Capítulo veinte
Capítulo veinte
Kate
—Lo primero que vamos a hacer es anotar lo principal que necesitamos para que el evento se mueva, podemos hacer malabares en caso de no tengamos para hacer una salsa blanca, por ejemplo. Sin embargo, no hacemos milagros en caso de que nos falte pollo o carne —Tiene sentido, le hago caso anotando las cosas principales: pollo, ternera, berenjenas, arroz, chocolate y harina—. No importa si sobran cosas, las podemos llevar al restaurante.
Una vez se da cuenta que terminé de anotar, comienza a caminar en dirección a los vestuarios. Me despido rápidamente de Aless y Valen.
Recojo mi billetera y móvil, salimos al estacionamiento e indica que suba a su auto. El olor a lavanda me relaja demasiado, es agradable ver todo limpio y reluciente, se nota que cuida bastante su coche, el cuero se siente que fue hidratado hace poco.
—Por el corto tiempo que tenemos, no vamos a tener disponibilidad para comparar precios, así que vamos a ir con el proveedor del restaurante.
—¿Tienen proveedores para el restaurante y para eventos?
—Sí, la cantidad que manejamos en el restaurante ya la sabemos de memoria y tenemos un precio establecido —Detiene el coche frente a un edificio—. Con los eventos tenemos que calcular y la mayoría de proveedores no nos suelen fijar un precio. Vamos.
Entramos al edificio y trato de evitar sorprenderme al ver la sencilla, pero llamativa decoración de la recepción: varias plantas e imágenes de quienes creo que son los dueños, algunos sillones turquesas; no puedo fijarme en más detalles porque Kaleb me dice que no me distraiga y continúe.
Tomamos el ascensor y abro los ojos con asombro: marcó el piso treinta, vamos a estar un buen rato...
Me apoyo contra la esquina y miro fijamente como el número de piso sube con suavidad y lentitud. Carraspeo lo suficiente para que Kaleb me dé una ojeada con atención.
—Antes de que pienses mal..., quiero decirte que Alessandro y yo no estábamos hacien-
—No me interesa —Da unos cortos pasos, lo suficiente como para poder sentir su respiración agitada—. Mi hermano ya es alguien con criterio propio para saber en qué se mete.
Algo en mi estómago se remueve, su comentario me duele, pero no puedo hacer mucho porque entra un grupo de personas vestidas de traje mientras comentan algunas cosas sobre un giro de sueldos. Hago una mueca al ver que el montón resultó ser muy grande, ya que en pocos segundos quedamos acorralados en una de las esquinas.
Que conveniente situación...
—Pero..., ¿no estás enojado? —pregunto. Un pequeño pinchazo al pecho se hace presente cuando lo veo negar con la cabeza.
Afortunadamente el grupo salió luego de pasar unos cinco pisos, suspiramos de alivio al volver a estar solos.
—¿Por qué se estaban abrazando?
¿Qué?
Trago saliva con dificultad, me cuesta procesar una respuesta; debatiéndome entre decirle la verdad o inventarme algo sobre la marcha, ¿pero merece la pena? Lo más probable es que si no me cree, le preguntará a su hermano.
—Solo quería saber sobre Quentin...
—¿Y qué te dijo? —Su tono alertador me pone tensa y seguramente se dio cuenta, ya que cambia su habla a uno más suave— ¿Tuviste otros problemas con él?
Niego con la cabeza. Comento que me gustaría saber qué pasó luego del... altercado.
—Voy a ser directo: no te incumbe más ese tema, solo confórmate con saber que no lo volverás a ver... y no se te ocurra pedir disculpas porque lo haya despedido.
No puedo evitar poner los ojos en blanco, adivinó lo que iba a decir y no puedo quejarme porque las puertas del ascensor se abren.
...
—Sí, Giuliana... Terminamos el contrato... Me gustaría contratar seguridad... Estoy con ella —Kaleb me mira de reojo y frunce las cejas—... ¿Ese quién es? Ah, ya... Nos vemos. Hay un tal William preguntando por ti, ¿tienes planes para almorzar?
—Ah... sí, Will está por comprar un nuevo departamento y quiere que lo ayude.
—Ya veo... —Puedo sentir como acelera, esquivando varios autos—No queremos que llegues tarde...
En pocos minutos, estaciona bruscamente. Veo que Will está estacionado y apoyado en su motocicleta, fumando un cigarro. Me despido con amabilidad, camino con velocidad hacia mi hermano y subimos juntos y cuando perdemos vista del restaurante, comienza a interrogándome sobre Giuliana.
—¿Sabes si tiene pareja?
—¡Yo que sé, pregúntale tú! —grito al sentir la velocidad del viento chocar contra mi cara.
—¡Me da vergüenza!
...
Kate <3: Este departamento no le veo nada malo. Tiene lindas vistas hacia un parque y está a cinco minutos del trabajo
Will: estas segura? Me preocupa el señor
Kate <3: tarde o temprano se va a morir xd
Dejo en visto la respuesta de William y firmo mi entrada. Hemos tenido un par de problemas porque el inmobiliario llegó diez minutos tarde a la mejor propiedad que teníamos entre las opciones y no hemos podido concretar la visita en su totalidad.
Salimos decepcionados del edificio y, mientras íbamos hacia una cafetería, vimos un cartel de venta en otro edificio; rápidamente averiguamos que el dueño es un señor bastante... ¿avanzado? Por no decirle viejo, estaba bastante desaminado y desesperado por vender la propiedad para irse a vivir a otro país.
Cuando se enteró que William trabaja para la realeza, comenzó a relatarnos sus guerras en Vietnam y que las nuevas generaciones no eran las adecuadas para defender la patria.
Mientras íbamos rumbo a la salida, nos interceptó una señora bastante amable, comentando que también estaba vendiendo su departamento. Mi hermano no le negó la oportunidad de ver el lugar y quedamos bastante sorprendidos al ver que era el último piso del edificio.
A comparación del anterior, este estaba mucho más limpio, la cocina era bastante amplia y estaba conectada a la sala, había una mesa pegada a uno de los ventanales, la señora se encargó de informarnos que ahí se puede almorzar.
Mi hermano se encargó de ver la habitación principal. A pesar de ser muy grande, las otras habitaciones podría utilizarlas para una oficina o cuando tenga visitas.
Tras pedir información y afirmar que iban a estar en contacto, salimos finalmente, pero encontrándonos con el mismo señor, furioso y gritando que éramos unos traidores de la patria; no pudimos hacer mucho porque apareció un adolescente disculpándose y comentando que no había tomado sus pastillas para la esquizofrenia.
—¿Cómo te fue con Kaleb? —Aless me pregunta, golpeándome juguetonamente. Me encojo de hombros, parece decepcionado por mi respuesta, ya que rueda sus ojos y cambia de tema— ¡Bien! ¿Les parece si nos preparamos para la tarde noche que se viene?
¡Cierto, hoy hay jornada nocturna!
Tras nuestra afirmativa, empiezo cortando algunos vegetales. No hay mucho que puedo hacer porque Aless está ayudando, mientras cuenta que su novio fue a visitar a sus padres.
Nota de autor
Capitulo corto! He estado muy ocupada porque estamos en época de exámenes pero bueno, hago lo que puedo, intentaré ver si durante esta semana actualizo otra vez jsjs.
Otra cosa... Ya sé dedicar capítulos! Creo que lo hice bien ajjsksja.
Gracias a tod@s por sus votos y agregar el libro a sus listas de lectura jsjs.
Nos vemos en la próxima actualización <3.
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