30 Cercanas aún en la distancia
—Ya vuelvo.
Recibe un mensaje de Olivia y lo lee entre dormida de inmediato, solo logró dormirse luego de dar vueltas horas en la cama abrazando fuerte la almohada dónde se recostaba su novia.
—Aun no ha pasado un año ¿O dormí tanto que ya estás de vuelta?
—Ja ja ja que graciosa. Te extraño desde el momento en el que me obligaste a subirme al avión —Artemisa ríe.
—Mi amor, es tu sueño.
—Lo sé, lo sé, solo estoy algo cansada ¿Lograste dormir?
—No, digo no tanto. Abracé y lloré sobre tu almohada como una niña pequeña un rato y luego logré dormirme —del otro lado de la línea se escucha silencio—. También te extraño.
—Creo que éstos meses serán duros —suspiran ambas—, pero ya sabíamos que iba a ser así. Quiero verte.
—¿Cambiamos a vídeo llamada?
—En cuánto llegue al departamento que mi tía, Julia, me ha preparado, según ella es bastante chico, pero ya sabes que ella maneja otro lenguaje —ambas ríen—. Te dejo tengo que tomarme un taxi y poner a prueba mi francés. Te amo, Je t'aime —le dice lo mismo en francés.
—Je t'aime en retour infiniment —"te amo de vuelta infinitamente".
Cortan y ella se levanta a ponerse presentable para Olivia, se ve en el espejo y nota las ojeras que seguro van a ser algo corriente en ella durante este año, toma maquillaje de Persi y se lo coloca.
—¿Quieres ayuda? —le pregunta Persi apoyada en la orilla de la puerta y su hermana asiente—. Ni siquiera han pasado 48 hs y ya tienes ojeras, sé que no debe ser fácil, yo también la extraño, pero por favor Arte, debes cuidarte y dormir, se fue a otro país, no a otro planeta.
—Lo sé —su teléfono suena y sale del baño para atender la videollamada.
Se queda con Olivia hablando hasta la madrugada hasta que la ve bostezar le queda una hora para ir a la panadería, se acomoda mejor y le habla hasta que del otro lado de la línea ella se queda dormida, la ve dormir y sonríe con tristeza, le encantaría tenerla cerca. Su alarma suena y corta la llamada, está cansada, solo durmió dos horas y le duele la cabeza. Raven la ve en ese estado y se ofrece a hacer todo así ella se va a descansar, después de todo solo es hornear.
La castaña llega al departamento y se acuesta vestida sobre la cama, coloca una alarma que ni siquiera escucha, ni siquiera almuerza. Se levanta medio moribunda bostezando para ir al baño, ve la pantalla de su teléfono y Olivia le mandó fotos del "pequeño" departamento. Cocina, comedor, living, dos habitaciones, balcón, dos baños, y hasta tiene un pequeño patio interno, también tiene en el complejo de apartamento su propia cochera y un auto que dejó a su disposición, aunque ella prefiere la bicicleta es mucho más práctica para manejarla en la ciudad. Artemisa se ríe, Julia tiene un concepto raro de lo que es "pequeño".
Luego se pone a merendar mientras sigue viendo las demás fotos, de su desayuno, luego pasa a una serie de fotos que parece que fueron sacadas sin querer, hasta que ve que ha sido queriendo, aparece la habitación, y el teléfono parece estar sobre la cama, luego unas bragas aparecen cerca del teléfono, luego un brasier, luego Olivia le sonríe a la cámara, y luego aparece desnuda de espaldas, y luego de frente, luego se acerca a tomar el teléfono, y Artemisa rebalsa su tazón de cereales marchando todo mientras retrocede y hace zoom y mira las imágenes.
—¡Artemisa la leche! —le dice Persi y se da cuenta de lo que hace.
—Sí, oh, la leche.
Guarda bloqueando su teléfono y mientras limpia piensa que hará una carpeta de ella, en su galería y le pondrá contraseña. Persi toma su bolso y sale, la castaña suspira deja el bowl y va a calmar la urgencia de su cuerpo, hacía tanto que no hacía esto, desde la adolescencia cuando empezó a descubrirse y se siente una adolescente, solo que esta adolescente creció y ahora tiene juguetes de adultos con los cuáles saciar su libido.
—Bueno al parecer dormir te vino bastante bien —recuerda lo que hizo antes de venir a trabajar y se pone roja.
—Sí, gracias por cubrirme. Me pondré a amasar entonces, sigue con las mezclas y vete más temprano hoy.
Una vez que cierra y se queda a solas, se queda en la oficina a sacar cuentas, recibe una video llamada de Olivia y atiende una vez que le responde que estaba sola, hoy es sábado y mañana al fin es día de descanso. Al atender ve vapor, a su novia desnuda, lo que la hace tragar despacio y suspirar.
—Me estoy dando una ducha ¿Vienes?
—Me encantaría ir. Me estás torturando —la de ojos verdes sonríe y deja el teléfono apoyado en algún lado de la ducha que le deja a su novia una vista casi completa de su cuerpo—, eres cruel.
—Bueno solo un poco ¿Qué te parecieron las fotos del departamento? Es linda mi habitación ¿No crees? —Artemisa se talla el rostro mordiendo su labio inferior con fuerza.
—Me sentí una adolescente de nuevo con lo que tuve que hacer, por las fotos que me mandaste —la otra dibuja una media sonrisa.
—¿Te tocaste pensando en mí?
—Bueno que tal tu primer día —intenta cambiar de tema.
—Bien, pero más interesante que Francia es saber que mi novia se ha tocado viendo mis fotos, dime cómo fue.
—Olivia.
—Artemisa. No seas tan vergonzosa con eso, eventualmente tendremos sexo teléfono o sexting, me acostumbraste a ti prácticamente una vez al día mínimo. No vas a dejarme sin mi dosis sexual, por más diosa griega que seas —la castaña se ríe y voltea ruborizada, Olivia está mucho más confiada en el tema sexual, y ahora los papeles parecen haberse invertido— ¿Ya has pensado cuándo vas a venir a verme? Tengo que caminar por la ciudad del amor, de la mano da mi novia.
—Sí, saqué cuentas con los días y tengo un vuelo en tres semanas —ella la mira sorprendida—. En realidad Vicky vino a dejarme los pasajes esta mañana —Olivia se puso a saltar de emoción—, pero es para ir con ellas y tu abuela —deja caer sus hombros mientras cierra el agua y toma el teléfono—, dijeron algo de que se iban a juntar con la diosa griega que tanto nombra tu tía y abuela, en Francia, así que me voy con ellas.
—Pero al llegar aquí estaremos las dos ¿Verdad?
—No lo sé, creo que ellas se van a quedar en el apartamento con nosotras.
—Ya hablaré con mi tía Vicky, quiero privacidad contigo.
Artemisa ríe ante la réplica de su novia, siguen hablando mientras ella se viste, pero la ve ir y venir desnuda lo que la hace suspirar mientras va llenando con prendas su cuerpo, de alguna manera se siente cercana aunque están lejos y eso le algo de paz. Acuerdan en hacer video llamada a esta misma hora todos los días, aparte de hablarse por mensaje, es el momento dónde ambas tienen algo más de tiempo y privacidad.
—Amor —Artemisa la observa embelesada y sonríe—, me miras embobada.
—Ja, mira quién habla, tengo varías capturas tuyas viéndome con amor, así que ni hables o...
—Publícalas todas, que todo mundo sepa que estoy enamorada de ti, así tampoco se te acerca nadie mientras no estoy.
—Ni siquiera me interesaría en alguien más.
—Lo sé, yo tampoco. Creo que desde que prácticamente entraste en mi plano visual, las demás personas me tienen asexuada. Sabes que... bueno digo, yo he estado básicamente desnuda para ti y te he mandado fotos ¿Te da vergüenza si te pido fotos tuyas?
—¿De pronto vas a volver a lo artesanal?
—Ah, ahora te pones... —niega con la cabeza y ríe ruborizada— ¿Qué haré contigo?
—Tu esposa espero, más adelante.
—Eso es un hecho. Serás mi esposa y no salgas con que ni siquiera te pregunto, porque ya lo acordamos —Artemisa ríe porque estaba por decirle exactamente si quería su opinión por lo menos, solo para molestarla—. Ves me ibas a molestar con eso —mira la hora y sabe que dónde está su novia es más tarde—. Ve a descansar, no quiero que te amanezcas por mi causa.
—Eres una buena causa.
—Lo sé —ambas ríen y la castaña niega con la cabeza mordiendo su labio inferior, un gesto que ama la de ojos verdes—. Pero necesitas descansar, no quiero que algo te pase en la calle, aparte sino Persi me va a mandar audios o me llamará diciendo que deje de entretenerte en la noche hasta tarde porque no descansas —Artemisa asiente, sabe que tiene razón—. Te amo y te extraño.
—Te amo más, y te extraño. Descansa también, hablamos mañana, mándame las fotos que saques cuándo recorras la ciudad, y sobre todo has el tour de los lugares a los que quieres que vamos juntas.
—Eso será la segunda vez que vengas porque en la primera vez no saldremos de la habitación.
Artemisa se lleva una mano al rostro sonriendo sonrojada y suspirando. Te dejan besos de buenas noches y cortan, antes de irse besa una foto de ellas que guarda en el cajón de su escritorio y con una gran sonrisa se marcha de nuevo de vuelta a casa, aunque es la segunda noche sin tener a Olivia de manera física a su lado, siente la calidez de tenerla cerca de alguna manera.
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