Capítulo once
Capítulo once
Kaleb
—¡No veo la hora de que vengan! —Oigo decir a lo lejos a Aless. Me remuevo incomodo y maldigo por la posición extraña en la que estoy.
«¿En qué momento pensé que el almacenamiento era un buen lugar para esconderme?» Pienso cuando una caja de sal cae en mi cabeza.
—Mierda...—Decido salirme de mi lugar tras escuchar cosas irrelevantes que intercambiaban Aless y Giu.
Antes de revelar mi ubicación, la castaña pregunta:
—¿Cuando vas a decirle a Kaleb?
Me pongo atento a la respuesta de mi hermano.
Decirme qué.
—Creo que cuando termine todo esto, espero no se enfade, el guardia dijo que la prensa está en la entrada del palacio, quieren entrevistarlo.
Frunzo las cejas, ¿Joaquín no tenía un evento hoy? Me hago una idea de lo que habrá hecho.
Maldito Alessandro, ¿qué hace sobornando al organizador del evento?
El sonido de las puertas de la cocina retumban por todo el lugar, Katherine y Valentine entran con seriedad, este ultimo comenta que han entregado todo y que nos darán la orden para entregar los postres.
Ágilmente me dirijo a la puerta que da hacia una de las salidas del palacio para abrirla y cerrarla con fuerza, fingiendo que he vuelto.
Las risas cesaron, escucho pasos de alguien venir hacia aquí, veo a Aless suspirar nervioso y se cruza de brazos, como si estuviera juzgándome.
—Pensé que estabas hablando con la prensa.
—Sabes que no me gusta hacerlo, ¿por qué lo haría ahora? —Cuestiono, sé que me quiere decir lo que me está ocultando, pero algo lo detiene; se lo voy a sacar a la fuerza— ¿Pasó algo?
—Eh... ¿no?
—¿Seguro?
—Sí, ¿qué putas te voy a ocultar? —Su tono agresivo me pone en alerta, ¿por qué cambió de actitud tan rápido?
—No lo sé. Te noto tenso, nervioso —digo, burlón. Toco sus hombros, haciéndole un masaje suave.
Aless se remueve nervioso, evitando mi tacto. Visualizo el chupón que hay en su cuello, que ahora está mucho más rojizo que antes.
No puedo evitar sentir hacer un click en mi cabeza.
¿Se fue a ver a Joaquín?
—Vamos a hablar sobre eso —Señalo la zona roja y él asiente, nervioso—. Me hago una idea de lo que pasó, pero no voy a sermonearte ahora.
—Ya...
Ambos asentimos, como si estuviéramos teniéndonos piedad mutuamente, volvemos a la cocina. Giuliana está charlando animadamente con Katherine, nos unimos al círculo y, de forma inmediata, Aless se une a ellas.
No tengo nada que aportar, así que me quedo en silencio.
Quedo sorprendido tras escuchar un poco de la vida de Katherine, pues que no se graduó de cualquier universidad y es un poco chocante que haya terminado empaquetando frutas.
Seguramente nunca tuvo una recomendación.
Hago una mueca de desagrado tras escuchar que el guardia que la acompañó, es su hermano. Esto pareció sorprenderle a Alessandro, ya que comenzó a preguntar sobre la labor del varón, por otro lado, Giuliana escucha embobada los comentarios que suelta la inglesa.
Sí que le llama la atención.
Mi reloj comienza a sonar y le hago una seña hacia mi hermano para que vaya a inspeccionar los postres, ya que es su especialidad.
—Iré a hablar con la prensa —Giuliana truena sus dedos y el grupo finalmente se disuelve—. Valentine, ¿me acompañas?
Tras la afirmativa del muchacho, Katherine y yo quedamos frente a frente, sin nada que comentar. Su balanceo sutil me desespera, es obvio que está incomoda.
Joder, esto es demasiada interacción femenina.
Nunca he estado a la defensiva o a la expectativa de lo que es intercambiar palabras con mujeres que no sean Giuliana.
Cruzo mis brazos y pongo mi mano en mi mentón, muy buen momento para reflexionar lo que voy a hacer después del evento.
Creo que un baño, pedir comida e ir a dormir es un buen plan.
—Ya están los postres, necesito emplatarlos para meterlos en el refri —Aless hace su aparición para interrumpir el ambiente incomodo que se estaba formando—. Kate, ven a ayudarme —Agarra su brazo y la arrastra por toda la cocina—, que Kaleb es un poco bruto para estas cosas.
Pongo los ojos en blanco mientras le enseño mi dedo corazón a modo de broma.
No sé qué hacer en la cocina, puesto que la repostería y emplatados no es lo mío, así que agarro el teléfono que cuelga de la pared, recuerdo que el agente nos comentó que podríamos pedir cualquier cosa que necesitáramos y él lo iba a traer a la brevedad.
—¿Qué necesitan? —Su tono de voz grave me hace estremecer.
Jodido animal.
—Necesito pedirte algo...
...
—De todo lo que pudiste haber pedido, ¿fuiste a pedir esta mierda? —Giuliana me mira enojada, la ignoro y sigo leyendo las instrucciones; Aless se ríe como foca ahogada, pero el agente, Katherine y Valentine miran el espectáculo sin entender.
—Vamos, Giu, que Kaleb es alguien anticuado —Un comprensivo Aless apoya mi idea, pero no sé si lo dice en serio o está siendo sarcástico.
—Venga... —murmuro, no logro conectar los cables.
Festejo una vez la radio empieza a hacer interferencias.
—«Desde Francia, trasmitiendo a toda Europa el horóscopo Nani-Nami. Tras los cortes comerciales, vamos a seguir con la lectura semanal» —Tras empezar la publicidad, Aless ha comenzado a reírse de manera desquiciada, mientras que la francesa me mira con pena, mordiéndose el labio inferior y negando con la cabeza—. «¡Virgo! Tu semana ha sido bastante catastrófica, mucho trabajo, papeleo y malentendidos que pueden terminar en peleas».
—Mucha razón —Mi hermano afirma mientras señala con su dedo índice a Giu.
—«El amor está cerca, ¡no dejes que terceros influyan en tus decisiones! Tu Lucky Item será un rubor rosa».
—¡Giulianne Montesquie! —Gritan, asustando a la mencionada, mirando con asombro a mi hermano— ¿¡Me estás engañandooooooo!? Como sea, ¡Kate, Tine, agente guapo! —Los mencionados miran aterrorizados la escena— ¿Qué signo son?
Gruño frustrado, ya que los gritos de Aless no dejaron escuchar la introducción a mi horóscopo.
—Ammmm, no lo sé —El agente se encoje de hombros, sonrojado tras el sobrenombre que le colocó mi hermano—. Nací en noviembre.
—¿Antes o después del veintidós?
—Antes.
—¡Noooo! —Grita dramáticamente— ¡Es escorpio!
Suficiente, yo solo quería escuchar mi horóscopo.
Apago la radio y le agradezco al agente por la amabilidad de traerme el objeto.
—Entregan en media hora —dice y procedió a desaparecer de la cocina. Todos suspiran cansados, incluyéndome.
Estiro mis brazos, para luego dar un aplauso.
—Vamos, es el último esfuerzo —Mi comentario motivador creo que tiene efecto, puesto que Valentine se levanta y acomoda su traje.
...
—La verdad es que estamos bastante orgullosos de lo que hemos logrado crear y servir para la familia real. Estamos bastante agradecidos por la oportunidad que se nos presentó y esperamos que este gran paso en el mundo culinario sea de motivación a que otros chefs aspiren a más—Gente desconocida empieza a aplaudir, halagando la acotación que hizo Alessandro a una pregunta que le hizo un periodista.
Sonrió contento con lo que dijo y acomodo mi móvil en una de las repisas para poder limpiar la cocina de una forma más cómoda.
Prefiero mil veces limpiar el desastre que hablar con periodistas.
—¿Necesita ayuda? —La voz suave de Katherine se suma a las miles de voces que reproduce mi móvil, me doy la vuelta para mirarla. Ya no tiene la chaqueta de mi hermano, dejando ver una camiseta escotada en v de color negro, junto a un collar que tenia de adorno un tipo de piedra que desconozco.
Pareciera que estuvo haciendo algo antes de venir aquí.
—Claro —Acepto su propuesta, lanzándole un trapo que atrapa en el aire—. El almacenamiento ya está limpio, solo falta la cocina y algunos utensilios.
—Está bien.
Ambos nos sumergimos en un silencio que solo es decorado por mi móvil reproduciendo la televisión en vivo, dejando ver a la familia real dando vueltas por los grandes ventanales que decoran el palacio, además de la extensa entrevistas que están realizando Giuliana y Alessandro.
Termino de limpiar las mesadas y decido descansar un poco, mirando un poco a Katherine, que sigue bastante concentrada en fregar los sartenes.
Tras la jornada me he dado cuenta que es una persona con bastante potencial en esto, tiene estudios, siempre mantuvo un aire profesional y Valentine ha remarcado seriamente en que ha sido bastante desenvuelta en la presentación.
Es un diamante en bruto.
Se da la vuelta, limpiando con su antebrazo su frente, de la cual caen varias gotas de sudor, pareciera como si su piel estuviera brillando.
Sus mejillas sonrojadas; labios rosados y carnosos entreabiertos, ojos avellana hinchados, seguramente por el cansancio, me miran con desdén, tal vez porque me ve haciendo nada.
—¿Has estado en otro lado? —digo, mientras la examino de arriba abajo, ya que ahora veo que trae unos zapatos de planta alta.
Joder, que le deben de doler los pies.
—Estaba con unas amigas para ver el desfile, pero mi hermano me llamó... y aquí estoy —Ríe tímida, mientras que yo solamente sonrió de forma sutil.
—Te pido mis más sinceras disculpas por haber interrumpido tu día —digo, dando una leve reverencia y agarro mi móvil, saco el video en vivo y voy hacia contactos—. Anota tu número, dentro de lo que queda de la semana te pediré datos para pagarte la jornada.
Veo como sus cejas bien formadas se inclinan hacia arriba, sus ojos brillan y siento como una oleada de calor se estrella en mi cara.
«Joder, es linda» pienso, notando como mis mejillas comienzan a calentarse.
—Está bien —Sus manos finas rodean mi móvil y no puedo evitar estremecerme.
Mucho contacto femenino.
—Diría que no es necesario pagarme —dice, en un tono burlón—. Ya sabes, como un favor, pero fue un día bastante agotador.
Me entrega el aparato y levanto una ceja, curioso, tras ver como se agendó:
«Kate<3».
¿Qué mierda?
—Supongo que ya puedes irte, yo terminaré con esto —comento, señalando los pocos sartenes que quedan por limpiar—. Llamaré a tu hermano para que te guie.
—Oh..., muchas gracias —Katherine se dirige a desinfectarse las manos mientras me vuelvo a comunicar con el agente por el teléfono de pared.
—No tienes nada que agradecerme, en todo caso, tendría que ser yo. Nos salvaste el, perdón la expresión, culo en este día tan importante —Las puertas se abren, dejando ver a su hermano con una vestimenta más casual, debe ser que su horario laboral terminó—. Muchas gracias, Katherine.
Me acerco hacia ella, despidiéndome definitivamente con ella con un beso en la mejilla.
El agente me mira con mala cara, pero no me importa, puesto que Katherine me devuelve las gracias torpemente, desapareciendo finalmente junto a el varón.
Nota de autor
Holaaaa.
Un poquito de relleno antes de pasar a la acción asjdhajsdhajsdas. Espero les haya gustado:(, últimamente ando con poco tiempo, pues he empezado los entrenamientos de vóley y tendremos partido oficial este martes jsjs.
Nos vemos la próxima semana <3.
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