Abrazo muy fuerte a mi madre y a Eli mientras veo que se acerca esa horrible bestia hacía nosotros, jamás en mi vida había visto esa especie de animal, tampoco sabía que pudiera existir un animal así, esa cosa de verdad que aterraba nada más con verla.

Tenia todo el cuerpo cubierto de pelo corto de color negro, su altura era más de dos metros y caminaba erguido, sus brazos eran largos con enormes garras, sus patas eran fuertes y parecidas a las de un lobo, tenía  dientes muy afilados que mostraba amenazante. Lo que más llamaba la atención era su rostro, tenía rasgos de lobo y a la vez de mono, pero lo que confundía era sus rasgos humano, parecía que la evolución no había terminado su trabajo en él. La fuerza que tenía esa bestia era impresionante, podía lanzar autos por los aires con tan solo una de sus manos.

Ese animal viene hacía nosotros y se para delante, Eli comienza a gritar desesperada, tapo su boca y sus ojos con mis manos mientras mi madre se queda paralizada de miedo.

Esa cosa, se encorva un poco para poder quedar a nuestra altura y mirarnos  fijamente a los ojos, esa mirada era aterradora, tenia ojos ámbar profundos que paralizaban, era como si te dejaran en un trance mientras te veían.

Al encontrarse con mi mirada esa criatura empezó a hacer gruñidos amenazantes, no me quitaba la mirada de encima mientras se volvía a levantar en sus dos patas, sentía que el miedo se apoderaba de mí, es que un solo golpe de ese animal haría que los tres saliéramos volando despedazados.

Los gritos y llanto de las personas que estaban haciendo atacadas se metía en mis oídos como espadas cortantes, todo ese lamento fue apagado en cuestión de segundo cuando la bestia que me miraba se retira un poco de nosotros, con su mirada todavía en mí comienza hacer un sonido parecido a un aullido, al instante los demás lo siguen y comienzan a aullar también.

Ese sonido era fuerte que casi explotaban  los oídos, de pronto todos esos animales salen corriendo de vuelta al bosque, no entendíamos para nada su comportamiento pero ya estábamos un poco más tranquilo de que se hayan ido.

Mi madre agarra a Eli entre sus brazos y la comienza a consolar, ella realmente estaba muy asustada, bueno todo lo estábamos. Después de respirar profundamente seguimos caminando hacia la casa de Gabriel.

En las calles solo había sangre y cuerpos destrozados por todos lados, el llanto de las personas que habían perdido sus familiares llenaba el ambiente de tanta tristeza que provocaba también llorar con ellos, en el suelo habían hombres, mujeres, ancianos y hasta niños que fueron victimas de esos monstruos.

Seguimos nuestra marcha hasta que ya visualizamos a unas cuantas calles la casa de mi amigo. En mi rostro se dibuja una sonrisa, ya por lo menos íbamos estar seguro mi familia y yo.

Pensé que íbamos a estarlo pero no fue así, de pronto de una de las casas comienzan a sonar disparos, de esa vivienda sale un hombre de mediana edad con aspecto de cazador, llevaba en su mano una escopeta, su mirada estaba perdida parecía que había enloquecido.

Ese hombre nos ve y comienza a apuntarnos con su escopeta, al ver que nos apuntaba salimos corriendo a toda velocidad, un disparo suena pegando en un carro cerca de mí, corríamos tan rápido sin voltear hacia atrás, otro disparo suena cerca de mi madre mientras escuchábamos insultos del hombre que nos perseguía.

Ya estando cerca de la casa comienzo a gritar el nombre de mi amigo, veo que  la  puerta de la casa de Gabriel se abre dejándome ver a su padre que también cargaba una escopeta en su mano.

—¡Corran, rápido, rápido! — decía el señor Robert.

Los disparos sonaban cada vez más cerca de nosotros, ese hombre corría rápido, parecía como si nos estaba cazando, mi madre ya agotada me da a Eli para que yo la lleve en mis brazos mientras corremos, estando apenas a unos pasos de la casa de Gabriel veo como él señor Robert sale y comienza a dispararle a ese loco que nos atacaba.

Pasamos por un lado del padre de mi amigo mientras el seguía disparando hacía aquel  hombre, entramos a la casa y veo a la familia de Gabriel aterrada, en la sala se encontraba la señora Carol y su pequeño hijo Benjamín pero no veo a Gabriel.

Bajo a Eli y la abrazo para calmarla, el rostro sorprendido y con lágrimas de la señora Carol hace que voltee a la misma dirección que ella está mirando, lo que vi me dejó sin palabras, mi madre estaba jadeando y apunto de desmayarse, corro hacía ella para sostenerla. Al caer en mis brazos pude ver la cantidad de sangre que salía de su espalda.

El miedo mas grande que puede sentir un ser humano lo estaba experimentando en ese momento, tenía miedo de que mi madre muriera. Comienzo a llamarla y ella no responde, mi cara enseguida se inunda en lágrimas, Eli se acerca a mi madre llorando con miedo, la señora Carol la aleja de nosotros a pesar que Eli se rehúsa a soltarnos.

El señora Robert entra a la casa después de haber matado a ese tipo loco que andaba asesinando a las personas, al ver que estoy en el suelo sosteniendo a mi madre me deja ver una expresión de asombro en su rostro.

—Ese maldito loco hirió a tu madre — se lamenta el señor Robert — Levántala y llévala a una de las habitaciones.

En ese momento recordé que el señor Robert había ayudado a muchos soldados heridos cuando fue a la guerra, eso era lo que nos contaba a Gabriel de su padre y como fue capitán en la tropa elite.

Llevo a mi madre a una de las habitaciones mientras los padres de Gabriel corren de un lado a otro buscando lo que iban a necesitar para ayudarla con la herida de bala.

El señor Robert entra a la habitación junto con su esposa trayendo unas cajas en sus manos llenas de materiales para atender a mi madre.

Salgo de la habitación quedándome parado frente a la puerta,  al instante llega Eli y Benjamín y se sientan en el pasillo, hago lo mismo que ellos y también me siento.

—Kailer, ¿Mamá va a estar bien? — pregunta Eli con su rostro preocupado.

—Por supuesto que va a estar bien, así que no te preocupes — ella se me acerca y me abraza.

Robert Thomson ( Narrando )

Veo a la madre del mejor amigo de mi hijo herida de gravedad y me preocupa, es verdad que en la guerra ayude a muchos compañeros heridos, pero también vi morir a muchos. Mis manos tiemblan un poco mientras que Carol y yo quitamos la blusa de la señora Evans, después de retirar su blusas pude darme cuenta de la gravedad del asunto, ella había sido herida con una bala de escopeta por lo que el daño era muy grande.

Comienzo a examinar la herida que tenía cerca de los riñones y sin duda ella estaba teniendo una hemorragia muy peligroso, lamentablemente esa herida era Fatal y tenía que hacer tratada rápidamente en un hospital.

—Hay que llevarla rápido al hospital, no puedo tratar una herida de esa magnitud — le digo a mi esposa levantándome de la cama para ir avisarle a su hijo.

—¡Robert! — escucho pronunciar a Carol entre lágrimas.

Al voltear veo a la señora Evans con un ataque, su cuerpo temblaba mientras sus ojos se volvieron blancos, después de un suspiro quedo tranquila, le tocó el cuello buscando su pulso y no lo siento, lamentablemente la madre de Kailer había muerto.

Ahora como le decíamos esa mala noticia a sus hijos ¡Pobres chicos, les va a doler mucho cuando se enteren de lo sucedido con su madre!.