Capítulo 23
CHRISTOPHER (P.D.V)
FLASHBACK
- Te amo tanto -Susurró mientras me acariciaba la mejilla con su dedo índice.
- Jamás pensé que podría amar a alguien tanto como que te amo a ti -Susurré- tenerte aquí conmigo, en este estilo de vida... no hay nada que me haga más feliz.
Se acostó sobre mi y apoyó su cabeza entre mi hombro y mi cuello.
- Te amo, Christopher... y siempre lo haré -Susurró contra mi cuello.
- Yo también te amo, Nikki.
FIN DEL FLASHBACK
Más lágrimas caían por mi cara. Los sollozos eran ensordecedores.
Me encontraba yo solo en la sala donde mismo me habían dejado Helena y Maikel. No entendía que mierda estaba pasando, pero mi pecho dolía muchísimo. Sentía una gran angustia en mi interior y era todo por los recuerdos con Nikki.
FLASHBACK
- ¿Crees que Natasha nos dejaría casarnos? -Pregunté mientras apartaba un mechón de su cara.
Era la chica más guapa que había visto nunca. Pómulos prominentes, una pequeña nariz respingona, unos bellísimos ojos marrones y la sonrisa más adorable del mundo.
- No lo creo, sabes que nunca ha aprobado esta relación -Susurró.
Nikki tenía razón. Natasha había intentado impedirnos estar juntos al principio de todo, pero no había podido evitarlo. Lo que Nikki y yo teníamos era más fuerte que nada. Nos habíamos ido enamorando poco a poco, y aquí estábamos, sin poder vivir el uno sin el otro.
- Me encantaría estar casado contigo.
No podía mantener mis manos alejadas de ella. Tenía que estar en constante contacto con ella.
- Estaremos juntos para siempre, Chris. De eso no te quepa la menor duda -Sonrió mientras me abrazaba.
FIN DEL FLASHBACK
No lo entendía. No entendía como era que Nikki estaba muerta y tampoco entendía porque seguía recordando cosas así.
No entendía por qué sentía que mi interior estaba roto, que faltaba una parte de mi.
No lo entendía.
- ¿Te encuentras bien? -Preguntó Helena tras entrar en la sala.
Me encontraba acostado en el sillón agarrando fuertemente un cojín mientras no podía parar de llorar.
- No. No entiendo por qué no puedo parar de llorar -Susurré con la voz rota.
No entendía qué me pasaba, yo sabía que Nikki no estaba muerta. Nikki no podía estar muerta.
- Christopher, es completamente normal que estés así. Nikki ha muerto y...
- ¡No! -Grité tirando el cojin mientras me ponía en pie- ¡Nikki no está muerta!
Helena dio un paso atrás con cuidado.
- Chris, sé que es duro y que no has tenido todos estos días como los hemos tenido nosotros para pensar en ello. Pero... tienes que seguir adelante, Nicole ha muerto y no hay nada que ninguno de nosotros podamos hacer. Sería increíble volver en el tiempo y evitar que Mónica Udinov le disparase.Pero no podemos, así que tienes que ser fuerte.
Solté un grito de rabia antes de tirar el florero que había sobre la mesa de cristal, contra la pared.
- ¡No puedo ser fuerte!¡no entiendo todos estos recuerdos que siguen apareciendo en mi mente!¡no entiendo este sentimiento de que me falta algo!
Helena me miró como si no le hubiese dicho nada y eso me estaba rompiendo por dentro.
- ¿A caso no tienes emociones?¿por qué no te muestras mal ante la muerte de Nikki o mi dolor? -Grité acercándome a ella.
¿Por qué estaba tan indiferente? esta no era la Helena que yo recordaba... ¿o sí?
FLASHBACK
- ¿Oyes como gritan? -Susurró Helena mientras todos mirábamos la casa de una de las familias más importantes de Japón, arder.
- Deberíamos irnos de aquí -Dijo Maikel con el ceño fruncido mientras se giraba para dirigirse a la camioneta en la que habíamos venido.
- Esperen, quiero disfrutar de este sonido un poco más -Pidió Helena sin mirarnos a nignuno.
FIN DEL FLASHBACK
Esos recuerdos no estaban bien... ¿Helena era así de insensible?¿por qué?
- Chris, será mejor que te sientes, no tienes buena pinta. Ha sido mucha información la que te hemos dicho hoy -Dijo mientras me miraba desde unos cuantos metros de distancia.
- Eres tan fría -Susurré.
Me dio una sonrisa sarcástica y alzó una ceja.
- Siempre lo he sido, así que... ¿por qué actúas sorprendido?
Se dio la vuelta y salió de la sala dejándome completamente solo otra vez.
Aquello no estaba bien, nada de aquello se sentía bien.
Miraba a todos lados y seguía recordando cosas, seguía recordando a Nicole besándome, a Nicole siendo mi punto fuerte y mi punto débil. Recordaba tener la mejor de las amistades con Sebastian, recordaba pelear siempre con Helena por cosas banales. Recordaba cada cosa de mi vida, pero no se sentía bien.
Miré a mi alrededor y empecé a caminar por toda la mansión y cada recuerdo iba apareciendo en mi mente como quien ve una película.
Recordaba cada conversación, cada sonrisa, cada mala mirada, cada reproche, cada discusión. Recordaba mi vida entera en aquella casa y aún así, sentía que algo andaba mal, que estaba olvidando algo importante para mí.
Me estaba olvidando de algo y no tenía ni idea de saber qué era lo que estaba olvidando.
NIKKI (P.D.V)
Me quitaron la bolsa de la cabeza y me encontré con una habitación oscura, una mesa de cristal y una lámpara que alumbraba la mesa. No se veía nada más.
Intenté levantarme de la silla, pero no pude. Me encontraba completamente atada a la silla.
- Señorita Nicole, siento decirle que la hemos tenido ignorada por unos días debido a un problema que nos surgió. Es posible que se sienta un poco atontada y vea un poco borroso -Dijo el hombre que se sentó ante mi.
- Me encuentro perfectamente -Dije con el tono más firme que pude.
La verdad es que no me encontraba bien. Tenía muchísimas náuseas y solamente deseaba acostarme con un paño frío en la frente.
- Me alegra escuchar eso. Ahora, ¿sería tan amable de responder algunas preguntas?
- ¿Puedes responder mis preguntas tú primero? -Pregunté dejando de lado el formalismo.
Me habían tenido durante bastante tiempo aislada en una habitación con el objetivo de asustarme. Pero no me iba a dejar intimidar, conseguiría salir de allí, donde sea que estuviese.
- Solamente si usted promete responder las mías.
Sonreí de lado y lo miré fijamente.
Era un hombre de unos cuarenta años, alto, de pelo oscuro y ojos claros. Y... no era ruso.
- No le prometo nada.
- Entonces no creo que pueda responder a sus preguntas.
Estuvimos en silencio durante al menos cinco minutos mirándonos el uno al otro, hasta que finalmente habló.
- Haga una maldita pregunta -Dijo con tono irritado.
Sonreí y me acomodé lo mejor que pude en la silla.
- ¿Quién es usted? y... ¿dónde estoy?
- Soy el agente Philip, trabajo para la unidad de asesinatos de la CIA.
- ¿Qué hace la CIA en territorio ruso?¿no está esto un poquito lejos de tu país? -Pregunté achicando los ojos.
¿Qué estaba pasando aquí?
- Señorita Nicole, la tenemos aquí... retenida por llamarlo de alguna forma, debido a la muerte de Eliza Santos hace unos ocho meses en Estados Unidos.
Acto seguido, puso una serie de fotos encima de la mesa.
- La encontramos en un descampado con un tiro en la cabeza. Se sospechó de su novio pues nos informaron que la última vez que la habían visto ella estaba con él... ¿y qué nos encontramos al ir a buscarlo? una casa completamente vacía. Una casa en la que parecía que jamás había vivido nadie, pero tenemos pruebas de que ustedes estuvieron en América y estuvieron viviendo allí. Así que dígame, señorita Nicole ¿qué pasó exactamente esa noche?
Miré fijamente las fotos que tenía ante mi y de repente, me encontré girando la cabeza y vomitando.
- ¡Mierda! -Susurró el agente de la CIA.
- Siento decirle que no sé nada sobre ese asesinato, es una pena que Eliza haya muerto, realmente me caía bien. Nos fuimos sin dejar rastro porque estábamos cansados de aquel país, somos gente con dinero y simplemente queríamos seguir viajando -Respondí.
¿Qué más podía decir? revelar nuestras identidades no era una opción, me podrían meter en la cárcel en menos de un segundo.
- Siento decirle que no me creo eso. He buscado sobre su familia, y bueno, aquí estoy. En Moscú investigando un caso que no debería estar investigando dentro de este país.
- Pues debería volver a su país e investigarlo allí... ¿está dispuesto a desencadenar otra Guerra Fría? -Pregunté mirándolo de arriba a bajo.
Ese hombre no conseguiría intimidarme.
- Nicole Romanov. He buscado tus datos y los de tus hermanos... y ¿qué descubrí? nada. Es como si no existiesen -Susurró mirándome fijamente- siento decirte que no me iré de este país hasta descubrir quiénes son realmente y qué pasó esa noche.
- Puedes perder tu trabajo solo con una llamada mía -Susurré acercándome lo que las cuerdas me permitían, a la mesa- un agente americano ha secuestrado a una rusa en territorio soviético, haciendo una investigación en territorio soviético sin el permiso del gobierno ruso asi que... agente Philip, ¿por qué no nos dejamos de tonterías y me sueltas?
- Siento decirle que eso no va a ocurrir. Estoy bastante cerca de descubrir qué es lo que pasó esa noche, y tu eres una pieza clave para descubrirlo. No pienso dejarte salir de aquí.
- Eso es secuestro -Susurré llena de furia- podrían meterlo en la cárcel.
- Un policía siempre encuentra la forma de cambiar la historia durante la investigación.Así que cuando lo consiga todo, nadie sabrá que la información me la proveó una soviética secuestrada.
Lo vi levantarse y alejarse y no pude evitar soltar un grito lleno de frustración.
No salía de un problema antes de meterme en otro.
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