NIKKI (P.D.V)

Unos focos se encendieron y me iluminaron completamente, pero no veía donde estaban los focos. Tampoco veía nada a mi alrededor, era una especie de habitación infinita. 

- ¿Hola? ¿Natasha? -Grité.

¿Qué era aquello?¿otra prueba? 

Una gota me cayó en la mejilla, luego otra y otra más. 

- ¿Cómo es posible que llueva aquí dentro? -Susurré.

Me pasé las manos por la cara y miré mis manos. 

Aquello no era agua. Era sangre.

Completamente confusa levanté la vista y no pude reprimir mi grito a tiempo. ¡El techo estaba lleno de cuerpos! todas las personas que alguna vez había conocido estaban clavadas al techo y su sangre me estaba bañando por completo.

- ¡Natasha, sácame de aquí! esto es una broma de muy mal gusto -Grité a la nada. En aquella habitación solo se oía mi respiración acelerada y el eco de mi voz.

Una mano me tocó el hombro y no pude evitar gritar otra vez. Me giré rápidamente y allí estaba. Maikel.

Maikel completamente bañado en sangre y con una herida de bala en el pecho.

- ¿Maikel? -Susurré. Los ojos comenzaron a llenarseme de lágrimas.

- Somos simples peones.

Abrí los ojos asustada y miré a mi alrededor.

- Por favor, abróchense los cinturones, aterrizaremos en cinco minutos. Esperamos que hayan pasado un viaje agradable. Hoy está soleado en París, esperamos que disfruten su viaje y vuelvan a elegir nuestra compañía. Gracias.

- ¿Estás bien? -Preguntó Maikel a mi lado con el ceño fruncido.

- Si, perfectamente. Solo fue una pesadilla -Dije.

Una pesadilla jodidamente real. 

- ¿Tienes miedo de una pesadilla? vaya, la mente es increíble. Hemos hecho de todo, se supone que la gente es la que debe temernos a nosotros.. y nosotros le tememos a unas pesadillas.. ¿no te parece increíble? -Rió.

Sonreí forzadamente y miré por la ventanilla. Aquella puta pesadilla había sido muy real porque Maikel siempre me había dicho que éramos simples peones y encontrarmelo completamente bañado en sangre y con una herida de bala justo en el centro del pecho, una herida completamente mortal, me había asustado muchísimo. No se que haría si alguna vez Maikel muriese.

*

- ¿Te encuentras bien? -Pregunté cuando todas las maletas estaban colocadas en el armario. 

Vale que veníamos a una misión, pero siempre hay que estar elegantes y para ello teníamos que traer bastantes maletas. Aunque solo fuese para unos días.

- Si.. es solo que escuchar a gente hablar Francés o escuchar el acento francés durante tanto tiempo me ha removido un poco por dentro -Dijo sin apartar la vista de la ventana desde donde se podía ver un poco la Torre Eiffel.

Coloqué una mano en su espalda y le acaricié lentamente.

- No te preocupes, serán solo unos días y luego volveremos a Moscú rápidamente -Sonreí contra su hombro- en unos días volverás a escuchar a cientos y miles de personas hablando ruso y este viaje casi ni lo recordarás.

Eso era lo único que podía decirle porque no tenía ni idea de que más podía decir. Maikel era francés. Natasha había matado a su familia cuando se dio cuenta de que Maikel aún tenía esperanzas de salir de aquel estilo de vida cuando solamente tenía doce años.

- No, no me malinterpretes. Me ha removido por dentro porque no me había notado cuanto añoraba este idioma. Está claro que yo cuando estoy solo en algun sitio únicamente pienso en francés, pero.. no es lo mismo pensarlo que escucharlo. Ahora me doy cuenta de que el francés es un idioma increíble. Oírlo es muy bonito. Lo echaba muchísimo de menos.

- Si.. la verdad es que el francés es el idioma que más me ha gustado de todos los que hemos aprendido.

Maikel no contestó, simplemente continuó en silencio mirando la Torre Eiffel.

MAIKEL (P.D.V)

FLASHBACK

- ¡Julia,ven aquí! -Gritó mamá.

Papá volvió con dos helados para mi y para la pequeña Melanie y a esta última la cogió en brazos.

- Gracias -Sonreí mientras devoraba mi helado.

Levanté la cabeza y me quedé admirando la grandeza de aquella torre. La Torre Eiffel.

- Papá, ¿podemos subir? 

- Claro, Maikel. Ahora mismo nos pondremos en cola para subir. No te separes de mi, ¿vale?

Me pegué a él pero entonces vi un camión rojo de juguete increíble, muy parecido al que Melanie me había roto hace unos días.

Corrí hacia él y asegurándome de que ningun niño estuviese preocupado buscándolo, lo cogí para mi. 

- ¡Maikel ven aquí! -Gritó papá desde el lugar donde estábamos antes.

Y así, con el helado en una mano y el coche en la otra, me dispuse a caminar hacia mi padre, que me observaba junto a mamá y mis hermanas.

FIN DEL FLASHBACK

Esa fue la primera y última vez que había visto la Torre Eiffel en persona, hasta hoy.

Esa fue la última vez que estuve en Francia, hasta hoy.

Esa fue la última vez que volví a ver a mi familia.

Me sequé la lágrima que me había caído y me di la vuelta para mirar a Nikki, que estaba sentada en la cama mirándome fijamente.

- ¿Pasa algo? -Su mirada me estaba incomodando.

- Llevas media hora en silencio mirándo por la ventana. Media hora, de reloj. No estoy diciendo una hora aproximada. Te has pasado exactamente media hora en silencio, y a todo eso sumándole que llevas mirando por esa ventana prácticamente desde que entramos a esta habitación y eso fue hace casi dos horas.

- ¿Ahora me controlas? -Reí mientras negaba con la cabeza.

- ¿Por qué mirabas tanto?

- Estaba pensando en todo lo que ha pasado en estos últimos años y lo raro que es que esté de vuelta en Francia.

- No te hagas mala sangre, deja de pensar en  el pasado.

- Nikki, tu vives en Rusia, el lugar donde has vivido siempre. Yo hace prácticamente diez años que no piso Francia.

- ¿Y de qué sirve vivir en Rusia, mejor dicho en Moscú, si no puedo ver a mi familia,la que está, exactamente, a 6 horas y 17 minutos desde donde vivimos?

- Al menos tienes la esperanza y certeza de que tu familia está viva -Bufé.

- ¿La esperanza de qué, Maikel? estoy atrapada en el lado oscuro del mundo, en el lado en el que no existe la compasión para absolutamente nadie. ¿De qué me sirve saber que mi familia está viva si jamás voy a poder verla? y en el caso de que lo haga, es muy posible que tanto ellos, como yo, acabemos muertos. Prefiero no pensar en el hecho de que vivo a 6 horas de mi familia, prefiero no pensar en ellos. No me hará ningun bien.

- Da igual Nikki, al menos tu sabes que tu familia está viva, que tu familia está bien.

No quería sonar tan jodido como estaba sonando, pero es que Francia sacaba mi lado más melancólico.

- Maikel -Dijo mientras se acercaba a mi- al menos, tu tienes la esperanza de poder salir de toda esta mierda.

Reí.

- Nikki, por favor,déjate de gilipolleces.Nadie, sobre todo yo, tiene esperanza de poder salir de esta mierda.

- ¿No te das cuenta de que eres el único al que no pueden amarrar?

- Nikki no quiero escucharte. Hace bastantes años que dejé de lado la esperanza de salir de todo esto, la esperanza de tener una jodida vida normal. Hace años que me acostumbré a la idea de que voy a tener que verte el careto hasta el dia en que me peguen un balazo y me manden para el otro barrio, donde seguramente ya están trabajando para poner en lista todos los desastres que he hecho para poder hacerme el juicio más rápido y mandarme al infierno -Reí.

- No digas eso, tu no irás al infierno querido -Rió ella mientras se acercaba a la cama y cogía una chaqueta- al menos, no irás antes que yo. Ahora, nos vamos de turismo.

*

- ¿No te has fijado en todo lo que hemos cambiado? -Pregunté mientras echaba un vistazo a la Torre. Justo como había hecho cuando tenía ocho años.

- ¿A qué te refieres?

- Hace unos meses éramos unos malditos hijos de puta que disfrutaban con el sufrimiento de las personas, y ahora.. ahora hablamos de la esperanza de poder salir de toda esta mierda. Hablamos de poder acabar con todo esto.

- Hace unos meses éramos solo nosotros siete, éramos nosotros contra el mundo y justamente Natasha, la persona que nos trajo a este estilo de vida, fue la misma que nos mostró que es posible que pueda haber algo más para nosotros, algo más que solo matanzas. Algo más que solo nosotros siete.

- A pesar de todo siempre seremos nosotros siete o al menos.. nosotros dos -Susurré mirándola de reojo.

Ella me dio una sonrisa triste y me apretó el brazo suavemente.

- Solamente tenemos que seguir con esta vida hasta que algo nos haga decir que es el momento de seguir adelante.

Con seguir adelante Nikki no se refería a pasar de la vida que Natasha nos había impuesto, Nikki se refería a cometer una locura de las grandes y morir en el proceso si era necesario.

- ¿Subimos? -Preguntó cambiando completamente de tema.

La escena de hace casi diez años volvió a repetirse en mi mente. Yo preguntándole a mi padre si podíamos subir, yo corriendo a por ese maldito coche, yo volviendo hacia mi familia cuando derepente alguien me levantó en el aire y echó a correr conmigo ante la mirada sorprendida de la gente y los gritos de mis padres.

- ¿Maikel? 

- ¿Qué?¿qué pasa?

- ¿Subimos? -Susurró mirándome fijamente a los ojos.

- Lo que deberíamos hacer es leer la información que nos ha dado Natasha y cumplir nuestra misión -Contesté mientras me daba la vuelta para alejarme de aquella maldita Torre.

- ¡Maikel, cuidado! -Gritó Nikki.

Noté como alguien chocaba contra mi y caía al suelo.Miré hacia bajo y me encontré con una chica rubia de ojos azules mirándome indignada desde el suelo.

- ¡Eh, mira por donde vas! -Gritó enfadada.

Sonreí y le tendí una mano para ayudarla a levantar.

- Fue mi culpa, mademoseille -Dije dando un beso en su mano.

Ella se sonrojó completamente y se me quedó mirándo fijamente a los ojos, o al menos, a los cristales oscuros de mis Rayband.

- ¡Melanie! ¿te encuentras bien? -Preguntó una mujer de unos cuarenta años.

Nikki se colocó a mi lado y sonrió.

- Te dije que tuvieses cuidado.

- Tendrías que haber avisado con más antelación o haber especificado un poco más -Sonreí tenso.

Esa chica se llamaba como mi hermana.

- Estoy aquí en un viaje con el colegio -Dijo la muchacha asi como así, lo que me causó gracia.

- Siento mucho que se haya chocado con usted, Melanie es muy despistada.

NIKKI (P.D.V)

- No se preocupe, fui yo quien iba distraído y no me fijaba por donde iba -Contestó Maikel en un perfecto francés- Melanie, lo siento mucho, espero que no te hayas hecho daño.

- Estoy bien -Susurró mirándolo fijamente.

- Me alegro, ahora tengo que irme -Dijo- disfruta de tu viaje.

- ¿Cómo te llamas? -Preguntó ella agarrándo su mano.

- Maikel.

Ella sonrió ampliamente y se acercó de nuevo a la profesora.

- Encantada de conocerte.

Maikel sonrió y tras agarrar mi mano, empezó a andar rápidamente.

???? (P.D.V)

Puse la crema hidratante sobre mis manos mirándolas lo menos posible. No quería despertarles.

Justo en ese momento el teléfono sonó.

- ¿Si?

- No te vas a creer lo que me acaba de pasar y es mejor que te sientes porque es posible que te desmayes.

- Oye, ¿tu no deberías.. -Me interrumpió.

- Cállate y escúchame porque esto es posible que cambie jodidamente todas nuestras vidas.