Ha pasado un tiempo desde la boda, la luna de miel no estuvo tan mal como espere, Jon no me presiono para tener sexo, supongo que debo agradecer eso, aunque sea decencia básica, pero si se masturbo, no lo vi, pero lo escuche hacerlo mientras ambos fingíamos dormir, y como no escucharlo, grita como gata en celo, (ciertamente fue una molestia). Como sea, pasamos algunos días en la playa, las mañanas bajamos a desayunar en el bufete del hotel, el entra a nadar en la piscina y yo tomo el sol, después vamos a la playa, al mar, entro junto a él y debo admitir que es divertido jugar con ese mocoso, debo decir que tomamos una rutina rápidamente.

Nos divertimos mucho, bebimos otro tanto y solía llamar a padre para que me deje ver a Titus y Alfred, para que no se sientan abandonados, creo que padre cree que ya tuve sexo, hablo un par de veces sobre los nietos, claramente pensado ya en el precio de cada uno de ellos, pero yo no venderé a mis hijos, mis hijos serán quienes compren a sus parejas, como debe ser, con su dignidad siempre en alto.

Como sea, mis cosas son un poco frustrantes, hora estamos en mi nuevo hogar, (supongo que tengo que hacerme a la idea de que es mi hogar), Titus parece disfrutar de la vida en la granja, le gusta revolcarse con los cerdos, esto no me agrada, siempre entra corriendo y tira todo en el lugar, pero nada que los sirvientes no puedan limpiar, si, sirvientes, Jon no tenía hasta antes de que yo llegara, pero como le dije, en más de una ocasión, yo no soy su sirvienta y amo de casa. Alfred prefiere perseguir las gallinas por el lugar, esto no le gusta a Jon, pero no le dice nada, no es idiota, sabe que, si se mete con mis bebes, se mete conmigo.  Hasta el día de hoy no me he hecho a la idea de ser el esposo de Jon, incluso a veces olvido que estoy casado, mis rutinas son más que nada, despertar, verme lindo, ir de compras y aceptar los halagos de Jonathan, en realidad no hago mucho, pero supongo que eso es lo que será nuestra vida, Jonathan trabaja desde las 4:00am, puedo verlo sembrar los alimentos que se venden, ordeñar las vacas, y alimentar a los animales, algunos días va a la ciudad y vende algunas cosas, entre ellas a los cerdos o vacas, también a los chivos, sé que los llevan al matadero, no me agrada, pero es parte del trabajo, no puedo hacer más que darles una buena vida antes de que se les sea arrebatada.

Hoy fue la primera vez en la cual entendí que soy el esposo de Jon, alguien molestaba en la entrada de la casa, así que fui a ver quién era, se trabaja de aquel que viene a recoger la leche de las vacas, tenía una enorme pipa donde recolectarían aquel líquido, creo que estaba lleno, pues el buscaba a Jon para pagarle por el líquido, pero él no estaba en la casa.

-Necesito que el señor Kent firme unos papeles- dijo el hombre, yo simplemente me le quede viendo, le dije que no estaba, pero el insistió- Es necesario que firme, para entregar su cheque- bueno grandísimo idiota, el señor Kent no está- ¿quién es usted? - finalmente pregunto, no supe que responder, me quede helado, yo soy su esposo, pero las palabras no salieron de mis labios, solo levante mi mano mostrando el anillo de bodas, - Oh, en ese caso puede firmar-.

Firme, me quede solo, en silencio, viendo aquel cheque en mis manos, era el esposo de Jonathan, el dinero era mío, no entiendo, de alguna manera no me resulto repugnante el pensar en ello, pero también me dio escalofríos, no sé qué es lo que estoy sintiendo en este momento, creo que he perdido la razón.