12 Viaje al concurso
Están terminando de empacar todo lo necesario en la camioneta que les ha prestado Juliana a las chicas para el concurso y claro que Artemisa quién mantiene muy bien el temple mira el reloj de su muñeca y el celular. Su hermana no le ha respondido en la última hora, una cosa es que ni siquiera haya ayudado a guardar todo y otra muy diferente es que llegue tarde.
—Ar vas a matarme —le dice en cuanto su hermana le atiende el teléfono—. Pero no voy a poder viajar con ustedes.
—Persephone —respira y trata de mantener la compostura, encerrándose en su pequeña oficina— ¡De qué carajo hablas! ¡¿Fue tu idea el concurso, tú nos anotaste y ahora me llamas simplemente y dices no iré?! —a la mierda la compostura.
—Veras hermana, déjame explicarte tan solo un momento y respira, Ar ¿Si? El profesor adelantó el parcial y tengo que estudiar, aparte creo que me estoy enfermando —finge toser— y siento mi garganta algo malita.
Sabe que su hermana no le dirá nada si es por la universidad, sabe que el estudio está antes que todo, aún así la siente respirar tratando de calmarse del otro lado de la línea.
—Ar ¿Sigues ahí?
—Sí, Persephone, sigo aquí ¿Qué se supone que haga ahora?
—En realidad tendrían que ir Ar, de todas maneras solo hacen falta dos cocineros y yo solo iba a ir de apoyo moral —sería más que apoyo, que moral, porque por ella fuera las encerraria en una misma habitación hasta que se de lo de ellas—. Vayan diviertanse y ganen.
—Te odio.
—Yo sé que no.
—No, pero debería —se le escapa una risita—. Eres una idiota.
—Y así me amas —suspira—. Lo lamento de verdad Arte —ella cierra los ojos al escuchar ese apodo y se calma. Pero Persi no lo lamenta, no estuvo jamás en sus planes ir a este viaje—. Te lo compensaré, lo prometo.
—Sí, quiero que saques la nota más alta en ese parcial y que vayas a limpiar la cocina de la panadería este sábado.
—Bien hermana. Éxitos, disfruten, ganen y las veo a la vuelta —Artemisa se frota el entrecejo—. Arte, te amo hermana.
—Sí, si yo también Persi. Pero no me olvidaré de lo que me debes.
Persi vuelve a darse vuelta en la cama y se duerme plácidamente, claro que no tiene que rendir ningún parcial está de vacaciones y nadie adelantó nada. Artemisa sale respirando y se encuentra a Olivia mirándola extrañada.
—¿Todo bien?
—Persephone no viene —Olivia lucha con la sonrisa que quiere salir y logra contenerla—. Supongo que seremos solo las dos, a menos que te sientas incómoda conmigo y no quieras ir, yo lo entenderé y...
—En realidad ya pagamos la inscripción, y está todo empacado, yo creo que deberíamos ir ¿Por qué dices que me sentiré incómoda?
—No soy el tipo de persona que tiene temas de conversación.
—A veces me gusta el silencio —«y tu compañía me gusta más».
—Bueno entonces supongo que deberíamos irnos para —mira su reloj— llegar en 6 horas.
Ambas se suben, Artemisa del lado del piloto, se coloca lentes de sol mientras, luego de recoger su cabello en una coleta y arremangarse un poco la camiseta hasta los codos, suspira le regala una fugaz sonrisa a Olivia y se ponen en marcha.
Al llegar al hotel se registran y Persi hizo las reservaciones, una habitación, una cama matrimonial.
—Debe ser un error —dice la castaña, y Olivia baja la mirada sabe como es su amiga y no hay ningún error—, somos dos, pero no somos pareja.
«Aún» piensa Olivia.
—En realidad no hay error, una habitación, una cama matrimonial a nombre de Artemisa Valentia, lindo nombre.
—Sí, muy lindo ¿Tienes nuestras llaves? —interviene Olivia.
No hay vacantes disponibles, el hotel está colapsado por el concurso, y más en época de vacaciones escolares y universitarias. Suben ambas al ascensor y llegan a su suite, ven la enorme cama sencilla, con dos mesitas de luz, un microondas y pequeño lavabo, con un mueble y algunos cubiertos, mini bar, baño con una tina, y una televisión. Artemisa se sienta en la orilla de la cama y le intenta llamar a su hermana pero no responde, en cambio le deja un buzón de voz.
—Voy a matarte en cuánto ponga un pie en la ciudad, pequeña insecta, serás mi maldita esclava los fines de semana ¡Ya hablaremos cuándo llegue a casa, Persephone Valentia!
—En realidad no tengo problema con que compartamos la cama y la habitación.
—Si te incómoda puedo puedo pedir una colcha más y me duermo en el piso.
—No seas absurda, Arte... misa —dice alargando su nombre—, no me molestas. Tenemos que bajar, nos quieren grabar antes de dar todo este show mediático.
Ambas se cambian la ropa y bajan, les dan un delantal de color rosa, que la castaña mira con algo de asco, ya que es su color menos favorito e igual se lo coloca con un pin que dice su nombre.
Graban la presentación y los citan para mañana a las 8 a.m. a desayunar y 9 a.m. para comenzar con la primera fase del concurso. Suben a bañarse y cambiarse, Olivia sale con el cabello mojado y unos pantalones cortos, muy cortos más una camiseta ajustada que muestra su ombligo, mientras se desenreda, la castaña la ve, suspira y se mete al baño rápidamente. Al salir ve las luz del lado de Olivia apagada, se seca el cabello en el baño, y tiene una gran camiseta overside puesta con un pantalón corto, se acuesta a su lado despacio.
—¿Estás nerviosa por mañana? —pregunta de la nada Olivia y Artemisa da un respingo, pensó que dormía.
—Un poco, sí ¿Y tú?
—Un poco también —voltea a verla, y coloca ambas manos cerca de su cara—. No sé si ganaremos, pero vamos a intentarlo, y recuerda que lo que sea que tengamos que hacer, mezcla todo con amor, piensa en cosas lindas —acaricia las manos de la castaña frente a ella—, tienes el don Arte —la otra no refuta al ser llamada así—, solo necesitabas que alguien te recordara todo ese amor que llevas dentro.
—Gracias —le susurra—, por recordarmelo —entrelaza sus manos—, aunque no ganemos, nos quedará la experiencia ¿Verdad?
—Sí —le sonríe y mira su boca, traga suspira y se aparta—, ya puse una alarma. Deberíamos descansar —le dice y voltea soltandose de su agarre.
Si Artemisa huele bien de por si, recién bañaba y tan cerca, huele delicioso, lo que hace que estar cerca de ella le cueste el doble a Olivia, por eso mejor volteó para no verse tentada a hacer algo de lo que no iba a arrepentirse.
—Hasta mañana, descansa.
—Descansa.
La primera en ver salir el sol es Olivia, ya que despertar hubiera implicado que durmió y no pegó un ojo desde que Artemisa la abrazó en madrugada y se pegó a ella, luego beso su cuello y murmuro cosas dormidas, hasta la escuchó reírse. No quiso interrumpir su sueño y alejarla, pero tampoco pudo volver a dormir, entrelazó sus manos y fantaseo por horas lo que sería un futuro despertando así, cada día a su lado o con ella a su espalda. Definitivamente no se ve tan mal un futuro si pude estar al lado de Artemisa así, lo único que la aqueja y preocupa es el año que tiene que irse con la beca, pero acaso ¿Hubiera tenido el valor antes de todo lo hizo para llamar su atención? No, claro que no.
—Me gustas tanto —ese murmullo salió clarito y su corazón se disparó, toma la muñeca de Artemisa y su pulso es estable ella sigue dormida.
Con ese impulso y esperando que haya sido una confesión de sus subconsciente se levanta revitalizada pese a haber dormido solo cuatro horas, se maquilla las ojeras y se prepara para la batalla de este día.
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