25 Nuestras mini vacaciones
Empacan todo en la camioneta y toman rumbo al destino, Artemisa va de copiloto esta vez. Al llegar a la cabaña que según Julia era "discreta", ven que en realidad es muy discreta al estilo Julia.
—Lo sabía —dice Olivia—, esta es la discreción de mi tía.
Artemisa sonríe y comienza a bajar las cosas de la camioneta, entran y el lugar es amplío, rústico pero a un estilo moderno, al estilo Julia Moore.
—Me dijo que las habitaciones están arriba, y las despensas están llenas, la gente de limpieza vino ayer y el jardinero paso hace dos días ¿Qué quieres hacer ahora?
—¿Comer? —Arte ríe.
—¿Qué quieres que te cocine?
—En realidad yo cocinaré para ti esta vez —la mira sorprendida y a punto de decir algo, Olivia la interrumpe—. Si abres la boca para decir algo, cocinaras tú.
Artemisa sube los bolsos a una de las habitaciones principales, mira por la ventana que da al patio un camino entre los árboles que debe ser la huella que lleva al pedazo de costa de la propiedad y sonríe, se mete la mano en el bolsillo del pantalón y ve el anillo que compró hace un mes con el cuál piensa pedirle matrimonio, y con el que toma una foto con Olivia de fondo cada vez que ella se distrae, con las letras de la frase "¿Quieres casarte conmigo?" Incluso los signos de interrogación, ahora saca la letra C, del inicio de "conmigo" para sacar una foto del anillo con ella de fondo y la letra y el anillo en primera plana. Al bajar las escaleras la ve de espaldas cocinando, toma la foto, y se acerca a ella.
—Huele delicioso.
—Recién estoy haciendo la base de la salsa, eres una aduladora.
—A ti te adulo hasta las uñas de los pies y el dibujo de arte abstracto que hiciste en una servilleta, de una persona con palitos —Olivia ríe—. Le dije a Persi que si era muy urgente que nos llamara, porque no íbamos a estar pendientes de los mensajes y el teléfono.
—Ya le avisé a mamá y mis tías que llegamos —la besa—. Estoy feliz de estar aquí contigo —cruza los brazos al rededor del cuello de Artemisa—. Me encanta compartir momentos contigo nuestra primera minis vacaciones —acaricia su mejilla y su novia le da play a una canción en su teléfono.
—¿Me permites esta pieza?
—Claro —la toma de la cintura y Olivia se pega a su pecho.
https://youtu.be/2yxigNHFZVs
Forest Black—if you love her.
—Quiero hacerte sentir segura entre mis brazos, proteger tu corazón, quiero tomar esta oportunidad y que sepas que te estaré esperando mientras cumples tu sueño.
Mientras la escucha hablar y con la canción de fondo, Olivia piensa en lo que siempre le genera ansiedad, inevitablemente, lo piensa ¿En qué? En el futuro, en su partida y en todas las cosas que va a extrañar como esta, como estar abrazada a su novia, como compartir un baile en la cocina a pasos lentos, en el calor de su piel cuándo la tiene cerca, en lo mucho que va a extrañar su olor, y su voz adormilada en la mañana, o levantar las sábanas para admirar su desnudez al amanecer, luego de haber hecho el amor y haberse quedado ambas cómodas dormidas, piel a piel, en lo suave que es su rostro, o lo delgada de sus cejas que por obra divina no necesita depilar, en las líneas que son el contorno de sus curvas, que tantas veces ha recorrido con la yema de sus dedos. Trata de no pensar en todo lo que va a añorar, pero es imposible no hacerlo, Artemisa Valentia, es una obra de arte, como el diminutivo de su nombre, una obra de arte para ella que tiene el gusto con la que gustosamente comparte cama, comidas, la ducha y el amor. Va a extrañarla, y cuándo piensa en eso, algo un poco dentro de ella se rompe y llora, siempre llora, como ahora acostada sobre su pecho abrazándola con fuerza.
—¿Amor qué pasa? —le dice la castaña preocupada— ¿Hice algo mal?
—Haces todo bien, eres todo lo que está bien —se aparta sonriendo y se seca las lágrimas—, es que, es solo —solloza y Arte se acerca a abrazarla de nuevo—. Voy a extrañarte tanto, tanto, despertar a tu lado, bañarnos juntas, hacer el amor contigo, que me hagas de comer —se ríe—, ojalá no me hubiera ganado esa beca u ojalá lo hubiera intentado antes contigo.
—Solo será un año y haremos que funcione, aparte yo seguiré estando cuándo vuelvas o iré a verte.
—Lo sé, es solo que... —suspira—, yo creo que no será fácil, extrañaré a todos, pero a ti —la mira a los ojos—, a ti te extrañaré mil veces más, lo sé.
—Yo también, pero por favor tratemos de disfrutar esto, de este momento, que sea solo nuestro, nuestras primeras vacaciones juntas —besa su mano, su hombro, su mejilla, su frente y su boca.
Se separa para seguir cocinando mientras apaga la salsa y acomoda las verduras del Ratatouille, que necesita cocinarse en el horno. Artemisa termina de poner la mesa y la observa, se sienta y le pide que se siente en sus piernas, una vez que lo hace hunde su rostro en su cuello abrazándola por la cintura, llenando de pequeños besos su cuello.
—Te amo y nada me haría amarte menos —Olivia se separa y delinea con su pulgar el contorno de la boca se su novia, para dejarle un casto beso.
—Ya quiero verte en bikini.
—Me has visto con menos y nada de ropa.
—Sí, pero me gusta la imagen mental de verte caminar al agua con un pequeño bikini mientras te sigo el paso para meterme detrás de ti, y que luego hagamos el amor en la arena.
—Mmm no es muy romántico, cómodo o higiénico hacerlo en la arena, menos que menos en el mar que tiene mil cosas el agua. Prefiero que nos aguantemos al llegar aquí.
—Le sacaste todo el romanticismo si lo pones de esa manera —se ríe—, por favor que manera tan rápida de eliminar una de mis fantasías.
—Necesito que me dejes hacer algo los días que estemos acá.
—¿Qué cosa? Valentia —Artemisa sonríe, le encanta como su suena su apellido en su boca.
—Traerte el desayuno cada día a la cama, así que tienes prohibido levantarte.
—Pero si siempre que me quedo a dormir contigo lo haces.
—No he terminado —Olivia levanta las manos en señal de disculpa—, me harás cocinarte, así que no tengo que pedirte que me dejes hacerlo —su novia asiente riendo—, que compartamos la ducha, me dejes que te acurruque y apretuje entre mis brazos —la de ojos verdes no entiende el punto de pedirle cosas que ya hace—. Lo más importante de esto, es que trates de vivir el momento presente conmigo y junto a mí, que no te pongas triste por el futuro, sino luego te sentirás culpable por no haber disfrutado esto como hubieras querido.
—Está bien, lo haré, no voy a andar llorando por lo que te voy a extrañar, voy a disfrutar nuestro aquí y ahora como si no fuera a irme.
—Gracias. Creo que ya está la comida.
Olivia se levanta rápido y saca del horno la fuente justo a tiempo, sirve y ambas cenan conversando, toman una ducha y se acuestan abrazadas como cada vez que duermen juntas.
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