Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 41


*En el capítulo anterior*

-Tus intereses van unidos a los míos. Cumpliré con tu pedido una vez esté todo listo. No antes, no después. Cuando todo esté listo, tú obtendrás tu venganza. No te preocupes de absolutamente nada, querida. Está absolutamente todo bajo control... yo los contratos que firmo, los cumplo al pie de la letra. Me gusta dejar a mis clientes satisfechos –Sonrió antes de levantarse del escritorio y quedarse a un palmo de mi cara- pero te voy a advertir una cosa antes de que te vayas. Si vuelves a gritarme o a amenazarme, es probable que pase lo siguiente: o que nunca jamás vuelvas a poner un pie en este edificio y por lo consiguiente, no consigas mi ayuda. O que te pegue el bofetón que estás deseando que te pegue. Y si hago lo segundo, eso vendrá con represalias. Créeme, no soy alguien a la que crees que puedes manejar a tu antojo. Tienes únicamente dieciocho años y yo tengo muchísimos más. ¿No te han dicho que el diablo sabe más por viejo que diablo?

**

-Sebastian es el único que puede salir de aquí sin que nadie sepa a dónde va y no nos quiere contar lo que le pasa. También está Maikel, el cual se peleó con Sebastian muy por la cara y este, le gritó lo de hacerla sufrir. ¿A quién? Solo ellos lo saben. Luego está Héctor, que también sale de aquí y ninguno sabemos a dónde va puesto que él tampoco quiere decirnos nada. ¿Y los demás qué? ¿Por qué no podemos salir? ¿Por qué hace tanto que Natasha no nos otorga una misión?

-Tal vez sea por lo de Nikki... estará esperando a que pasemos el duelo o algo. Tal vez puede que incluso ella esté conmocionada por lo que pasó –Dije.

-¿Natasha conmocionada? Lo dudo. Es posible que Nikki fuese su preferida, pero... a Natasha le tuvo que dar bastante igual su muerte. Y en cuanto a lo de estar esperando a que pase el duelo... sabes que Natasha no soporta los sentimientos, así que nos hubiera metido de lleno en una misión nada más terminar aquello para que no estemos pensando en lo que pasó. Pero ya ha pasado tiempo y no nos ha vuelto a necesitar para nada. La verdad es que eso me parece bastante raro. Antes íbamos a misiones cada dos por tres, incluso salíamos del país... ¿y ahora simplemente no hacemos nada? La verdad es que me extraña. Algo está pasando y me mata no saber el qué.

-Podemos descubrirlo –Dije encogiéndome de hombros como si aquello no fuese nada para mí.

Capítulo 41

*2 meses después*

NIKKI (P.D.V)

El plan estaba creado, todos nos sabíamos nuestros papeles y todos sabíamos el riesgo que estábamos corriendo al intentar llevarlo acabo. ¿El problema? Todavía no habíamos conseguido encontrar la forma de infiltrarnos en la casa en la cual estaban todos encerrados.

Leah y yo habíamos ido en una misión de reconocimiento unas semanas atrás y nos habíamos encontrado con una jodida fortaleza. Era prácticamente imposible entrar allí... la casa, en el exterior, estaba llena de cámaras. Además, había varios sensores de movimiento y la valla de la entrada estaba electrificada. Cabe añadir que la casa tiene una seguridad impresionante pues, a pesar de la mejor tecnología utilizada para que nadie entre y salga de esa casa sin permiso de Natasha, estaba llena de guardias. Todos colocados estratégicamente para no llamar demasiado la atención. Así que entrar sin ser vistos, iba a ser un problema.

Por lo cual, como había dicho desde que el plan se había ido formando en mi cabeza, íbamos a necesitar una gran distracción para alejar toda la atención de los chicos. ¿El otro problema? Que no habíamos contado con toda la seguridad que iban a tener. Natasha se había tomado muy en serio lo de mantenerlos alejado de todos y de todo.

Por supuesto, Leah y yo habíamos colocado cámaras en la calle para controlar los movimientos exteriores de la casa y de esa forma, conseguir encontrar un punto débil en toda aquella protección. Algo que habíamos conseguido un tiempo después, cuando hallamos un patrón en sus movimientos.

Los lunes y miércoles entraba un coche y recogía a alguien del interior. No podíamos saber quién debido a que las cámaras que habíamos colocado, no nos permitían ver tan cerca de la entrada de la casa. Además, los cristales del coche eran tintados y no había manera de que descubriésemos quien iba dentro. También, descubrimos que todos los jueves un coche salía del interior, ya que este no tenía los cristales tintados, descubrimos que era Sebastian. Algunas veces, Héctor salía también en ese mismo coche, pero solo aunque siempre a la misma hora que salía Sebastian las otras veces.

Con respecto a las cámaras que se encontraban grabando las 24 horas del día, Gerard, el marido de Leah, llevaba semanas intentado pinchar la señal para que nosotros pudiésemos ver lo que ocurría en el interior de la casa. Pero esto era prácticamente imposible, ya que no teníamos los medios suficientes para conseguir hacerlo y Gerard no era el mejor hacker, precisamente. Era bueno, pero no tanto como para pinchar una red de seguridad instalada por los mejores hackers de una corporación.

Así que prácticamente estábamos a ciegas. Teníamos controlado el movimiento exterior pero no el interior. Y ese movimiento era de vital importancia porque no sabíamos como estaban reaccionando los chicos a lo que Natasha les estaba haciendo allí dentro. No sabíamos absolutamente nada de su comportamiento o sobre lo que pensaban. No sabíamos absolutamente nada y no podíamos arriesgarnos a meternos en aquella casa, sin saber qué era lo que les había metido Natasha en el cerebro. Es posible que ni siquiera fuesen los mismos chicos que yo había conocido. Es posible que ahora tuviesen otros ideales y sus personalidades fuesen distintas... había mucho en juego y no podíamos arriesgarnos. Únicamente íbamos a tener una oportunidad y no podíamos desperdiciarla, así que todo tenía que ser perfecto.

-¿Cómo te encuentras? ¿Has dormido algo? –Preguntó Leah cuando entró en la sala.

Llevaba prácticamente toda la noche pegada a la pantalla del ordenador intentando acceder a los archivos internos del ordenador que tenía Natasha en su casa. Pero era casi imposible. Yo no era ni de lejos tan buena con los ordenadores como lo era Helena o Maikel. Ellos siempre habían sido mejores en estas cosas.

Dos días atrás nos habíamos internado en la casa de Natasha cuando ella se encontraba en un meeting político. Yo había pasado todo el disco duro de su ordenador a un pendrive. Pero me era imposible acceder a su información. Natasha no era tonta y lo había encriptado todo demasiado bien. Ella no era de las que dejaban ningún cabo suelto... pero conseguiría entrar en sus documentos, estaba convencida de ello. Al fin y al cabo, ella fue la que nos enseñó las habilidades de un hacker, por lo cual, conseguiría derribar su cortafuegos.

Había sido gracioso, a la vez que impactante, descubrir que la residencia de Natasha no tenía ni la mitad de seguridad de la que tenía la casa en la que los tenía encerrados a todos. Pero eso demostraba la confianza que tenía Natasha en sí misma y en sus negocios. Estaba tan segura de que nadie se atrevería a ir directamente contra ella, que no se preocupaba de la seguridad de su casa. Estaba claro que la tenía protegida, pero no como para que alguien con mi entrenamiento, no pudiese entrar en ella.

-Estoy bien. Aún no he conseguido nada, pero sé que pronto conseguiré algo. Solamente tengo que recordar las cosas que nos enseñaron sobre los ordenadores. En las misiones nunca tuvimos que utilizar este tipo de conocimientos, por eso me cuesta un poco más. Pero sé que poco a poco lo conseguiré. No sé si será dentro de cinco horas o de cinco días, pero lo conseguiré –Susurré sin dejar de teclear.

-¿No has dormido?

-No. Ahora no puedo, esto es más importante. Llevamos dos meses sin conseguir avances y tenemos que sacarlos de ahí... quien sabe lo que estarán sufriendo.

Me negaba a pensar en la posibilidad de que tal vez estuviesen bien, me negaba a pensar en la posibilidad de que tal vez, se hayan pasado al bando de Natasha por decisión propia.

-Nicole, en tu estado no puedes agotarte de esta forma. Estás embarazada, tienes que cuidarte. Si quieres tener a tu hijo, es importante que te cuides.

Había sido imposible seguirle ocultando la verdad pues mi barriga no era algo que se pudiese ocultar. Yo era demasiado delgada y la barriga cada vez crecía más. Ya estaba casi de cinco meses y tenía que cuidarme cada vez más. Dos semanas atrás había comenzado a tener fuertes dolores y tras ir al médico, me había dicho que tenía que tener cuidado. Que debía evitar el estrés y las actividades que requiriesen un esfuerzo.

-Simplemente no puedo echarme a un lado y ver como los demás hacen las cosas.

-No solamente tienes que mirar por ti. El niño que llevas en tu vientre es el hijo de Maikel, por lo cual, es mi nieto. Cuando descubriste que estabas embarazada pudiste haber abortado, pero no lo hiciste. Por lo cual, ahora no puedes poner en riesgo la vida de ese bebé. Y eso significa que no puedes poner en riesgo tu salud. Estas son las consecuencias de decir traer una vida a este mundo, ya no solo tendrás que preocuparte por ti. Ahora tienes que aprender a preocuparte por otra persona.

-Yo siempre me he preocupado por alguien. Esto no es distinto a lo que llevo haciendo todos estos años –Dije indignada. ¿Acaso se pensaba que era una niña pequeña que nunca había tenido preocupaciones?

-Nicole, tenías un hermano mayor cuando te secuestraron. Desde que te metieron en esa corporación, únicamente has tenido que preocuparte por tus amigos, esos amigos que son tan capaces de defenderse por si solos como tu misma. Preocuparte por un hijo, en este caso, un feto y dentro de unos meses, un bebé... es completamente distinto. Un bebé, es completamente incapaz de defenderse. Un bebé es un blanco fácil para cualquier persona y es el punto débil de las personas que se hacen cargo de él. Un bebé es la cosa más indefensa de este planeta, dependerá de ti para absolutamente todo. E incluso cuando no te necesite, cuando llegue ese día en el que se convierta en un hombre hecho y derecho, para ti seguirá siendo tu bebé. Esa personita que llevaste en tu vientre durante nueve meses. Para ti, tu hijo, siempre será ese bebé del que tenías que tener cuidado para que no se diese ningún golpe.

-No entiendo a dónde quieres llegar con esto –Susurré intentando contener las lágrimas. Tenía las hormonas alteradas y por cualquier cosa me emocionaba. Estaba harta de esta situación en la que me encontraba.

-Quiero que entiendas que ahora tienes que preocuparte por una cosita tan pequeñita a la que cualquier cosa le puede afectar. Que ya no eres tú sola, que ya no son tus amigos. Ahora hay una personita que depende completa y absolutamente de ti. Una personita que sin tus cuidados, puede morir. ¿Quieres a ese bebé?

-¡Por supuesto! –Dije indignada mientras colocaba mis manos en mi vientre- ¡Por supuesto que lo quiero! Es la cosa más importante que tengo en este mundo.

-Pues entonces demuéstralo. No pongas en riesgo tu salud. Tienes que cuidarte perfectamente. Tienes que comer bien y dormir mejor. Tienes que estar perfecta para que tu bebé también lo esté.

-Pero no puedo estar tan bien sabiendo que mis amigos están encerrados en una casa a manos de una asesina. No puedo estar bien sabiendo que el padre de mi hijo no sabe que estoy embarazada y que está en peligro. Simplemente no puedo.

-Pues vas a tener que estarlo. Ya el doctor te lo dijo. Tienes que cuidarte, Nicole. Lo que tienes en tu vientre no es ningún muñeco. Es un bebé, algo real. Algo que se ha creado por ti y por Maikel. Es tu deber proteger a ese bebé. A esa persona que no puede protegerse por si mismo.

Suspiré.

-Así que ahora vas a ir a darte una ducha, vas a comer y te vas a acostar a dormir. De cuidar a tu bebé, es lo único que te tienes que preocupar ahora mismo. Si cometes demasiados errores durante la gestación, eso puede afectar a tu bebé. Así que piensa en ello a partir de ahora. Ten cuidado, ya no estás tú sola.

HELENA (P.D.V)

-Tengo una misión para ustedes, chicos –Dijo Natasha desde la pantalla de televisión.

- ¡Por fin! –Gritó Silvia emocionada- ¡acción, al fin!

Todos sonreímos, al igual que Natasha.

Silvia tenía razón, llevábamos demasiado tiempo inactivos. Necesitábamos acción. Necesitábamos la adrenalina que sentíamos antes de cada misión.

-¿Qué tenemos que hacer? –Preguntó Christopher.

-Les estoy mandando toda la información a través del fax. Su misión es disparar, nada de preguntar. Quiero muertas a esas personas, ¿de acuerdo?

-Si –Respondimos todos.

-Bien, preparen todo lo que necesiten. Esta noche un coche se acercará a recogerlos.

-¿Hoy? ¿tan rápido?

-Esto es de vital importancia. No les será muy difícil acabar con esas personas, pero tiene que ser rápido. No quiero que hablen con ellos, solamente apunten a matar. A ellos y a cualquiera que esté en esa casa.

Cortó la comunicación y justo en ese momento, nos llegó el fax con las imágenes de las personas a las que teníamos que matar.

-¿Conocen a alguno? –Preguntó Silvia.

Ante nosotros teníamos las imágenes de 4 personas: tres mujeres, entre ellas una chica que no tendría más de quince años, y un hombre.

-No –Respondimos todos menos Christopher, quien no paraba de mirar a las personas de las fotos.

Había pasado bastante tiempo desde que yo, por fin, había despertado. Y al parecer, había sido la única que lo había hecho. Maikel, por más que lo había intentado, no conseguía recordar nada de vital importancia... hasta que un día, dejó de intentarlo pues no conseguía nada y sus desmayos eran cada vez más constantes. Se ponía en riesgo cada vez que intentaba recordar algo y no podíamos permitir eso. ¿Quién sabe? Es posible que Natasha hubiese jodido tanto su cerebro que ahora, si recordaba algo, pudiese morir. Ya habíamos comprobado como colapsaba cuando recordaba algo... así que era mejor no seguir jugándonosla y esperar para encontrar una solución con la que recuperase sus recuerdos sin ponerse en riesgo.

También, había pasado bastante tiempo desde que dejé de intentar que todos recordasen algo. Héctor y Sebastian seguían largándose cada vez que querían a hablar con Natasha o a saber a dónde coño se iban. En cambio, el resto de nosotros no podíamos salir nunca. Silvia y yo lo habíamos intentado, incluso habíamos intentado hablar con Natasha, pero su respuesta simplemente había sido un 'no'. Le daba igual nuestros argumentos y todo lo demás, simplemente... no quería que saliésemos de aquí y no tenía por qué darnos razones. Como siempre, seguíamos siendo sus peones y teníamos que obedecerla sí o sí.

Mi relación con Christopher no había variado mucho pues seguíamos distanciados. Mis sentimientos por él no habían cambiado en absoluto. Lo seguía queriendo tanto que una parte de mí, lo odiaba por todo ese amor que sentía hacia él y el cual no era correspondido.

Estaba tan cansada de todo... estaba tan cansada de intentar pelear una batalla que desde un principio sabía que no podíamos ganar... Primero, me había enamorado. Había intentado por todos los medios que lo mío con Christopher saliese bien, me había hecho ilusiones. Y Natasha nos había demostrado que ella era la que mandaba. Seguidamente, habíamos demostrado tener sentimientos en una misión y nuevamente, Natasha se había encargado de recordarnos que aquí solamente se haría lo que ella decía. Finalmente, Nicole y Maikel habían intentado ir contra ella. L igual que Christopher. ¿Cómo había terminado todo? Con Maikel y Christopher metidos en el mismo sitio que yo y con Nicole desaparecida.

Todas esas eran pruebas factibles de que no importaba lo que hiciésemos o lo que quisiésemos, el control lo tenía y lo tendría siempre Natasha Romanov.

Nuestra creadora.

Nuestra madre.

¿Y qué había decidido yo al darme cuenta de esa realidad? Que debía parar de luchar contra el destino y aceptar de una vez por todas lo que había pasado: hace años me secuestraron, me alejaron de mi familia y me entrenaron para ser una asesina. Una asesina que no tenía derecho a enamorarse o a tener una familia. Una persona fría y sin sentimientos que dedicaría su vida, única y exclusivamente, a matar a otras personas... a menos que nuestra jefa nos dijese que habíamos acabado con nuestro trabajo. Y entonces, solamente entonces, tal vez, tendríamos la oportunidad de comenzar a vivir. Pero, lo más probable, es que seguramente en el momento en el que Natasha decida que ya no éramos útiles, nos pegará un tiro en la cabeza.

-¿Te ocurre algo? –Preguntó Maikel sentándose a mi lado.

-No, no me ocurre nada. Simplemente me quedé pensando –Contesté mientras observaba la foto que tenía ante mí.

No conocía de nada a aquella mujer. Sabía que nunca la había visto pero aun así había algo en ella que me llamaba poderosamente la atención. Tal vez era que tenía unos bonitos ojos azules, tan azules como el Océano Pacífico.

-Tiene unos ojos preciosos, ¿verdad? –Pregunté al ver a Maikel mirando tan fijamente la foto- Me pregunto por qué Natasha la quiere muerta a ella y a su familia. Aunque claro está... posiblemente Natasha no tenga ningún interés en su muerte, seguramente alguien la contrató para ello.

-Sí, tiene unos ojos preciosos –Dijo antes de levantarse y salir de la habitación.

Christopher lo siguió atentamente con la mirada. Lo notaba nervioso y preocupado, por lo que decidí acercarme a él.

-¿Te ocurre algo? –Pregunté.

-¿Por qué lo dices?

-Te noto nervioso y preocupado. Además, no parabas de mirar a Maikel fijamente como si esperases alguna reacción por su parte o tuvieses algo que decirle.

Sonrió y ladeó la cabeza, mirándome fijamente.

-Vaya, no me quitas ojo de encima.

-No es eso. Tu nerviosismo me llama poderosamente la atención. Por lo general, tú eres el más tranquilo de todos.

-Es solo que estoy ansioso. Hace tiempo que no teníamos una misión. Echaba de menos la acción.

Entrecerré los ojos hacia él. ¿En serio se pensaba que podía mentirme? Puede que él no recordase nada de nuestra historia, pero yo sí y muchas veces era capaz de pillarle las mentiras.

-¿Estás seguro? Porque he creído notar un ligero temblor en tus manos al ver la foto de la familia a la que tenemos que matar. Dudo que ese temblor sea debido a tus ansias de matar.

-¿Ahora eres una experta en mí? –Preguntó pegándose a mí.

-¿Te sientes amenazado por lo que he dicho? ¿Tal vez temes que descubra algo de ti?

Se rio y dio un paso atrás.

-Sería prácticamente imposible que tu descubrieses algo de mí.

-¿Y eso por qué? –Pregunté.

-No eres ni la mitad de buena de lo que te crees como para conseguir alguna información sobre mí. Puede que vivamos en la misma casa y hayamos estado juntos desde hace años... pero créeme, Helena. Jamás serías capaz de descubrir algo mío a menos que yo quisiera que eso fuese así –Dijo antes de darse la vuelta y salir del salón.

CHRISTOPHER (P.D.V)

Cerré la puerta de la habitación y miré, nuevamente, la foto que tenía entre mis manos. Esa mujer rubia con unos profundos ojos azules y una sonrisa cariñosa no era ni más ni menos que Leah... la "madre" de Maikel.

No lo entendía. ¿Acaso Leah no trabajaba para Natasha? Y si esto no era así, ¿entonces por qué me había golpeado y me había entregado? ¿Qué cojones estaba pasando? Pero lo más importante es... ¿cómo conseguiré descubrir la verdad ahora que había desafiado a Helena a descubrir lo que estaba tramando?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro