plegarias fueron escuchadas.

- No llores, tranquila, mira, saliendo de la escuela ¿que tal si vamos a un Karaoke? Te gusta mucho cantar desde que éramos unos niños, Dulcita - Viktor limpiaba mis lágrimas mientras me consolaba

- vamos Dulce, sabes que odiamos verte llorar, si algo anda mal solo tienes que decirlo y ya nosotros lo arreglaremos - dijo Kentin tomando mi mano

Pensé en los viejos tiempos en los que de niños solíamos jugar en la casa de Viktor, y cuando ya estábamos cansados yo solía cantarles para que se durmieran, luego yo me dormía, o a veces Viktor y Ken me pedían que les cantara porque les gusta mi voz.

Al terminar las clases le dije a Nathaniel, Castiel, Armin y Alexy que iría con Kentin y Viktor al Karaoke, los gemelos con un poco de desagrado por esto aceptaron, el delegado y el pelirrojo aceptaron sin preocupación alguna, entonces me fui con mis amigos de la infancia.

Llegamos al edificio donde estaba el karaoke, que era como uno de esos lugares japoneses en los que rentas una habitación y pagas el número de horas que estés ahí, entonces Viktor pidió la habitación y entramos, platicamos un rato, pedimos unas bebidas, y me puse a cantarles, luego cantó Viktor y luego Kentin, luego nos pusimos a cantar los 3, y después de unas 4 rondas de piñas coladas,nos dimos cuenta que tenían alcohol, no estábamos tan ebrios pero aún así, llegamos aún estado de éxtasis en el que ya hacía demasiado calor, me quite mi suéter y solo estaba usando una blusa un poco transparente, ellos se miraron entre sí con una sonrisa de malicia y se me acercaron, comenzaron a acariciarme y entonces Viktor me comenzó a besar, a mí ya nada me importaba en ese momento, solo le correspondí, de repente sentí las manos de ambos acariciando mis caderas y Kentin metió sus manos por debajo de mi blusa, subió sus manos hasta alcanzar mis pechos y comenzó a acariciarme por encima del sostén, mientras Viktor ahora metía su lengua en mi boca, yo le correspondía el beso y teníamos nuestras lenguas entrelazadas mientras gemía ahogadamente por las suaves caricias de Kentin en mis pechos.

Terminé por dejar de besar a Viktor dejando un hilo de saliva entre nuestras bocas, me quité mi blusa y mi falda, Viktor desabrochó mi sostén y Kentin me lo quitó, mis bragas me las quitó Viktor, quedé usando solamente unas calcetas largas, no quisieron quitármelas. Tenía una idea así que me puse a gatas y ellos entendieron lo que estaba haciendo, antes de hacerme cualquier cosa, Viktor pasó delicadamente su dedo por mi vagina, haciendo estremecer todo mi cuerpo, me mojé.

Ambos chicos pusieron una canción y se pusieron de pie, comenzaron a hacer movimientos con sus caderas y se iban quitando sus ropas, donde más hicieron énfasis fue en sus cinturones y pantalones, mordía mi labio inferior de lo desesperada que estaba por ellos dos, ¿quién hubiera imaginado que mis amigos de la infancia me compartirían así? Ellos siguieron haciéndome un Strip-tease, Kentin usaba unos bóxers verde militar y Viktor unos de color negro, me recordó a los que Nathaniel usa, y yo tengo una debilidad/fetiche por los hombres que usan bóxers negros.

Viktor se sentó y con sus manos me dio la indicación de que me sentara sobre sus piernas. Obedecí la orden de Viktor no sin antes bajarle sus bóxers, tenía su miembro erecto y duro, pareciera que lo había planeado, pero antes, Kentin revisó su pantalón y sacó unas pequeñas bolsitas, mi querido Kentin estaba siempre listo, siempre preparado, le dio unos condones a Viktor y el también se puso uno, ya "protegido" Viktor, me senté sobre sus piernas de manera tal que su miembro entrara en mi feminidad, intente no gemir tan alto para que no me escucharan en otras habitaciones, pero Kentin me pasó el micrófono y puso otra canción que me sabía.

- Canta si puedes, Dulcita - dijo Kentin lamiéndose sus labios disfrutando de ver mi unión física con Viktor

Estaba en problemas si gemía, así que intente cantar lo mejor que pude.

Continuará