Parque de atracciones
Capítulo 24
NIKKI (P.D.V)
- ¿Realmente es eso lo que pasa? -Preguntó Natasha. Siempre que estaba hablándo con ella mi respiración se aceleraba y un cosquilleo me recorría el cuerpo.
- Si, estamos cansadas de todo esto.. nosotros no estamos acostumbrados a este tipo de vida tan monótona.. estamos cansadas de ir a clase y de hablar con esta gente, son adolescentes aburridos y sin sangre en el cuerpo, llevamos aquí poco más de dos semanas y ya estamos asqueadas.. queremos cambiar un poco -Contestó Helena.
Después de unos segundos en silencio, habló:
- Bien, hay algo que pueden hacer. Mañana cogerán un avión con destino a Washington -Dijo antes de que la pantalla se quedase en negro.
- Genial, a la otra punta del país -Suspiré antes de dejarme caer en el sillón.
- Al menos vamos a alejarnos de todo esto un poco.
- ¿De verdad se van a ir? -Preguntó Christopher detrás de nosotras. Nos giramos y lo vimos apoyado contra el bastidor de la entrada al salón. Su mandíbula estaba tan apretada que en cualquier momento podría partirse.
- Si -Contesté ante el silencio de Helena.
No era ningun secreto que estos dos estaban completamente enamorados y que habían tenido una gran historia de amor, al igual que tampoco era un secreto que Christopher lo había jodido todo y le había desquebrajado el corazón a Helena.
- ¿Qué?¿no tienen el coraje suficiente para aguantar toda esta situación?¿qué pasa, Nikki?¿después de esa gran fiesta que te montastes y tu discursito sobre que tienes derecho a vivir esta oportunidad, ahora te quieres ir?
- Tú no sabes nada, Christopher,así que cállate la puta boca -Rugí.
- Sé más de lo que te imaginas, Nicole -Se acercó a nosotras de manera amenazante, y tanto Helena como yo nos pusimos en pie. Si Christopher quería guerra, la iba a tener.
- Yo que tu me estaría quieto, no estoy para bromas. Estoy cansada de que siempre estés cuestionando todo lo que hacemos. Si nos queremos ir, nos vamos. Tú no eres nada para nosotros -Soltó Helena de golpe.
Giré rápidamente la cabeza hacia ella y la miré fijamente, y poco a poco, giré la cabeza hacia Chirstopher. Parecía que las palabras de Helena le habían sentado como unos disparos en el puto estómago.
- ¿Qué no soy nada para ustedes? -Preguntó en casi un susurro.
- No. No lo eres. Solamente eres una molestia, desde que nos conocímos has sido una molestia para todos nosotros, nos has jodido la vida a todos y a cada uno de nosotros -Gritó.
La miré con los ojos abiertos como platos, estaba a punto de verme en medio de una de las peleas monumentales entre ellos.
- Que haya pasado de tu puto culo no significa que no me importen los demás -Gritó ahora Christopher.
Solté un suspiro y me dirigí a la puerta con la intención de salir, pero Christopher me agarró del brazo y me jaló hacia él.
- Lo sé absolutamente todo, y sólo tengo que decirte que uses este viaje para centrarte. Puede que no lo parezca, pero yo si me preocupo por ustedes y sabes que como sigas con ese tipo de pensamientos, no vas a llegar viva a los dieciocho -Susurró en mi oído.
- No te metas en mis asuntos -Le susurré de vuelta antes de soltarme de golpe y salir a toda prisa del salón. El Helena vs Christopher estaba a punto de comenzar, y cuando eso pasa, créanme, nadie quiere estar en medio. Esta pelea sería incluso más fuerte que las demás, ¿por qué? porque Christopher había salido ayer por la tarde un poco antes que Sebastián y acababa de volver.
*
Después de ponerme mis vans de leopardo, unos pantalones negros pitillos, una blusa blanca con el logo de VANS en negro y una gorra de CDC, bajé a la planta baja.
- ¡Estoy hasta los cojones de recoger lo que tiran! -Gritaba Silvia en el momento en el que pasé por delante del salón.
Los cojines estaban prácticamente en la entrada, donde había estado Christopher cuando me fui; había una silla tirada, la marca de un puñetazo en la pared y un cuadro roto.
- Parece que esta vez los daños han sido menores -Dije mirándo a mi alrededor.
- Los verdaderos daños están en ellos.. estaba en la cocina durante toda la discusión, se dijeron cosas que hasta a mi me dolieron -Susurró ella mientras colocaba los cojines en el sofá.
- ¿Crees que alguna vez conseguirán arreglarlo todo?
- Entre más tiempo tarden, más daño se harán hasta que llegue un momento en el que estén tan destrozados que no puedan estar nisiquiera en la misma habitación. Se están jodiendo el uno al otro y cada vez va a peor. O lo arreglan o.. -No hizo falta que terminase la frase, estaba claro lo que quería decir.
- Christopher está enamorado de ella y siempre lo ha estado.. ¿por qué coño la dejó? -Era una pregunta que todos nos habíamos hecho siempre y el único que tenía la respuesta era él.
- Somos personas oscuras Nikki, nosotros no podemos amar, nosotros solo podemos hacer daño -Dijo mientras se acercaba a mi para abrazarme.
Apoyé la cabeza en su hombro y suspiré. Silvia era la persona más sabia que conocía y siempre tenía razón. Nosotros no podemos amar, nosotros solo servimos para hacer daño, para joder a otras personas; nosotros nacimos para llevar la desgracia a la vida de las personas.
Justo cuando iba a contarle a Silvia que mañana nos íbamos, el timbre sonó.
- Vaya, parece que mi cita ha llegado -Sonreí mientras nos separábamos.
- Disfruta, perra -Me guiñó un ojo y luego me dio una palmada en el culo.
Me dirigí a la puerta y abrí para encontrarme a Eidan apoyado con la espalda en el porche y mirándose las uñas fijamente.
- ¿De verdad te estás mirándo las uñas? -Pregunté al cerrar la puerta detrás de mi. Levantó la mirada sorprendido y se quedó mirándome de arriba a bajo.
- Es lo más entretenido que podía hacer mientras esperaba tu aparición -Sonrió mientras se acercaba a darme dos besos- estás preciosa.
Alcé una ceja y le miré fijamente con una mueca burlona en mi cara.
- Estoy igual que siempre.
- Siempre estás preciosa -Dijo guiñándome un ojo antes de señarlarme con una mano la dirección al coche indicándome que pasase primero.
- El hecho de que nos inviten a pasar primero es una técnica de los hombres para mirarnos el culo -Dije a la vez que pasaba.
- ¿Y cómo es que el secreto mejor guardado de todos los hombres, lo sabe una chica? -Preguntó riéndo mientras me abría la puerta del coche.
- Porque esta chica es más inteligente de lo que te piensas -Le guiñé un ojo y me senté con una sonrisa burlona.
EIDAN (P.D.V)
Sonreí ampliamente y después de cerrar la puerta, corrí para sentarme en el asiento del piloto.
- Que comience nuestra cita romántica -Dije mirándola a la vez que pestañeaba muchas veces.
- Arranca -Se limitó a decir después de meterse los dedos en la boca y simular que vomitaba.
Solté una carcajada, y después de pisar el acelerador, arranqué dejándo las marcas de las ruedas en la entrada de su casa. La miré de reojo y vi que nisiquiera había cerrado los puños de la mano por miedo, es más, nisiquiera había cambiado su cara.
- ¿No te asusta la velocidad?
- ¿Debería?
- Tal vez, no todo el mundo tiene el mismo control sobre el coche.
- Soy una de las personas más temerarias al volante, no veo por qué debería asustarme que otras personas hagan lo mismo que yo -Rió.
Sonreí. Aquella chica me encantaba.
- ¿Sabes? eres diferente a las otras chicas que conozco.
- Gracias -Dijo soltándo un gran suspiro.
Solté una carcajada y la miré de reojo.
- ¿Por qué suspiras? no he dicho que sea en el buen sentido.
- Si soy diferente de las chicas a las que conoces, entonces si es en el buen sentido.. ¿las has visto? por Dios.. son todas copias unas de otras -Reprimió un escalofrío y eso me hizo reír aún más.
- No es por ofender, pero una de tus hermanas se junta con mi ex novia y su grupito de amigas.
- ¿Las pijas? -Asentí- entonces te estás refiriendo a Helena. No es que Silvia se relacione mucho, pero si tiene que hacerlo, jamás lo hará con ese tipo de chicas.
- Tú familia es tan rara -Reí.
- Todas las familias lo son.
- Pero es que ustedes tienen personalidades tan diferentes.. ¿cómo es posible que puedan convivir en una misma casa siendo tan diferentes? yo a duras penas puedo convivir con mis hermanos -Suspiré.
- Son chicos.. es diferente. Nosotros nos hemos criado con variedad y hemos pasado por situaciones que unirían a todos los hermanos, tengan las personalidades que tengan.
La miré de reojo.
- ¿Qué pasa? -Preguntó al darse cuenta de que la miraba.
- Hablas como una persona adulta.
Soltó una carcajada.
- Lo que pasa es que estás acostumbrado a rodearte de cerebros de mosquitos y cuando te encuentras a una chica que tiene las cosas claras en la vida te resulta extraño.
- Puede ser -Reí.
*
- ¿Dónde te quieres subir primero? -Pregunté cuando nos bajamos.
- Quiero una de esas bolas rosas que se come la gente en las películas -Contestó sin mirarme. Solamente tenía ojos para las luces y las atracciones. Parecía una niña de diez años en su primera vez en un parque de atracciones.
- ¿Algodón de azúcar? -Fruncí el ceño. ¿Quién no ha probado nunca el algodón de azúcar?
- Si -Dijo mirándome con los ojos abiertos como platos y una sonrisa enorme. Lo que dije antes, parecía una niña en su primera vez en un parque de atracciones.
- ¿Es la primera vez que vienes a un parque de atracciones?
- No, pero hace muchísimos años que no vengo a uno -Dijo antes de agarrarme de la mano y empezar a arrastrarme hacia el puesto donde se vendían los algodones de azúcar.
Después de comprarle uno, empezamos a caminar por el parque. Nikki cada vez que veía una atracción que le sorprendía me agarraba de la mano y me gritaba "¡mira, mira!" lo cuál me resultaba irreal, conociendo la personalidad de Nikki.
- ¿En cuál te quieres subir? -Pregunté, y esa fue la palabra clave, porque al momento empezó ha arrastrarme hacia la atracción más grande que había en el parque a parte de la noria. -¿de verdad te quieres subir ahí?
- ¿Tienes miedo? -Preguntó en un susurro en mi oído.
Solté una carcajada ante su reto y me acerqué a la taquilla para comprar dos tickets. Luego de ponernos a la cola, nos subimos en la atracción.
*
Me apoyé en la pared y me agarré el estómago. ¡Dios, ya nos habíamos subido en diez atracciones y sentía como la cena de la otra noche quería salir!
- ¿Te encuentras bien? -Preguntó.
- Si, no te preocupes. Es que tanta vuelta me tiene mareado.
La miré y no pude creer el hecho de que estaba como una rosa y que todavía le quedaban ganas de seguir subiéndose en cosas.
¿A caso no es humana? -Pensé mientras la miraba fijamente- ¿quién no se marea después de tantas atracciones,vueltas y comida? ¡la mezcla es explosiva!
- ¿Nos vamos ya? -Preguntó apoyándose en la misma pared que yo.
La miré extrañado.
- ¿No quieres seguir subiéndote en todo esto?
- No, ya estoy un poco cansada, además, tu no puedes más. Eres un flojo -Rió mientras me empujaba levemente.
Sonreí y agradecí a Dios, mi estómago no habría podido soportar otra atracción más.
- Vamos, te llevaré a tu casa -Dije mientras le echaba la mano encima del hombro.
En toda la tarde solamente nos habíamos comportado como amigos, como muy buenos amigos y eso me tenía completamente mosqueado... ¿es qué no le atraía? ¿no le interesaba en lo más mínimo?¿por qué no se había insinuado? estaba claro que tímida no era.
- Oye.. ¿tú madre no se enfadará si llega a casa y no te encuentra? -Preguntó una vez estuvimos dentro del coche.
- No te preocupes por eso ahora -Reí- ¿te lo has pasado bien?
- ¡Mejor que bien! -Dijo soltándo una carcajada- te lo aseguro, hace tiempo que no me lo paso tan bien.. creo que ni en la fiesta me lo pasé tan bien.
Y así nos quedamos, los dos dentro del coche, con las luces del parque de atracciones alumbrandonos y los gritos de la gente llenándonos. Así nos quedamos, mirándonos fijamente a los ojos.
Poco a poco, y sin prisas, nos acercamos el uno al otro. Llevé mi mano a su cuello y la acerqué rápidamente a mi, y cuando nuestros labios se tocaron, sentí una electricidad que me recorrió por completo. Pasé del momento dulce y tierno que tienen dos personas enamoradas que se dan su primer beso, y pasé a lo salvaje. Profundicé el beso y poco a poco fue abriendo la boca hasta que pude meter mi lengua dentro. Su mano se dirigió a mi cuello y allí empezó a jugar con mi pelo.
- Paremos -Dijo en un susurro cuando paramos a coger aire.
La cosa es que yo no quería parar, la tía me encantaba, era la chica más atrevida y divertida que había conocido nunca, así que ignorando sus palabras, me volví a pegar a su boca, hasta que ella me respondió el beso con más fiereza que antes.
Empezó a moverse en el sillón, hasta que entendí lo que quería. Moví el sillón del piloto hacia atrás, y ella aprovechó para subirse encima. Llevé mis manos a sus caderas y ella las colocó en mi cuello.
Me había besado con muchas chicas, pero jamás me habían besado con tanta fiereza y pasión. Esta chica era una chica que sabía lo que hacía y sabía como enganchar a un hombre a sus labios.
Esta chica era distinta, y eso me volvía loco.
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