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capítulo 1

No sé si es mi imaginación o soy yo que siento el pasillo del colegio más largo que nunca, es difícil tener que caminar por ese pasillo mientras las miradas y susurros van dirigidos a mí, realmente es incómodo.

— Kailer, ¿Dónde te metiste anoche?  —  escucho hablara a mi amigo Gabriel — Te busque por todos lados y no te encontré, te dije que no te fueras de la fiesta hasta que consiguiéramos a unas chicas lindas.

— Si ibas a espera que una chica se te acercara,p entonces tendrías que quedarte a vivir en esa casa después que terminara la fiesta — Respondí con ironía.

— ¡Oye, Kailer! no seas tan malo amigo, ya deberías dejar ese autoestima tan bajo que tienes, no se tú pero yo si me considero irresistible.

Mi amigo Gabriel  suele ser un chico muy fantasioso, anda siempre soñando que una linda chica se enamora locamente de él, no es que sea pesimista, pero no creo que Gabriel con su físico lo vaya a lograr, no por lo menos en este colegio, mientras exista Dalton y sus amigos no tendremos oportunidad.

Sé que están imaginando tal vez cómo nos vemos, buenos se los cuento.

Gabriel es un chico de apenas 1 metro 68 con ojos negros y piel morena clara, su cabello es lizo y desarreglado igual que él. Por mi parte yo si soy demasiado alto mido 1 metro 90, soy delgado, con cabello lizo castaño oscuro y mis ojos son de color ámbar, dicen que este color de ojos no son muy comunes en los humanos: Se estima que tan solo el 5% de la población mundial los tiene. Sin embargo, son más frecuentes en el reino animal, A veces se les llama "ojos de lobo". Nunca he entendido por qué mi madre y mi hermana tienen ojos azules y yo no, ese es otro misterio más de mi vida. Otra cosa que es extraño en mí es mi color de piel, es pálida, yo diría que es muy pálida y eso no pasa desapercibido.

Gabriel y yo somos un fracaso para casi todo, ya sea en deporte, en conquistar a las chicas o en comunicarnos con los demás, incluso fracasamos cuando entramos a un gimnasio para sacar músculos y dejar de ser unos flacos sin nada que mostrar. Los dos somos tan patéticos que por eso nos las llevamos bien.

Entramos al salón y como siempre delante estaba Dalton con sus compañeros del equipo de baloncesto. Estaban rodeados de hermosas chicas, aunque la que más deslumbraba era Samantha la más linda chica que he visto, ella es rubia parece el sol, su larga melena le cubre la espalda, sus labios siempre son rosados y su mirada azul como el cielo. Lo único malo en ella es que era novia de Dalton.

— ¿Qué haces viendo a mi novia, pálido? — ese apodo me hacía molestar, no podía evitar pasar por un lado de Samantha y no quedar como un tonto mirándola.

— Dalton,  ¿Vas a dejar que palidito se coma a tu novia con los ojos? — bufa Alex el más idiota del salón y mejor amigo de Dalton.

— Vamos amigo, vamos a sentarnos mejor — dice Gabriel tocando mi hombro.

En eso el muy imbécil de Dalton se levanta de su asiento y nos impide el paso, su mirada retadora caía sobre mí, él es casi de mi misma altura, la mínima diferencia sería de algunos centímetros, en eso somos parecidos, pero no en lo físico. El es atlético y con una enorme fuerza para pelear, por esa razón le temen en todo el colegio.

— Te pregunté ¿Qué haces mirando a mi chica? — habla Dalton acercándose a mí amenazador.

— Él no veía a tu chica, amigo, relájate — vocifera Gabriel tratando de aliviar el ambiente cargado de tensión.

— Yo no soy tu amigo, jamás sería amigo de un hobbit — Dalton y sus amigos comienzan a reírse de Gabriel que solo agacha la mirada.

Me molestaba que esos idiotas siempre se saliera con la suya, era solo un hombre, pero todos lo veían como si fuera lo mejor del mundo.

— ¿No me vas a responder palidito? — vuelve a recaer en mí la mirada desafiante.

— No tengo por que responderte, y apártate de mi camino — le respondo con una actitud decidida lo que provoca que en el salón comience a burlarse de Dalton.

— Palidito, ¿Quieres una paliza? porque me parece que si — apenas terminó de hablar sentí como su puño golpeó mi estómago dejándome sin aliento por un momento.

— Déjalo Dalton, él no me estaba mirando — dice Samantha mientras se interpone entre su novio y yo — ¿Te encuentras bien Kailer?.

— Sí, me encuentro bien — le respondo aunque en ese momento sentía que tenía todas las costillas de mi flaco cuerpo partidas.

El profesor entra al salón con su ruidosa voz dando los buenos días, que hasta los momentos no se que tiene de bueno, nos manda a sentar para comenzar la clase, Dalton se queda mirándome desafiante, luego se aparta y yo logro pasar y sentarme.

Ya mi día había empezado mal, siempre estos chicos se metían conmigo, pero está vez fue más temprano que otros días.

La clase terminó, como siempre casi todos dormían excepto Gabriel y yo que éramos lo que más prestamos  atención en clase. Voy caminado hacía la cafetería junto con Gabriel cuando siento que me empujan tan fuerte que caigo al suelo golpeándome la cabeza, me levanto algo mareado y siento como sangre baja de mi frente.

— ¡Kailer! — escucho a Gabriel gritar antes que Alex le diera una fuerte patada en su pecho y lo tumbara al suelo también.

Trato de levantarme, pero una patada en mi rostro me hace perder el conocimiento, mientras me estoy desmayando veo como Alex arremete a golpes a Gabriel y no puedo hacer nada, todo por mi débil cuerpo.

Despierto y veo a Melissa llorando mientras mi cabeza reposa en sus piernas, a nuestro alrededor había una cantidad de estudiantes que pensaban que Dalton me había matado, al verme que me estaba levantado solo se burlaron de mí y se fueron.

— Kailer, vamos a la enfermería duraste un rato desmayado tiene que revisarte el médico — dice Melissa.

No le respondo estaba muy furioso y a la vez avergonzado por ser tan débil, busco con la vista a Gabriel y lo veo al final del pasillo sentado en el suelo, me le acerco y no pude evitar la ira al ver el rostro de mi mejor amigo molido a golpes.

Al verlo tan lastimado sentí muy adentro de mí algo que ardía, ese algo que no se como explicar quemaba, sentí como todo mi cuerpo se tenso y mi mente por un momento se quedó en blanco solo sintiendo la ira que me estaba consumiendo.

— Amigo, ¿Estás bien? — Gabriel parecía confundido al verme como estaba actuando — Amigo no te tienes que poner así ya olvídalo, ya estoy acostumbrado.

— Ya no permitiré más que esos idiotas y sus amigos te golpeen, Gabriel, ni a ti ni a más nadie.

— Kai, déjalo así, si te enfrentas a ellos te van a matar.

— No me importa, pero ya no permitiré que te maltraten.

Me levanto y salgo corriendo a buscar a Dalton y Alex, atrás se escuchaba las voces de Gabriel y Melissa gritarme que no lo hiciera. El odio que sentía por él, por sus amigos, por los que se metían conmigo y con Gabriel solo por ser mi amigo, por los profesores y el director que solo se quedaban callados sin hacer nada antes los abusos de esos miserables.

Era tanto mi odio que me segó, voy hacia el estacionamiento donde se encontraban.

— Mira quién llegó, ya el bebé se despertó — se burla Alex

— ¿A qué vienes? ¿Quieres que te dé otra paliza?.

— Aquí el único que va a recibir una paliza eres tu — Le digo decidido a pelear y ganarme el respeto que me merezco.

Pero esas ideas de ganarme el respeto se termina cuando siento un golpe en mi espalda que me da Alex, caigo al suelo y Dalton comienza a patearme.

— No llegaste muy alzado, ahora mírate eres un pobre idiota — dice Alex mientras me escupe el rostro.

Me levanto adolorido al ver que Dalton y Alex suben a la camioneta y comienzan a tratar de atropellarme, sus risas invaden mis oídos haciéndome sentir tan frustrado por ser tan idiota.

— Vamos a hacer correr a Palidito — propone Alex mientras se reía a carcajadas.

En eso Dalton acelera la camioneta para intimidarme, en ese momento para mi mala fortuna la camioneta acelero tan fuerte que no pude quitarme, veo como la camioneta viene a toda velocidad contra mí tumbándome al piso, mientras su rueda queda encima de mi abdomen.

Sentí un fuerte dolor mientras los gritos llenaban el silencio que poco a poco se llevaba mi vida.

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