24 En buenos términos
—Persi ¿Vas a...? Raven ¿Qué pasó? Ósea, pero... —tartamudea la mayor de las Valentia parada en la puerta.
—Hola Persi —aparece Olivia en bragas con una camiseta restregándose los ojos y Artemisa se coloca frente a ella— ¿Raven?
—Hola, Oli.
—¿Te quedas a desayunar?
—¿Bueno?
—¡Sí, se queda! —grita Persi en cuanto su hermana va cerrando la puerta.
Ellas se van, las otras dos se miran y retoman la conversación desde dónde la dejaron, luego de salir de trabajar y almorzar, Raven se quedó, tenían que ponerse al día sobre muchas cosas. Recordaron viejos tiempos y a su maestra de arte preferida, la profesora Jasmine, quedan en ir a visitarla, y la noche se hizo día con ellas conversando.
—¿Durmieron bien? —pregunta Olivia.
—¿Qué haces en nuestro departamento? —pregunta menos sutil Artemisa.
—Ayer hablamos y nos arreglamos, vamos a ser amigas de nuevo —la de ojos verdes sonríe, su plan funcionó—. Pásame la mermelada.
—¿Entonces vendrá a quedarse a dormir?
—Quizás —le coloca mermelada a su tostada— ¿Por qué, algún problema? Mira que tengo a Olivia y no tengo miedo de usarla.
—Ja, yo le doy a cambio cosas que tú no, nunca subestimes el poder de una novia —dice, Arte orgullosa y Olivia se sonroja.
—Amor siéntate a desayunar callada —la besa en la cabeza.
En este último mes varias relaciones han sido recompuestas, Artemisa y su padre se han acercado un poco más, luego de pensarlo mucho, Artemisa decidió darle una oportunidad, Raven también se ha acercado un poco más a su amiga. Como va a estar en la cocina tienen que volver a buscar personal para atender adelante, esta vez el elegido ha sido Wade, un chico con carita angelical, de anteojos que siempre anda con libros y que toca en una banda de heavy metal como vocalista los fines de semana, como dice Persi, de día es Bruce Wayne y de noche es, Batman, así que le dice así, Batman directamente.
Ahora Olivia y Artemisa están acostadas boca abajo, tapadas por las sábanas, Olivia descansa su rostro sobre sus brazos, mientras Arte apoyando la cabeza sobre su mano la ve sonriendo acariciando su espalda, a lo cual su novia cierra los ojos sonriendo bajo sus caricias.
—Mis tías me dijeron que cuándo quiera verte o cuando quieras verme, pagan un boleto de avión a alguna así nos vemos. Aunque seguro es mi tía quién se la pasa yéndome a visitar.
—Eres sus favorita —besa su hombro.
—Lo soy, y se decepcionó un poco cuando estudié pastelería y no administración de empresas como ella, para dejarme a cargo de JM, pero Mati, Matilde ya le ha dicho a mamá y a ella que quizás siga administración de empresas.
—¿Qué hizo Julia?
—Se largo a llorar de la emoción, porque no quiere vender su empresa y los hijos de mi tío Luke son chicos todavía.
—Julia es bastante sentimental y se hace la dura.
—Sí, tú y ella se parecen mucho más de lo que piensas —se acerca y la besa—. Sé que lo hablamos muchas veces, pero de verdad voy a extrañarte —la abraza y enrosca sus piernas con las de ella, quedando piel a piel—, te amo y esta cuenta regresiva me está costando.
—¿Quieres que nos vamos de vacaciones una semana? —Olivia se separa y la mira—. Estuve pensando y Persi está más involucrada con la panadería, Raven ya sabe preparar todos los productos, Wade atiende bien, finalmente luego de años puedo darme un respiro, las cosas van mejor y —suspira—, solo quiero pasar más tiempo contigo. Aunque duermas conmigo 5 días a la semana, y pasemos casi todo el día juntas, siento que no es suficiente, que quiero estar contigo aún más tiempo —la de ojos verdes sonríe.
—¿A dónde nos iríamos de vacaciones?
—Ya organicé todo con algo de ayuda, bueno mucha ayuda ya que no le pareció a tu tía Julia que te llevara a acampar a un lugar: "mugriento en la tierra, para que te piquen los mosquitos, te insoles, y no tenga su sobrina un baño cómodo dónde bañarse, esas excentricidades Hippie, déjalas para cuándo me muera y no tenga que verlas" —Olivia se ríe—, esas fueron sus palabras.
—Te creo, mi tía diría eso, totalmente.
—Bueno tu abuela sugirió un lugar muy lindo a dónde ellas habían ido de vacaciones hace años y a veces repiten, una playa dónde la amiga de tu tía Victoria, la doctora, creo que se llama Debra, Débora o algo así, se conoció con su esposa que era surfista y trabajaba en un puesto de fruta.
—¿Quieres que vamos para conocer a tu futura esposa? —la molesta Olivia.
—No, porque ya voy a llevar a mi futura esposa —le sonríe y la besa.
Olivia se queda viéndola con un gran sonrisa, mientras la explica a dónde van a ir, que Juliana les va a prestar otra vez la camioneta, que la cabaña queda metida por una huella, pero que tiene una pequeña porción de orilla al mar privada, entre dos enormes rocas con arena clara, dónde no llegan turistas, y la cabaña tiene todas las comodidades que puedan necesitar. En cuánto termina de hablar la mira y su novia la ve con una gran sonrisa.
—No has escuchado nada de lo que dije ¿Verdad?
—Nada después de —piensa— futura esposa —besa su cuello dejando besos húmedo— ¿Así que piensas hacerme tu esposa?
—Sí —dice Artemisa en un jadeo quedando debajo de Olivia, que va bajando a besos— ¿Vas a ser mi esposa?
—Claro —toma uno de sus pechos entre su boca—, pero quiero que sea una linda propuesta que le podamos contar a nuestros futuros hijos —lleva su mano a la intimidad de la diosa frotando sus dedos—, así que esmérate.
—Has aprendido muy rápido —dice entre un gemido la castaña.
—Tenías razón la práctica hace al maestro y hemos practicado bastante este último tiempo, ya no siento vergüenza de nada —baja a besos por abdomen llegando al monte de Venus, con la punta de su lengua toca el inicio de la separación de la intimidad de Arte—, me motiva más lo deliciosa que eres.
Hunde su boca en la intimidad de Artemisa ayudándose de sus manos para tocarla, la castaña lleva una mano a la cabeza de su novia y se agarra con la otra a las sábanas jadeando, Persi se quedó a dormir en lo de Raven y aprovechan la soledad del departamento para gemir sin tener que controlar el volumen o los movimientos de la cama.
Luego de haber probado a su novia, sube para hacerle sentir su esencia y la besa, para frotarse contra ella, en una lucha constante las dos por dar y recibir placer, entre jadeos agitados, y gemidos que ya no tienen que sofocar, terminan abrazadas, Olivia con la espalda marcada, ya que la castaña va aflojando su agarre y las uñas marcadas a medida que va recuperando el aliento, la de ojos verdes besa despacio su cuello, su mandíbula y llega a su boca.
—¿Estás bien?
—Muy bien.
—¿Cuándo nos vamos de vacaciones?
—Mañana en la tarde salimos de aquí —la mira acomodando su cabello despeinado tras su oreja—. Eres toda una experta.
—Con buena motivación aprendo rápido —la besa—. Deberíamos levantarnos a ducharnos y comer algo —se le quita de encima—. Te espero en el baño.
—¿Tengo que cocinar yo? —le pregunta la castaña con las piernas abiertas y aún algo agitada.
—¿Tú que crees?
Artemisa sonríe, claro que tiene que cocinar ella. Se mete a la ducha con ella, se bañan y mientras Arte cocina, Olivia pone música y bailan mientras la ayuda.
—¡¿Están vestidas?! —pregunta Persi tapándose los ojos.
—Sííí —le dicen ambas.
—Genial, no necesito otro trauma ¿Quieren que salgamos las cuatro a la feria de atracciones? Mientras tú y yo —señala a Olivia— nos subimos a todos los juegos peligrosos y mortales en altura, Arte y Rav, se quedan abajo viéndonos ser felices.
—¿No te gustan esos juegos?
—Me da vértigo la altura y por lo único que estaría en altura sería para viajar e ir a verte a otro país —la de ojos verdes sonríe y la besa, Persi simula que le da una arcada.
—Son demasiado empalagosas, Dios mío —Olivia levanta una ceja la mira y la apunta con un cuchillo.
—Tu estás demasiado empalagosa y no es conmigo, tu mejor amiga, primera y única advertencia, me cambias y te castro ¿Puedes tener más amigas? Sí ¿Pueden ser más importante que yo? No, y por más que me agrade Raven, sigo siendo la número uno en tu vida, que no se te olvide.
—Ay la niña está celosa —se acerca a hacerle cosquillas y abrazarla, para llenarla de besos.
Su hermana mayor la mira y le encanta ser testigo de como su hermana y su novia se llevan tan bien, aparte de que son mejores amigas, pero es más allá de eso, ellas no han perdido su complicidad y hermandad, lo único que ha cambiado es que ahora Artemisa, deja que las personas se acerquen, como sus suegras, como su padre.
—Papá me preguntó que haremos mañana para juntarnos a almorzar.
—Dile que venga, porque nos vamos de vacaciones una semana con Oliv, así nos vemos antes de irnos —le responde su hermana—, que Erin traiga esas albóndigas que hace riquísimas y preparamos fideos caseros con salsa y las albóndigas, tenemos sangre italiana, las pastas deben ser nuestro don innato.
A Persi le alivia ver que su hermana ha cambiado y está logrando acercarse a su padre, sabe que gran parte de ese cambio se debe a la influencia de Olivia, mira a su cuñada y mejor amiga para abrazarla fuerte.
—Gracias —le susurra al oído—, finalmente mi hermana a vuelto a casa —Olivia la abraza de vuelta, besando su cabeza.
En el sueño que tuvo anoche entraba a la vieja casa de las hermanas Valentia, pasaba al patio atravesando el comedor y llegaban a los columpios en el patio dónde Artemisa con una gran sonrisa se sacaba un pesado casco macizo de la cabeza, mientras los restos que parecían ser de una armadura, estaban a sus pies, finalmente su cabello ondeaba al aire y miraba a Olivia con una gran sonrisa tirando el casco para acercarse a ella y abrazarla.
—Lo lograste, al fin no tengo que cargar con todo ese armatoste —le decía Artemisa mientras la veía acercarse.
—Lo logramos, porque tú me dejaste entrar, te amo.
—Te amo.
Su sueño terminó besando a Artemisa, para luego de la mano tomar cada una un columpio y columpiarse tomando impulso entre risas, esa sonrisa radiante de Artemisa volvía a ella, que ya no cubría una gruesa armadura, por fin de dejaba ver y se permite ser genuinamente feliz.
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