Siempre he sido un chico solitario y débil, siempre me molestó lo que soy, en el colegio todos se burlaban de mi y yo solo agachaba la cabeza como un idiota, ahora me doy cuenta que así sea mitad salvaje sigo siendo el tonto chico debilucho del que todos se burlan. No he cambiado, sigo siendo el mismo.

Cierro mis ojos mientras siento en mi cuerpo todos esos golpes, mi corazón comienza a latir cada vez con menos fuerza, una lágrima se escapa de mis ojos al ver lo patético que soy, en ese momento me rendí y solo espero que ese salvaje acabe conmigo.

—¡Kailer, no te rindas, no lo hagas! —en medio de la oscuridad vuelvo a ver a esa mujer que me alienta a seguir, ya era la segunda vez que la veía en mi mente, aunque todavía no sabía quién era ella y por qué me animaba con tanto amor en sus ojos azules.

Abro mis ojos, sintiendo un poder dentro de mí que inexplicablemente crecía y crecía haciéndome sentir imparable, dejo salir un grito fuerte, tan fuerte que las aves huían hacia todos lados, me levanto ante la mirada confundida de mi atacante. El solo me veía con admiración para luego arrodillarse delante de mí.

—Sabia que eras tú el príncipe —dice el salvaje inclinando su cabeza delante de mí, esas palabras me dejaron completamente atónito — Como te dije antes yo no soy tu enemigo, tu verdadero enemigo es Doria, y tendrás que ser más fuerte si le quieres vencer, si me lo permite mi príncipe yo le puedo enseñar lo que sé para que se vuelva muy fuerte, he estado esperando por mucho tiempo poder conocerlo y ayudar a eliminar la tiranía que Doria tiene en la tribu.

—No te entiendo, ¿Por qué me quieres ayudar si tú fuiste criado por él?

— El me crío porque mato a mi madre, siempre es sido su sirviente y he tenido que aguantar sus maltratos, el solo me entreno para cuando llegara este momento, sin embargo tu no eres mi enemigo, nunca te he considerado como alguien que yo tenga que destruir.

El salvaje me hablaba con respeto, no estoy seguro si debería confiar en él, pero no tengo otra opción, será más fácil si tengo un compañero de batalla.

—Mi nombre es Elián, y estoy para servirle príncipe.

Elián por un momento me hizo recordar a mí mismo y todo lo que había sufrido por culpa de alguien más fuerte que yo, él tiene razón si quiero ganar tendré que hacerme más fuerte que mis enemigos y hasta más fuerte que yo mismo y mis temores.

—Tendremos que irnos mi señor, el líder no tarda en llegar, será mejor que no nos consiga aquí.

—No me llames señor, solo dime Kailer, si es mejor que nos larguemos de aquí antes que lleguen los demás.

Bajamos los dos de la azotea para buscar a Alondra e irnos, la chica al ver a Elián entrar al salón conmigo comienza a lanzarle las sillas y mesas que se encontraba a su mano.

Trato de calmarla explicándole que ahora ese salvaje será nuestro compañero, entiendo a Alondra que me mira confundida , es extraño hacerse amigo de una de esas criaturas.

Salimos del colegio hacia el estacionamiento en busca de algún auto, para nuestra suerte había uno estacionado, era el auto del profesor de matemáticas, como de imaginarse no estaban las llaves, así que teníamos que ingeniárnosla y ver como hacíamos que funcionara.

Alondra entra al auto y comienza a golpear la suchera haciéndola caer, despega unos cables y comienza a unirlos, pensé que no iba a funcionar, para mí sorpresa si funcionó, ya se que no nada más en las películas puedes lograr encender un auto sin las llaves, al escuchar el ruido del motor comenzamos a celebrar.

—Espera Kailer, esa cosa no irá en el auto con nosotros ¿Verdad? —exclama la chica apuntando con su dedo al salvaje frente de ella

—Si ira, además tu puedes ir a delante y el va en el asiento de atrás.

—¡Te has vuelto loco!, no podemos tener tan cerca a esas cosas, nos podría atacar como ya lo hizo hace rato.

—No tienes porque preocuparte, él no nos atacara, Elián irá y punto.

— ¿Elián? Que carajos ya le pusiste hasta nombre.

—Yo no le puse nombre, él ya se llamaba así.

—Ósea los salvajes tienen nombres como las personas, ¡Que locura! —bufa la chica mientras se monta en el auto.

Subimos los tres después de esforzarnos con Elián para que entrara en el auto, por su altura no le quedó de otra que sacar parte de sus pies por la venta, esa era la única forma que entrara en el auto.

Arrancamos y nos vamos a Boston, allá nos están  esperando Gabriel y los demás, mientras manejo la ansiedad comienza a llenar mi alma, tengo miedo de lo que nos podamos encontrar en Boston, aunque más miedo me da no poder encontrar a mis seres queridos.

Dalton (Narrando)

Mi hermano ha muerto, ahora sí me quedé completamente solo en este mundo, todo esto es culpa de Kailer, ese fenómeno tiene que pagar por la muerte de Erick, lo voy a matar cuando lo vea, lo voy hacer sufrir de la peor manera, te lo prometo hermano.

Seco mis lágrimas y arrastró el cuerpo de Erick hacia fuera, tengo que enterrar a mi hermano, no lo voy a dejar tirado en medio de ese salón, lo sepultare en el jardín del colegio, ahí descansará en paz.

Apenas voy llegando al jardín cuando siento la presencia de alguien detrás de mí, volteo nervioso de quien podría ser, para mí mala fortuna resulta ser un salvaje que me veía con cara de odio. Detrás de él venían como veinte más, caigo al suelo a un lado de Erick, me sentía acorralado, no tenía chance de huir a ningún lado, estaba completamente rodeado de salvajes.

Mi corazón late fuerte, mi cuerpo tiembla sin parar, esas criaturas dan mucho miedo, esos seres  son muy aterradores, lo peor es que todos me miran con cara de asesinarme sin piedad.

Me levanto y trato de pasar entre ellos corriendo, es inútil, uno de ellos me sujeta del cuello mientras me alza cortándome la respiración por su fuerte agarre.

Ellos hablaban en su idioma y no se que carajos decían, aunque en la forma que me veían de seguro que le estaban diciendo al monstro que me tenía agarrado que me matara.

Enseguida comienzo a llenarme de terror al sentir sus asquerosas mano apretar más fuerte mi cuello, tenía que hacer algo, no puedo permitir que esté feo animal acabe con mi vida, así que recordé que ellos parece interesarle Kailer, yo podría ayudarle con lo que buscan, solo tendría que convencerlos de que no me asesinen y esperar que entiendan mi lenguaje.

—¡Espera, espera, yo puedo ayudarles a conseguir a Kailer, yo lo encontraré para ustedes! —pronuncio con dificultad mientras las criaturas me veían sin entender lo que decía.

Uno de ellos, se veía más fuerte que los otros, llevaba unos collares que daban mucho miedo, se acerca a mí mientras habla con él que me sujetaba, no se que rayos le dijo pero el monstro enseguida me soltó al oírlo hablar, caigo al suelo buscando otra vez respirar, siento que me sujetan por el cabello haciendo levantar mi vista para ver unos horribles ojos ámbar que me veían fijamente mientras hablaba.

Al principio no podía entender lo que decía, lo único que sentía era esa mirada extraña que estaba controlando mi mente, mi cuerpo se sentía como en un transe al escuchar cada una de las palabras que decía , de repente las palabras las fui entendiendo una por una.

—Escucharme bien, te daré una oportunidad de vivir, solo si me dices donde está ese chico, si no me dices acabaremos con tu miserable vida — trago grueso al escuchar la amenaza de ese monstruo, lo peor es que no tenía ni idea de donde se había metido Kailer.

Mi mente nublada de pronto comenzó a recordar lo que había escuchado en la casa de Gabriel, ellos estaban planeando ir a Boston.

—Se dónde está el chico que buscas, yo te puedo llevar hacia él.

—Entonces hazlo pronto —gruñe la criatura impaciente por encontrar a Kailer.

—El se fue a la ciudad, yo te llevaré a donde está, solo te pido una cosa a cambio.

—¿Qué quieres a cambio?.

—Que me dejen unirme a su manda, eso es lo único que pido.

El monstro me suelta del cabello y se levanta, me imagino que eso es un sí, me levanto y comienzo a caminar hacia el camino que conduce a Boston, quería sepultar a mi hermano, pero es mejor no hacer esperar a esos animales, volteo a ver con tristeza el cuerpo de Erick, en mi corazón solo siento la sed de venganza por mi hermano.

—¡Síganme es por aquí! —grito y todos ellos me siguen, se sentía bien que esos monstro me siguieran como si yo fuera su líder.

De pronto uno de ellos me sube a su espalda y sale corriendo a una velocidad increíble, los demás venían también corriendo detrás mientras yo les guiaba por dónde ir.

Solo espero llegar rápido a la ciudad y  encontrar al miserable de Kailer.

¡Maldito Kailer me la vas a pagar!