Capítulo 19
MAIKEL (P.D.V)
Hacía tres días que me habían sacado de aquel cuartucho inmundo y me estaban permitiendo comer junto a unas cuantas personas más en un comedor común.
- ¿Cómo te encuentras? -Preguntó la enfermera que me había atendido al sentarse delante de mi.
- Bien -Contesté seco.
La verdad es que no tenía ningun tipo de interés en entablar una conversación con alguien. Solamente quería encontrar la salida más próxima, ya fuese fácil o difícil, y largarme de este maldito lugar.
Me estaba muriendo por salir de allí.
- Hoy no estás muy hablador por lo que veo -Dijo sonriendo mientras comenzaba a comer.
Apreté las manos en un puño y solté un profundo suspiro.
- No, la verdad es que no,asi que me harías un gran favor si simplemente comieras en silencio.
Ella soltó una risita y se me quedó mirando mientras ladeaba un poco la cabeza hacia la derecha.
- ¿Por qué siempre te ríes con las cosas que digo? -Pregunté mientras apretaba la mandíbula- tengo la sensación de que te ries de mi.
- Me haces gracia. Eres tan joven y estás siempre tan malhumorado que simplemente no puedo evitar reírme ante las cosas que me dices -Rió.
Fruncí el ceño y me la quedé mirando fijamente.
¿En serio esta chica era una enfermera de una de las organizaciones más peligrosas del mundo? tenía que ser una broma.
- No te reirías tanto si supieses quién soy y lo que puedo hacerte. Me toca muchísimo los cojones que siempre te rías ante las cosas que te digo completamente en serio. No te he hecho nada porque considero que tu no tienes la culpa de lo que me está pasando ya que no puedes tener más de veinticinco años, pero no te equivoques... si me tocas los cojones mucho más, te tumbaré al suelo de un solo puñetazo y me da igual si eres una mujer -Rugí dando un golpe en la mesa.
La chica levantó la ceja y me miró desafiante a la vez que se cruzaba de brazos. La gente del comedor estaba en tensión y nos miraba de reojo preparados para la acción si hiciese falta.
- ¿Realmente crees que te tengo miedo? sé quien eres,Maikel. Sé perfectamente quien eres, no tengo ninguna duda de ello pues por eso estoy trabajando aquí y te estoy cuidando. No me amenaces porque yo puedo ser igual o más peligrosa que tú ¿vale? no te pongas de gallito conmigo porque tu a mi no me conoces, en cambio yo a ti si -Replicó bastante seria pero con un toque de humor en sus ojos.
Resoplé y me crucé de brazos yo también.
- ¿Se puede saber por qué estás tan gallita ahora? todas las mujeres son iguales, de nada que les digas algo ya sacan las garras y los dientes.
- ¿A caso los hombres no son iguales? de nada que cuestiones su hombría, ya se arrancan la camiseta y hacen una prueba a ver quien tiene más cojones o lo que es lo mismo, prueban a ver cual es más estúpido.
- ¿Se está convirtiendo esto en una guerra de sexos a caso? -Pregunté divertido.
- Tu lo empezaste -Rió.
Negué con la cabeza divertido y sonreí. No sabía por qué pero no podía enfadarme con aquella chica a pesar de que trabajaba para la organización que me había jodido la vida, pero bueno, pensándolo bien, yo antes trabajaba para esta organización.
- ¿Se te ha quitado el mal humor? -Preguntó a la vez que volvía a comer.
No contesté pero la sonrisa en mi cara fue respuesta suficiente.
- ¿Podrías decirme por qué estabas tan enfadado? -Preguntó.
- ¿Por qué entablas una conversación conmigo? Natasha te tendrá en el punto de mira al verte tan amigable. ¿Qué es lo que está tramando ahora?¿qué me enamore de ti y así desista de intentar destruirla? -Pregunté mientras apoyaba los codos sobre la mesa y la miraba fijamente a los ojos.
- Entablo una conversación contigo porque te veo muy solo -Dijo mirándome con una ceja alzada.
- Es lo normal. Estoy aquí contra mi propia voluntad. Además, conozco a casi todas las personas que hay aquí, llevo viéndolas muchísimos años y el amor que nos tenemos es recíproco -Dije irónico mientras le guiñaba un ojo y volvía a hacerme para atrás.
Sabía que no me estaba contando la verdad, y resultaba que tampoco me importaba. No iba a estar aquí mucho tiempo y fuera cual fuera el plan que tenía Natasha con esta chica, yo no caería en sus redes.
- ¿Puedo preguntarte algo?
- Adelante -Susurré mientras volvía a comer.
- Estabas así de enfadado por una chica, ¿verdad?
- Eso no es precisamente una pregunta, es prácticamente una afirmación -Dije mientras me encogía de hombros pero sin dejar de comer.
¿Lo único bueno de estar encerrado aquí? la comida era deliciosa.
- Tómatelo como quieras. Solo quiero un sí o un no.
- ¿Por qué tanto interés?¿no puede ser que esté enfadado porque estoy aquí en contra de mi puta voluntad? -Pregunté enfadado mientras soltaba el tenedor y la miraba fijamente.
- Llevas aquí bastante en contra de tu voluntad y nunca te había visto con tan mal humor como te he estado viendo estos días. Es por la chica por la cual me preguntaste el día que llegaste aquí,¿verdad? -Preguntó mirándome fijamente.
Me levanté de golpe y tiré la bandeja con la comida al suelo,acto seguido di un golpe en la mesa y pegué mi cara a la de ella.
- Me suda la polla si Natasha te manda aquí para vigilarme.Me suda la polla si lo que quieres entablar es amistad. Me suda la polla si ahora mismo me dan una descarga eléctrica solamente por estar así de agresivo, asi que una cosa tenla clara... deja de intentar saber sobre mi, deja de intentar acercarte a mi intentando hacerte la buena porque te juro por Dios -Grité- que te doy tal hostia que te rompo la columna. No vuelvas a nombrarme nada de ninguna chica por tu propio bien ¿te queda claro?
Sin darme cuenta la estaba agarrando del pelo y le estaba gritando al oído.
Unas manos me agarraron y me separaron rápidamente de ella, que al momento cayó al suelo.
- Vuelve a tener una conducta agresiva con cualquiera de las personas que están aquí dentro y tu y yo tendremos un serio problema -Gritó Helena en mi cara mientras me empujaba hacia la salida del comedor.
- ¡No me toques! -Grité intentando alejar sus manos de mi- ¡no me toques,sucia traidora!
Alzó la mano para darme una bofetada, pero antes de que rozase mi cara la agarré y la giré, dejando su espalda pegada a mi pecho.
- ¡Te he dicho que no me toques, maldita perra embustera! -Grité en su oído.
Forcejeó conmigo de una manera tan fuerte que ambos caímos al suelo y allí continuó forcejeando conmigo.
- ¡Es tal el asco que te tengo que no sabes como me fastidia no haber podido ver tu cara cuando Natasha te puso el video de Christopher y Nicole follando!
Increíblemente, la voz se me rompió en el último momento.
Alguien llegó y nos separó a ambos; Helena aún intentaba avalanzarse sobre mi para pegarme, tenía una mirada de loca que jamás había visto en ella.
- ¿Sabes que es lo más que me alegra de esa situación? que sepas que Christopher no siente nada por ti; que le hayas causado tanto asco que haya terminado follándose a otra y nada más y nada menos que a Nikki,alguien de nuestra familia -Grité mirándola a los ojos mientras me alejaban de ella.
Lo último que vi fue como Helena comenzaba a temblar y se desmayaba, antes de que todo se volviese negro para mi también.
NATASHA (P.D.V)
- ¿Qué ha pasado en el comedor? -Pregunté mientras me acercaba a la silla de aquella linda enfermera.
- Le hice una pregunta y se volvió loco, casi me pega -Susurró sin mirarme.
Me agaché delante de ella y le alcé la barbilla para que me mirase a los ojos.
- Te estoy vigilando muy de cerca, pequeña. Eres muy buena en tu trabajo, pero créeme que si descubro que estás intentando joderme, te mataré sin ninguna pisca de compasión -Susurré antes de acercarme a sus labios y besarla lentamente.
El teléfono comenzó a sonar y rápidamente me alejé de ella para contestar.
- ¿Qué pasa? -Grité.
- Está listo.
- Pues comiencen y cuando terminen, tráiganmelo aquí. Tendremos una seria charla -Reí antes de colgar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro