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La Samaritana de Satán: (El brindis con el demonio)

II:

El brindis con el demonio.

Agosto 1: Una semana después del asesinato a Howard Johnson.

Una semana había pasado sin relevancia, no había nada concreto, ni siquiera algún sospechoso.

6:40 AM

Al levantarse Simpson después de vestirse para ir al trabajo, calentó en su microondas una pizza chedar que había pedido dos días antes y que ya estaba congelada en su nevera. Le dio un mordisco, dudoso y no pudo seguir degustándola, ya que tocaron a su puerta.

Él abrió y apareció ante sus ojos la joven reportera del News Portland que siempre veía en televisión, ahora en su casa con algunos camarógrafos y todos sus implementos de grabación.

—Buenos días, detective Simpson soy...

—Elise Kershaw la hermosa... —Dijo él interrumpiendo a la periodista, el encanto que sentía por ella era inevitable y sus ojos vacilaron de incredulidad, pero pudo seguir hablando—. Reportera del News Portland.

—Sí, soy yo detective ¿Podría darme unos minutos de su tiempo para una entrevista? —Dijo ella y sonrío, estaba levemente enrojecida por el alago.

—No —.Replicó él con voz firme y rústica, mientras pasaba entre ella y sus camarógrafos fácilmente. Aunque estaba embelesado siguió su camino, porque no quería lidiar con un revuelo público.

Elise le miró mientras caminaba y una chispeante llama de atracción se encendió al ver aquel hombre en su movimiento, dejándole extasiada por unos segundos que bastaron para soñar un poco.

7: 00 AM

Simpson encendió su auto y se fue a trabajar, al llegar, a las afueras de las oficinas estaban muchos camarógrafos y periodistas de diferentes televisoras de todo el estado de Oregón tratando de entrevistar a Herstensin. Al ver que él entraba todos ellos se giraron y le lanzaron muchas preguntas.

—Detective Simpson ¿El asesinato de Martin Lessens tiene relación con el de Howard Johnson? —Fue la pregunta que resonó en la sala.

— ¡Aún no lo sabemos pero estamos en ello! —Respondió Marcus toscamente e irritado, pues el caso comenzaba a tener relevancia en el estado.

— ¡Claro, se supone que están en eso tú y tus ineptos subordinados! —Exclamó una voz bestialmente fuerte y revulsiva.

Todos los periodistas se voltearon a mirar de quien era esa voz y era William Mendes el dueño de Freaky Maki una mediana industria de ropa con tiendas Manhattan, California, Indiana, Boston y Oregón .

— ¡Señores y señoras yo declarare cuando tenga más información! —Gritó Simpson irritado por el comentario, mientras pasaba violentamente entre ellos y les cerraba la puerta en las caras.

Mendes caminó entre todos los periodistas sin dificultad alguna, por alguna razón a ninguno se le ocurría preguntarle nada. Luego abrió las puertas de la comisaria con una serenidad íntegra.

Herstensin, Rend, Heston y Simpson le miraron con aborrecimiento al mismo tiempo, algo que posiblemente no se volvería a repetir.

— ¿Por qué tanto odio? —Preguntó con ironía William y los miró a todos esperando que dijeran algo y como nadie respondió siguió hablando—. Bueno sí, yo sé que me odian, pero necesito la ayuda de... —, se calló y no termino la frase, en otras circunstancias ellos le hubieran prestado atención pero no fue así, no les interesaba en lo absoluto lo que él dijera y siguieron en lo suyo. Él se acercó a Simpson y le coloco la mano en el hombro—. Necesito tu ayuda Marcus —.Dijo con un susurro para que nadie más escuchara.

Simpson se giró hacia él, le golpeo la muñeca con dureza para que la quitara de su hombro y lo miro con desprecio.

—Por favor salgamos de aquí para poder hablar —. Añadió Mendes y el detective sin decirle nada le siguió, los periodistas por alguna razón se habían ido.

— ¿Qué quieres? —Preguntó Marcus sin siquiera mirarle a la cara.

—Tú ayuda y no la quiero. ¡La necesito!

— ¡¿En qué va a necesitar mi ayuda un bastardo como tú?!

—Escúchame sé que no soy un santo. Pero creo que me siguen y temo por mi vida —, la voz de Mendes comenzó a tener un tono nervioso y en sus ojos se reflejó el miedo.

— ¿Por qué lo dices? —Preguntó Marcus con verdadero interés, al notar que este hombre tan escrupuloso reflejaba miedo.

—Vivo en una intranquilidad constante, siento una presencia que siempre está conmigo y ya sé que esa asesina ha vuelto a actuar y ella siempre busca hombres de mí calaña y tengo miedo —, sus ojos se perdieron en la infinidad y al volver en sí, dijo perturbado—. ¡Voy a morir, si no me ayudas!

— ¿Quién crees que te persigue? —Replicó con una pregunta el detective, tratando de encontrar una respuesta a ese miedo, que para él era irracional.

— ¡Heston tú subordinado!

Marcus le miró con indignación y de nuevo le tiró esa mirada de odio que al principio había lanzado.

— ¡Ay, por favor! —Exclamó bufándose —. Chris no es capaz de hacer algo tan perturbador. No, en este momento.

—Créeme Simpson —.Sus ojos volvieron a reflejar ese miedo irracional— ¡Por favor! —Y su exclamación fue como la de un niño con la ansiedad pensar que hay un monstro debajo de su cama.

Marcus notó su miedo a tal punto que él también lo sintió y se le puso la piel de gallina.

— ¡Sal de aquí por favor! —Sin embargo, no hizo más que decirle eso, aunque en el fondo se preocupara.

— ¡Si hoy muero recuerda algo, tú pudiste evitarlo! —Dijo Mendes para después caminar hacía su auto, murmurando insultos en contra de Simpson y se fue. No lo podía creer y unas lágrimas sombrías llenaron sus ojos.

Simpson se quedó mirando como el auto salía del estacionamiento, mientras en su mente resonaban las palabras que había dicho William « ¡Si hoy muero recuerda algo, tú pudiste evitarlo! ».

Las últimas tres eran las que más hacían eco, le perturbaba la idea de que Mendes tuviera razón y aunque aún no había ocurrido nada el miedo se hacía un espacio en el fondo de sus pensamientos, pero logro calmarse y entrar a las oficinas de la comisaria.

— ¿Qué quería de usted el "Freaky" bastardo de Mendes? —Pregunto Heston al notarle raro e incómodo.

—Nada. Solo fastidiarme —, hizo una pausa y volvió a recordar las últimas tres palabras de lo que le habían dicho minutos atrás. Luego despejada su mente se acercó a Rend y le preguntó— ¿Qué has logrado teorizar?

—Por lo que está en la información que nos dieron los de Leston. ¡No hay nada preciso, no hay pruebas concretas solo circunstanciales, lo único que sabemos es a qué tipo de hombres ataca y como lo hace, lo demás son incógnitas; las pocas pruebas que conseguimos y nos parecen llevar a ella, se vuelven mierda! —Respondió Masson con frustración y decepción ya que llevaban más de 7 meses tras de esta asesina y casi no tenían frutos.

— ¡Hay que ser pacientes pero lo lograremos! —Aclamó Marcus tratando de dar un positivismo que ni él sentía.

—Lo siento, pero no puedo seguir ocultando mi desanimo, llevamos siete meses detrás de un asesina de la cual no tenemos la mínima idea concreta, por alguna razón está matando hombres ricos y el estado no da ningún apoyo, solo lo callan, somos nosotros contra ella y estoy harto, tengo miedo —. Expresó Masson, tirando los papeles de su mesa, luego se agarró la cabeza, notándose su desesperación.

Cuando Marcus iba a tratar de dar una respuesta a eso sonó el teléfono de la comisaria, mismo que está al otro lado de las oficinas.

11:00AM

Chris respondió y estuvo un minuto y medio hablando con la otra persona que estaba en el teléfono, pero sus compañeros no escuchaban nada de lo que decía porque estaba muy lejos. Luego le hizo una seña con su mano derecha al detective para llamarle.

—Quieren hablar con usted detective, pero no me ha dicho quién es—. Indicó Chris a Simpson cuando llego a donde estaba el y le dio el teléfono.

—Aló ¿Con quién hablo?

—Soy yo —.La voz suave de una mujer le respondió. Era Elise Kershaw la reportera « ¡Dios estoy hablando con ella! Pero debe ser para una entrevista» pensó él.

—Aló, Marcus una pregunta ¿Heston todavía está allí?

Él no entendía como ella sabía de su nombre y de la existencia de Heston, así que fue directo a la pregunta:

— ¿Cómo sabes de mi nombre y como sabes que trabajo con Heston, mejor dicho de su existencia? —Chris ya se había ido y estaba hablando con Rend así que no le escuchaba.

—Primero se tu nombre porque soy una periodista, debo documentarme antes de entrevistar a alguien y lo segundo ya está respondido en la primera. Es mi trabajo —. Respondió ella después de un silencio de 40 segundos, él aunque dudo de la credibilidad de la respuesta supuso que era lo más lógico—. Pero por eso no te llame —. Allí su tono cambio y sonó realmente exasperado— ¡Necesito tu ayuda!

— ¿Qué pasa Elise? —Replicó Simpson con verdadero interés y temor a lo que le pudiera pasar.

— ¡No hay tiempo, te espero! Estoy en frente de tu casa —. Ella corto la llamada y él fue a la otra parte de la sala.

—Muchachos debo ir a casa un momento, Herstensin quedas a cargo —, dijo tan inmediato como se acercó a sus compañeros.

— ¡Yo también debo salir, así que deja a otro a cargo! —Expuso Bill mientras rebeldemente salía de allí.

—Bueno Masson, quedas buscando cosas que puedan servirnos en la investigación y Chris ayúdalo, estate atento a cualquier llamado y me informas de cualquier cosa —. Ellos asistieron con la cabeza, el detective procedió a salir, y observó cómo Bill subía a su auto.

« ¡Esto es raro que salga al mismo tiempo que yo!» dudó, mientras encendía su Toyota.

Manejo a 120k/h en una dirección diferente a la que siempre tomaba, pasó por Nordau's Street, entro por Lison Boulevard y llegó a su casa en Fallen-side. Allí estaba parada afuera de su casa la hermosa Elise esperándole.

— ¿Qué pasa Elise?

—No puedo hablar aquí, temo a que nos escuchen ¿Podemos entrar a tu casa? —Preguntó, dando una verdadera sensación de miedo o al menos así se percibía, él accedió y entraron en su casa. Rápidamente él se sentó en un sillón y ella a su lado.

—Ahora sí, dime ¿Qué pasa? —Preguntó él con verdadero interés.

—Nada en absoluto solo quería verte —, replicó ella con todo el descaro posible, dándole una sonrisa sínica.

— ¡Elise que te pasa sabes que tengo mucho trabajo, debo resolver muchos casos! —Reprendió molestó y alterado.

— ¡Entiende Marcus si te decía lo que en verdad quería no ibas a venir! —Expresó ella a través de una mirada coqueta y de amor, exigiendo su entendimiento.

— ¡Claro que no hubiera venido! —Gritó sin resentimiento alguno, disponiéndose a irse.

Ella comenzó a llorar de "verdadero sentimiento" pues esos poco minutos que había pasado con él le bastaron para enamorarse o al menos así lo hacía parecer.

—No quise hacerte sentir mal Elise, pero entiéndeme casi ni nos conocemos, además yo estoy muy atareado con mi trabajo —, comentó él, sintiéndose un poco arrepentido por haber dicho eso.

—Pero tú me gustas y sé que el sentimiento es mutuo —. Comentó ella con una sonrisa inocente y una voz que reflejaba cariño y supuesto embelesamiento hacia él.

Ella se acercó y le dio un beso, el cedió. Él por fin pudo tocar los labios de aquella mujer que tanto había soñado besar y poco a poco mutuamente encendieron la llama del placer, luego se desnudaron.

Primero lo hizo ella lentamente desprendiéndose de su ropaje y desfilándole como modelo en la pasarela de Milán. Él se desnudó y procedió a hacerle un Striptease.

El cuerpo de Elise era carnoso. Se sentó en el sofá y estiró sus piernas lo más que pudo dejando su vagina al descubierto para que Marcus procediera a probar, ya que le encanta hacerles sexo oral a las mujeres.

2

Agosto 4 8: 30 pm

Alenue Street

Casa de Herstensin

—Amor ¿Puede pasarme la sal? —Fue lo último que le dijo Alejandra Herstensin a Bill aquella noche sombría de Abril del 1987 cuando la asesinaron.

Él recordaba esas palabras mientras miraba una foto de sus vacaciones en Hawái en 1986, en la cual los dos estaban de espaldas mirando el atardecer. Las lágrimas se trataban de quedar en sus ojos, no quería llorar pero se quebró.

Desde la muerte de su esposa no había sido el mismo y aunque hayan pasado diecisiete años, guarda su dolor. A partir de eso se volvió un amargado sin escrúpulos, pues nunca entendió que esos eran los riesgos de su vocación.

Después de mirar la foto, se sentó en un almohadón que tenía en su sala de estar, aunque luego tuvo que levantarse pues sonó su teléfono de mesilla.

—Aló, ¿Bill Herstensin? —Preguntó una voz claramente perturbada y casi susurrando.

—Sí, él mismo, ¿Con quién hablo? —Replico, sereno pero un poco confundido.

— ¡Soy yo "Freaky" necesito tu ayuda! —Respondió en voz más baja y desesperado William.

— ¿Qué quieres bastardo? —Bill sinceramente no quería prestarle su ayuda.

— ¡Por favor! ¡Ayúdame! —Se escucharon unos pasos, el teléfono cayó de las manos de Mendes, y una vibración estridente llenó los oídos de Bill quien tuvo que separarse del móvil.

—Aló ¿William estás allí?

— ¡Tarton Street P. I 223! —Gritó William, después un silencio pavoroso llenó el aura— ¡No por favor! ¡No! —Se escucharon estos últimos gritos y una violenta detonación irrumpió en la llamada, para se perdiera y colgaran.

Herstensin se erizo de miedo, pues posiblemente acababa de escuchar un asesinato a sangre fría. Tomo un abrigo de cuero que habitualmente utilizaba, su pistola, una linterna y las llaves de su auto, subió a Ford Focus y lo encendió.

«A donde iré... Sé que debo ir a la villa de Tarton Street pero ¿Qué es 223 P.I?» Pensó antes de comenzar a manejar, en el camino recordó que esa era la manera en que identificaban la ubicación de cada casa en Fallen. (P.I: Plaza Inicial).

Cada casa tiene su numeró de P.I en un cartel que en Fallen es obligatorio colocar en la entrada y hace muy fácil ver cada sitio. Especialmente lo requerían en Tarton, ya que allí las viviendas están a 300 metros de distancia de las otras.

Dio giro en U por Nordau's Street y entró a Peugeot Avenue para cruzar a su izquierda y llegar. Bill aumento la velocidad a 100 k/h y llegó rápidamente a la 223.

Al llegar eran las 8:00 pm y ya había pasado media hora desde la llamada.

Él apreciaba superficialmente que estaba abandonaba y aunque el terror le corría este se convertía en adrenalina. Se estaciono, bajo del auto con su pistola y su linterna que era muy luminosa, dio unos 15 pasos hasta llegar a una parte de las afueras del lugar en donde el gramaje estaba casi completamente seco, se agacho y lo tocó.

Luego dio unos cincuenta pasos y llegó a una parte del gramaje que estaba húmedo y cortado levemente, supuso que alguien había caminado por allí.

Siguió caminando para pararse frente a la puerta, tenía su linterna amarrada a el arma y estaba apuntando hacia delante como lo haría en una típica redada policial.

Sudaba demasiado. Si alguno de sus compañeros lo hubiera visto, no le reconocería o al menos no entenderían su nerviosismo de principiante. Dudó mucho, antes de patear la puerta y abrirla a la primera. Ya adentro un olor a putrefacto colmaba el lugar.

« ¡Dios si existes te pido por favor déjame vivir!» pidió antes de seguir con su paso, miró la casa por unos segundos e iluminaba todo lo que podía, notando que aunque estaba abandonada su condición no era tan fea como parecía en el exterior, dio unos 8 pasos y apuntó a una pared que estaba a su izquierda, está tenía marcado con sangre lo siguiente: (¡SUEÑA CON QUE ME ATRAPARÁS! CON CARIÑO: ASESI...).

Los ojos de Herstensin se perdieron en el miedo, las náuseas entraron en su organismo, sus manos temblaron dejando caer su pistola y su linterna. El sonido estruendoso de la caída de los objetos fue lo que le devolvió la consciencia, estiró su brazo derecho y tomo sus cosas. Dirigió la luz hacia delante de su cuerpo y miró que habían unas escaleras, se acercó a ellas y con vacilación subió al primer escalón.

Escuchó un chillido agonizante de un animal y se dio cuenta de que acababa de pisar una rata, murmuró asqueado por la sangre y órganos que tenía en su zapato derecho, continuó su marcha, luego subió siete escalones para llegar a la cima y observar que delante de él estaban tres puertas de madera.

« ¡Maldita sea y ahora que!» pensó, antes de acercarse y ponerse en frente de la primera, apuntó a ella directamente y se fijó de que estaba mordida por roedores y rasguñada por lo que parecían ser las marcas de garras.

Estuvo punteando de arriba a abajo la puerta por unos diez segundos para asegurarse de que no había nada extraño. Luego le disparó al picaporte, y pateo la puerta que se abrió sin resistencia alguna, caminó, echo un vistazo a su lado derecho con la luz y se percató de que a unos 6 pasos de donde él estaba parado había lo que parecía ser un cofre.

Se acercó al punto en que estaba a un metro de "eso" y se dio cuenta de que era una pequeña hielera. Aproximó su cuerpo y estirando su brazo derecho lo abrió. Mientras toda la luz de la linterna la reflejaba en la hielera, visibilizo que tenía hielo en su defecto y en el fondo estos cubrían algo muy pequeño, enteramente negro.

Bill volvió a llenarse de miedo y su mente se colmó de las más oscuras posibilidades de que podría ser lo que estaba en el fondo y entró en un trance inexplicable de pensamientos que le hacían retorcerse.

Se envalentono y estiró su mano para coger lo que estuviera allí, tenía sus ojos muy bien cerrados, lo agarró para después sentir la viscosidad sustanciosa y lo ásperamente pulposo de lo que sostenía.

Abrió los ojos lentamente y definió que lo que tenía en la muñeca era el ápice podrido de un pene, conservándose para que no se desintegrara. Él lo tiro lo más rápido que pudo en la hielera, salió de la habitación y vomitó tres veces. Luego tomo aire por más de un minuto y se preparó psicológicamente para entrar en la segunda puerta.

Estaba muy fuera de sí, para poder pensar en algo bueno, « ¡Dios que viene ahora!» pronuncio, dando seguidamente un suspiro de aterro y asco puro. Volvió a recordar lo que había visto y las náuseas lo llenaron de nuevo, pero esta vez no vomitó.

No quería entrar en la segunda habitación pero algo instintivo lo incitó a ingresar, la pateo, y sintió la corrida de insectos, al abrirla apunto hacia el suelo, allí se dio cuenta de que el pasillo se había llenado de hormigas, saltamontes y principalmente cucarachas.

Corrió hacia abajo con desesperación y comenzó a disparar a las escaleras, dispersando un poco a los bichos.

«¡Esta mierda es la casa del terror, este maldito está jugando conmigo, Dios joder ayúdame!» Grito aterrado y en un punto de alteración pasmosa, su respiración era precipitada, su pulso acelerado, sus manos temblaban y sudaba como si estuviera a 40° centígrados.

Se perdió en una bruma de pensamientos y suposiciones de lo que podría encontrar en la tercera puerta, quiso irse. Pero no pudo, algo le estimulaba a quedarse allí, subir y abrir la última.

Subió de nuevo las escaleras y se paró en frente de la última puerta punteándola de arriba a abajo, luego le disparo al picaporte y la empujó suavemente. Al abrirse paso en la habitación vio un cuadro de un payaso empapado de sangre que le erizo la piel, luego apunto todo el suelo y notó que allí yacía el cadáver de William Mendes, el mismo que le había llamado una hora antes.

Los ojos de Herstensin vacilaron, casi se desmaya, pero pudo mantenerse en pie. Se agacho y vio que tenía un disparo en la cabeza y otro en el genital.

Su boca sangraba todavía y en su pecho estaba un papel finamente enrollado como una carta. Bill bajo sin tocar nada, volvió a su auto, tomo su celular y llamo a Simpson.

9:00 PM

—Aló ¿Simpson estas allí? —Preguntó Herstensin desesperado, pues pensaba que él asesino todavía estaba cerca.

—Sí, yo mismo ¿Qué quieres Herstensin? —Replicó Marcus lleno de impaciencia por dos cosas, habían irrumpido su dormir con Elise y presentía que era algo malo.

—Acabo de encontrar el cadáver de William Mendes...

El detective suspiró recordando en una fracción de segundos todo lo que le había dicho el difunto antes de ser asesinado, una lagrima impotente broto de sus ojos porque sabía que sí hubiera actuado las cosas quizás serian diferentes.

— ¿En dónde estás? —Preguntó Marcus un poco alicaído.

—En la pequeña villa de Tarton Town, casa con numeró de P.I 223. Te espero —. Dijo eso y corto la llamada.

Simpson se vistió, cogió su celular, su pistola y unas píldoras de epinefrina que siempre cargaba con él, salió sin decirle nada a Elise que estaba dormida en el sofá.

Ya afuera llamó a la comisaría, donde estaba Masson solamente.

—Aló ¿Rend? ¿Heston? —Preguntó para saber quién estaba en las oficinas.

—Soy yo Rend. Heston se fue a su casa me dijo que le dolía el estómago —. Simpson escuchó eso pero era incapaz de pensar con claridad.

—Escúchame con atención debes llamar una ambulancia y a los forenses, diles que deben dirigirse a Tarton Town a la casa de P.I 223 —.Marcus indicó esto para pausarse a través de un suspiro de infortunio que su compañero escuchó—. Parece ser que La Samaritana de Satán ha atacado de nuevo.

Corto la llamada después de decir eso, encendió su auto y emprendió su ruta para ir a Tarton Town. Mientras la frustración e impotencia le carcomían los pensamientos.

10:00 PM

Llegó a Tarton y apresuró la velocidad del auto manejando a unos 130k/h.

Admiraba los verdosos pastizales y los frondosos árboles frutales de las rutas que distanciaban las casas, sintiéndose impacientado por el silencio abrumador de Tarton. Al pasar por la 221 su pulso se aceleró le faltaban 600 metros para llegar.

« ¡Infortunado el que no compro la rosa de la paz!» pensó Marcus antes de estar a unos 100m de la casa 223 y notar que Herstensin le esperaba. Lo que había pensado siempre se lo decía su padre, cuando se le informaba de un asesinato por algún ajuste de cuentas y para él siempre le pareció una frase muy bonita. Pero esta vez no era un ajuste de cuentas sino una asesinato por mero gusto.

Al llegar a la 223 estacionó su Toyota Prius unos 6 metros atrás del auto de Herstensin. Bajo de el para observar la frívola, pasmada y pálida cara de Bill que desvariaba mentalmente, por lo que había visto unos 20 minutos antes. La cara de su compañero irrumpió la paz efímera que había conseguido en el camino y el temor e incertidumbre que tenía desde su charla con el ya difunto volvió.

— ¿Por qué estas así de intranquilizado? —Preguntó al mirar los ojos deslucidos de su colega. La inexpresión de Herstensin generó más temor en Marcus, para que la respuesta fuera aún más alarmante.

— ¡Júzgalo tú mismo!

Simpson amarro con cinta negra su linterna a su revólver, busco y sacó del asiento trasero de su auto una navaja automática, para luego entrar a la casa. La puerta de esta seguía abierta, apunto a la cocina, luego a la misma pared a su izquierda que Herstensin había mirado al entrar, este al ver aquella frase con sangre se perdió en una bruma de pensamientos retorcidos sobre todo lo que le faltaba ver, además que en la pared también corrían cucarachas y hormigas.

Luego apunto hacia adelante en donde estaban las escaleras en la que los insectos yacían con felicidad disfrutando de su nuevo espacio. Simpson corrió los más rápido que pudo hacia la cima de la escalera y ya arriba observo las tres puertas que estaban abiertas, paso por la primera observo todo lo vacío y sombrío del lugar antes de darse cuenta de la hielera, se acercó pero no tuvo la valentía de abrirla, así que salió de la habitación y siguió para intentar pasar a la otra, que ya casi no constaba de bichos, así que se abrió camino y al entrar observo algo inexplicable.

Cubierto con una túnica morada especial para lo espiritista, estaba aquello parado que no era un cuervo, ni algún ave, se constituía por unos cuernos de venado, unas garras de tigre, una mandíbula de zamuro trazada con sangre goteante y un gesto enteramente inexplicable, era una figura de cera absolutamente extraña y hacía sentir un espanto venenoso que llenó las entrañas del detective, mismo que se oscilo del miedo y conmoción efervescente, lo cual hizo que por instinto le disparara a aquella imagen, que se desmorono estruendosamente.

Él, salió en caminó a la tercera puerta, dudando mucho de querer entrar pero lo hizo, punteó toda la habitación con la linterna, entrando en una neblina de recuerdos al ver a Mendes balaceado en el suelo y a su cercanía algunas ratas y cucarachas, además de aquel cuadro espeluznante y psicótico del payaso ensangrentado y la carta finamente enrollada que posaba en su pecho.

No aguanto su sentimiento de culpa y bajo las escaleras mientras escuchaba la sirena de la ambulancia y el entrar de las camionetas forenses. Herstensin estaba mejor mentalmente y sus ojos no estaban tan perdidos como hace minutos. Los paramédicos y los forenses estacionaron los autos y bajaron con sus implementos.

Mike Richmond el forense de cabecera entre ellos le extendió la mano derecha a Bill y a Marcus que estaba ahora junto a su compañero.

— ¿Qué ha pasado detective? —Pregunto al notar la consternación en los dos policías.

—Ya usted sabe. Pasen conmigo. ¡Esto será tremendo! —Respondió Marcus con cierta impaciencia pues no quería volver a entrar.

Al entrar los forenses y paramédicos sintieron el temor y la agitación que provocaba el lugar. Observaron el letrado de sangre que dejo el asesino en la pared, y los ojos de Mike se enturbiaron. Se acercaron más para tocarla y aunque ya seca pudieron distinguir que era de un animal, (Posiblemente una rata), siguieron caminando para subir las escaleras y al entrar en la primera puerta abrieron el cofre y al darse cuenta de lo que estaba en ella todos se miraron las caras con incredulidad.

— ¡Esto es de putos locos! — Dijo el asustado Richmon en voz alta.

Cogieron la pequeña hielera y uno de los paramédicos con repulsión bajo y la metió en la ambulancia. No entraron en la segunda puerta solo la iluminaron y siguieron hacia la tercera en donde vieron el cuerpo de el "Freaky", allí uno de los paramédicos junto con un forense determinaron que llevaba un aproximado de dos horas y media muerto. Mike se colocó unos guantes de látex para agarrar la carta y la leyó en voz alta:

"Entre más me busquen, más activO/A me vuelven... Sueñen conmigo angelitos."

Unos paramédicos subían una camilla para llevarse el cuerpo de Mendes. Él bajo, y camino nuevamente hacia donde estaba Herstensin.

— ¡Por favor quédate aquí y cualquier cosa que ellos necesiten proporciónaselas! —Pidió el detective con verdadero cariño apelando a los sentimientos más puros de Bill, que muy en el fondo se ocultaban.

—Ok —, replico su colega con verdadera compresión y aunque él tampoco quería quedarse, sabía que Marcus en ese estado de consternación no podría actuar claramente así que le dejo ir.

Simpson se subió a su Toyota Prius y manejo de regreso a su casa.

3

Comisaria de Fallen

11:15 PM

— ¡Rend que mierdas te pasa! —Gritó Heston quien había vuelto a la comisaria, a su compañero.

—Lo mismo pregunto yo Chris —, respondió Masson calmadamente y moviendo su cabeza de un lado a otro en un gesto de desaprobación—. Estas muy raro últimamente, no serás tú... —no pudo terminar la frase, algo simplemente no le dejaba seguir con aquellas palabras, mismas que se ahogaron en su garganta. Por eso no dijo más nada y solo se sentó en su escritorio para repasar las pruebas.

Heston por su parte caminó hacia el estacionamiento. Estuvo parado admirando los alrededores con esmero.

«Las luces no se encienden en esta parte del mundo supongo» murmuró, antes de volver a entrar y mirar a Rend con antipatía, para luego tomar el teléfono de la comisaria y marcarle a Simpson, pero este no respondió las llamadas.

Estaba en un bar llamado "Buena-Bebida" con Elise bebiendo vodka Absolut, mientras la culpa llenaba sus pensamientos y su acompañante para consolarle le repetía la misma frase—. No fue tu culpa Marcus —, pero él no le prestaba atención y le cambiaba el tema.

Simpson se levantó de la barra y se acercó a una joven que bebía un "toblerone", vestía de blusa a rayas y un jean slim, con los labios levemente abrillantados y sus piernas cruzadas.

Su piel blanca palidezca, buena figura y su cabello negro ondulado. Rudamente refinada y muy dispuesta a entablar una conversación.

—Hola chica ¿Cómo estás? —Le preguntó Simpson mientras se sentaba a su lado y le estiraba la mano derecha en forma de saludo.

—Deberías mejorar tu forma de presentártele a una mujer —, replico ella entre risas, sosteniendo una onda de su cabello. Él bajo su mano y la miro con recelo y disgusto—. Me hace gracia ver a un detective en este estado —, añadió la chica sonriendo.

Él aunque estaba lo suficientemente alcoholizado para sentir mareos y no poder pensar de manera clara, no entendía como esa mujer sabía quién era él, así que le hizo la pregunta.

— ¿Cómo sabes que trabajo como detective? —Preguntó mientras limpiaba una mancha de salsa marinara en la mesa con su muñeca derecha.

—Eres de los pocos policías de acá, todo el pueblo los conoce... —ella dejo de hablar porque vio a Elise levantarse de la barra, para luego tomar del brazo izquierdo a Simpson y alejarlo.

— ¿Qué te pasa? —le preguntó ella, acompañando la interrogación con una mirada penetrante y tóxicamente celosa —¿Te gusta esa puta? —aclamó fulgurando en sus ojos un destello de odio y psicopatía.

Él notó aquello y trato de ser sensato, pero el alcohol jugó en su contra y comenzó a reírse de aquellos celos, seguidamente la palma izquierda de la mano de Elise se acercaba poco a poco para cachetearlo, su fuerza fue tan excesiva que lo zarandeó y casi cae.

Los presentes en el bar casi en un movimiento unánime voltearon a verles, ella sin decir nada y de manera extraña salió del bar, corriendo y llorando con suspiros exagerados. Él se quedó sembrado y con indiferencia simulada le dejo salir, sin aclamarle que regresará, aunque por dentro moría por hacerlo.

Luego se acercó a la barra y pidió dos tragos de anís, cuando se los entregaron volvió a la mesa donde estaba la que ahora sería su acompañante.

— ¿Qué ha pasado? —Hurgó en lo sucedido con una pregunta— ¿Ella es Elise Kershaw la reportera? —curioseó con otra la joven.

—Sí, es ella. Está en un seguimiento especial a los asesinatos de los últimos días —, aclaró él sin problema alguno.

La mujer lo miró con deseo mordiéndose los labios, hubo un silencio en la conversación por unos 15 segundos, para que de repente en un extraño escalofrío que trajo consigo la desconfianza hacía su acompañante, Marcus se levantara de la mesa sin decirle nada a la joven y se fue del bar. Ya afuera no miró a Elise en ningún lado, así que subió a su auto y se fue, suponiendo que ella también se había ido.

No se hacía una idea de dónde estaría, lo que sí sabía era que tenía una asesina que capturar o al menos eso le indicaba su cerebro alcoholizado.


Zona para dejarles mis preguntillas

¿Qué les pareció la escena de la muerte de William? 

¿Creen que Heston en verdad tiene algo que ver?  Ese chico es medio raro. Xd 

Y Elisse ¿Qué piensan de ella? 

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