Capítulo 27
NIKKI (P.D.V)
Por un momento, el miedo afloró en los ojos de Kevin cuando se dio cuenta de que le había quitado su arma. El agente Philip se mantuvo impasible.
-¿Cómo has...?
- Muy fácil, aproveché que pegué tu espalda a mi cuerpo para quitártela de la parte de atrás del pantalón. ¿Es que porque sea una chica no puedo ser inteligente? –Pregunté mientras giraba el arma encima de la mesa.
- Lo que yo creo –Intervino el agente Philip- es que eres demasiado inteligente, como para ser una simple chica.
- ¿Es que las chicas normales no pueden ser así de inteligentes? Creo que estás muy equivocado. Cuando una chica se encuentra en una situación de peligro, su cerebro está trabajando mil veces más rápido. Puede que algunas se dejen dominar por el miedo y no consigan hacer las cosas bien, pero muchas otras, se convierten en verdaderas guerreras.
Era la verdad, muchas veces había tenido que hacerme cargo de secuestros y había visto como simples chicas, conseguían sobrevivir a las peores de las situaciones. Una de esas chicas había sido Regina.
-Pero volviendo al punto, antes les hice una pregunta. ¿Quién de los dos va a morir primero? –Pregunté alternando mi vista entre ellos. No se me escaparía ni un solo movimiento que hiciesen.
- No tenemos por qué morir ninguno –Contestó el agente Philip después de unos segundos en los que nadie habló.
- ¿No? ¿Y qué te hace pensar eso? –Pregunté mientras me ponía en pie agarrando el arma y me posicionaba unos metros más alejada de los dos para poderlos controlar bien.
- No te atreverías a matarnos. Puede que seas buena peleando, pero eso no significa que nos vayas a matar –Contestó.
Alcé el arma, apunté y disparé.
La bala pasó rozando la oreja izquierda de Kevin, aunque no le hizo ningún tipo de daño.
-¡¿Qué mierda haces?! –Gritó agachándose.
- ¿De qué te sirve agacharte? Si hubiese querido, la bala hubiese atravesado tu frente o tu pecho. Esto era solo un aviso –Dije sin apartar la vista del agente Philip.
Ninguno de los dos habló, pero ahora sus armas me estaban apuntando firmemente.
-Te lo dije Philip, no deberíamos haberla tratado tan bien –Dijo Kevin.
- Al contrario, Kevin –Contesté- si no me hubieran tratado bien, los hubiera matado en el acto.
- Deberíamos acabar contigo en este mismo instante –Vociferó acercándose a mí a pasos agigantados.
- ¿Qué pretendes hacer? –Reí acercándome yo a él también- ¿piensas que puedes ganarme en una pelea? Creo recordar que hace un momento me deshice de ti demasiado rápido.
Alzó el arma y me apuntó, pero antes de que le quitase el seguro, le metí una patada justo en la rodilla y eché su brazo a un lado, provocando que el arma cayese al suelo bastante alejada de nosotros.
Kevin estaba en el suelo gritando de dolor mientras se agarraba la pierna.
-No seas nenaza, usé la cantidad de fuerza justa para que simplemente te doliese. No te partí la rodilla, así que deja de montarte la película –Reí.
- ¡Hija de la gran puta! –Gritó desde el suelo.
- Tus palabras son música para mis oídos –Sonreí- te lo advertí Kevin, no tienes nada que hacer contra mí.
El agente Philip se acercó a mí y me agarró del brazo.
-Ya está bien por parte de los dos –Gritó mirándonos a ambos.
Parecía un padre enfadado con sus hijos porque habían estado peleando toda la tarde y no un agente del FBI que había presenciado una pelea entre dos personas con un arma de por medio.
-Él empezó –Reí.
Kevin seguía en el suelo con cara de dolor.
-Tampoco fue para tanto, levántate ya –Bufé.
La verdad es que si le hubiese dado un poco más fuerte, le hubiera partido la rodilla. Pero como era buena persona y sabía que en cualquier momento estos dos tendrían que huir del país y para el agente Philip no sería favorable tener a su lado a alguien con una pierna mal, no lo había hecho.
En el fondo, yo también tenía corazón. Aunque fuese muy pequeño y casi negro.
-Te odio –Susurró Kevin mientras se ponía en pie y se sentaba en la silla en la cual yo había estado sentada anteriormente.
- El sentimiento es mutuo –Contesté guiñándole un ojo.
Si las miradas matasen, Kevin ya me tendría más que enterrada.
-Ahora que hemos comprobado que no eres tan normal como querías que pensásemos, ¿podrías arrojar un poco de luz a toda esta situación? –Preguntó el agente Philip.
Sonreí ampliamente.
-¿Quieren que les cuente por qué soy una máquina de matar con dieciocho años?
- Eso sería un buen comienzo.
- Yo solo quiero que me cuentes que pasó con mi hermana, todo lo demás me la suda bastante –Dijo Kevin.
Kevin iba a tener que volver a Estados Unidos sí o sí, si no, terminaría muriendo más pronto que tarde.
-Lo que les dije antes de quién iba a morir primero, no lo dije porque yo los fuese a matar –Comencé- entiendo perfectamente por qué están haciendo esto. Se los dije porque las personas que me están persiguiendo, cuando me encuentren, no van a dudar en matarlos si se enteran de lo que están haciendo aquí. Y, si no les matan porque me encuentran con ustedes, les matarán porque están metiéndose en algo muy oscuro.
- No entiendo qué tiene que ver todo esto con la muerte de Eliza Santos –Dijo el agente- esa chica no podía ser más normal. Casi ni tenía amigos, no podía haberse mezclado con esta gente que tú dices que nos matarán.
- Te equivocas, Eliza se metió de lleno en este mundo una tarde cualquiera –Sonreí.
Kevin me miraba desconfiado.
-Mi hermana jamás se metería con gente peligrosa.
- Tu hermana se metió en la cama con Sebastián, ¿qué hay más peligroso que eso? –Pregunté.
Kevin entrecerró los ojos.
Nadie habló por unos cuantos segundos.
-Sabía que tu familia tenía algo que ver en esto –Dijo Kevin antes de dar un golpe en la mesa y maldecir.
- Mi familia es la causante de todo lo que pasó Kevin, estábamos todos allí cuando Sebastián mató a Eliza. Tu hermana se metió en la boca del lobo al juntarse con nosotros, al igual que también se metieron tú y todos los demás. ¿La diferencia? Tu hermana descubrió lo que éramos, y eso no nos interesaba.
- ¿Y qué son? –Preguntó el agente tras una breve pausa.
Reí.
-Hemos sido entrenados para matar, yo misma maté al padre de los trillizos –Reí- ¿por qué si no íbamos a matar a Eliza si no fue porque ella lo descubrió todo?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro