Zayan es un chico agradable, amable e igual de divertido y enérgico que su hermana, también le sigue la corriente y la hace reír, baila sin vergüenza a que los vean, parecen más dos niños jugando que una pareja. Persi se le sube encima de la espalda y lo usa se autos de carrera y él me sigue la locura, son tal para cuál.

Aprovecha que su novia y su mejor amiga se van para hablar con su cuñada en cuánto escucha que ellas se marchan bajando las escaleras.

—Yo quería hablar contigo —le dice a la castaña colocándose a su lado para ayudarla a pelar las verduras—. Sé que Persi es tu hermanita, yo también tengo hermanas, dos más chicas y haría por ellas lo que fuera sin siquiera dudarlo, quiero que sepas que no voy a lastimarla, que lo más probable es que ella me lastimé a mí —se ríe nervioso—. Lo que digo es que —suspira—, es una chica asombrosa, te admira muchísimo, habla mucho de ti, lo has hecho muy bien y la quiero muchísimo ¿Ya dije que la quiero?, perdón estoy algo nervioso.

—Ella es una de las personas más importantes en mi vida, daría todo lo que poseo por verla realmente feliz y parece que tú lo estás haciendo bien —le sonríe y él suspira aliviado—. Podría amenazarte, pero de hermana a mayor a hermano mayor, sabes que va a pasarte si ella sufre por tu causa —él asiente y baja la mirada.

Golpean la puerta y Arte va a atender, entra su padre y Erin, y detrás de ellos vienen llegando sus suegras o las otras "madres" de Persi como les dice ella, con sus hijos. Todos están encantados con Zayan, el chico tiene el cabello castaño y los ojos casi negros, su piel está algo llena de pecas y al fin Matthew tiene otro varón con quién jugar a la play, hablar de comics y discutir sobre películas de Marvel.

—¿Qué piensas de él? —le pregunta Olivia en el momento que Artemisa la abraza recostándose sobre su espalda mientras lava los platos, ya todos se han marchado y Persi lo acompañó abajo para despedirse de él— Es un buen chico.

—Al parecer sí.

—Me deja más tranquila al irme y saber que ustedes estarán bien.

—Dijimos que no íbamos a hablar sobre tu partida.

—Lo sé, cariño, pero solo digo que estaré más tranquila. Persi recuperó a su amiga, tiene novio, te has acercado a tu padre —suspira—, la panadería va bien, y mis madres estarán al pendiente.

Voltea a ver a su novia que la toma con posesión y la besa, al separarse de ella ve que tiene lágrimas en los ojos.

—Siento que voy a extrañarte demasiado, cada vez queda menos para que te vayas.

—Lo sé —la abraza colocándose sobre su pecho—, yo también voy a extrañarte mucho.

Persi entra y las ve abrazadas, ambas la miran con los ojos llenos de lágrimas y ella se acerca para unirse al abrazado, al cual le hacen lugar. Se imagina el motivo de sus lágrimas, conoce tan bien a estás dos que ni siquiera es necesario hablar sobre algo.

—Vamos a estar bien las tres, solo es un año y yo ya puedo manejar también la panadería, por si Arte tiene que hacer un viaje repentino.

—Lo sabemos.

—¿Vamos a dormir? Tontas sentimentales. Este maquillaje me salió caro y me lo acabo de arruinar llorando —las otras ríen.

—Te estafaron porque esa porquería se te sale —su hermana le da un golpe— Vamos a acostarnos, Persephone —le dice Arte.

—No vuelvas a hablar de mi maquillaje, insulsa. Antes muerta que sencilla, mi ciela.

Las tres apagan todas las luces y van a acostarse, mañana es día laboral de nuevo. Artemisa sigue llevándole el desayuno a la cama a Olivia y le deja también como cada día un termo con agua caliente y el desayuno casi servido a su hermana en la mesa de la cocina.

—Buenos días —se mete en la cama llenando de besos a Olivia para despertarla— ¿Lista para empezar la rutina?

—No —susurra y vuelve a taparse.

—Amor —le besa el cuello haciéndole cosquillas— ¿Quieres dormir un rato más?

—Mi jefa no es muy indulgente conmigo, pero últimamente me deja llegar tarde, creo que tal vez le gusto.

—Si hace eso, creo que le gustas demasiado, ella por lo que me has contado no es una persona que consciente estás cosas. Supongo que luego te descuenta las llegadas tarde.

—Sí, lo hace.

Se voltea a besarla y Arte baja la mano de su cintura a sus piernas aparentado el muslo, luego toca la entre pierna de Olivia por encima de las bragas, lo que le saca una sonrisa en medio del beso a su novia, comienza a frotar la zona y Olivia toma su mano antes de que la introduzca dentro de sus bragas.

—Está tu hermana.

—¿Y que yo desayune bien no importa?

—Más tarde ¿Okay?

—A menos que no hagas ruido.

Se levanta colocándole llave a la puerta y se escabulle entre las sábanas para dar con las piernas abiertas de Olivia que ya se había deshecho de sus bragas, dejando su intimidad bastante húmeda para recibir a su novia bajo las mantas.

—¿Qué hacen aún aquí? —les dice Persi adormilada mientras le da una cucharada a su tazón de cereales con leche.

—Ya nos vamos, se nos hizo tarde.

Ambas corren tomando sus cosas, Olivia besa en la cabeza a Persi, saliendo dispara por puerta, su hermana se acerca a ella luego de lavarse la cara, hace lo mismo que Olivia y sale para alcanzarla, el sexo mañero que solo iba a ser oral, terminó con ambas y una sesión que se alargó un poco más de lo esperado.

Llegan corriendo a la panadería para comenzar a hornear.

—Se nos hizo súper tarde —le dice Olivia mientras ambas corren riendo tomadas de las manos, tuvieron que dejar la camioneta estacionada mucho más lejos, ya que no había lugar.

Abren la panadería y a los minutos llega Raven, que se pone a ayudarlas ya que tienen que hornear primero porque no tienen aún productos para vender del día. Artemisa la observa y decide preguntarle que tal le parece el novio de su hermana, después de todo ella es su amiga.

—Es un buen chico —le dice con una enorme sonrisa—, se nota que la quiere y la cuida.

—Entonces te cae bien.

—Muy bien, hasta que se le ocurra hacerle daño a Persi y ahí hablaremos en otros términos él y yo. Aparte que ahora saldremos los cuatro, porque congeniamos con su mejor amigo.

Las novias se miran y suspiran aliviadas. El día se pasa volando, entre corridas y apuros por la apertura tarde, pero los clientes saben esperar con tal de llevarse su producto y hasta recién salido del horno, han tenido bastante éxito desde que estuvieron en el concurso, y las máquinas nuevas les ahorran bastante tiempo.

—Batman, ya cierra, por favor.

—Entendido jefa —le dice el joven.

Las tres se miran exhaustas, Arte se suena el cuello y estira los músculos de los brazos y hombros. Dejan los delantales y toman sus cosas exhaustas. Se despiden de los chicos y tomadas de las manos caminan hacía la camioneta.

—¿Estás cansada?

—Depende ¿Por qué?

—Te quería invitar a un restaurante a comer algo, lo reserve solo para nosotras hoy.

—¿Está eso en nuestro presupuesto?

—Lo está cuándo las dueñas son tus suegras —Olivia sonríe—. Planee una cita solo nosotras dos por unas horas ¿Aceptarías salir conmigo?

—Claro.

Se cruzan al restaurante y caminan hasta la parte de atrás que es la que conservaron de los antiguos dueños y remodelaron pero dejándole el toque vintage. Mientras Artemisa se va a traer la comida, Olivia se para frente a pared llena de manos y nombres de la gente que trabajó aquí, o de personas significativas que pasaron por el restaurante, lee el nombre de una de sus personas favoritas que trabajó aquí "Nirvana" que abajo tiene escrito pequeño con su misma letra "conejita", ella le recordaba a Artemisa y Persi, siempre cuidando a su pequeña hermana, ahora es una de las mejores amigas de sus mamás junto a su esposa de ojos grises.

—¿Todo bien?

—Sí. Vamos a comer ¿Te ayudo? —arte asiente.

Terminan de comer y Olivia toma lugar al lado de la castaña en el amplio sillón, ambas se recuestan, Olivia encima de ella y entre caricias se quedan dormidas. Pauline entra dejando un beso en frente de su hija y su nuera, acariciándolas de manera maternal, Juliana toma lugar a su lado mirándolas con dulzura, luego vuelve a ser ella y las despierta aplaudiendo fuerte.

—A levantarse bellas durmientes, que tenemos que limpiar —ambas la miran entre adormiladas y confundidas por la neblina del sueño que aún las envuelve— ¿Quién lavará esto? —señala los platos, entonces su esposa la saca de ahí tomando todo en una bandeja, y logrando que deje de hablar con un beso.

—Nos quedamos dormidas —dice Arte despezándose, y moviendo el brazo que se le quedó dormido— ¿Vamos a casa?

—Vamos.

—Ningún vamos, ustedes nos van a ayudar a limpiar y... —Olivia interrumpe a su mami.

—¡Mamá, la exploradora nos quiere obligar a limpiar! —viene Pauline como toda una furia y reprende a su esposa, dándole a ella la escoba y la pala—. Chau mami, luego nos vemos —la abraza—, eso te pasa por meterte conmigo —le susurra y le da una sonrisa.

—La mocosa maquiavélica sigue enterrada en ti.

—Jamás se fue, mami.

—Ya tendrás a tus hijos y ahí, veremos —le da una sonrisa su madre algo siniestra.

Olivia sabe que el karma seguro golpeará su puerta cuándo sus hijos lleguen, pero su lema es "el que tenga miedo a morir, que no nazca" así que para lo que sea que le tenga preparada la vida, está lista.

Quizás debió pensar mejor que tan lista está para recibir a su futura hija.