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No puedo creer todo esto…
No llego al hospital, necesito resolver esto antes que Stella, sepa de mi mujer, mucho más cuando se entere de mi hija.
Necesito cuidarlas a ambas. No puedo dejar mucho tiempo a Lovely, sola en el hospital, pero no confío en nadie lo suficiente como para que esté con ellas en mi ausencia.
—Hola —escucho del otro lado a mi viejita —Viejita, necesito tu ayuda —le explico en detalle lo sucedido y ella ni se despide antes de decirme que va al hospital.
En que momento las cosas se complicaron tanto —exacto cuando Stella Brum, apareció en mi vida y yo le arruine la vida a Lovely años después— Me regañó mentalmente.
Cuando llego a la casa donde estaba encerrada Stella, veo a Iván, ayudando a su madre, dándole algún tipo de analgésico y una pequeña compresa de hielo apoyada en su cabeza.
La preocupación y ansiedad pican en mi cuerpo y mente, siento el temblor en mi cuerpo mientras Grisel, prende un cigarrillo y observa la situación. Se ve algo adolorida, pero sobrevivirá, es una mujer fuerte, nadie débil de mente sería capaz de cuidar a Stella Brum y sus delirios durante tantos años.
Stella se escapó, en nuestras narices.
Durante años controlamos cada uno de sus movimientos y ahora ella simplemente se fue. La cabeza me da vuelta y es claro que la ira por la muerte de Ben, se apoderó de ella y después de tantos años de observar a su carcelera, supo como podía escapar, sin dejar huellas… Es claro que mi presencia tampoco fue una buena decisión, eso la alteró y condujo a este desastre.
—¿Qué vamos a hacer? —cuestiona Iván, mientras analiza el lugar.
—No lo sé, pero seguramente se va a encargar de jodernos la vida a los tres, necesito cuidar, alejar a Lovely, ella no necesita más cargas de las que ya tiene.
—Tienes razón, ni Lovely ni Roma están seguras aquí —no pasa desapercibido la familiaridad con la que trata a mi hija.
—Necesitamos gente buscándola —acotó, cambiando de tema
—Por dios Jasón, no somos mafiosos que tenemos gente a disposición para perseguir a mujeres que tenemos encarceladas ilegalmente. Tenemos que hacerlo nosotros, mi madre no puede ayudar, está golpeada y necesita descansar. Es obvio que cuanto más tiempo pase más difícil será encontrarla, pero necesitamos idear un plan y sacar a Lovely, Roma y a mi madre del país, no están seguras aquí, Rumania ya no es seguro para ellas.
—Deja de hablar de mi mujer y mi hija como si fueran tuyas —escupo— te pedí que la cuidarás en mi ausencia, no que adoptes a mi hija y te hagas cargo de mi mujer.
—No es momento de estupideces —escupe Grisel, como puede— es necesario encontrar a esa desquiciada y no me voy a ir a otro lugar que no sea cuidar a mi hijo. No te dejaré solo con esa demente —dice tiernamente mientras mira a su hijo con amor.
—Tengo que volver al hospital, necesito cuidar a mi familia, volví porque tenía la esperanza de encontrarla aquí... pero necesitamos actuar, esa mujer no puede estar vagando por la ciudad, todos corremos peligro — termino susurrando— ¡Grisel! —llamo a la mujer antes de salir de la casa —puedes ir a mi casa, está desocupada, es un buen lugar para estar y que Stella, no te encuentre… para ti también Iván, mantengamos nuestra relación de forma discreta, pero mantengámonos unidos —ambos asienten, ahora tengo que encontrar un sitio para Roma y Lovely.
Después de no más de veinte minutos al fin logró llegar al hospital. Al entrar me aborda un oficial de policía. Sin decirme ninguna palabra me pone las esposas y camina conmigo mientras empuja mis pasos. Intento hablar, pero es inútil, él no quiere escucharme.
—¿Por qué estoy esposado? —pregunto al fin cuando me empuja en uno de los sillones de la sala de espera
—Antal, estás libre por un acuerdo, estás entrando a un hospital público y nos llegó una orden de alejamiento —escupe
—¿Y a quién se supone no me puedo acercar? En este hospital está mi mujer y está mi hija
—Exacto, tienes una orden de alejamiento contra la señora Lovely Antal
—Imposible, ella está en cirugía ¿Quién hizo eso?
—Dionisio Rogers —dice
—¿Mi suegro? ¿Qué pasó?
—No se Antal, solo sé qué no te puedes acercar a tu mujer.
Me sacan nuevamente del hospital para mantener la distancia de mi mujer, me suben a un patrullero y me trasladan a mi casa donde seguramente ya están Iván y su madre.
Durante todo el camino intenté hablar con mi cuñada, con Devon, con mi suegro pero es imposible. Bajo del patrullero, con la restricción en mis manos, me adentró en la casa que no pisé en meses.
Grisel me mira afligida… algo pasó.
—Jasón, hermano —escupe Iván, como si fuéramos los mejores amigos
—¿Qué pasó? —No sé cómo decirte esto, Roma, tu bebé, su corazón no resistió, murió, me llamaron del hospital
—¿Qué? —tomo mi teléfono y llamo a mi viejita, no entiendo nada, hace unas horas me dijeron que estaba bien y ahora esto — ¿Lovely? —pregunto mientras escucho el tono de llamada.
—Hola hijo —escucho del otro lado, mientras Iván, se sienta frente a mí.
—¿Dónde estás? ¿Qué pasó? ¿Dónde está mi hija? ¿Dónde está mi mujer? —siento lágrimas caer por mis mejillas.
—Lo siento hijo, Romita, murió, Lovely, no sé cómo está, no me dejan acercarme, al parecer su papá intervino y no dejan que nadie esté cerca de ella, solo sé que salió bien de la operación —suspiro ahogado, mientras siento que el mundo se me desvanece frente a mí.
—Quiero verlas, quiero estar con ellas —susurro
—No creo que se pueda, su padre está llegando al país y sé que contrato personas para que nadie se acerque a su hija y tampoco a Roma.
—Es mi mujer, lo que él diga no influye en nada —escupo
—Hijo, tú la trataste mal durante mucho tiempo, no sabes si ella habló con alguien, es su padre y está cuidando de su hija. Dales tiempo para que puedas acercarte, componer, reparar o disolver lo que tenían.
—Hablamos más tarde —digo y dejó caer el teléfono. Me hundo en el sofá mientras miro fijamente las hojas de los árboles moverse a través de la ventana…
Stella Brum, está dando vueltas y es un peligro para mi mujer. Perdí a mi bebé, mi pequeña Roma…
Flashback
—Se llamará Roma, porque es el lugar donde fuimos más felices—
Fin flashback
Voy a vengar la muerte de mi hija, voy a recuperar a mi mujer y voy a matar a Stella Brum, aunque en el camino tenga que aprender fuego a todo el mundo para lograrlo.
Días después.
Decir que mi viaje a Rumanía fue una mala decisión, es decir, poco.
Sentada en el avión rumbo a casa con mi padre tomándome de la mano es la única buena decisión que he tomado hasta el momento. Llamarlo era la única opción para salir de Runania, unque esto significa darle la razón a papá, eternamente.
No quiero volver nunca jamás a aqui, no quiero volver a verlo a él nunca más… perdí todos los sueños que fui capaz de soñar alguna vez, hoy ya no tengo esperanzas de nada…
No me siento capaz ni siquiera de poder formar un lazo de amistad con alguien.
Las relaciones, los amores, los vínculos personales no son para mí… no estoy hecha para este tipo de vida.
El puñal que hundió Carol, en mi espalda, no tiene nombre, el delirio que abrazo a Ben es indescriptible… por no olvidar los problemas de mi esposo, Jasón. Por una suma de factores es claro que tengo que irme de este lugar para siempre, sin mirar, sin pensar en el tiempo que paso… solo pensando en mi futuro cercano
—Está todo listo para irnos cariño, los médicos están ya ocupándose de todo, vamos a demorar más de lo normal, pero lo importante es que todos llegaremos bien —susurra mi padre mientras planta un beso en mi sien. La idea de comenzar de nuevo es tentadora, pero aterradora cuando siento que vuelvo al pasado, ese que dejé cuando decidí irme a Rumanía.
—Gracias papá, no hubiera podido resolver todo esto sin ti. Seguramente tampoco hubiera podido salir del país sin…
—El hijo de puta de Jasón — termina por mí, sus palabras son hirientes, son crueles. Lo entiendo a la perfección, yo siento lo mismo— no entiendo por qué tu hermana te dejo sola, ella se quedó para cuidarte
—No necesito niñera, papá —trato de imponerme ante sus palabras autoritarias.
—No, pero en tu condición no tomaste decisiones correctas y ahora sufrirás las consecuencias toda la vida —susurra— pero te prometo no hostigarte, prometo no involucrarme en tu vida si no es necesario, pero tú también promete que vas a pensar mejor las cosas antes de actuar, ya no estás sola. Estamos contigo todos nosotros para ayudarte y cuidarte—afirmo con un movimiento de cabeza, no puedo negar que realmente él tiene razón... esta vez…
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